56
El tren camino a Daegu salía exactamente a las ocho de la mañana.
Hoseok estaba nervioso. Sentado en los asientos que daban al pasillo con Yeontan durmiendo en el bolso para perros a sus pies, su mano estaba entrelazada con la de Taehyung y le relajaba acariciar la piel tersa de la palma y juguetear con los dedos delgados y largos del escultor. Adoraba tanto sus manos que, mientras las observaba, no pudo evitar llevar una a sus labios y besar el dorso y entre los dedos con tanta suavidad que le provocaba cosquillas.
No se sentía avergonzado del gesto, después de que se te enterara de que Taehyung se iría a Francia en dos meses más; el día veintinueve de febrero del próximo año, se había jurado así mismo no reprimir nada que quisiera hacerle al escultor.
Si lo quería besar en medio de la calle, lo besaba. Si quería abrazarlo frente a un grupo de personas desconocidas, lo hacía. Si quería molestarlo, si quería divertirse con él, si quería decirle cuánto lo quería; y meditaba muy bien sus palabras para ser completamente sincero, sobre todo si algo no le gustaba o lo molestaba, por lo que se había dado cuenta de que su relación había mejorado bastante por ello porque ambos se habían vuelto más respetuosos y pacientes entre sí.
Era en esos momentos en los que se daba cuenta de que realmente se querían el uno al otro con la misma intensidad, no sólo cuando estaban perdidos haciendo el amor por la tarde o la mañana en la que sus voces y gemidos se entremezclaban en una misma voz. Si Hoseok daba un paso, Taehyung daba dos, y entonces él daba tres y así sucesivamente hasta que ambos avanzaban juntos y a la par.
Como el hecho de que Taehyung le hubiera pedido que lo acompañase a conocer a su familia en la semana de Navidad, porque era un evento importante para él y toda su familia, ya que la familia de su padre solía viajar desde Ilsan a Daegu para esas fechas. Taehyung invitó a Jimin después, pero se negó ya que había quedado con su familia en Busan y Jungkook lo acompañaría durante el viaje.
Habían pasado tres semanas desde entonces y Hoseok aún podía recordar lo sorprendido, feliz y temeroso que se sintió a la vez cuando Taehyung se lo pidió. Esperaba que algunas cosas cambiaran al vivir juntos, pero lo único diferente era que el mueble de la ropa les había quedado pequeño, que les costaba más decidir quién tenía que lavar la ropa y bañar a Yeontan, y quién tenía que ir a pagar las cuentas del mes. Si algo había quedado claro para Hoseok, era que su vida con Taehyung lo hacía sentir una persona diferente y que le gustaba la sensación, además de que lo convertía en un ser con una mezcla rara de emociones.
Es decir, una cosa era haber "conocido" a sus padres por menos de diez minutos en una vídeollamada, a verlos en persona, quedarse en su casa y compartir con ellos en Navidad. Realmente nunca se había sentido interesado en la familia de alguna de sus antiguas "parejas", pero con Taehyung era distinto. Empezando por su hermano menor, Jihyun, a quien realmente estaba empezando a tomarle cariño de lo tierno que era al mandarle mensajes de << Extraño tu comida >> por Kakaotalk o al contarle anécdotas graciosos y fotos de bebé de Taehyung. No le importaba ser molestado por Taehyung al adorar la foto que tenía de él vestido de príncipe en la pantalla de su celular; le animaba demasiado cada vez que la veía para ocultar cuánto le gustaba.
El príncipe Kim bebé Taehyung de 5 años en la pantalla de su celular era francamente lo más adorable que había visto en su vida.
Los padres de Taehyung tampoco estaban tan mal, cuando los saludó fueron muy amables; en especial su padre, que tenía casi la misma sonrisa singularmente cuadrada de su hijo. Eso lo conmovió profundamente, más de lo que quería admitir.
Pero su madre era extraña. Hoseok sentía cierta incomodidad en ella, incluso cuando trataba de sonreír, como si realmente no quisiera hacerlo; en específico, como si no quisiera haberle sonreído. En ese entonces cuando tuvieron la vídeollamada, Hoseok realmente se preguntó qué sucedía entre Taehyung y su madre, porque su relación a simple vista no parecía tan cercana como la que tenía con su padre.
