59.1-5
La parte de atrás del edificio era bastante bonito, ambas paredes del costado cubiertas de enredaderas que reemplazaban el paisaje oculto por todos los edificios rodeándolo.
Desde donde se encontraba, podía ver el jardín con bastante claridad y una escalera curva que daba al primer piso. Había una pequeña caseta y un huerto, flores adornando las esquinas y en medio una mesa de plástico con un montón de cosas encima, desde pequeñas macetas, bolsas de tierra de hoja y artículos de jardinería. Taehyung trató de no fisgonear demasiado y se sentó donde Soo le señaló; una silla que quedaba en un rincón del balcón, justo al lado de un mueble con libros viejos y un porta-vinilo moderno. A su derecha había una mesa mediana plegable en la que también habían libros apilados, como si estuvieran dispuestos a leerse en cualquier momento, pero éstos se veían más nuevos. Podía leer la cubierta de un libro de economía y también no le costó mucho imaginar a ambas leyendo en ese lugar, que carecía por completo del ruido del exterior, apenas oyéndose murmullos lejanos provenientes de la cocina en el primer piso.
Soo se apoyó en la barandilla, dándole la espalda, y él no pudo evitar observar como inhalaba profundamente y exhalaba casi con exageración.
- El aire el día de hoy se siente bastante limpio -comentó distraidamente. Taehyung seguía algo confundido e incómodo, imperceptiblemente se sobresaltó al verla voltearse, mirándolo fijamente. Después de un momento de silencio, preguntó-. Perdón, ¿Cuál era tu nombre?
- Kim Taehyung -respondió, y ella asintió exclamando un "oh". Taehyung apretó los labios con una casi sonrisa y ella se cruzó de brazos, su expresión bastante indiferente, pero cómoda. En ese instante notó que su suéter era bastante delgado, por lo que debería tener frío, pero su rostro se veía tan inexpresivo que no podía asegurarlo.
- ¿Quieres comer algo? Puedo traerte galletas o algún postre. Hoy especialmente hicimos Gyeongdan -ofreció.
- Oh, no, muchas gracias -se negó cordialmente-. No quiero molestar, solo... solo voy a esperar.
- ¿Estás seguro? Puede que se demoren bastante...
- Estoy bien, comí antes de venir, así que... gracias -repitió lo más amable posible. Aunque le gustaban los pastelillos de arroz rojo como el Gyeongdan, se sentía tan inquieto por saber cómo estaría Hoseok que no sentía ni una pizca de deseo por comer. Además, Soo se veía bastante intimidante sin Yang Mi a su lado, tenía una mirada feroz a comparación de sus facciones suaves y por alguna extraña razón hacia que su lado hablador y desvergonzado se escondiera muy bien dentro de él.
Soo asintió ante su respuesta, sin rasgos de notar su evidente incomodidad, volviendo la vista hacia sus uñas pintadas de negro y luego a él antes de preguntar.
- Perdón si sueno muy directa o entrometida, pero... ¿Qué eres de Jung Hoseok?
Taehyung, por alguna razón, trago saliva antes de contestar. La mirada de esta chica era bastante intensa, como si no tuviera miedo de nada, y aunque era una de las características que también podían describirlo a él, verlo en ella se le hizo bastante extraño.
- Soy su novio -respondió tratando de no verse tan a la defensiva. Ella no hizo ninguna expresión que transmitiera desagrado o sorpresa, sino que siguió mirándolo fijamente. No debería ser raro para ella, siendo que minutos antes los había visto fuertemente abrazados, además del gesto receloso y protector que tenía Taehyung cuando estaba al lado de Hoseok. A pesar de eso, Soo se dirigía a él de forma natural.
- ¿Cuánto sabes de lo que pasó entre ellos dos?
- ¿Entre Hoseok y Yang Mi-ssi? -aclaró algo desconcertado y Soo asintió tranquila, parpadeando lentamente. Mordiéndose los labios antes de contestar, suspiró-. Supongo que casi todo... sé que ese hombre despreciable les hizo mucho daño.
- ¿Y sabes lo que Minie le hizo a Hoseok-ssi?
- Sí... -murmuró, frunciendo el ceño, incapaz de devolverle la mirada-. ¿Ella te lo dijo?
- Lo hizo, hace algunos años atrás, la última vez que quiso suicidarse... -Taehyung volvió rápidamente la mirada hacia ella, viendo que no había cambiado su expresión, sólo había un brillo profundamente triste en sus ojos. Desde que vivía, sólo conocía a dos personas que hablasen del suicidio directamente, lo que le hizo sentir bastante intrigado en su manera de pensar. Una de ellas era Jimin y la otra, por supuesto, era Hoseok-. ¿Has tenido familiares con depresión o con alguna enfermedad mental?
- No... que yo sepa -dijo después de carraspear. Mientras respondía, Soo se agachó, acuclillándose y abrazándose así misma. En esa posición, casi parecía una niña pequeña.
- Me alegra... -fue la primera vez que la vio sonreír sin Yang Mi, pero luego volvió a borrar su expresión, oscureciéndose-. Minie tiene depresión y otra mierda más que me fastidia explicar... como son una enfermedad, tal vez las tenga toda su vida.
