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Cuando salió del departamento aún tenía el cabello húmedo, se había puesto una camisa negra con detalles rojos, y un blazer negro con pantalones negros. Le había tomado más del tiempo previsto elegir algo elegante, no tan formal, para presentarse a la exposición, pero se sentía tan nervioso que solo terminó por elegir lo que fuera más cómodo. No quería tener que poner un peso de ansiedad más sobre sus hombros cuando ya estaba empezando a sudar por eso.

Estaba ansioso por ver a Taehyung fuera del área de confort donde siempre le veía. Parte de él quería conocerlo todo, pero otra parte no quería ver más allá porque eso implicaría que sus sentimientos se harían más profundos. Tan profundos como a mil metros bajo el mar donde no había ningún retorno ni control. Posiblemente si Taehyung no le hiciera sentir como en casa, él hubiera ido a la exposición sin importar qué. Pero las cosas eran distintas porque él había tenido un hogar y se lo habían arrebatado, o tal vez nunca lo había tenido, pero se sentía como si todo fuera una broma, una falsa, y que Taehyung le diría << ¿De verdad pensaste que podías pertenecer junto a alguien?, ¿Junto conmigo? >> y tenía miedo de comprobarlo incluso si todo era una ilusión de sus miedos. De ir más allá en algo que había estado inconscientemente evitando. 

Ojalá las cosas fueran fáciles como el que Taehyung pudiera sentir lo que él sentía cada vez que le veía, pero ni eso podría cambiar algo. El miedo de poder llegar a amar tanto a alguien, de perderse en alguien y la necesidad de tenerlo cerca era tan doloroso para él. Porque ya lo había vivido.

Había amado tanto a su madre.

E hizo cada cosa que ella le había dicho que hiciera. Había prometido todo lo que ella dijo que prometiera. Y lo había cumplido y la había odiado tanto al principio por eso. Ya no la odiaba más, pero las secuelas de lo que parecía una enfermedad en su mente parecía que jamás se irían. Cada quien sufre, se refugia y sana a su manera. Hoseok sólo lo supo cuando leyó las libretas que le había dado su padre biológico, Yoon-Han, después de haberse encontrado con él a hablar cuando tenía 18 años, pero las había leído un año después de eso.

Hoseok podía vivir oculto en lo más hondo de él, podía alejarse, vivir una vida mediocre y miserable con las personas necesarias. Siempre solo. De alguna forma se había acostumbrado a la soledad porque no le había quedado de otra y las emociones negativas eran tan frecuentes que cuando sentía otra cosa nunca podía mantenerla demasiado tiempo. 

Pero esta vez necesitaba estar cerca. Necesitaba tocar a Taehyung, besarlo, sentir esa calidez que le transmitía como un manto en invierno cada vez que le miraba como si fuera alguien especial y único. Taehyung lo miraba como si él fuera importante, como si fuera una persona maravillosa por ser tan imperfecto. A veces se sentía enojado por estar dándole una mentira, pero entonces aquella mentira se sentía tan real, tan real a los ojos de Taehyung. Él no quería darle una mentira.

- Puedes hacer esto, Hoseok -murmuró hacía sí mismo, apoyando la frente en el manubrio cuando aparcó frente a la galería. Sabía que la galería quedaba cerca del parque de atracciones, de la comisaría y el orfanato. Ese sector de la ciudad, la otra punta de donde él y Taehyung vivían, le traía tan malos recuerdos.

Pero cuando salió del auto y estuvo a punto de cruzar la calle, vio como de un taxi se bajaba una chica con el cabello azul eléctrico, justo frente a la galería. Se había quedado quieto por la sorpresa y cuando ella se dio la vuelta para mirarle, el sonido de un claxon hizo que se le detuviera el corazón.

Vio como un auto pasaba a su lado esquivándole con rapidez, a punto de atropellarlo.

- ¡Aprende a manejar, estúpido! -gritó Mel enfurecida hacia el carro, mientras tiraba de su muñeca hacia la vereda. Hoseok se dejó mover, más asustado por lo poco que estuvo de ser arrollado que por la mirada entre asustada y furiosa de Mel, su respiración tan agitada como la de él.

- No sabía que vendrías.

- ¡No sabía que eras tan despistado! -exclamó Mel, soltándole la muñeca mientras guiaba una mano a su pecho y inhalaba agitada por el susto-, ¿Acaso no te enseñaron a mirar a ambos lados antes de cruzar la calle? Maldición, me diste un susto de muerte, imbécil.

- Lo siento, sólo estaba sorprendido de verte aquí -dijo Hoseok, rascándose la nuca y suspirando el aire retenido.

- Te llamé, pero no contestabas, así que supuse que habías venido -se encogió de hombros, mirándole preocupada-. Le pregunté a Namie por ti y me dijo que vendrías más tarde.