Fue una noche en la que no pudo dormir, después de que se enterara del viaje a Francia, en la que fue al departamento de Taehyung y lo despertó en ma madrugada. El escultor ya no se sorprendía por las visitas a medianoche, más bien las esperaba porque Hoseok solía dormir mejor con él, y cuando estuvieron devuelta en la cama sin esperar demasiado le preguntó si recordaba la pesadilla que había tenido.
- No recuerdo las pesadillas, sólo siento una sensación horrible en el pecho -respondió Hoseok luchando contra el nudo en la garganta, acercándose a él lo suficiente para enredar sus piernas y abrazar su cintura, escondiendo el rostro en su cuello, volviendo a susurrar-. Siempre es la misma horrible sensación.
De alguna forma le tranquilizaba decir lo que sentía, pero lo calmaba mucho más cuando después de unos minutos en los que calmaba su agitado corazón, el escultor lo abrazara con fuerza y le cantara con su cálida voz para volver hacerle dormir.
- Puedes contarme todo lo que quieras -a veces susurraba Taehyung contra su oído cuando terminaba de cantar, una mano recorriendo su espalda como si fuera un piano frágil y la otra acariciando su cabello-. Voy a escucharte, siempre... y no te juzgaré jamás... porque te quiero.
Una noche, Taehyung, entre la oscuridad de su habitación y entre las sábanas envueltas alrededor de sus cuerpos desnudos, le había confesado que creía que su madre lo odiaba.
Su madre había sido una talentosa bailarina profesional totalmente independiente de sus padres y, después de su embarazo, nada había sido igual para ella por el accidente que había tenido al caerse por las escaleras mientras lo vigilaba cuando era pequeño. Taehyung creía que, muy en el fondo, ella le echaba la culpa y, que por eso, jamás había sido realmente consistente en su trato con él. Podía recordarla totalmente agridulce y Taehyung creció creyendo que era un juguete para ella, tratando con él en base a su estado de ánimo. No importaba qué cosa hiciera para complacerla, si ella estaba enojada, entonces toda la mierda iba ciegamente hacía él. A medida que crecía, supuso que aquella era una de las principales razones del porqué sus padres peleaban tanto y su manía de querer a tener las personas tan cerca, tocarlas, sentirlas y hacer que le demostrasen siempre que lo querían.
Taehyung había vivido en una montaña rusa de emociones y tratos que terminó convirtiéndolo en alguien que ansiaba encontrar a alguien que lo tocase como si fuera precioso y que no lo dejara tan fácilmente, no importaba qué tuviera que hacer para conseguirlo, aunque muchas veces siempre terminaba perdiendo de igual forma.
Hoseok pensó, después de que le contara aquello, que lo quería más de lo que podría algún día expresar. Sabía que existía una frase especial que podía definir lo que sentía, pero encontraba que no era el momento adecuado para decirlo. Así que sólo lo repetía una y otra vez en su cabeza mientras lo miraba y dejaba que él lo tocase.
Cada vez que Taehyung lo tocaba, se sentía vulnerable, pero a la vez tan seguro que quería más de ello. Se sentía como levitar en la nada, para luego aferrarse desesperadamente a una cornisa que lo devolviera a la realidad. A veces, cuando estaba mirándolo mientras trabajaba en algo, sentía tanta ansiedad por todo lo que le provocaba; Taehyung alzaba la mirada, le sonreía y sólo eso bastaba para volcar todo su mundo y que los no nunca existieran para él.
Se daba cuenta que, con cada día que pasaba, Taehyung le hacía olvidarse de su egoísmo. Amaba la sensación de olvidarse de sí mismo y que toda la luz se enfocara totalmente en él. Por eso aceptó el viaje y antes de eso aceptó vivir con él. Por eso un día después de que hablaran sobre vivir juntos, se consiguió unas cajas y guardó sus cosas para trasladarlas; vendió su estorbosa cama, pero dejó varias cosas en la habitación, que pasaría a ser el nuevo "estudio" de Namjoon.
Ya podría pensar en lo que haría después de que Taehyung se fuera. Hasta el momento, sólo quería estar con él. Desde el día en el que habían discutido sobre su viaje se había convencido de que el futuro y su ansiedad se podrían ir al demonio.