Taehyung agachó la mirada ante su tono de voz venenoso, amargo y molesto.
- Lo lamento...
- Está bien -de soslayo, vio como se encogía de hombros-. No es gran cosa si sabes qué es lo que padeces y tienes gente apoyándote, yo tuve cáncer cuando era pequeña y probablemente lo vuelva a tener en algunos años más. Quién sabe.
Volviendo a mirarla fijamente, Taehyung no podía creer que había otro ser humano además de él -y tal vez Seokjin- que hablase las cosas tan directamente, sin ningún tacto y sin ser tan misterioso al respecto. Con el tiempo, había tratado de tener un filtro, pero al parecer Soo carecía por completo de el o tal vez se debía a que se veía confiable. No sabía muy bien qué decir, así que se quedó callado, desviando su mirada hacia un cuadro que estaba colgado en la pared donde estaba la escalera.
En la pintura se mostraba un jardín con muchos girasoles y nubes entre blancas, rosadas y grises, con una chica sin rostro vestida de blanco entre medio de la maleza, llena de gracia y viveza como en un sueño. Tenía detalles que eran fácilmente identificables que daban a entender que la chica de la pintura había muerto, y que el más allá era incluso mejor de dónde había provenido. Un mundo eterno, se llamaba la obra. Los colores transmitían cierta nostalgia que era difícil de describir.
En la esquina del cuadro, pudo ver la firma del artista, y por poco se cae de la silla al darse cuenta que, obviamente, la firma del artista era la suya.
- Debe haber sido muy difícil... -dijo con una mueca, dejando de ver la pintura que lo llenaba de recuerdos pasados. Soo no dijo ni expresó nada. Después de algunos minutos, Taehyung no pudo evitar preguntar-. Tengo curiosidad... esa pintura... ¿Dónde la consiguieron?
Soo miró fijamente el cuadro, como si estuviera recordando.
- Hace años ya... no recuerdo muy bien, pero creo que Minie dijo que lo había encontrado junto a un contenedor de basura -resoplando, negó con la cabeza-. Yo siempre le he dicho que jamás debe recoger y llevarse cosas tiradas de alguien más, es de mala suerte como si recogiera dinero*, pero dijo que le pareció una pintura tan hermosa que no pudo simplemente dejarla ahí, por lo que la limpió, reconstruyó algunas partes, pintó por encima lo que se había rasgado y la colgó aquí. Quiso encontrar al artista varias veces, pero no lo logró.
Volvió a mirar la pintura e impresionado confirmó que realmente habían partes que estaban reconstruidas, pero eran tan sutiles que al primer vistazo nadie se daría cuenta. Él nunca botaba sus obras, eso incluso hasta sus alumnos y colegas lo sabían. No solía botar ni siquiera sus borradores, a excepción que fueran demasiado imperfectos y estuvieran ocupando sitio, siempre trataba de guardarlos para que así pudiera ver un progreso en si mismo y en su arte, pero no fue lo mismo con esa pintura. No recordaba el porqué la había pintado o en qué se había inspirado, pero sí recordaba que en un arranque de ira rompió muchas cosas y entre ellas, estaba esa pintura, la única que no salió tan dañada. Podía recordar vagamente que la dejó tirada en el callejón donde se dejaba la basura en la calle donde estaba el departamento que había compartido con Minho. No sabía si la razón de la explosión de su ira había sido alguna pelea con él o una suma de cosas que lo presionaron a tal extremo, pero incluso antes de conocerlo tenía esos arranques de ira en los cuales terminaba rompiendo la mayoría de sus obras. Si contaba las veces que le había pasado a lo largo de su vida hasta ahora, no habían sido más de cinco veces.
Se sentía tan avergonzado al recordar que podía perder los estribos a tal magnitud. La primera vez había sido ese incidente cuando pequeño en su salón de clases. Las otras veces nadie nunca había visto esa faceta de él, ni siquiera Hoseok, aunque dudaba que lo fuera ver alguna vez, porque el solo estar a su lado hacía que los problemas fueran más fáciles de sobrellevar. Las discusiones que habían tenido se habían vuelto tan efímeras que no se podía comparar con lo feliz que era al tenerlo a su lado. Hoseok le hacía inmensamente feliz todos los días. Romper las obras que atesoraba, como un huracán, sólo sucedió cuando había caído demasiado profundo en el lodo emocional o cuando se sentía tan solo que era insoportable, incapaz de expresar sus frustraciones acumuladas a través de un medio artístico como lo era la pintura o el dibujo.
No poder expresar sus sentimientos, su pasión, sus sueños, sus deseos o incluso sus miedos a través de sus obras era una de las cosas que más le aterraban. No podría vivir de otra manera.
Por eso mismo, en ese momento, deseó que Hoseok jamás tuviera la oportunidad de ver esa faceta de él.
- Si llegasen a encontrar al artista -preguntó Taehyung, dejando de estar sumido en sus pensamientos-, ¿Qué crees que le diría Yang Mi-ssi?
- Posiblemente le diría que se identificó con la obra y le daría las gracias -respondió Soo, sin dudarlo ni por un segundo-. Yo, en cambio, le diría que es un idiota por tirar aunque sea un mínimo de su esfuerzo a la basura.
