52
Taehyung no solía contar los días, pero habían pasado tres semanas desde que Hoseok y él se habían reconciliado.
Si de algo estaba seguro, es que había pasado todo demasiado rápido y de una forma extraña, porque él pensaba que cuando se despertase después de la primera vez juntos, ya no encontraría a Hoseok. El profesor había tenido en mente alejarse de él, eso le había quedado claro por la manera en la que había perdido los nervios por su culpa. Lo que pasó después sólo podía explicarse como la atracción sexual que había estado latente entre ellos. Taehyung realmente pensó que después de eso Hoseok lo ignoraría o le diría alguna frase hiriente para alejarlo y dar por terminada su extraña relación.
Pero no lo hizo.
Había despertado horas después sólo por el ruido de la ducha, con restos de sudor y marcas en todo su cuerpo que hicieron que se ruborizase cada vez que se veía en el espejo. Y cuando fue a comprobar si realmente era Hoseok dándose un baño y que no se había ido, al verle tras la cortina no pudo evitar preguntar << ¿Vas a quedarte? >>.
No recibió una respuesta, pero quedó más que claro cuando terminó contra los azulejos, siendo follado por segunda vez.
Desde entonces no hacía falta que ellos hablasen, de alguna u otra forma siempre terminaban en la habitación del otro después del trabajo, teniendo sexo o besándose hasta que les dolían los labios. El lugar favorito de Hoseok, había deducido Taehyung, era el sillón de su departamento. Cada vez que Hoseok solía ir a su departamento, sólo hacía falta que se sentara en su sillón para que Taehyung entendiera lo que quería. A veces podían pasar horas y horas sólo tocándose y besándose como dos adolescentes necesitados en ese sillón.
No podía evitar abrumarse a veces, incluso cuando Taehyung no podía más, tener a Hoseok dentro de él era lo único que deseaba. Si Taehyung había sido pegajoso con sus antiguas parejas, con Hoseok no era diferente. Para él no existía el espacio personal y eso Hoseok lo sabía, incluso hasta ese momento parecía aceptarlo bastante bien. Cada vez que Taehyung lo abrazaba al abrir la puerta de su departamento -porque pasaban más tiempo en el que en donde Hoseok, por respeto a Namjoon, que ya se había quejado por los ruidos que hacían-, el profesor no lo rehuía ni hacía ademán de alejarse, es más, lo apretaba más contra sí y le llenaba de besos en el cuello, como si no hubieran dormido juntos el día anterior.
Sólo cuando no tenían la boca ocupada en la del otro -o en cualquier parte de su cuerpo- solían hablar del trabajo o de algo interesante que habían descubierto, hecho o leído. Taehyung realmente trataba de que su relación, desde entonces, no se basara sólo en sexo y más sexo; pero era difícil si Hoseok lo provocaba todos los días que le veía. Anteayer, Hoseok se encontraba relajado con las piernas abiertas echado en su sillón -mientras él trabajaba en un pedido-, leyendo en voz alta con sus anteojos en la punta de la nariz, cuando no pudo evitar caer de rodillas ante él y complacerlo.
Se supone que no habría nada de erótico en que Hoseok le leyera La Iliada de Homero, pero su cuerpo no pensaba lo mismo.
Taehyung creía que ese era el problema: su cuerpo. Cada vez que trataba de concentrarse en algo que no fuera Hoseok, su cuerpo recordaba la forma en la que lo tocaba, la piel contra sus dedos, los gemidos e imágenes obscenas en su mente y de un momento a otro se encontraba extrañando a Hoseok con tanta fuerza que era sofocante.
A veces pensaba que él era el intenso de la relación y trataba de relajarse un poco, de contenerse y mantenerse al margen, por eso usualmente trataban de no hablarse en la universidad, aunque pocas veces solían encontrarse durante mucho tiempo. Pero entonces Hoseok tiraba de él, lo sentaba en su regazo o le agarraba de la mandíbula y lo besaba cuando estaban solos. A veces pensaba que él podía leer su mente, porque lo encontraba sin necesidad de llamarlo.
Pero a veces solía pensar que era demasiado, como en la tarde de ayer, cuando se había quedado solo en el taller de la universidad trabajando en otra escultura y no había visto a Hoseok en todo el día y pensaba que no lo vería después; porque le había enviado un mensaje diciéndole que llegaría un poco tarde a casa, así que esperaba que Hoseok se fuera a dormir temprano y sólo lo ayudase a dejarle comida a Yeontan abriendo su departamento con la copia de la llave que solía dejar bajo el tapete -porque casi siempre pasaba la noche con él, aunque ninguno de los dos lo planease en realidad-, pero se dio cuenta lo equivocado que estaba cuando Hoseok esperó que todos los alumnos se fueran para entrar al salón y sorprender a Taehyung, cerrando con pestillo el salón y volver a tenerlo para él, aunque le había dicho claramente << no vamos a hacer eso en el salón, aquí es donde enseño a mis alumnos, maldita sea >>, pero Hoseok sabía exactamente como hacerle cambiar de opinión. Maldición, Taehyung realmente se resistía a los encantos de Hoseok, pero era imposible cuando lo tenía en frente.