No todo era remotamente perfecto en su relación a como se sentía a veces, pero era mucho mejor que en el principio de ella. Taehyung seguía siendo un gran dolor en el trasero cuando quería serlo y él seguía luchando cada día para ser más paciente y convencerse así mismo que si creía en el amor no iba a salir lastimado. Desgraciadamente, siempre pensó que creer en algo y decirlo podría lastimarlo, porque las palabras también podían tocar. Si no creía que estaba enamorado de él, entonces no saldría lastimado, porque no habrían expectativas y por ende no habrían decepciones.
Había aceptado que lo que sentía por Taehyung se había transformado en algo que no tenía nada en común con el egoísmo. Y amaba la sensación de no ser egoísta, porque era tan natural y espontáneo que pocas veces se daba cuenta de ello. Cada día trataba de enfocarse en eso y no en lo oscuro que podían ponerse sus pensamientos y emociones. No podía. Ya había pasado demasiado tiempo viendo a través de esa negativa perspectiva. No podía salir más lastimado de lo que ya se había lastimado a causa de sí mismo. No lo iba a permitir, incluso si Taehyung rompía todo lo que estaban construyendo.
Giró el rostro para sentir el roce del cabello de Taehyung en la mejilla y en su mentón; sintiéndose hipnotizado por su calidez, impulsivamente le besó la coronilla de la cabeza deteniéndose algunos segundos, disfrutando de la sensación abrasadora de la ternura. Taehyung se removió, acomodándose en su hombro y rodeando su brazo como si estuviera abrazando una almohada. Mientras lo veía, sentía que estaba sonriendo como un idiota porque sus mejillas dolían y trató de guardar la compostura, pero era imposible incluso si lo intentaba.
Miró hacia la ventana, pero sólo lo hizo por cinco interminables segundos.
Definitivamente Taehyung era el paisaje más bonito para él.
[...]
La casa de los padres de Taehyung era grande, rodeada de árboles con sus ramas al desnudo y el clima frío y seco que le daba un aspecto algo lúgubre al ambiente, excepto por el jardín que mantenía algunas plantas vivas y decoraciones como una mariposa hecha de alambre y alas de varios colores. Hoseok llevaba una mochila de viajes, con Yeontan en los brazos, y Taehyung llevaba una maleta, por lo que solía bromear diciendo que si sus padres terminaban echándolo de la casa a patadas, al menos podría correr con la mochila.
- Mis padres no son tan malos -bufó Taehyung, haciendo un puchero, pero al instante se rió-. Aunque debo aceptar que es buena idea si se te ocurre escapar.
- ¿Me estás llamando cobarde? -exclamó falsamente indignado y Taehyung rió-. No voy a escaparme por la ventana del baño o algo parecido.
- No soy yo el que corre a la cama cada vez que tiene que apagar la luz del pasillo porque le tiene miedo a los monstruos de la oscuridad -esbozó irónico y divertido, quejándose cuando llegaron a la puerta y Hoseok le lamió la mejilla por burlarse de él, le divertía la cara de asco y vergüenza de Taehyung-. ¡Ah, no me...!, ¡No hagas eso frente a la casa de mis padres!
Hoseok podía ser todo dominante en algunas cosas, pero en otras era un total enclenque.
- Es un castigo por ser un dolor en el trasero -lo miró orgulloso mientras se alejaba de él y Taehyung pasaba el dorso de su mano por la mejilla, un puchero adornando sus bonitos labios antes de que el profesor los besara con rapidez, sintiéndose como un perdedor, y lo mirara fijo y seriamente a los ojos al separarse, luciendo algo mosqueado mientras miraba la puerta blanca frente a él-. Odio que seas tan bonito.
Taehyung le dio un beso en la mejilla mirándolo con suficiencia antes de tocar la puerta. Él tenía una copia de la llave de la casa, pero aunque revisó cada rincón de su departamento no la encontró en ningún lugar. Hoseok estaba seguro que las había olvidado en la universidad y Taehyung terminó dándose por vencido como el despistado que era. Luego sacaría unas copias.
- Sí, claro, lo odias -retomó sarcástico-. Admítelo de una vez, tú adoras que yo sea bonito -y luego murmuró, bastante audible-. En especial cuando quieres que gima tu nombre mientras me...
Hoseok iba a refutar, inútil, avergonzado y estúpidamente, cuando escucharon pasos dentro de la casa y luego la puerta se abrió, dejando ver a un señor de mediana edad, cabello plateado, facciones suaves y amables adornando un rostro avejentado, pero atractivo. Era una cabeza más baja que Hoseok, pero inspiraba tanto respeto que se sintió algo intimidado, aunque hubiera sido recibido con una sonrisa.