Taehyung quiso reírse porque era irónico, ya que pensaba lo mismo, pero no pudo. El hecho de que una de sus obras haya terminado ahí, en la casa de la persona que había dañado y también cuidado a Hoseok, quien se había vuelto una de las personas más importantes para él, era algo espeluznante. No pudo evitar preguntarse si es que lo hubiera conocido aún si no trabajasen en el mismo lugar o si es que no fueran profesor y él escultor. Tal vez se lo encontraría en la calle o en algún café, y sólo pensaría que es el chico más guapo que haya visto en su vida y seguiría su camino. Posiblemente al llegar a su casa lo hubiera dibujado para después olvidarlo para siempre, y ese hubiera sido el fin de una historia que jamás comenzó.
El solo pensarlo le dio escalofríos.
- Tengo curiosidad... -dijo segundos después, tratando de desviar la conversación, aunque la respuesta también le interesaba-. ¿De verdad Hoseokie... fue el primer amor de Yang Mi-ssi?
- Lo fue -asintió seriamente-. Pero tal vez tu definición del primer amor y la mía sean un poco distintas. Para mí, primer amor es la primera persona que quieres proteger con todo tu corazón sin importar qué, pero no precisamente con esos sentimientos románticos. Mi primer amor fue mi conejo llamado Bap*, por ejemplo. Mi segundo amor es Minie... aunque ella es el amor de mi vida, así que supongo que no cuenta. El primer amor nunca es para siempre... o eso leí en una revista.
Con lo penúltimo dicho con una súbita y cariñosa sonrisa, Taehyung casi se atraganta con su saliva después de haber sonreído con lo del conejo llamado Arroz Hervido.
- ¿C-cómo?
- ¿Cómo qué...? -musitó Soo, enarcando una ceja ante él. Después de un segundo en que se dio cuenta de la expresión perpleja de Taehyung, aclaró-: ¡Oh, claro! Les mentí, Minie no es mi hermana... bueno, sí es mi hermana legalmente desde que mi madre la adoptó cuando cumplió catorce años, pero en realidad ella y yo estamos casadas hace... ¿Seis años?, ¿Cinco? No recuerdo bien. Siempre le digo a extraños que sé que no volveré a ver que es mi hermana para evitar problemas, excepto cuando tengo que tratar más con esos extraños, entonces les digo que somos pareja -solo al echarle una mirada, ella exclamó como si se estuviera defendiendo, aunque Taehyung no la estaba juzgando realmente-. Sé lo que piensas, que sería mejor que ella no fuera legalmente mi hermana, pero desde que mi madre supo nuestra relación es como si Minie estuviera muerta para ella. Ni siquiera yo puedo lograr que haga algo para cambiar eso, es una molestia.
- Pero decir que es tu hermana, ¿No es eso más complicado? La gente puede sentirse...
- ¿Engañadas? -interrumpió ella-. Claro que sí, pero prefiero eso a que un par de extraños a los cuales no me interesa su opinión nos den problemas. No me malentiendas; siempre que alguien me pregunte, le diré que soy lesbiana y que Minie es mi pareja, pero como he pasado por tantos momentos desagradables, prefiero ahorrármelo antes de que me pregunten. Como ya dije, la opinión de gente que no conozco no me interesa en absoluto. Si lo ves de cierta manera, no tengo que explicarle nada a nadie, mucho menos a gente idiota, por mí se mueran...
Taehyung asintió de acuerdo. De repente, ya no se sintió tan incómodo con ella, aunque su punto de vista era bastante peculiar. Ahora había una cosa más que tenían en común además del lazo que unía a Hoseok y Yang Mi... y el cuadro.
- ¿Y Yang Mi-ssi piensa lo mismo? -preguntó curioso. Ella soltó una carcajada, negando con la cabeza.
- ¿Desear que la gente muera? Ella apenas pisa el pasto por temor a aplastar una hormiga -respondió casi ahogando su risa. Taehyung sólo sonrió y ella prosiguió-. Déjame decirte que Minie es la clase de chica que te tratará bien aunque seas un asco con ella, en parte porque está loca y piensa que el mundo sería mejor si tratáramos a los demás como si fuéramos nosotros mismos, con mucho amor y respeto -volvió a resoplar, pasándose la mano por el cabello-. La amo demasiado, pero eso no quita que me moleste que sea tan ingenua a veces. Hay personas que nacen odiándose así mismos a medida que crecen, y eso difícilmente va a cambiar. Con respecto a nuestra relación, ella ha pasado por tantos momentos desagradables que no le importa ir siempre por la verdad por delante a diferencia de mí, aunque eso la lastime. A veces discutimos por eso, pero luego lo olvidamos.
- Creo que eso demuestra lo fuerte que es.. y tal vez el que sea tan ingenua sea su encanto -añadió Taehyung, y Soo volvió a sonreír, ladeando la cabeza.
- Esa es una forma bastante romántica de ver los defectos, ¿Hoseok-ssi también es un ingenuo?
- No, más bien creo que yo era el ingenuo al principio -rió Taehyung, un poco apenado-... aunque Hoseokie es más valiente ahora en ese aspecto, si lo conoces bien, lo sabrás. A veces yo puedo ser bastante retorcido. Él puede ser malhumorado cuando está triste, pero nunca será retorcido.
