Capítulo 12

Ashley

Me despierta la alarma del teléfono para el trabajo. Examino mi alrededor un poco desconcertada, no recuerdo cómo llegué aquí. Hago memoria y rememoro la noche anterior, la película que vi junto a Christopher, mis celos, los suyos, y nuestro beso.

<< ¡Oh dios, lo besé! >>

Abro la puerta y salgo hacia fuera. Me llega el olor a comida, aunque no logro distinguir qué es. Al entrar en la cocina, encuentro a Chris preparando el desayuno, le queda bien el delantal que trae puesto.

—¿Qué estás haciendo?— digo sin poder reprimir la risa.

—Pues... preparando el desayuno— siento cómo se sonroja— lo único que me resta es terminar los huevos; las tostadas y la mantequilla están en la mesa—

—Vale, bien—

—Deberías irte a duchar mientras, hueles mal— indica exhibiendo una sonrisa burlona.

—Oh claro, ahora voy— suelto apenada, anoche pensaba bañarme al regresar a casa, pero me terminé quedando dormida aquí.

—Sí, te dejé ropa en el baño—

No comprendo en qué tiempo ha podido salir y comprar ropa para mí, aún es demasiado temprano.

—Gracias, aunque no entiendo dónde pudiste comprarla, las tiendas no están abiertas a esta hora del día— formulo tratando de satisfacer mi curiosidad.

—No, no la compré, estaba guardada— noto cómo su mirada se desvía hacia los huevos que se están friendo.

—Ah, ¿de quién era?—

—¿No te tendrías que estar bañando?— dice con ganas de cambiar el tema.

—Sí, cuando me respondas— mi interés va cada vez más en aumento, no sé qué pensar.

—Lo siento, pero no puedo— la decepción invade mi interior, no esperaba tal respuesta— Te prometo que algún día te lo diré, es una larga historia, y difícil de contar— su vista parece perdida, lo que sea que no me está queriendo decir, le afecta mucho.

Camino a pasos acelerados hacia el baño, ahora sí necesito una ducha para despejar mi mente. El agua corre por mi cuerpo, ayudándome de cierta manera a olvidar lo que ha pasado.

Luego de terminar, cojo la ropa interior y el vestido rojo que me ha dejado, no puedo negar lo bonito que luce. Para cuando llego a la mesa, Christopher ya está sentado esperando por mí.

—Vaya, te queda mejor de lo que pensaba— replica mirándome de arriba abajo.

—Sí, supongo— digo y me siento.

Desayunamos en silencio, se siente incómodo estar en la misma mesa que él, probablemente con el tiempo me adapte. La comida está de lujo, no conocía esta faceta del chico que tengo delante.

Nunca pensé que cocinara tan bien, aunque es de suponer, vive inmerso en la soledad. Seguramente ha tenido que aprender a hacer estas cosas.

—Me tengo que ir, se me va a hacer tarde— repongo percatándome de la hora.

—Claro, vamos, yo te llevo—

Nos levantamos ambos de la mesa sin preocuparnos por recoger los platos. Christopher se hace de las llaves del coche y partimos rumbo hacia fuera.

A medida que recorremos el camino hacia el trabajo, siento que el tiempo va avanzando cada vez más rápido. Observo repetitivamente el reloj, estoy un poco paranoica con el riesgo de llegar atrasada. Para evitar esto, le pido a Chris que aumente un poco la velocidad.

No pasa mucho tiempo hasta que llegamos, afortunadamente con tiempo de sobra, lo cual me da cierta tranquilidad. Cuando aparca en el estacionamiento, no sé qué debo decir.

—Bueno, ya llegamos— indica él para romper el silencio.

—Sí—

—Deberías apurarte, ya casi entran—

—Sí, gracias por traerme—

—De nada, nos vemos—

—Nos vemos— suelto disponiéndome a salir, pero siento cómo me agarra del brazo.

—Ashley— anuncia para evitar que me marche.

—¿Sí?— pregunto sin saber lo que desea.

—¿No te piensas despedir?—

Sus ojos alcanzan los míos, provocando que mi corazón se agite y los nervios se apoderen de mí.