- Oh, te recuerdo -fue lo primero que dijo el señor, señalándole y estrechando su mano después de una inclinación-, tú eres Hoseok-ssi, si que eres más guapo en persona, muchacho.
- Usted debe ser el padre de Taehyung -dedujo con el mismo tono amistoso de voz-. Y gracias -rió Hoseok, algo sorprendido. Supuso que de él venía lo desvergonzado que Taehyung podía ser, además de la sonrisa-, usted se ve mucho más joven.
- Que simpático es este chico -aprobó el padre mirando a Taehyung y luego acariciando la cabeza de Yeontan que empezó a ladrar de emoción al verle, aún entre los brazos de Hoseok.
- Hola, papá, sí, tú hijo llegó maravillosamente, yo también te extrañé mucho -respondió Taehyung riéndose nervioso y sarcástico mientras se abrazaban con cariño y Taehyung le daba un beso en la mejilla a su padre. Hoseok sabía que Taehyung solía ponerse sarcástico cuando los nervios podían con él, por eso no se sorprendió cuando quiso tener a Yeontan entre sus brazos. Yeontan también ayudaba en eso.
Taehyung no le había comentado cuán seria era su "relación" a sus padres y Hoseok no podía exigirle que lo hiciera; él tampoco lo había hecho. Después de sus tres años de carrera en la universidad su familia adoptiva se fue a vivir a Gwangju y él pasó a vivir con Namjoon en el departamento. Los visitaba a menudo por largos periodos, pero últimamente sólo los había llamado. Su madre Yu sonaba molesta en las últimas llamadas, siempre preguntándole cuándo iba a ir a visitarla. Hoseok evitaba liarse la cabeza pensando en cómo le diría que ahora quería a un chico de las formas en las que algunos dicen que no debería quererle.
A los segundos después apareció Jihyun para recibirlo, abrazando a Hoseok como si fueran hermanos de toda la vida, terminando de sacarse los zapatos en la entrada y se sacaba la mochila para ponerla en un rincón. Taehyung y su padre empezaron a hablar del clima y de lo incómodos que eran los asientos del tren.
- ¡Cuñado! -exclamó el hermano menor, sonriente y con un brillo de picardia en los ojos, haciendo que Taehyung carraspeara con fuerza e inútilmente, porque Hoseok notó al segundo la expresión incrédula de su padre.
- Pensé que bromeabas con eso de que eran novios -dijo el padre de Taehyung a Jihyun, y luego miró a Hoseok otra vez, quitándole a Yeontan de los brazos de Taehyung. Hoseok estuvo a punto de reírse por el puchero que hizo Taehyung por eso-. ¿Están saliendo?, ¿Hace cuánto?
- Hace más de tres meses, sí y hace poco me mude con él -asintió Hoseok, tratando de que los nervios no lo colapsaran tan rápido mientras miraba de reojo a Taehyung comiéndose las uñas y el brazo de Jihyun apoyado alrededor de sus hombros. El pequeño demonio que tenía Taehyung como hermano estaba realmente disfrutando de la escena, ahora él quitándole a Yeontan de los brazos de su padre.
<< Pobre Tanie >>, pensó Hoseok, pero a contrario de su pensamiento, el cachorro se veía bastante feliz al ser el cuasi centro de atención.
- ¿Y cuándo se casan? -la pregunta hizo a Hoseok toser-. Sé que pueden casarse en las Vegas, no es el mejor lugar, pero sirve -exclamó el padre esta vez girándose hacia su hijo, quien rompió en carcajadas al ver la expresión seria de su padre-. ¿Qué?, ¿Por qué te ríes? Hablo en serio. Deberías habérmelo dicho antes.
- Papá, lamento informarte que Hoseok hyung no es una chica, así que casarme con él tan rápido no va hacer que mi reputación se limpie o me acepte todo el mundo -negó Taehyung, haciendo que su padre se encogiera de hombros como si eso fuera lo que menos le importara.
