59.1-2

- ¿Escuchaste lo de Yang Mi?

Hoseok dejó de comer al escuchar la voz a sus espaldas.

Estaba sentado lo más alejado posible de las otras mesas donde los demás comían y de los cuidadores y trabajadores del lugar, pero aún así no podía evitar escuchar las conversaciones cuando sus voces se volvían demasiado bulliciosas. Sobre todo si pronunciaban ese nombre.

Habían pasado tres días desde que Yang Mi se fue y él trataba de hacer lo mismo que hacía todos los días antes de conocerla, aunque ya ni siquiera lo recordaba. Había sido tan difícil no pensar en ella, porque dolía y se sentía tan vacío a la vez, como si pudiera drenar todas sus emociones, haciéndole sentir como si no estuviera realmente allí. Si pudiera compararse con algo, sería el juguete que su madre le había regalado en una navidad pasada; un robot que daba exactamente tres pasos para luego caerse y que su tío había roto en un arranque de enojo. Además, se le había ido la voz. Todo lo que hacía era asentir o negar cuando le preguntaban algo. Una de las cuidadoras, Kyo Jin, no le quitaba la mirada de encima al verlo comer solo.

- ¿Estás bien, Hoseok? -le preguntó, sentada frente a él y una silla más alejada-. Te ves algo pálido, ¿Quieres que te de algún medicamento para el dolor de estómago? -Hoseok negó sin mirarla, volviendo a echarse una cucharada de sopa a la boca, tragando con dificultad porque se le estaba revolviendo el estómago. Kyo Jin pareció convencida, porque sólo le dio una sonrisa incómoda y volvió a su comida, para luego prestar atención a otra niña a su lado.

- ¿En serio? -volvió a escuchar esta vez una voz de chico. Estaba seguro que era el grupo que siempre le molestaba, pero no quería darse la vuelta para comprobarlo, así que siguió con la cabeza gacha, dando pequeños sorbos a la sopa-, ¿Qué le pasó?

- Se fugó y nadie sabe dónde está -respondió una chica con un tono de voz misterioso-. Sus compañeras de habitación dijeron que estaba rara, loca, siempre se despertaba llorando por pesadillas últimamente.

- Todos tenemos pesadillas cuando estamos aquí, no es gran cosa -dijo otro de ellos-. Pero no lo entiendo, tío Choi la iba adoptar, ¿Por qué se escapó?

- Porque es una estúpida engreída -respondió otra chica, con desprecio-, ¿Por qué más sería? Tenía a la mejor persona del mundo queriendo ser su padre y ella desperdicia esa oportunidad por... por... ¡Por tonta! Ojalá tío Choi decida adoptar a alguno de nosotros que se lo merezca más.

- ¿Querrás decir a ti? -insinuó otro chico.

- ¿Por qué no? -respondió la misma de antes-. Yo sería una buena hija.

- Lo serías, sino tuvieras cara de cerdo -bromeó otro chico, haciendo reír a los demás-, ¡Oink, oink!

- ¡Cállate, Woo Sik, idiota! -se quejó ella-, ¡Tú tienes cara de retrasado!

- Ya, bajen la voz o nos retarán -intervino el primer chico-, ¿Han visto al tío Choi?

- Yo lo vi ayer, se le veía muy preocupado -respondió esta vez, una voz calmada y más aguda-. Debe estar buscándola... a pesar de que ella era muy mala con él... siempre vi que la trato muy bien. No entiendo a Yang Mi... ¿Y si tal vez la secuestraron?

- No, me dijeron que se llevó varias de sus cosas -negó la primera chica-. Definitivamente se escapó. Tal vez tuviera algún novio o su familia fuera parte de la mafia... ¡Tal vez estaba embarazada!

- Por favor, es Yang Mi -rió la chica con tono de voz altanero-. No era tan bonita para ninguno de esos dos casos. Las personas de la mafia siempre son gente guapa, ¿Cómo crees que logran engañarte?

- De seguro aparecerá en unos cuantos días más cuando tío Choi la encuentre y se la lleve con él.

- ¿Y si estuviera muerta? 

Hoseok ya no quería escuchar más.