- ¿En serio me llamaste? -Hoseok sacó su celular, verificando que tenía tres llamadas perdidas de Mel y que no había escuchado-. Lo siento, lo tenía en silencio.

- Está bien, te perdono, pero me tienes que llevar a casa después y darme un abrazo ahora porque te extrañé taaaanto -lloriqueó falsamente Mel, extendiendo los brazos mientras hacia un puchero y miraba con ojos de cachorro a Hoseok. Con una sonrisa, la abrazó con fuerza, apoyando la mejilla en su cabeza mientras Mel apoyaba la frente en su pecho con gesto cansino-. Hoy tenía mucho trabajo, pero a última hora cancelaron la transmisión así que pude venir más temprano a la exposición de Kim Taehyung -ante la mención de su nombre, Hoseok se tensó, alejándose sutilmente de Mel, quien no se dio cuenta y siguió con los brazos envolviendo su cintura. Cuando sus ojos se encontraron, Mel sonrió con diversión y rebosante de energía otra vez-. Namie me dijo que aquí estaría esa escultura que me dijiste que estaba haciendo con tu ayuda, ¿En qué momento te volviste la musa de alguien?

- No soy la musa de nadie -rió Hoseok, ante la expresión traviesa de Mel-. Sólo cedí ante sus chantajes.

- ¿Chantajes? -ladeó la cabeza. Hoseok negó y pasó un brazo por el hombro de Mel, haciendo que ella se girara hacia la galería y ambos cruzaran la calle hacia la puerta.

Ambos sonrieron, porque realmente se habían extrañado todo ese tiempo sin verse y sin poder hablarse tanto por mensajes. Hoseok quitó su brazo de los hombros de Mel antes de entrar y cuando lo hizo, se sorprendió al ver a varias personas frente a las obras, sacando fotos o conversando en murmullos. Todo el lugar se hallaba sumergido en un ambiente singular, como si fuera primordial mantener el silencio para escuchar lo que las obras querían decir.

Recorrió toda la primera instancia, con Mel a su lado y sus comentarios de genuina admiración, sacando fotos e incluso insistiendo en buscar a Taehyung para decirle cuánto le gustaban las obras. Hoseok las había visto a medias cuando ayudó a transportarlas, siempre cubiertas para no estropearlas, así que no había podido admirar con detalle cada obra y el nombre de estas. Pero recordaba algunas, como la que estaba pintando Taehyung una noche de tantas en las que fue a su departamento; había sido antes del primer beso. La pintura se llamaba "Daegu bajo el árbol" y ahí se veía una pequeña colina, un árbol en lo alto en donde un columpio de madera colgaba, mientras a lo lejos se veía la gente diminuta, como si estuviesen paseando, en especial una madre y un niño pequeño de la mano. Lo más maravilloso de la obra era la sensación que te provocaba de querer estar allí, sentado en el columpio. A Hoseok le provocó una nostalgia tan grande que tuvo que esquivar la mirada y enfocarla en Mel, que se hallaba rozando apenas la escultura de manos femeninas envolviendo un corazón humano real. Los detalles estaban tan bien hechos que eran hipnotizantes.

Hoseok recorrió el lugar con la mirada por si se encontraba Namjoon o alguien que conociese, pero no logró divisar a nadie, así que Mel lo llevó a empujones hacia el segundo piso, subiendo por la escalera de caracol. Antes de llegar al último peldaño, asomando la cabeza por sobre el piso, lo primero que vio fue un cabello largo sedoso y una sonrisa tan familiar como hermosa.

- Ho, ya sube, ¿Qué pasa? -dijo Mel, impaciente detrás de él.

Se quedó quieto, admirando al escultor sonreír entre personas que no conocía.

Taehyung realmente lucía precioso vestido de esa forma tan elegante. Distaba tanto de su imagen en el departamento, que no sabía cuál le gustaba más en ese momento, aunque sabía que la imagen que tenía de él entre sus brazos sería siempre su favorita. Inhaló profundamente, tomando valor, pero de repente vio como un chico casi de la misma altura de Taehyung enrollaba un brazo alrededor de sus hombros, acercándose con una sonrisa, susurrando en su oído y haciendo que Taehyung se sonrojase. El chico soltó una risotada y besó la mejilla del escultor con tanto afecto que Hoseok deseó que el suelo se partiera en dos y los separase. Taehyung no se alejó, sino que le besó la mejilla también y ahuecó el rostro de él entre sus manos, apretando sus mejillas y sonriendo tan dulcemente.

Hoseok trago saliva, sus manos empezaron a temblar y se dio la vuelta, mirando fijamente a Mel.

- Vayámonos -musitó con voz ahogada, haciendo que Mel lo mirara asustada por su expresión-. Salgamos de aquí, Mel. Rápido.

Mel no preguntó nada más. Ella era buena entendiendo rápidamente las expresiones de Hoseok y lo que él quería, así que le hizo caso, se dio la vuelta y ambos bajaron hasta el primer piso, sin detenerse en ningún momento hasta salir por la puerta.