- Yo sólo decía -dijo aún viéndose algo desconcertado, y luego señaló hacia los sillones-. Pasa, Hoseok-ssi, siéntete como en casa. Leening, la madre de estos dos pollos -Hoseok no pudo evitar soltar una risotada que reprimió contra su mano para luego tener el codo de Taehyung golpeando sutilmente su costado, queriéndole decir que no se burlase de él-, está comprando lo que falta de la cena, así que no tarda en venir -caminó por el pasillo, pero luego se dio la vuelta y miró hacia su hijo menor-. Ji, ve a poner la mesa.
- Pero estoy con Tanie, ah... -se quejó Jihyun, dirigiéndose hacia Hoseok con una sonrisa maliciosa-. Ten a tu hijo -se lo pasó y Hoseok sintió al instante las lamidas en su mentón-. Luego hablamos, cuñado. Mi casa es tu casa.
Hoseok enarcó una ceja. Jihyun iba a ser un dolor en el trasero igual que Taehyung, lo presentía más que nunca. Miró como el padre de Taehyung, su "suegro" -pensar en el hombre como su suegro lo abochornaba bastante- señaló con el mentón y una mirada amistosa el sillón para que se sentaran.
- ¿Y en qué trabajas, Hoseok-ssi? Recuerdo que mi hijo Ji dijo que enseñabas literatura en la Universidad.
- Soy profesor de literatura, sí -asintió. Habían dos sillones, uno individual en el que se sentó el padre de Taehyung y otro más grande en el que se sentó con Yeontan en brazos, pero Taehyung rápidamente se lo quitó de sus manos-. Podría haber elegido literatura japonesa, pero no habían becas para eso.
El padre de Taehyung asintió con una mueca comprensiva.
- Voy al patio para que Tanie haga del dos, si me disculpan, caballeros -avisó Taehyung y su padre respondió con cierto aire ceremonioso que le hizo sonreír, pero aún así se sentía jodidamente nervioso.
En lo profundo de todo su ser -muy en lo profundo- quería que los padres de Taehyung lo quisieran. Al encontrarse con la mirada fija y escrutadora del señor, pensó << Bueno... no tan profundo >>. Tragó saliva y deseó que el día no terminara siendo un desastre.
Después siguió una lista de preguntas de parte del padre de Taehyung. Se le veía sinceramente curioso y Hoseok se encontró así mismo siendo más franco de lo que nunca fue con nadie en la primera vez de conocerlo; respondiendo en dónde había nacido, quiénes eran sus padres verdaderos y adoptivos, cuándo lo habían adoptado y el porqué se había teñido el cabello de rojo oscuro.
- Fue culpa de Mel-ssi, una amiga cercana -explicó Hoseok tratando de no carcajearse al recordar-, estábamos celebrando su cumpleaños, ella, Namjoonie y yo cuando se le ocurrió cambiar el color de su cabello a este tipo de rojo, aunque también quería probar otros colores, así que no encontró nada mejor que hacer un juego con nosotros cuando ya habíamos bebido bastante y compró la tintura que quería además de otras dos, una de color amarillo y otra de verde chillón... -pensativo rascó su mentón-. Creo que los compró en una oferta. Los tres nos tinturamos el cabello sin saber qué color era y este fue el resultado de nuestra noche de ebrios -ambos rieron. Hoseok pensó que la risa del señor era realmente muy agradable-, cabe decir que fui el suertudo en todo eso. Si hubiera visto su cara cuando vio su pelo verde, decía que le encantaba y que se lo iba a teñir así siempre, pero cuando se levantó por la mañana y lo primero que vio fue su pelo totalmente verde chillón casi fosforescente, aunque no le quedaba mal, armó un escándalo tan grande que todos los vecinos se quejaron y casi nos desalojan.
El padre de Taehyung se rió a carcajadas y se calmó, seguía con esa sonrisa amistosa y casi jovial.
- Y supongo que tu amigo Namjoonie acabó con el pelo amarillo patito.
- Sí -rió Hoseok-, pero él ya tenía el pelo teñido de rubio, así que no fue tanto trabajo teñir su cabello de negro otra vez.
- Oh, sabes, yo cuando era más joven también era un rebelde, me hice una perforación con una aguja yo mismo -alardeó el hombre, sorprendiendo a Hoseok, pero luego frunció el ceño y su tono se volvió divertidamente serio-. Casi pierdo la oreja ese día.
Hoseok trato de no reír, pero fue en vano. Lo único que interrumpió su risa fue el sonido de la entrada principal abrirse y una mujer abriéndose paso por el pasillo.