Sin embargo, por más que estuvieran casi cada día juntos en la tarde-noche y los fines de semana, nunca se habían referido al otro como novio, pareja o amigos con derecho. Taehyung dio por hecho que daba igual a esas alturas; Hoseok estaría en su cama aunque no fuera su novio. Ya no era algo que le preocupase, pero Taehyung también solía volverse inseguro a veces, como en ese momento.
Hoseok no era de su propiedad, no era una cosa; era una persona que podía libremente hacer lo que quisiese y convivir con quien fuese. Lo tenía claro. Taehyung nunca había sido intenso cuando se ponía celoso; antes de su relación con Minho, nunca había sido realmente celoso, incluso le hacía feliz que sus parejas fueran igual de demostrativas que él. Si había sido más celoso de lo normal referente a Mel, pero era antes de que tuviesen una relación y tenía razones para estarlo. Los había visto besarse, sabía cuánto se querían y tenía claro lo fuerte que era su amistad. Sabía que Mel era una buena influencia para Hoseok, que le había enseñado muchas cosas. Siempre trataba de confiar en sus parejas y si algo no le gustaba, decirlo claramente, pero, ¿Por qué se sentía tan molesto al ver a Hoseok charlando animadamente con el enfermero Kim y la profesora de psicología social? Ya sabía que Hoseok charlaba mucho con ellos, que eran amigos. No debería ser un problema. No debería sentirse de esa forma, como si tuviera algo desgarrando su pecho. Como si quisiera patear algo.
Sólo no podía dejar de ver como el enfermero Seokjin tenía su brazo alrededor de los hombros de Hoseok. O ver que la profesora Lee de psicología -Taehyung recordaba que le decían Hyu-estaba demasiado cerca, tocando su brazo con tanta confianza y haciéndole reír. Le sorprendía que Hoseok no se viera incomodo como otras veces.
Taehyung trató de volver a lo que estaba haciendo. En dos días más celebrarían el aniversario de la facultad de Artes, había una muralla que tenían que pintar -él estaba ayudando a colgar adornos junto al centro de alumnos porque había terminado sus clases por ese día- y él no podía estar observando fuera de la facultad al trío que seguía riendo y conversando justo a unos metros dentro de la cafetería de la universidad, a metros de donde estaba.
Trató de volver a lo que estaba haciendo: tenía que enfocarse, pero no lo estaba logrando. Hoseok no se había dado cuenta de que le estaba mirando y obviamente, ninguno de ellos podía escuchar a Taehyung decir en su mente << no lo toquen >>, una y otra vez. Sus alumnos le estaban diciendo algo, pero él no podía dejar de ver de reojo a Hoseok, riendo y gesticulando y...
De repente, con el corazón bombeándole como un loco, vio a la profesora agarrar el rostro de Hoseok con las manos -al igual que él antes de besarlo- y se encontró moviéndose para impedirlo, su cuerpo queriendo correr hacia ellos y separarlos.
Pero apenas se movió Taehyung terminó en el suelo, con un dolor punzante en su tobillo.
¿Cómo se le había olvidado que estaba encima de una silla colgando las decoraciones?
Trató de levantarse rápidamente, pero casi todos sus alumnos habían visto su vergonzosa caída. Dos de ellos fueron hasta él, ayudándolo a levantarse, pero apenas apoyó el pie izquierdo en el piso una electricidad le recorrió toda la pierna, desde la punta de los dedos hasta la cadera.
- ¿Cómo se siente, profesor Kim? -preguntó Changun, uno de los alumnos que hizo el bosquejo para el mural.
- Creo que me esguince el tobillo -suspiró Taehyung, con una mueca en el rostro al agacharse para examinar su tobillo.
Efectivamente, este estaba empezando a enrojecerse y a hincharse.
Maldijo en su mente. Ahora tendría que ir a la enfermería y ahí lo atendería el enfermero Seokjin, que estaba precisamente en la cafetería, en su hora de almuerzo.
No quería verlo.