Soo se le quedó mirando fijamente, con una esquina de la comisura de su boca hacia arriba y con el mentón apoyado en su puño, aún acuclillada. Taehyung quiso preguntarle el porqué de su gesto, pero decidió preguntarle otra cosa.
- ¿Cómo fue que se casaron?, ¿Llevaban mucho tiempo pensándolo?
- En absoluto -negó-. Llevábamos viajando juntas por Europa un mes, y un día estábamos tan ebrias que decidimos casarnos en Hawaii... -rió con una mirada nostálgica-. Como algunos dicen, las cosas que vienen sin esperarlo son las mejores, ¿No? Fue una ceremonia algo complicada y muy impulsiva, pero creo que por eso fue el mejor día de mi vida... aunque nos quedamos jodidamente pobres y nos demoramos dos años más en abrir este restaurante juntas.
Taehyung ya no sabía que decir después de eso cuando un paisaje completamente revolucionario ocupó su imaginación. Como si estuviera viendo una película en su cabeza, se vio a él y a Hoseok, ambos vestidos con un Hanbok blanco mientras se arrodillaban frente al otro en una reverencia y luego cada familia reuniéndose para desearles un hermoso futuro juntos y una larga vida... o tal vez vestidos de esmoquin en un altar blanco y lleno de flores con una banda musical clásica en el fondo mientras recitaban sus votos y ponían anillos en sus dedos anulares y todas las fotos que se sacarían...
Sólo poder imaginarlo hizo que las orejas de Taehyung se tiñeran de un profundo rojo y decidió no volver a pensar en ello.
Por ahora, claro.
- ¿Y cómo se conocieron?
- En el hospital... aunque ahora lo demolieron, fue precisamente en una pequeña plaza que quedaba justo en medio -Soo empezó a explicar, parándose mientras flexionaba las rodillas entumecidas, sacaba una silla plegable debajo de la mesa y se sentaba en ella mirando hacia Taehyung-. Yo en ese entonces estaba internada en la unidad de oncología pediátrica y Minie estaba en la unidad de psiquiatría cuando por fin se recuperó de sus heridas. Esas heridas... fueron su primer intento de suicidio, porque... bueno... ese... -balbuceó.
- Sé el porqué -interrumpió Taehyung, al ver que le resultaba difícil expresarlo. Estaba sorprendido porque Soo no se veía como esas chicas que balbuceaban, pero realmente podía entender y darse cuenta de lo mucho que le afectaba aún todo lo que sucedió al igual que él-, Hoseokie y yo leímos algunos periódicos cuando estábamos tratando de encontrar algo de ella y sabemos lo que pasó.
- Vaya... sí que trabajaron duro para lograrlo -exclamó, luciendo impresionada. Taehyung no pudo evitar sonreír con calidez y Soo prosiguió, poniendo su pierna encima de la otra-. Bueno, ella se recuperó, pero no psicológicamente... es decir, ¿Cómo mierda una niña pequeña puede superar algo así? -dijo hacia sí misma, frunciendo el ceño y sacudiendo la cabeza como si así pudiera sacarse esa desagradable sensación, de rabia e impotencia, que a Taehyung también le embargó al imaginarlo-. Recuerdo muy bien la primera vez que hablé con ella porque me dejó una gran impresión... nunca había visto una chica tan... tan triste. Ni siquiera nosotros, que estábamos luchando contra el cáncer, lucíamos tan tristes como ella. Era como si en cualquier momento fuera abrir la ventana para tirarse, sin importarle nada. Yo estaba muy enojada por eso cuando empecé a darme cuenta que ella no comía ni dormía, ya que su sola presencia me había llamado la atención, tenía tanto interés en ser su amiga... y en un momento estúpido de mi parte le grité ¡Si tanto quieres morirte, muérete de una vez, yo quiero vivir y voy a morir aún si no quiero! y me puse a llorar como una loca, era una mocosa tan tonta -rió amargamente, tapándose la mitad de la cara, con una expresión de burla enmascarando lo doloroso que era para ella recordarlo-... y Minie lo único que hizo fue abrazarme y decirme que si pudiera hacerlo, ella moriría en mi lugar... -Taehyung tragó saliva, de repente sentía unas sofocantes ganas de llorar y se dio cuenta que la intensidad de la relación entre ambas era mucho más profunda que cualquiera que haya conocido. Mirándola, vio que ella tenía la mirada algo perdida-. Yo no podía comprender el porqué era así, pero a pesar de todo temí tanto que hiciera algo estúpido que le hice prometer que si yo moría, entonces que ella viviera por mí. Se lo hice prometer tantas veces que mi madre supo lo importante que era ella para mí y por eso la adoptó... yo realmente pensaba que en ese entonces iba a morir y tenía tanto miedo, incluso cuando el doctor me dijo que había pocas probabilidades de que el tumor creciera en mi pecho otra vez cuando lo extirparon. No sé porqué desde que la conocí empecé a dejar de sentir ese miedo... es raro. Incluso ahora no lo sé.
- Puede ser porque... tal vez fue un consuelo saber que alguien iba a vivir por ti si es que llegabas a morir.