Si pudiera describir a la madre de Taehyung en dos palabras serían Elegante y Hermosa.
Hoseok trato de no sentirse intimidado, pero la mirada fija e inexpresiva de la mujer encima de él lo heló. Sino fuera porque el esposo se paró para ayudarla con las bolsas y él para inclinarse en respeto, se hubiera quedado paralizado.
La mujer tenía la misma mirada profunda y forma de ojos de Taehyung. Era increíble. Casi podía recordar a un Taehyung frío mirándole cuando se enojaba con él.
- Hola -dijo ella, con la misma sonrisa incómoda que había visto antes-, ¿Tú eres...?
- Es Hoseok-ssi, Leenie -interrumpió el hombre, en un tono algo cansado. Como si ya se lo hubiera dicho antes-. Tae dijo que vendría.
- Oh, cierto -hizo una mueca apenada, pero Hoseok era realmente bueno para destapar mascaras falsas de cordialidad-. Lamento mi olvido. Un gusto conocerte.
- Es un placer verla en persona -sonrió Hoseok, con la misma sonrisa de siempre.
Los tres se dieron la vuelta hacia el ventanal que daba al jardín, viendo como aparecía Taehyung con Yeontan dando vueltas alrededor de él mientras daba saltos y movía la cola al ver el juguete de hueso en la mano de Taehyung.
- ¿Quién de ustedes me va ayudar a poner la hamaca en el jardín? El primero que levante la mano se gana un chocolate y créanme que estoy perdiendo -dijo Taehyung distraídamente jugando con Yeontan, levantando la mirada hacia ellos y quedándose estático y callado al ver a su madre. Hoseok notó al instante que su sonrisa se congeló y trató de que nadie notase su cambio de ánimo, pero él lo conocía, cada gesto en su bonita y vulnerable expresión-. Hola, mamá.
- Hola, Taehyung, te estábamos esperando -dijo su madre, con un tono extraño en su voz. Era incómodo, pero a la vez también cariñoso, como si estuviera debatiéndose entre la sinceridad y la vergüenza para mantenerse bajo control. Hoseok sintió lástima por ella y no supo exactamente porqué-. Voy a hacer Jajangmyeon ahora. Compramos mucha carne. Creo que tus tíos llegaran más tarde -luego se giró a mirar a su marido para cerciorarse-, ¿Verdad?
- Sí, dijeron que llegarían a las tres de la tarde -asintió, girándose hacia él-. Hoseok-ssi, ¿Quieres ayudar en la cocina? Sinceramente, Leenie sabe como preparar Jajangmyeon sólo porque era su plato de soltera. Lo hizo la mitad de su vida hasta que yo llegue para salvarla -bromeó.
- Yah -gruñó su esposa, pegándole un palmazo suave en el hombro-, ¿Podrías ser más descarado? Creo que no les ha quedado claro -puso los ojos en blanco, reprimiendo una sonrisa cuando su esposo se rió y le besó la mejilla-. Deja de alardear frente al invitado y lávate las manos para que me ayudes.
- Dirás para que yo haga todo el trabajo -volvió a burlarse y antes de que su esposa volviera a refutarle, él la besó dejándola algo sorprendida. Ésta vez fue Taehyung quien se rió cuando él se apartó-. Era broma, cariño -y luego se giró hacia él-. Vamos, ayuda a este viejo, Hoseok-ssi.
Hoseok ya había tomado las bolsas del piso para llevarlas a la cocina, siguiendo al hombre. No hacía falta decir que él quería dejar solos a Taehyung y a su madre, porque parecía que tenían que decirse varias cosas. De reojo y antes de desaparecer por la cocina, Hoseok se alivió al ver que la madre de Taehyung lo abrazó.
No vio la cara de Taehyung, pero estaba seguro que todo estaría bien.
[...]
Definitivamente Taehyung y su hermano eran un dolor en el trasero por haberlo dejado solo como carnada para los leones.
