Capítulo 18
Christopher
Tres días después
Todos estos días en el hospital han sido una tortura, los doctores dijeron que era lo mejor, pero me costaba quedarme en ese lugar. Finalmente, hoy podré salir, aún me cuesta caminar con normalidad, poco a poco todo será como antes.
Ashley siempre ha estado al lado mío, cada día, cada noche, hizo un gran sacrificio para estar junto a mí. A veces tenía que salir desde la clínica al trabajo con tal de no llegar tarde, algo que me hacía sentir un estorbo.
Ahora me está esperando abajo, en su coche, para llevarme a casa. Me ayudo de dos muletas en mi afán por caminar, rechacé la opción de ir sentado en una silla de ruedas.
<< Menuda estupidez >>
Llego al estacionamiento y observo a Ash aguardando en el auto. Me abre la puerta del acompañante, permitiéndome entrar sin dificultad. En el recorrido, se la pasa llenándome de preguntas sobre mi estado de salud y las indicaciones que me mandó el doctor. Adoro que se preocupe por mí, pero llega un punto en que es irritante tener que escucharla.
Solo se detiene al encontrarnos fuera de mi casa. Con su ayuda entro al interior, extrañaba mi hogar, siento un olor extraño, fue mucho tiempo sin estar en ella. Le pido a Ashley que me ayude a llegar al cuarto.
—Acuéstate, debes descansar— indica cuando entramos.
—Vale, pero necesito ayuda para recostarme—
Dejo las maletas a un lado y me siento en el borde de la cama, mientras Ashley acomoda las almohadas. No puedo evitar reírme, todo ha sido parte del juego, y ella ha caído ingenuamente.
—¿De qué te ríes?— dice volteando a verme.
—Nada, de lo boba que eres—
En un movimiento la tumbo hacia la cama, quedando encima de su cuerpo y agarrándole las manos para evitar que se mueva.
—¿Qué haces?—
—Pues... aprovechándome de la situación—
Atrapo sus labios y la beso con deseo, lo que basta para ponerme caliente. Sigo hacia su cuello, lamiéndolo y succionando, provocando que se retuerza un poco.
—Chris... debes hacer reposo—
—¿Eso quieres?— susurro mientras paso mi lengua por su cuello.
—Yo...
—¿Sí?—
—No, quiero que sigas— finalmente cede, permitiéndome seguir saboreándola.
Bajo despacio recorriendo con la punta de mi lengua su piel. Me detengo en su seno derecho, chupo alrededor de su pezón al mismo tiempo que masajeo el izquierdo con mi mano. Finalmente, lo termino por lamer y chupar. Luego, lo sujeto con mis dientes, mientras que suavemente paso mi lengua por ellos.
—¿Puedo?— digo señalando su braga.
—Sí— indica asintiendo.
Me deshago de ella y delicadamente paso mi mano por su vagina, deteniéndome en su clítoris. Con uno de mis dedos lo toco y estimulo, lamiendo su otro seno. Sin dejar de estimular su punto sensible, ingreso el dedo índice de mi mano izquierda hacia dentro, en busca de su punto G, haciéndole así un squirting.
Sustituyo mi dedo por mi lengua y lamo su clítoris, el contacto de ella en esa zona provoca gemidos descontrolados de su parte. Siento cómo le tiemblan las piernas, no hay duda de que está teniendo un orgasmo.
Hace tiempo que deseé hacer esto, quería provocar algo así en ella, que sintiera cuánto me gusta, saborear cada parte de su cuerpo. Luego de unos minutos, dejo de darle placer y me desabrocho el pantalón. Sin darme cuenta, mueve su cuerpo y me empuja, ocasionando que caiga sobre el colchón.
Se mueve encima de mí, haciendo que me ponga más caliente. Sus labios se pasean por mis pectorales mientras que la respiración se me acelera. Suelto un gemido cuando llega a mi abdomen, deteniéndose en él.
—Suficiente, baja... por favor— necesito que deje de torturarme, los segundos parecen minutos.
Me baja el bóxer y rodea con su mano mi polla, moviéndola hacia arriba y abajo. Sus labios hacen contactos sobre ella, trato de contener los gemidos, pero es en vano, se siente muy bien que me hagan esto. Se mete mi pene casi por completo dentro de su boca, estoy consciente de que si sigue haciéndolo no voy a demorar mucho en correrme.
—Mejor dejamos esto aquí, que quiero follar contigo, si continuamos me correré y no podremos hacerlo—
Asiente estando de acuerdo, quiero estar dentro de ella, ser el hombre que recuerde siempre por haber sido el primero, por haber sido con el que decidió dejar de ser virgen.
—Chris, espera— me detiene luego de haberme colocado el preservativo— ¿Me prometes que de hoy en adelante no tendrás sexo con más ninguna otra chica?—
Se nota su inocencia, la preocupación que recalca su tono, aunque la comprendo, no quiere ser una más en mi lista de mujeres con las que me he enrollado. Quizás ella no lo sepa, pero hace mucho tiempo que renuncié a estar con alguien más que no sea Ashley, decidí probar algo nuevo y exponerme a la posibilidad de ser herido.
—Te lo prometo, te amo. Y tú a mí, ¿me lo prometes?—
—Sí, te lo prometo. Yo también te amo—
Introduzco mi pene en su vagina suavemente, intentando que le duela lo menos posible. Lentamente, apresuro mis movimientos, me duele ver cómo reacciona ante el dolor, por lo que trato de no ir al ritmo habitual.
—Lo siento, ¿te duele mucho? ¿Quieres que paremos?— suelto preocupado por su estado.
—No, sigue—
—¿Te está gustando?— pregunto en mi intento por cambiar el tema.
—Sí—
—¿Mucho?— exclamo tratando de sonrojarla, la conozco y sé que estas preguntas la incomodan.
—Que sí, eres insoportable— no logro reprimir la risa, tengo claro que tiene la razón.
Afortunadamente no suelta tanta sangre para ser su primera vez, lo que me hace sentir mejor. Mis movimientos son más rápidos, aunque no llego a la velocidad que estoy acostumbrado. Luego de unos minutos, percibo cómo me corro, por lo que tiro el preservativo a un lado, no sin antes hacerle un nudo. Completamente exhausto, caigo acostado al lado de Ashley.
—¿Estuvo bien?— indico mirándola a los ojos.
—Sí, te quiero Chris—
—Te quiero Ashley— digo casi dormido, apenas abro los ojos por un mensaje que llega a mi teléfono.
La cuenta atrás ya comenzó, tienes 12 días para deshacerte de la agente.
Salutes para todos. Bueno, capítulo +18, ya saben. Dejando de lado eso, recalcar que el tiempo sigue corriendo. Cada vez queda menos para conocer el final de esta historia... TIC TAC TIC TAC
¡Buona giornata para ustedes!
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