- Tiene sentido -asintió con calma-. Creo que me enfoqué tanto en que ella no muriera que olvidé mi propio miedo a morir... y aunque a veces me saca de quicio, la quiero cada día más con todo lo que implica quererla... -rió y volviéndose a mirar a Taehyung, preguntó- ¿Sientes lo mismo por Hoseok-ssi?, ¿Lo amas y lo quieres para ti con todos sus problemas?
No pudo evitar volver a sonrojarse como un idiota. Soo usó un tono tan apasionado que no pudo evitar rememorar la primera vez que le dijo que lo amaba y todo el mar de sensaciones cálidas que lo embargó al ver la expresión conmocionada y llena de felicidad que puso Hoseok.
- Sí...lo amo... más de lo que he amado a nadie en toda mi vida -confesó.
- Puedo verlo -musitó ella, mirando de reojo el cielo que ya atardecía-... y da incluso más miedo, ¿No crees? Para mí, querer a alguien que no puede evitar lastimarse, una y otra vez, da más miedo que morir. Que a veces sonría y tu sepas cuánto le cuesta hacerlo, que creas ingenuamente que todo ha cambiado para mejor, que ha cambiado para siempre, pero de repente todo colapse y te des cuenta que nada ha cambiado, que solo se trata de un estado de calma más para la próxima tormenta.
Sintiendo un dolor punzante en su pecho, Taehyung apretó los dientes y frunció el ceño ante el repentino dolor.
- No... no es así... -logró balbucear-. Hoseokie va a mejorar, yo lo sé, lo ha estado haciendo. Con esto, lo hará.
<< Con esto >> se refería al encuentro entre Yang Mi y él. Soo pareció entenderlo, aunque su expresión sumamente melancólica y preocupada no desapareció.
- Sí... Yang Mi también, ha mejorado muchísimo a lo largo de los años. El que ya no quiera tirarse por una ventana ya es un gran paso.
Taehyung quiso llorar por la repentina imagen que se le vino a la cabeza, de un Hoseok dándole la espalda en su antigua habitación de la casa de sus padres adoptivos. Sólo pensar que pudiera desvanecerse frente a sus ojos, sin poder volver a hablar con él, sin poder tocarlo y sentirlo, como el día en el que desapareció por horas, le hizo sentir tanto pánico que se le cortaba la respiración.
- Cuando te decía que hay personas que nacen odiándose así mismas -prosiguió Soo-... en realidad, es mejor decir que hay personas que no saben como amarse porque nadie les ha sido de ejemplo... es mi opinión, yo creo que las personas que sólo conocen el dolor sólo sentirán dolor y creerán que es normal vivir así, y las personas que son lastimadas cuando pequeños siempre van a estar lastimados, no importa lo mucho que cures sus heridas, una y otra vez seguirán necesitando de alguien que las cure. Hacerlo implica paciencia y un amor que nunca se desgaste... -al ver que Taehyung tenía la cabeza gacha, abatido, Soo se inclinó un poco hacia él y llamó su atención- Se ve en tus ojos que es muy importante para ti... incluso creo que puedo sentir un poco de su dolor en ti cuando los vi juntos. Eso pasa cuando amas tanto a alguien que incluso sientes su dolor como si fuera tuyo, como si así pudiera ser más llevadero, pero a veces... no es suficiente -musitó con ojos llenos de pesar, para luego suspirar-. Debes tener cuidado, las personas lastimadas no necesitan a alguien que resuelvan sus problemas por ellos ni que le den consejos estúpidos, necesitan a alguien que sepa escuchar. Eso es lo que creo... y también creo, que ustedes pueden lograrlo... estar juntos y sanarse mutuamente.
- Lo sé... -dijo Taehyung, respirando despacio, como si así pudiera comprimir ese dolor y controlar las ganas de ir a refugiarse a los brazos de Hoseok y comprobar que seguía siendo fuerte y real. Sentía su rostro arder, porque jamás había dicho otro de sus temores que tenía profundamente oculto dentro de él. Hasta ahora, había tratado de mostrar su mejor yo cuando se trataba de Hoseok, pero a veces se volvía tan inseguro que no podía evitar temblar de miedo ante los peores escenarios. Ante la mirada atenta de Soo, confesó-. Sabes... yo... yo quiero ser esa persona para él, alguien en quien pueda confiar sus peores pesadillas... y sé que si se tira por la ventana, no voy a dudar en ir tras él para salvarlo, puede que no sea la mejor opción, pero es la única opción en la que podría pensar... y a la vez también estoy aterrado... muy aterrado, ¿Y si no soy lo suficientemente bueno cuando me necesite? Si tengo problemas, tal vez yo me desmorone demasiado... y no quiero que él se desmorone conmigo.
Con un brillo de simpatía en los ojos de Soo, ella contestó con su voz tenue, pero segura.