Se habían pasado toda la tarde jugando con Yeontan en el jardín junto a sus otros primos pequeños mientras él ayudaba a preparar el almuerzo y hacía vida social con la familia de Taehyung, además de haber puesto una hamaca gigante en el patio que terminó totalmente sucia cuando Jihyun se tiró encima de ella como un salvaje y la rompió. Al atardecer había empezado a llover y la única ayuda que recibió durante la incómoda sesión de preguntas de las tres tías casadas y una soltera, junto a los esposos y cuatro primos pequeños entre quince a nueve años, fue la del padre de Taehyung. Hoseok estaba realmente agradecido con él, pero cuando se puso a conversar con uno de los esposos de la tía mayor de Taehyung, se dio cuenta que era hora de hacer algo productivo, así que ayudó a retirar los platos sucios de la mesa y los llevó a la cocina. Algunas de las señoras estaban ayudando, además de la madre de Taehyung, pero la misma les dijo que sólo faltaba secar y guardar, así que podían retirarse a descansar en la sala.
- Yo la ayudo -se ofreció Hoseok y asintió con una sonrisa cuando las demás señoras le dieron las gracias, diciendo que era un chiquillo encantador, y fueron a compartir a la sala de estar.
La madre de Taehyung no se encontraba visiblemente feliz de estar en la cocina solo con él, pero al menos se veía más relajada al no escuchar el constante ruido que ocasionaba el parloteo de las señoras. Hoseok estaba disfrutando del ruido y los gritos lejanos, además de que podía ver perfectamente a Taehyung jugar a la pelota con sus primos desde la ventana a un costado que daba directamente al jardín. Fue en uno de esos momentos en los que estaba distraído secando un plato y mirando como Taehyung se reía cuando escuchó una voz femenina captando su atención.
- Hoseok-ssi -musitó incómoda, con la vista fija en el vaso entre sus manos-. Perdón por haber sido... esquiva... contigo cuando llegaron.
Él la miró sorprendido. No esperaba que ella empezara a sincerarse con él de repente. Sinceramente, no esperaba algo de ella. Hoseok había aprendido a no esperar nada de alguien, porque mientras más esperas y más expectativas te haces, más probabilidad hay de que te lastimen.
- No tiene que disculparse, puedo entenderlo.
- Gracias por eso -sonrió sinceramente, alzando la mirada para mirarlo fijamente a los ojos-. Así que tú y mi hijo son novios.
- Sí, lo somos.
Hoseok se desconcertó un poco al oírse tan seguro. En otra ocasión lo hubiera dudado, pero eso era exactamente lo que ellos eran y sería tonto para él tratar de llamarlo de otra forma.
Ella lo observó a los ojos fijamente , callada, durante varios segundos. Y Hoseok no apartó en ningún momento la vista. Era como si tratara de leerle la mente, y para cuando le quitó los ojos de encima, Hoseok no se sorprendió al escuchar sus palabras. En cierta parte, las esperaba. Supuso que ella era el tipo de mujer que cuando empezaba a sincerarse, lo hacía por completo.
- Sabes... Tae...siempre ha sido un chico muy sensible... y yo no fui criada así, yo siempre fui demasiado dura, y siempre he sido testadura para darme cuenta de las cosas que hago mal... pero aunque quisiera apoyarlo completamente en su vida amorosa, aún me sigue incomodando que él sea tan diferente a como yo pensaba que sería -contó seriamente, y algo en su voz delató lo mucho que trataba de esconder cuánto le dolía-. Mis padres fueron muy conservadores antes de morir, y la crianza no es algo fácil de cambiar, pero lo intento, porque quiero que sea feliz, aunque él siempre ha sabido como enfrentar las cosas sin mí, sin su padre... obviamente su padre ha estado más con él que yo, pero aún así...-suspirando, ella volvió a mirarle al rostro, sin ninguna duda o temor-. Me gustaría que estuviera con alguien que le demostrara con todo lo que tiene cuánto lo ama, porque sé que hay alguien así para él. Si Taehyung te trajo a casa, estoy segura que es porque realmente está enamorado de ti. Y me gustaría saber si tú lo estás también, porque sino... me gustaría estar preparada para él.
Hoseok supo entonces a lo que quería llegar ella con todo eso. Ella buscaba una excusa para acercarse más a Taehyung, porque no podía hacerlo por sus propios medios. En parte, le enterneció que lo intentara y quisiera proteger a su hijo, pero por otra supo que por eso sentía lástima por ella. Era el tipo de mujer que no podía ser totalmente sincera consigo misma y, por eso, no podía serlo con los demás.