¿Despedirme? ¿De qué manera?

—Yo... no sé que...

Sus labios se estampan contra los míos, percibo su lengua dentro de mí. Lo agarro del pelo y le devuelvo el beso, intentando que no sea tan acelerado.

—Ahora sí, te puedes marchar— dice apartándose y dejándome con deseos de seguir.

Salgo sin más, yendo directo al elevador del edificio, con miles de preguntas rodando en mi interior.

<< ¿Acaso esto quiere decir que somos novios? ¿Es posible que ya tengamos una relación? >>

***

Christopher

Espero fuera del auto hasta que Ashley entre en el edificio. Cuando desaparece de mi vista, me giro y abro la puerta del coche.

—Christopher Jefferson, hijo del gran Richard Jefferson—

Me detengo en seco al escuchar esas palabras, mi mente deja de funcionar, no puede ser posible. Levanto despacio la vista y me lo encuentro, Edgar se está riendo de mi cara de estupefacción.

¿Cómo ha podido saberlo? Todo estaba bien montado, cada detalle fue hecho para evitar esto. Nunca debí tener un enemigo, este estúpido hombre se ha tenido que tomar el trabajo de investigarme línea por línea, de otra manera no habría podido descubrirme.

—Vaya, fue difícil de averiguar, lo acepto, pero te había dicho que lo iba a hacer, mi instinto me decía que había algo más en tí, y ahora ya lo sé— odio estar a su merced, no puedo hacer nada para evitar seguir escuchándolo, simplemente mi cuerpo no es capaz de moverse.

—Ashley... ¿lo sabe?— logro titubear con un miedo abrumador.

—Ohhh, no te preocupes, no lo sabe... aún— mi cabeza trata de crear algún plan para impedir que se lo diga, aunque en mi interior estoy consciente de que no puedo hacer nada— Y no tiene por qué saberlo—

Lo miro incrédulo, pensaba que deseaba verme hundido, derrotado. Solamente diciéndole, estaría poniendo fin a todo entre Ash y yo, ella nunca me perdonaría algo así.

—¿Cómo?— pregunto curioso.

—Sí, con una condición claro— debía imaginarme que había algo detrás de todo esto— Te voy a dar 24 horas para que te alejes de ella. Le dirás que fue una tonta al pensar que podían estar juntos, le harás saber que tú solo la viste como un entretenimiento y que nunca pensaste tener algo serio—

No puedo hacerle algo así a Ashley, sé que la destrozaría, acabaría con su inocencia, quedaría hundida. Recién hoy pretendía tratarla de manera diferente, tenía planeado intentar algo con ella, aunque sabía lo mucho que lo lamentaría al final.

—Yo... no puedo, no quiero hacerle daño—

—¿Entonces deseas que sepa quién eres en realidad?— me está poniendo entre la espada y la pared, no tengo otra alternativa, debo aceptar su propuesta.

Para cuando lo observo, me percato de que tiene su teléfono en la oreja.

—Ah, Ashley, es que necesito decirte algo— informa mirándome con una sonrisita estúpida en la cara.

—No, espera, lo haré— afirmo en voz baja para que Ash no nos pueda escuchar.

—Lo siento, no era nada, ya lo acabo de encontrar, era una cosa que tenía perdida— le miente descaradamente y corta la llamada— Entonces ya sabes lo que tienes que hacer, te doy hasta hoy en la noche— indica y camina hacia la entrada del edificio.

—¡Espera!— grito ante la duda que asalta mis pensamientos— ¿Por qué no le contaste? ¿Por qué no le dijiste nada de esto?—

—Porque si le hubiese dicho, solo lograría que se enfoque en detenerte a ti y a los tuyos. Sin embargo, cuando terminen, necesitará apoyo, y ahí estaré yo—

Observo cómo desaparece de mi vista, dejándome derrotado, sin saber qué hacer, me había condenado a terminar con la persona que estaba empezando a querer, aquella que se había robado mi corazón.

Regreso de vuelta a casa, y paso todo el día pensando cómo hacer que Ash se aleje de mí. Lo último que deseo es hacerla sufrir, pero sé que si se entera de quién soy en realidad, le dolerá más.