Cada vez que decían su nombre, era como si pincharan su pecho con agujas, y a cada suposición que escuchaba implicaba poder imaginarse todas aquellas horribles escenas de ella. Era tan doloroso y tan insoportable su recuerdo, su rostro encima de él con esa expresión desgarradora de vacío, un vacío que se llenaba de dolor y de odio mezclado, haciéndole todas esas cosas. 

Se negaba rotundamente a recordar. Cada vez que lo hacía, empezaba a sudar y se le cortaba la respiración, quería vomitar y llorar a la vez. Era una sensación horrible, como si Yang Mi y el oficial Choi le hubieran hecho un tajo en medio del pecho dejándolo completamente expuesto, débil y vacío. Y era tan doloroso, porque Hoseok la quería tanto como quería a su madre, y no entendía porque ella le hizo todo eso cuando le prometió que jamás lo dañaría ni que jamás se separaría de él. Si pudiera hablar con ella, quería preguntarle si lo que el Oficial Choi le hizo había sido igual de doloroso o tal vez mucho más, pero ni siquiera podía expresarlo en palabras porque no quería recordarlo. No quería. Y sólo había una cosa de la que estaba completamente seguro ahora.

Su madre siempre tuvo razón, nunca debe confiar en nadie. Sólo en él mismo.

Había dejado de comer, porque ya no podía más con el nudo en su garganta y el revoltijo en su estómago. Tomó la bandeja con su almuerzo y la dejó en un porta bandejas, para luego salir al pasillo e ir a su habitación que quedaba en el segundo piso para buscar sus libros de estudio y así poder pensar en otra cosa. 

Cuando terminó de subir las escaleras y recorrió el pasillo hacia su habitación, todo el tiempo cabizbajo, sintió como una mano grande y fuerte tiraba bruscamente de él dentro de una de las habitaciones desocupadas. Era donde solían guardar los cubrecamas, calefactores u objetos de limpieza, pero primero vio todo oscuro hasta que el lugar se iluminó por la luz de la habitación. Una luz que lo cegó, pero se vio oculta por la persona que se imponía frente a él.

Su respiración se hizo tan errática que le costaba respirar cuando lo miró. Quería alejarse todo lo que podía, correr, huir, pero sus piernas no le respondían. 

El oficial Choi lo miraba con un vacío tan profundo en sus ojos, haciéndole recordar la forma en la que Yang Mi lo miró esa noche, y no podía parar de preguntarse qué hizo mal.

Se quedó paralizado. El mundo se movía rápido, dando vueltas a su alrededor, cuando el oficial Choi se agachó frente a él y ahuecó su rostro entre las manos con brusquedad.

- Dime dónde está Yang Mi -le escuchó decir. Fue lo único que escuchó, porque cuando sintió las manos del Oficial Choi sobre su piel, frías y cortantes como el hielo, no pudo respirar por lo fuerte que su corazón palpitaba lastimando su pecho. 

Lloraba, sin estar realmente consciente de lo que sucedía, con el pánico recorriéndole todo el cuerpo cuando el oficial Choi se desesperó, furioso, y empezó a golpearlo pidiéndole cosas que Hoseok no podía escuchar ni podía responder si fuera el caso, porque todo lo que sentía era miedo y quería que el oficial Choi dejara de tocarlo. Llegó un punto en que Hoseok empezó a defenderse, propinándole patadas y mordidas, pero la mano grande del oficial Choi cubrió la mitad de su rostro, abrazándolo con fuerza y entonces todo se tornó negro. 




[...]





- ... por eso aún sigo sin sentirme realmente cómodo cuando la gente me abraza o me toca, he evitado tanto contar lo que sucedió que a veces ni siquiera lo recuerdo, pero a veces lo que sentía nunca se iba -explicó Hoseok, cuando terminó de contar todo lo que recordaba de ese día-. Prefiero ser yo el que tome iniciativas, porque no me siento tan... asfixiado. Cuando diagnosticaron mi hafefobia, lo relacionaban con los maltratos de mi tío y los abusos que presencié hacía mi madre, el bullying, lo mucho que ella había influenciado en mí para tenerle pavor al contacto con las personas. Pero en realidad, todo mi miedo se expresó esa vez, cuando él me encerró en esa habitación para preguntarme dónde estaba ella. 