- Yo vine aquí sabiendo que Taehyung no les había dicho nada de cuán seria es nuestra relación -confesó Hoseok-. Si le soy sincero, no tuvimos una charla romántica en la que uno de nosotros le pidió al otro ser novios, simplemente todo se dio de forma tan natural que ahora vivimos juntos -se encogió de hombros, para la extrañeza de ella-, y puedo prometer que el tiempo que me quede con él, haré que se sienta completamente amado.
- ¿Crees que su relación funcione estando a distancia? -preguntó con cautela-. Para nosotros fue difícil cuando se fue a Francia, durante el tiempo que estuvo allá, sólo lo vimos cuatro veces.
- Soy creativo -sonrió con seguridad-. Creo que sabré como arreglármelas para hacer que funcione, porque quiero que funcione -inhalando, Hoseok quiso que sus ojos pudieran expresar lo decidido que estaba. Lo seguro que estaba de sus sentimientos-. Usted no me conoce, pero si algo puedo demostrarle en el futuro, es que cuando prometo algo, es porque lo voy a cumplir no importa lo que pase.
Ella sonrió y agachó la cabeza, como si de repente hubiera recordado algo.
- Me hiciste acordar a mí misma de joven. Tenía tu convicción... -y su mirada se perdió en la ventana, donde los demás seguían jugando. Hoseok buscó a Taehyung, pero él no se encontraba por ninguna parte-. Tal vez Taehyung no lo recuerde, pero cuando era pequeño le enseñé a bailar e incluso grabé muchos vídeos de nuestras coreografías... y fue la época más hermosa de mi vida -Hoseok la miró a tiempo para darse cuenta de la nostalgia tintando su rostro-. Sabes, siempre trato de acercarme a mi hijo, pero siento que a cada paso que doy me hundo más en arenas movedizas.
Hoseok tuvo ganas de abrazarla.
- Usted lo extraña, ¿Verdad?
- Muchísimo -sonrió ella y sus ojos se cristalizaron-. A veces creemos que tenemos tiempo de sobra para enmendar los errores o deshacernos de los remordimientos, pero no es así, muchacho. Es ahora o nunca.
- ¿Y cuándo será su ahora? -se oyó musitar. Ni siquiera lo pensó.
- No lo sé -respondió ella, mordiéndose el labio inferior tal cual lo hacía Taehyung cuando no quería llorar-. Pero quisiera que fuera pronto.
Cuando terminaron de secar y guardar en cada estante los platos, cubiertos y demás, la madre de Taehyung le dijo que podía ir a compartir con la familia mientras ella vigilaba la tarta de manzana en el horno que había hecho su esposo. Él se ofreció para hacerle compañía, pero ella le dijo que ya había sido suficiente escuchándola y ayudándola en lo demás, así que para cuando Hoseok salió de la cocina, se encontró con Taehyung en el pasillo, su cabeza gacha y sus hombros rendidos. Como si lo hubiera estado esperando, alzó la vista con ojos húmedos y su labio inferior temblando. Hoseok no dijo nada, sólo entrelazó sus manos y lo llevó a la habitación de invitados en la que él dormiría, se sentó en la cama y dejó que Taehyung trepara por su regazo y le devolviera el abrazo con fuerza.
- Así que escuchaste todo -susurró en su cuello. Taehyung asintió y, sollozando, lo besó profundamente, con tanto deseo que Hoseok sintió la excitación hasta en la punta del cabello.
Taehyung ahuecó entre las manos su rostro como si fuera el ser más precioso del mundo y cuando lo observó fijamente a los ojos, dijo claramente lo que antes había escuchado entre balbuceos y gemidos ininteligibles del orgasmo. O lo que creía haber escuchado.
Ahora no eran suposiciones. Lo había dicho tan claramente que Hoseok no lo olvidaría nunca.
- Te amo, Jung Hoseok.
No hacía falta que dijera nada más. Hoseok sonrió como si le hubieran dado el mejor regalo del mundo y lo besó como si se le fuera la vida en ello. Y Taehyung lo repitió una y otra vez.
[...]
ay mis hijos están creciendo tan rápido :'(((((((((((((((
lxs amo, muchas gracias por leer<3
algún error me avisan ploz, sino se entiende algo hagan su preguntita aquí pls que será respondida en el futuro o ahora alskjdklasd
pd: desde ahora subiré spoilers al muro pa k vean que no me he olvidado de esta madre ah aksjdakljsd igual faltan capítulosssssss, así que no se alarmen, besitos<3
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