- Yo pasé por periodos muy duros en mi adolescencia y Minie siempre estuvo para mí a pesar de que ella había pasado por algo tan horrible. En mi experiencia, sólo puedo decir que no importa cuán dañados estén los dos, si logran sanar sus propias heridas, aunque sea un momento, para sanar a la persona que aman, créeme, de ahí se empieza. Esa es la única forma de seguir y de vivir cuando amas a alguien a quien han lastimado tanto. Muchos creen que las personas dañadas no deberían estar juntas, pero yo digo, ¡Al diablo con eso! -frunció el ceño con un brillo feroz de emoción en sus ojos-. Sólo las personas dañadas saben cuándo ser lo suficientemente fuertes por alguien a quien aman, porque se ven en ese alguien y eso no es narcisismo ni nada por el estilo. Yo me vi muchas veces en Minie, porque es tan humana como yo, y al principió la odiaba, porque me odiaba a mí misma, pero después me acepté y la amo tanto que ya no puedo ver mi futuro sin ella. Ella me ayudó a crecer, pero también crecí por mí misma... no creo que debas tener miedo si Hoseok-ssi está ahí para ti y tú estás para él. Lo mejor que puedes hacer es darle tu confianza y la oportunidad para sanarte también, no todos tienen la suerte de encontrar a alguien que les ame de forma honesta... y sabes, el tiempo es relativo para todos, muchos creerán que algunos meses o años no es suficiente para enamorarte de una persona, pero yo sé que me enamoré de ella la primera vez que la vi. A veces un segundo basta para saber que la eternidad está ahí frente a ti y que no podrías haber obtenido nada mejor porque ya lo tienes. Si amas a Hoseok-ssi y él te ama a ti, sólo piensa que te lo mereces, que mereces toda la felicidad que te dan no importa qué, y consérvalo como si fuera lo más precioso que hay en el mundo... -casi sin aliento, vio como Soo inhalaba profundamente, con las mejillas rojas al haber dicho todo su monologo con tan pocas pausas. Taehyung se sentía sobrellevado, pero a la vez una sensación de alivio le inundó todo el cuerpo. El dolor en su pecho había desaparecido gracias a esa chica, a quien sólo había conocido hace una hora atrás, o menos. Él no sabía qué cara estaba haciendo, pero debió ser lo bastante conmocionada como para que Soo riera con incomodidad y se rascara el mentón, guardando silencio-... perdón por decir todo esto, ya hasta parezco consejera o alguna mierda así, que estupidez...
- No, no te disculpes... -negó Taehyung, sonriendo con tanto alivio que vio como Soo le devolvía la sonrisa-. En serio, muchas gracias... no conozco mucha gente que se de el tiempo de compartir su vida conmigo y decirme palabras tan alentadoras. Lo aprecio mucho.
- Sinceramente... no suelo ser así -dijo Soo, sobándose la frente con los dedos y haciendo un gesto de bochorno que trataba de pasar desapercibido al no mirarle devuelta-, no confío en la gente en tan poco tiempo... pero este día se ha vuelto tan raro y especial con la llegada de ustedes que ya es la excepción.
Taehyung rió suavemente. Soo le parecía adorable.
- Estuve pensando... para alguien que ha estado tan cerca de la muerte, creo que sabes mejor que nadie que a veces es más aterrador perder a alguien que amas que perder la vida, ¿No es así?
No hubo una razón para decirlo. Los ojos de Soo se expandieron por la sorpresa y luego sonrió.
- ¿Sabes, Taehyung-ssi? Me caes muy bien.
[...]
La mano de Taehyung siempre había sido muy cálida, incluso cuando estaba fría por el gélido clima y no usaba guantes, como en ese momento.
Su tacto suave siempre iba desde la ternura hasta el más ardiente deseo. Así lo sentía siempre. El tacto de su mano entrelazada con la suya en esos momentos le hacía sentir tan seguro que podría ir a cualquier lugar con él y no sentir miedo por lo desconocido. De hecho, le apetecía hacer eso. Ir a lo desconocido con él era lo que más deseaba.
Seguía pensando en que sino hubiera estado a su lado, jamás habría llegado a ese lugar. Y jamás se había sentido tan liviano. No podía dejar de sonreír, a pesar de que le dolían los ojos por todo lo que lloró.
Como Taehyung lo había llamado antes, era un gran bebé llorón.
- Cuando lleguemos a casa, quiero comer Jajangmyeon -proclamó Taehyung, caminando a la par que él, mirando hacia el cielo nocturno. A pesar de que había una magnifica luna llena en la vasta noche, él prefería admirar lo hermoso que se veía el escultor bajo todas las luces, afianzando el agarre en su mano sin pensarlo. Al sentirlo, Taehyung se volvió hacia él, mirándolo extrañado-. Hobi... ¿Pasa algo?
Él le sonrió.
- Nada -desvió la mirada, avergonzado por haberlo estado mirando tanto tiempo-... sólo pensaba que te contuviste bastante para no comer en el restaurante de Minie.
Aún era raro decirle Minie. Ella había insistido que le dijera así como Soo le decía de cariño antes de irse, además de guardar su contacto de esa forma y llamarla cuando necesitase algo o simplemente porque quería. Hoseok aún no podía creer que, gracias a conocer a la actual Yang Mi, un peso que lo asfixiaba, una espina que dolía, se haya esfumado de sus hombros, de su corazón y de su mente. Por eso mismo se sentía liviano y ya no dolía como antes. Tal vez las pesadillas seguirían cuando estuviera pasando por momentos difíciles, porque los miedos eran difíciles de controlar, pero al menos tenía la certeza de que su fantasma no era alguien malo y que ya no tenía nada que ocultar.