Taehyung lo miró fijamente, estudiando cada fracción de su rostro en ese momento como si así pudiera evitar imaginarse las cosas horribles que vivió cuando era pequeño. Quería tanto protegerlo que dolía saber que la mayoría del tiempo no podría hacerlo.

- ¿Él te...? -trago saliva, porque era sumamente difícil para él pronunciarlo, pero tenía que hacerlo. Tenía que llamar las cosas por su nombre, porque sino lo hacía, entonces todo sería confuso-, ¿Él abusó sexualmente... de ti?

- No lo sé -Hoseok se encogió de hombros, rememorando, y se dio cuenta que le resultaba más fácil hacerlo cuando sentía que no le habían pasado a él en realidad. Pero se equivocaba, por eso miraba a Taehyung y apretaba su mano de vez en cuando, para sentir que realmente estaba allí y que estaba bien. Suspirando algo tembloroso, añadió-. Sé que me golpeó, me dio el ataque de pánico y me desmayé. Creo que después desperté en mi cama, sin saber lo que había pasado, pero no sentí nada extraño... ya sabes... creo que sólo me dolía la cara y los brazos. Después de eso empecé a retraerme más, tanto que ya no comía ni salía de la cama, todos creían que estaba enfermo, pero no podían comprobarlo porque lloraba cuando se me acercaban. Empeoré tanto que en menos de una semana Mamá Yu me llevó a su casa, aún no se habían mudado, pero no les importaba, ella se dio cuenta que era mejor si me sacaban de allí. Todos pensaban que mi comportamiento era culpa, mayormente, de los chicos que solían molestarme, incluso las cuidadoras. Mamá Yu había conocido a Yang Mi, así que suponía lo mucho que me había afectado el que ella se hubiera ido... y se enteró de lo mucho que los chicos me molestaban, por eso apresuró todo el papeleo del permiso para llevarme con ella cuanto antes. Recuerdo poco de eso, pero creo que presentó una queja a las cuidadoras, por eso todo fue más fácil desde entonces hablando económicamente.

- ¿Nadie le dijo antes cómo eran esos chicos contigo? -ante la pregunta, Hoseok negó.

- Todos hacían creer que les importábamos, pero no era así -respondió con aire ausente-. Además pensaban que eran travesuras de niños, nada más... nunca estuvieron realmente allí. Traté de decirles... pero no les importó.

- ¿Y ese... ese hombre? -Taehyung trataba de que no le temblara la voz de ira, pero podía sentir como sus ojos lagrimeaban de frustración-, ¿Nadie sospechó ni vio nada?

- No... y si lo vieron, no dijeron absolutamente nada... y yo tampoco, porque entonces no hubiera servido de mucho -frunció el ceño, inhalando profundamente bajo la mirada intrigada del contrario-. El último día en el orfanato nos dijeron a todos que el oficial Choi había muerto -tanto él como Taehyung sintieron alivio, él al rememorar ciertos recuerdos que creyó olvidados y el contrario al saberlo, gratamente sorprendido-. No sé cómo o de qué murió, pero me sentí tan aliviado cuando lo dijeron, que al salir del orfanato decidí no volver a recordarlo nunca más. Como si él y Yang Mi nunca hubieran existido... pero siempre volvía en pesadillas, o la maldita sensación cuando alguien me tocaba o estaba demasiado cerca. Incluso cuando iba a un chequeo médico, me sentía tan atacado y asustado... No recuerdo muy bien esa parte de mi vida, supongo que mi mente aún se rehúsa a recordar todo, pero mamá Yu realmente fue paciente conmigo.

Ambos seguían sentados en el suelo, con una de sus manos entrelazadas, por lo que Taehyung se deslizo más cerca de Hoseok para poder abrazarlo. La fiebre estaba empezando aminorar igual que la lluvia fuera de la ventana, y ambos se sentían tan cálidos al lado del otro que no necesitaban nada más.

- Para ella siempre serás su hijo -musitó Taehyung muy cerca de su rostro, besando su mejilla. 