Tampoco quería ver a Hoseok. Le avergonzaba el rumbo de sus pensamientos y sentimientos posesivos. Iba a decirle a alguno de los chicos si podían ir a buscar a Jimin -que es profesor de atletismo- para que lo fuese a dejar al hospital, pero antes de lo pensado una de las chicas había ido corriendo a la cafetería a buscar al enfermero.
Taehyung quiso tirarse del edificio mientras Changun lo ayudaba a caminar hacia la enfermería. No había caminado ni tres metros cuando su alumna -que recordaba que se llamaba Hyesun- y el enfermero Kim llegaron frente a él.
No se esperaba que Hoseok estuviese entre ellos dos.
- ¿Estás bien? -preguntó Hoseok, sus ojos recorriéndole por completo y su mano acariciando con suavidad su nuca. Taehyung quiso gruñir y alejarlo, pero se quedó quieto tratando de no moverse porque su tobillo estaba empezando a doler cada vez más.
- Creo que me esguince el tobillo -repitió casi enfurruñado, viendo como el enfermero se acuclillaba frente a él.
- ¿Puedo ver? -Taehyung asintió y el enfermero tomó su tobillo, subiéndole el pantalón para examinarlo con más claridad. Al moverlo y tocarlo con el pulgar, Taehyung no pudo evitar apretar los dientes conteniendo el gemido de dolor. El enfermero claramente lo notó-. Sí, está empezando a hincharse. Vamos a tener que llevarte a mi sala, tengo pastillas para la hinchazón y el dolor que te harán sentir mejor.
Taehyung asintió. No dijo nada cuando Hoseok se interpuso entre él y Changun, dándole las gracias y diciéndole que él se encargaba.
No ayudaba en nada que Hoseok se agachara frente a él, dándole la espalda como cuando Taehyung corrió detrás de él diciendo que era un corredor -lo que era mentira- y se cayó de bruces en el suelo, lo que parecía haber sido hace tiempo. Hoseok no lo estaba ayudando para nada en ese momento siendo tan jodidamente amable y preocupado.
- Súbete, profesor Kim -dijo Hoseok, mirándole por sobre el hombro-, ¿Qué esperas?
Taehyung suspiró, mordiendo su labio inferior mientras se subía a la espalda de Hoseok y este lo cargaba. Se estaba muriendo de la vergüenza. Ni siquiera quería ver como lo estaban mirando sus alumnos, siendo cargado en la espalda del profesor de literatura.
Cuando llegaron a la sala de enfermería, Taehyung sabía todo lo que haría el enfermero. No pudo evitar sentirse demasiado incomodo cuando Hoseok lo ayudó a sentarse en la camilla, agarrando su pierna y sacándole el zapato y el calcetín con todo el cuidado del mundo. Pero eso estaba quedando en segundo plano por el dolor en su tobillo.
Pero maldición, realmente Hoseok no lo estaba ayudando a sentirse mejor.
Se tomó las pastillas que le dio el enfermero, fue examinado otra vez y le contó cómo se había caído, omitiendo sus vergonzosos pensamientos que lo tenían distraído. No le sorprendió cuando Seokjin -como había dicho que le dijera- le dijo que sería bueno que fuera a hacerse una radiografía, para descartar que su tobillo estuviese roto. Le vendó y le dio unas bolsitas de hielo que fueron a parar a las manos de Hoseok, que estaba sentado a los pies de la camilla y tenía sus piernas en el regazo.
Volvió apretar los dientes y a cerrar los ojos con fuerza cuando Hoseok puso delicadamente el hielo en su zona adolorida. Exhalando, apoyó la cabeza en la camilla.
Ni siquiera abrió los ojos cuando escuchó la puerta cerrarse. Apenas había escuchado a Hoseok decirle a Seokjin que fuese a terminar su comida, que no se preocupara porque se quedaría con él.
Taehyung suspiró.
- ¿Te pasa algo, Taehyung? -oyó que Hoseok le preguntaba. Taehyung negó.
- Me duele el tobillo, eso es lo que pasa -respondió, sin poder evitar un tono desdeñoso en su voz.
- Además de eso -replicó Hoseok, soltando una risa burlona que le irritó-. No sueles ser tan torpe, excepto cuando algo te preocupa.
Taehyung volvió a suspirar y abrió los ojos, alzando la cabeza para mirar a Hoseok. Se miraron unos instantes a los ojos y Taehyung no pudo sostenerle la mirada preocupada; volvió a ver su tobillo y vio como una de las manos de Hoseok sostenía la bolsa de hielo con cuidado y la otra la tenía contra la palma de su pie, su pulgar moviéndose delicadamente dándole caricias. Agarraba su pie como si fuese a romperlo, pero seguro.
