Capítulo 11
Ashley
—No debiste hacer eso, es que no, no lo vas a besar— reprocha Christopher enfadado.
—Lo siento, pero tengo que hacerlo, sino va a levantar cargos en tu contra—
—¿Y qué?— pregunta dejándome sin una respuesta a la vista.
Es verdad que cometió un error, pero no por eso pretendo darle la espalda, no quiero verlo en prisión.
—Pues... nada, no te mereces estar en un lugar como ese— siento que es una excusa estúpida, sin embargo, fue lo primero que se me ocurrió.
—Entonces no te preocupes, ahora mismo voy y le pego de nuevo para que me arresten—
—Ya basta, no vas a hacer eso, no quiero verte tras las rejas— suelto y bajo la mirada.
Lo oigo resoplar, sé que está tratando de maquinar alguna idea para que no cumpla mi promesa. No quería hacerlo, pero ha sido la condición que me ha puesto Edgar si quería a Chris libre, no tenía otra alternativa.
—Vale, solo te pido un par de días, dile que necesitas tiempo—
—Trataré— nos quedamos mirándonos a los ojos, odio tener que seguir sintiendo esos deseos de besarlo.
—Ashley, te juro que no tuve nada que ver con tu teléfono, por favor, te pido que me creas—
La manera en que se expresa me hace pensarlo, quizás esté diciendo la verdad, tal vez no hizo nada.
—¿Cómo puedes explicar que estuviese en tu coche?—
—No sé, alguien debió haberlo puesto ahí, estoy seguro de que...— se detiene y vacila si seguir o no.
—¿De qué?— inquiero tratando de que termine la frase.
—Nada, solo te pido una segunda oportunidad, te prometo que no tomé tu celular. ¿En serio crees que pondría en riesgo lo que tenemos por esa bobería?—
—¿Y qué tenemos?— las palabras salen por sí solas, hace tiempo estoy deseando saber qué piensa de nuestra relación.
—Nosotros... yo... solo sé que es injusto que todo acabe así—
Me quedo analizando cada palabra suya, realmente no sé si me lo haya robado o no, pero sí sé que está aquí, pidiéndome una segunda oportunidad. Tampoco puedo esconder mis deseos de perdonarlo, estaba empezando a quererlo y no pretendo echar todo a perder por una equivocación de su parte.
—Está bien, solo una más—
—¿En serio?— aprecio cómo eleva las comisuras de sus labios, adoro cada vez que sonríe.
—Umju—
—Bueno, ¿podemos ver esta noche una película juntos?—
—Mmm vale, ¿dónde y a qué hora?— formulo aceptando su propuesta.
—A las ocho paso por tu casa y de ahí vamos a la mía—
—¿En tu casa? Qué peli vamos a ver?— no puede ser que esté pensando ver un filme de terror.
—La que quieras, dime cuál te apetece ver—
—Ah, déjame pensar— me tomo unos segundos meditando varias opciones— pues veamos Jurassic World.
—¿Jurassic World? Pensé que solo te gustaba el romance—
—No, también me gusta la ficción—
—Está bien, como digas. ¿Quieres que te lleve a casa?— propone amablemente, noto que quiere hacer bien las cosas ahora que le di un nuevo chance.
—No, me voy en mi coche—
—Ah vale, entonces nos vemos en la noche—
—Sí, nos vemos Christopher— repongo y me dirijo hasta mi auto.
Cuando estoy dentro siento un gran alivio, no soporto estar mal con él, es insoportable pasar todo el día pensando cuándo lo volveré a ver.
Arranco el vehículo sin poder quitarme de la cabeza su invitación, espero que hoy no nos interrumpa ninguna llamada.
***
Christopher
Alcanzo a ver mi reloj, me he apresurado para estar listo antes de tiempo, ya que debo buscar a Ashley. Son las siete y media, por lo que recojo las llaves del auto y salgo.
El tráfico a esta hora es pésimo, llego casi cinco minutos tarde. Me la encuentro afuera esperando mi llegada, normalmente es al revés.
—Hola— saluda entrando al coche.
—Me retrasé un poco con el tráfico, a esta altura del día es insoportable—
—No te preocupes, yo te he hecho esperar más—
—Vale, de todas maneras no me disculpaba— digo ante su intención por consolarme.
—Me di cuenta— noto el sarcasmo que utiliza, a veces puede llegar a ser odiosa.
Mientras nos dirigimos a mi casa, platicamos sobre su gusto por la fantasía, lo cual se debe a su madre. La atmósfera adopta un aire incómodo cuando me cuenta acerca de su asesinato, a pesar de todo, logro sentir lástima por Ashley, era muy pequeña. Según ella, aún no han encontrado al culpable, o al menos es lo que le ha dicho su padre.