Casi está anocheciendo y reúno todas las fuerzas para poder llamarla.

—Hola— su voz suena animada, estábamos empezando a tener algo más serio.

—Hola, ¿puedes venir en la noche a mi casa?— pregunto sin dar rodeos.

—Claro, ¿a las ocho como siempre?—

—Sí— digo tratando de ser lo más frío posible.

—Vale, ¿me pasas a buscar?— me quedo pensativo, no sé si sea buena idea recogerla, después de todo, si terminamos no querrá que la lleve de vuelta.

—No, mejor ven tú en tu auto— repongo firmemente, casi siendo grosero.

—Ah, está bien, ¿pasa algo?— estaba evitando esta pregunta, aunque supongo que mi comportamiento lo hacía evidente.

—Te digo en la noche, nos vemos— suelto y esta vez soy yo el que cuelgo sin dejarla despedirse.

Dejo salir el aire que tenía dentro, se me ha hecho muy difícil hablarle de ese modo, siento que la estoy dañando. Lo único que me convence de romper con ella es que de algún modo le estaré haciendo bien, esto será menos doloroso y dentro de un tiempo lo habrá olvidado.

Cuando son más de las ocho los nervios empiezan a influir en mí, noto una fuerte carga sobre mis hombros que necesito soltar. Solo espero que Ashley no oponga mucha resistencia, no quiero decir cosas hirientes. El timbre suena y el corazón se me quiere salir.

<< Tengo que hacerlo >>

Respiro profundo antes de abrir la puerta.

—Hey— saluda haciendo un gesto con la cabeza.

—Hola—

Se abalanza sobre mí y me besa, mi mente me dice que debo quitarme, pero no puedo, necesito sentir sus labios, aunque sea por última vez.

—Para— digo cortando el beso.

—¿Qué? ¿No te gustó?— pregunta preocupada, se nota su inocencia.

—Claro que sí me gustó, solo que...— es difícil pronunciar las palabras que vienen a continuación, no me salen.

—Dime— sus ojos encuentran los míos, observo el miedo en ellos, de alguna manera sabe lo que está por ocurrir.

—No puedo seguir contigo, somos muy diferentes, tarde o temprano terminaremos haciéndonos daño— es la forma más adecuada que encontré para decírselo.

—No me importa, al menos lo habremos intentado— rezaba para que lo aceptara, aunque en mi interior sabía que no iba a ser tan simple.

—Lo siento, pero no—

—No, lo siento yo, no te voy a dejar por esa bobería— anuncia mostrándose firme, no puedo respirar con normalidad.

—Acéptalo por favor, va a ser lo mejor— respondo casi suplicando.

—No Christopher, es estúpido terminar por algo así—

—Vale, traté de evitar decirte esto, pero ya que insistes... No me gustas, nunca quise estar contigo, todo desde el principio ha sido un juego. Cuando te conocí, me di cuenta de lo tonta que eras, así que me propuse el reto de conquistarte y luego dejarte como estoy haciendo ahora. Siempre te vi de esa manera, como un pasatiempo para pasar el rato—

Sus ojos empiezan a inundarse de lágrimas, por lo que bajo la mirada, avergonzado de mis palabras, jodido por hacerla sentir así. Me siento culpable por cómo la he dejado, desearía que nada de esto hubiese pasado, no tenía que haber llegado a decir estas cosas.

Sale corriendo hacia su coche, dejándome plantado ahí, sin ganas de vivir. Estaba dejando ir así a la mujer que deseo con todas mis ganas, aquella en la que no puedo dejar de pensar, que me hace sentir vulnerable ante sus palabras, ésa que me ha hecho olvidar mi pasado, vivir el presente y soñar un futuro.

Hola, salutes para todos. Bueno, analicemos este capítulo por puntos. Al inicio del mismo, hay una escena en la que se esconde un secreto, lo cual será determinante al final. Les puedo asegurar que esta historia está repleta de misterio. Y pues Edgar acaba de descubrir quién es realmente Christopher, tal así que lo ha obligado a terminar con Ashley. Esto traerá consecuencias.
¡Buona giornata para ustedes!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top