Sintió algo en su pecho, semejante a lo que sentía cada vez que Hoseok lo besaba después de tener un orgasmo. También otro sentimiento que no podía describir.
Y las palabras brotaron de él, imposibles de detener.
- No era verdad lo de tu Hafefobia, ¿Verdad?
Volvió a mirar a Hoseok y se arrepintió al instante de lo que había dicho.
- ¿De qué hablas? -exclamó Hoseok, su ceño fruncido y mirándole tan confundido, incrédulo y luego de alguna forma, con cada segundo que pasaba, herido-, ¿Qué demonios, Taehyung?, ¿Por qué iba a mentir sobre algo así?
- Estabas dejando que Seokjin te tocara -dijo Taehyung, sintiéndose tan tonto y abochornado. Como un niño. Pero si no lo decía sentía que se iba ahogar y no podía detenerse por más estúpido que sonara-. Y también la psicóloga Lee. No pensé que eras tan cercano con ellos, siendo que antes te veías incomodo cuando ellos... te tocaban y ahora... te vi con ellos y...
- ¿Eres tonto? -le interrumpió Hoseok, con un poco de brusquedad en su voz que hizo que volviera alzar la mirada hacia él. Se veía realmente enojado y él no podía evitar que su garganta se cerrara y sus ojos picaran-. No te he mentido. Aún me da algo de repulsión que la gente me toque, sí, ya no tengo en sí los síntomas de alguien con hafefobia, pero es porque tú me has ayudado y varias personas a lo largo de mi vida -Taehyung se mordió el labio inferior, casi reteniendo la respiración con cada palabra que decía Hoseok y la forma dura en la que le miraba-. Pero sabes que siempre me despierto cada mañana luchando contra eso, es jodidamente injusto que creas que porque he decidido confiar en dos amigos toda la mierda que te he contado es mentira.
- Lo siento -musitó Taehyung, quedamente, con la mirada gacha. Se sentía mal.
- Maldición, Taehyung, ¿Desde cuándo eres así de celoso? -escuchó que decía, sonando confundido e incrédulo a la vez-. Yo trato de no ponerme celoso cada vez que abrazas a alguien, que tocas a Jimin como si fuera tu novio o que le sonríes a todo el jodido mundo. Sé que eres así, jodidamente encantador y lo acepto, pero, ¿Por qué de repente te molesta que yo sea así? -Taehyung volvió a mirarle, y no tuvo una respuesta clara para ello-. Y ni siquiera soy así como tú, en realidad, a Seokjin y a Hyu los conozco desde hace tiempo. Desde antes de conocerte a ti, incluso -como vio que Taehyung no decía nada, Hoseok suspiró y desvió la vista hacia su pie-. Sólo... olvidaré que dijiste esto, porque realmente no quiero enojarme contigo. No volvamos a mencionarlo.
Taehyung apretó los labios y, tal como sus primeras y tontas palabras, entre todo el silencio entre ellos y la distancia que quería acortar, no pudo evitar decir algo más que salió desde lo profundo de su pecho, oculto de todo el mundo. De él.
- Te quiero -musitó y volvió a repetir cuando vio que Hoseok no le había entendido, mirándolo confundido, esta vez más claro-. Te quiero.
No era la primera vez que veía a Hoseok sorprendido, pero había un brillo en sus ojos que fue difícil discernir. No podía describirlo. Temblaba y sentía que si Hoseok no le respondía, iba a temblar para siempre.
Pasaron segundos, tal vez minutos o toda la eternidad. No lo sabía. Para cuando Hoseok decidió romper el silencio, ni siquiera alcanzó a oír lo que quiso decirle.
Porque justo en ese instante la puerta se abrió de sopetón, dejando ver a Jimin, quien guiaba y apretaba la nariz sangrante del que parecía ser el profesor de Música, Min Yoongi. Al verle, saltó sorprendido y soltó a Yoongi, quien gruñó y manchó el piso con gotitas de sangre.
- ¡Taehyung!, ¿Estás bien?, ¿Qué pasó? -preguntó Jimin, exaltado.
- Jodido idiota, ¡Voy a desangrarme por tu culpa! -se quejó Yoongi, su voz nasal y su mirada llena de odio al ver a Jimin, quien frunció el ceño y lo miró con desdén por encima del hombro. Nunca había visto tal mirada de muerte en su amigo, excepto esa vez en la que su ex novia lo engañó.
- Pues hazlo de una vez y muere.
Taehyung, en ningún momento, entendió qué demonios estaba pasando.
[...]
Les presento al Hoseok de esta historia con anteojos, pero con el pelo rojizo -y raíces negras- jejeje <3
lxs amo
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