El sólo pensar que ya no tenía nada que mantener dentro de sí hacía que le dieran unas ganas devastadoras de gritar de alegría, pero lo único que podía hacer en esos momentos era sonreír. Sonreír como un idiota era mejor que gritar como un lunático y asustar a todos.
- Mi error, debí haber aceptado el Gyeongdan. Fracasé como invitado recién llegado que estorba, ¿Te sientes decepcionado de mí? -bromeó haciendo un puchero.
- En absoluto -dijo divertido-. De hecho, creo que has desbloqueado una nueva capacidad.
Taehyung entrecerró los ojos, acercándose al rostro de Hoseok, casi intimidándolo, aunque éste último lo disfrutase mucho.
- ¿Me estás tratando de decir que debo cerrar mi boca sino quiero terminar obeso?
- Yo no he dicho eso -negó Hoseok, tratando de controlar la entereza cuando sintió como el cuerpo de Taehyung se apretaba al suyo tratando de empujarlo mientras oponía resistencia y, a la vez, su otro dedo índice picaba el hoyuelo en su mejilla con suavidad-. Yo solo dije capacidad, ¿Capacidad de qué? Pues está abierto a varias interpretaciones. Que mal que hayas elegido justo esa, que mal...
El contrario resopló, apretando los labios e inflando las mejillas con un gesto ofendido que sólo le hacía parecer más adorable.
- Veamos, ¿Y cómo se llamaría esa capacidad? -preguntó Taehyung, alzando las cejas con aire retador-. Ilumíname.
Hoseok hizo como que lo estaba pensando en demasía, pero en realidad sólo dijo lo primero que se le vino a la mente.
- Se llama capacidad para controlar tu lombriz solitaria, a quien por cierto, podríamos llamar pequeño Taehyung... ah, no, espera, también podrías estar embarazado, ¡Entonces seremos padres!, ¿O tal vez sólo sean lombrices?, ¿Qué pien...?
Antes de seguir diciendo incoherencias y poder estallar en carcajadas burlonas, la mano libre de Taehyung las bloqueó con su mano. Su rostro estaba tan cerca del suyo que la nariz rozaba su mejilla y luego su oreja, haciéndole querer retroceder, pero sin éxito.
- ¡Yo no tengo lombrices, que estás diciendo! -exclamó falsamente ofendido y exasperado, mirando de reojo a su alrededor- La gente puede oírte... ¿Y yo embarazado?, ¿Estás insinuando que porque dejo que me des por detrás seré la mujer?, ¡Pues ya verás cuando lleguemos a casa!, ¡El embarazado serás tú!, ¡Y nuestro bebé no será una lombriz!
Hoseok volvió a estallar en risas ahogadas. Ambos estaban completamente solos a la salida del metro en una de las últimas estaciones, ya que habían perdido el que pasaba cerca de donde vivían. Era tan tarde que lo único que pasaba cerca de allí eran los camiones que recolectaban basura, tampoco habían muchos lugares de comida o bares cerca de ese sector para que hubiera gente deambulando, por lo que eran los únicos metiendo ruido.
Suponía que Taehyung no quitaría la mano de su boca hasta que dejara de reírse, por lo que usó la técnica milenaria que ambos usaban para esos casos.
Le lamió la mano.
- ¡Ah, que sucio eres! -exclamó Taehyung, pasándose la mano por el pantalón, falsamente molesto, pero la mueca en su boca sólo indicaba que se quería reír-. Ya no me hables, acabas de ofender a nuestro bebé imaginario llamándolo lombriz solitaria.
Estaba a punto de reírse, porque Taehyung se había puesto una mano en la espalda baja y la otra encima de su abdomen. Casi parecía como si de verdad estuviera embarazado, pero eso no fue lo que más le parecía increíble.
- Espera, ¿Estás molesto porque dije que nuestro hijo imaginario era una lombriz en vez de estar molesto por no dejarte darme por detrás?
- Ambos -respondió tajante, sin voltearse a mirarlo.
Hoseok quiso carcajearse hasta llorar, porque Taehyung siempre era tan gracioso en sus exageraciones, pero en vez de eso giró su cuerpo y lo atrajo hacía él, agarrándolo del rostro y besándolo como si tuviera un imán en su boca.
- Esto... no... hará... que... deje... de estar... enojado... -cada vez que se alejaba, Taehyung aprovechaba para decir una palabra, pero cuando profundizó el beso, no hubo ninguna restricción, hasta que se alejó lo suficiente de él para poder respirar y volvió a besarlo a intervalos cortos-... hm... hmm... bu-bueno... t-tal... tal vez... sí.
Antes de que pudiera seguir burlándose o seguir besándolo, el sonido de un claxon los sobresalto.
- ¡Policía, hay dos indecentes en la vía pública! , ¡Mis ojos puros no pueden soportarlo!
Hoseok puso los ojos en blanco y bufó antes de darse la vuelta, con una sonrisa llena de malicia al mirar el emisor de esas tontas frases.