- Cumplió su palabra, porque desde que me adoptó y me trajo a su casa no dejo de estar pendiente de mí -asintió Hoseok, sonriéndole cálidamente-. Intentaba acercarse, una y otra vez, para ayudarme en todo lo posible aunque yo la rechazara varias veces... sino fuera por ella, probablemente no estaría aquí. Nunca quise preguntarle porqué me quería tanto, pero supongo que hay personas que tienen tanto amor para dar que ese sentimiento se convierte en un ciclo infinito sin importar los orígenes o todo lo malo... Me hizo mejor persona de lo que creí que podía llegar a ser, porque vio todo lo bueno en mí que yo no podía ver.

Taehyung lo veía también, ¿Qué hubiera sido de Hoseok sin haber conocido a Mamá Yu?, ¿Sería una versión buena de sí mismo o una totalmente perdida?, ¿Hubieran podido conocerse? Y, sobre todo se pregunta, ¿Se habría enamorado de él? Lo quiso y lo deseo la primera vez que lo vio, pero ¿Lo hubiera amado?, ¿Lo adoraría como lo hace en esos momentos? Lo observa, frágil entre sus brazos, y se siente agradecido de poder estar de esa forma con él, porque aunque tiene miedo -y no sabe muy bien porqué- el amor que siente por él es más fuerte que todo el temor.

- Hobi, dime -susurró Taehyung, con esa misma suavidad con la que acariciaba entre su cabello-... si pudieras, ¿Querrías volver a encontrarte con Yang Mi?, ¿Crees que te ayudaría de alguna forma a no tener más pesadillas?

Hoseok pareció tensarse entre sus brazos, pero sólo bastó un beso suave en su sien para que suspirara y volviera a relajarse.

- No lo sé, aunque a veces... he pensado en ello -se separó un poco, con la mirada algo perdida en el suelo-. Claramente ya no pienso lo mismo de ella a comparación de ese entonces. Antes creía que ella era como él, alguien que me lastimó y que no quería volver a recordar nunca, y ahora... sólo puedo pensar en ella como una niña a quien lastimaron tanto que ya no supo diferenciar lo que hacía... lo que hizo... si lo pienso bien, creo que sería bueno volver a saber de ella -mordiéndose ansiosamente el labio inferior, Hoseok se pasó la mano por el cabello algo sudado por la fiebre que estaba disminuyendo mostrando un gesto sumamente pensativo-. Cuando volví a ver a mi madre en el hospital y después de su muerte, al leer todos sus diarios, de alguna forma hice que todo se volviera más soportable, el dolor, la decepción y la traición, y sentí que realmente podía perdonarla... y lo hice. La perdoné -Taehyung sonrió de lado, al ver la expresión completamente segura y en calma cuando mencionó a su madre-. Pero con Yang Mi... tal vez pueda saber qué fue de ella después, si es que aún sigue viva... y ver qué provoca en mí.

Taehyung entrelazó con más fuerza ambas ambos y tocó la mejilla de Hoseok para que le mirase. Al encontrarse con sus ojos, le sonrió sintiéndose sumamente orgulloso de él y lo beso, lento, sólo pudiendo sentir la suavidad de sus labios y su calidez queriendo decirle que él estaba ahí, con él, y que eso jamás tenía que olvidarlo. 

Y sinceramente, le importaba poco pescar su resfriado.

- Te ayudaré averiguarlo, Hobi -prometió Taehyung, al separarse y ver los ojos vidriosos de Hoseok observándole profundamente-. Confía en mí.

El mayor trago saliva y sonrió, de esas sonrisas que él tanto adoraba.

Asintió, y volvió a besarle.








[...]



Dedicada a kmidorixxjung que quería una dedicación jaja♡

Este capítulo iba a ser más largo pero lo corté porque ya quería publicar algo y decir que i'm here baby's y voy a actualizar durante este mes hasta que ya Tócame termine;;<3

Ya van casi dos años de este fic y meodioporeso jajaj necesito darle el final-no-final que mis bebés merecen xq soy mala para los finales meperd0nAANNN:(<3

y eso, nos vemos prontito, gracias por seguir aquí y por la paciencia <3

<3 lxs amo<3

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