Al llegar, salgo primero hacia la puerta, ya que Ash se queda adentro retocándose el maquillaje. Entro hacia el interior con la intención de prender el televisor de la sala y buscar la película. Para cuando todo está listo, aún no ha llegado mi invitada. Tengo que esperar unos minutos por la agente, pero en el momento en que me disponía a hallarla, irrumpe en la sala.
—Ah, ya iba a por tí—
—Lo siento, ¿estabas esperándome?— dice viéndome con el mando en la mano.
—Sí, ven, siéntate a mi lado—
Una vez que estamos uno al lado del otro, inicio la peli. Entre ambos existe un espacio reducido, nuestros cuerpos no hacen el más leve contacto.
Transcurre así media película, aún no termina de atraerme, aunque he de decir que prácticamente me la he pasado observando a Ashley de reojo.
—¿Ya cenaste?— pregunto considerando la hora.
—No, no tuve tiempo— informa sin apartar la vista del televisor.
—Bueno, dentro de poco traerán un pedido que hice para cenar—
—Claro, genial—
Me irrita que se concentre más en el puto filme que en mí, necesito mirar sus ojos.
<< Ahora es mi turno >>
—Está muy buena la película, sobretodo la protagonista, es que es tan bonita...— siento cómo voltea rápidamente su cabeza hacia mí, pero finjo estar observando la pantalla.
—¿Ah sí?— hago mi mejor esfuerzo por no reírme, es divertido ponerla celosa.
—Pues sí, está guapa. ¿Sabías que se llamaba Bryce Dallas Howard?— pronuncio interesado en su reacción, no es que sea fan de la actriz, pero busqué información de lo que íbamos a ver antes de recoger a Ash en su casa.
—No, no lo sabía, ni me interesa— es evidente que la estoy logrando molestar.
—Sí, me gustan mucho sus ojos y su pelo...
—Ya para, además...— me interumpe antes de poder terminar— a mí también me gusta mucho el protagonista— trato de controlarme, no voy a permitir que se salga con la suya.
—¿Y qué?— suelto tratando de sonar desinteresado.
—Nada, ¿sabías que se llamaba Chris Pratt?— hago todo lo que puedo por calmarme, pero no puedo, cedo y me levanto del sofá.
—Joder, ya déjame en paz—
Siento cómo me falta el aire, no soporto que diga esas cosas, pierdo la paciencia muy fácil. Casi me desaparezco de su vista cuando escucho su voz.
—¡Chris, espera!— se levanta y camina en mi dirección— Solo estaba vengándome, tú empezaste—
—¿Te gusta?— me doy cuenta de lo estúpida que suena mi pregunta, aunque no hago caso, solo necesito saberlo.
—Claro que no, que bobo eres— dice entre risas.
—¿Ah no? Acabas de decirlo— digo intentando justificar mi pregunta.
—No me gusta él, me gustas tú—
Siento el contacto de sus labios sobre los míos, sus manos sobre mi pelo. Se hace del control, el beso es leve y delicado, lo que me permite saborearla más.
Tomo la iniciativa y deslizo con mayor velocidad mis labios por los de ella. Introduzco mi lengua en el interior de su boca; percibo cómo me la muerde, aunque no siento dolor, me gusta que lo haga.
De pronto suena el timbre de la casa, interrumpiendo nuestro momento romántico.
—Ups, debe ser la entrega del pedido—
—Sí claro, ve— dice con los cachetes rojos.
—¿Eso quieres?— sonrío al verla sonrojarse aún más— Vale vale, voy—
Luego de recoger la comida y envasarla en dos platos, regreso a la sala junto a Ashley. En esta ocasión no dejamos espacio entre uno y otro, sino que apoya su cabeza sobre mi hombro.
Nos comemos el pollo y las papas fritas viendo la película. Me gusta pasar mi tiempo con ella, pagaría por hacer esto toda la vida.
Son pasadas las diez para cuando se termina, Ash se mantiene recostada sobre mí sin moverse, parece una niña pequeña. No demoro en darme cuenta de que se ha quedado dormida. La agarro por el cuello para sacármela de encima, luce preciosa en este estado.
Me quedo imaginando todas las cosas que me muero por hacerle, pero no puedo aprovecharme de la situación, no me lo perdonaría jamás. La cargo en mis manos y la llevo hacia el cuarto de visitas. Antes de irme, me aseguro de taparla bien con la colcha para que no pase frío.
No tardo mucho en levantarme de la cama y caminar a la puerta. No obstante, hay algo que no puede permanecer ni un minuto más en mi interior, debo dejarlo salir, tengo que decírselo aunque no sea capaz de escucharme, porque ya no soporto oponerme a esto que estoy sintiendo.
—Ashley, creo que te quiero— musito en voz baja para no despertarla y cierro la puerta.
Hola hola, salutes a todos. Jeje, finalmente el beso. Los celos haciendo de las suyas, le salió mal el juego a Chris. ¿No creen que todo está muy bien como para ser verdad? En fin... ya veremos.
¡Buona giornata a ustedes!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top