- Nam, si sigues gritando, voy a sacarte del auto y te patearé -amenazó, con un tono de padre falsamente cariñoso.
Namjoon, sentado en el asiento del copiloto, bajó aún más el vidrio para poder apoyarse en el contorno de la ventana del auto.
- Soy tu salvador, ¿Y me tratas así? -exclamó con expresión herida. Falsa, claro está, por la forma en la que tocaba su pecho como si le hubieran disparado.
- Mejor dicho -objetó Hoseok-, Seokjin hyung es mi salvador.
En el asiento del conductor y detrás de Namjoon, quien vestía su pijama de Ryan y un abrigo, podía ver a un recién despierto Seokjin saludarle, vestido con una sudadera de Joker. Tenía su cabello desordenado como si hubiera atravesado una ventisca y unas ojeras tan notorias que, contrario a lo que se espera, sólo pronunciaban sus bellas facciones.
- ¿Qué tal su día, chicos? -exclamó Seokjin, igual de sonriente que siempre, mientras Taehyung y Hoseok subían al asiento trasero. El enfermero de la universidad en la que trabajaban los examinó con la mirada, pero estaba bastante oscuro para poder fijarse en sus rostros sonrojados, pero lúcidos, por lo que preguntó con cierta desconfianza-. No están bebidos, ¿Verdad? Porque si están bebidos vomiten antes de entrar al auto, por favor, esta camioneta vale más que mi pobre vida.
- ¿Pobre vida?, ¡Por favor, ganas tres veces más que yo! -manifestó Namjoon, indignado por el descaro. Seokjin puso los ojos en blanco y lo enfrentó. Hoseok sólo le dedicó una mirada cómplice a Taehyung, quien a pesar de su rostro inexpresivo, sabía que disfrutaba bastante verlos discutir. Era lo más novedoso en el último tiempo.
- Tengo un estilo de vida más problemático que el tuyo, mocoso.
- ¿Mocoso? -alzo ambas cejas-. Recuerda que soy tu arrendatario, hyung, más respeto.
- Jin Hyung -intervino Taehyung-, realmente estamos sobrios, así que no te preocupes. Gracias por venir a buscarnos.
- No hay problema, por este sector siempre hay problemas para pillar alguien que los lleve, además este mocoso tenía hambre, ya es bastante tarde para comer, pero me terminó contagiando. Ahora pasaremos a comprar hamburguesas.
- Hyung, en serio -volvió a quejarse Namjoon-, debes dejar de decirme mocoso.
A pesar de lo dicho, parecía que Namjoon le tenía mucho respeto a Seokjin a diferencia de este último que lo trataba como un niño. El enfermero sólo asintió como si nada, hizo una mueca burlona hacía él y volvió a sentarse correctamente para echar andar el auto. Hoseok no pudo evitar soltar una carcajada y Namjoon le dedicó una mirada de reojo, intrigado y un poco preocupado.
- ¿Pasó algo bueno hoy o realmente estás borracho?
Hoseok no podía dejar de sonreír.
- Pasó algo muy, muy bueno hoy.
Aún podía sentir los cálidos dedos de Taehyung entre los suyos.
- Realmente me alegro por ti -sonrió Namjoon, sinceramente feliz por él. Un segundo después, se volvió a mirar a Seokjin y su rostro cambio a uno bastante molesto-, en mi caso, sólo puedo decir que cierta persona debería dejar de llamarme mocoso y usarme como sus muñecos de práctica.
- ¡No es mi culpa! -se defendió Seokjin, divertido-. Tu aceptaste ser donador de sangre, ¡Ahora no te quejes si te uso para practicar mis habilidades con la jeringa!
A pesar de que la discusión era bastante entretenida y Taehyung no dejaba de reír ante ambas ocurrencias, Hoseok ya no escuchó nada más y sólo pudo seguir mirándolo.
Si le preguntaban si eso era suficiente para ser tan feliz que apenas podía creerlo, él diría que sí.
Definitivamente lo era.
[...]
*En el cap anterior dije que el vhope llevaba de pareja dos años, pero en realidad no llevan dos años, o sea, si llevan como 2 años conociéndose de a ojo trabajando en la universidad¿? pero juntos conociéndose y luego siendo novios llevan un año y medio (no me pidan calcular los meses porque soy un fracaso). Puse dos porque ya son dos años de esta historia y cuando escribía al analizar esa parte fue como "carajo, si que me he demorado en esta historia xD alv le pondré dos años a ver si se dan cuenta jajskjss" y eso, soy mala con las fechas no me odien ok u u gracias a bizzledejerry por calcular, capítulo dedicado para ti <3
*Bap es arroz hervido en coreano según leí por ahí, no me juzguen ah y le puso así porque era un conejito completamente blanco con ojos negritos u w u es información innecesaria que cura.
*eso de no recoger dinero, también leí por ahí que los coreanos no recogen dinero que encuentran botado en la calle porque creen que podría darles mala suerte;;
El siguiente capítulo es el final y llorooooo, ya llegamos al millón de leídas TT TT
dejaré mis lágrimas para los agradecimientos
jeje
lxs amo, muchas gracias por seguir aquí <3
bssitos a todxs, no me tardaré tanto con el final, aunque ya no me crean xq soy popo<3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top