Hoseok le dijo a Mel que ella conduciría, porque él sencillamente no podía hacerlo de lo mucho que temblaba su cuerpo. Era como ver al Hoseok de segundos antes de echarse a llorar, y eso hace años que Mel no lo había visto. Se encontraba estupefacta, así que no replicó y sólo se dedicó a manejar hasta el departamento de Hoseok, mirándole de soslayo para comprobar que no hiperventilaría.

Cuando llegaron, Hoseok ni siquiera le pidió las llaves. Entró a paso rápido, como si quisiera encerrarse cuanto antes en la habitación. Mel lo siguió, tan angustiada que cuando Hoseok hizo ademán de encerrarse ella le agarró la mano, haciendo que Hoseok la quitara asustado y le mirara desorientado, como si se hubiera olvidado de su presencia.

- ¿Qué pasó? -exigió saber, acercándose lentamente y posando con cuidado sus manos en los brazos tensos de Hoseok. Él no se alejó, sólo se cruzó de brazos y evitó pestañear al tener los ojos cristalizados-. Dime, ¿Por qué nos fuimos?, ¿A quién o qué viste, Ho?

Hoseok negó, dando a entender que no quería hablar. Ella no le hizo caso, lo guió hacia el sillón e hizo que se sentara, acuclillándose frente a él como si fuera un niño perdido.

- No me voy a ir hasta que me digas qué fue lo que viste.

Hoseok se pasó la mano por el rostro tenso, limpiándose las lágrimas que cayeron sin aviso alguno. Carraspeó y la miró en silencio, haciendo que Mel recordara al Hoseok de hace años. Eso solía pasarle antes cuando alguien lo lastimaba, se quedaba callado como si las palabras se le hubieran atascado en la garganta, como cuando Mel le preguntaba quién había sido el idiota que le había roto el cuaderno. Así que esperó a que Hoseok se tranquilizara y lograra decir alguna palabra.

- ¿Y bien? -ante la nula respuesta, Mel suspiró-. Ho, por favor, déjame entenderte. No me gusta verte así, necesito saber qué pasó. Confía en mí.

Hoseok asintió, volviendo a carraspear.

- Lo que sucede... es que... te mentí -confesó casi en un susurro. Mel lo escuchó, pero aún así no entendió a qué se refería.

- ¿Cómo?

Inhalando con fuerza, Hoseok agachó la mirada.

- Te mentí al besarte hace semanas atrás... -ladeando la cabeza con derrota, se obligó así mismo a mirarla-. No eras a quien estaba besando, Mel.

Ella se tensó, sus ojos asustados mientras se mordía el labio inferior con expectación. Cuando preguntó, su voz tembló.

- ¿A quién estabas besando?

Pareció una eternidad cuando por fin se atrevió a decirlo, las palabras desbordándose.

- A Taehyung.

- Taehyung, ¿El escultor? -frunció el ceño, tan sorprendida como dolida. Hoseok asintió en un pestañeo-. Tú... -se detuvo, su respiración irregular-. ¿Eres... gay?

- No lo sé -susurró, viendo como Mel terminó sentada en el suelo frente a él, alejando sus manos para ponerlas en su regazo-. Bisexual... más bien -Mel desvió la mirada, haciendo que Hoseok pudiera ver que seguía perpleja-. Lo siento tanto, Mel. De verdad lo siento.

- ¿Cómo no lo... sabes? -preguntó con voz queda-, ¿Estás enamorado de él?, ¿Te gusta?, ¿Lo amas?

- No lo sé.

- ¿Entonces qué es? -preguntó casi con desesperación, sus ojos empezando a lagrimear-, ¿Por qué él es tan especial?, ¿Por qué me estás diciendo esto así como si... nada?

Hoseok tembló, no quería que Mel lo mirara de esa forma. No quería lastimarla y eso acaba de hacer.

- No lo sé -musito sin aliento-, tal vez sea cosa mía, pero... él me mira como si... necesitara que yo lo toque. Me mira... y me hace necesitarlo también. Me hace... sentir... diferente en una manera que no puedo evitar querer más, me hace ser una persona diferente y me hace querer serlo.

- ¿Él sabe acaso todo lo que has vivido? -Hoseok negó. Su expresión se endureció y se levantó del suelo rápidamente-. Entonces él no te conoce. Sí, no estás enamorado de él, porque si así fuera no tratarías de mostrarte como alguien que no le teme a nada.

- Perdóname por hacer esto -Hoseok se levantó también y se inclinó hacia ella, tomando sus manos y llevándolas hacia su pecho. Ella mantenía la cabeza gacha, así que con los dedos alzó su mentón-. Yo de verdad te amo, te adoro y de verdad tenía miedo de estar contigo después de que terminaste con Leo, pero luego... simplemente ya no quería... no quería...

- No querías estar conmigo porque te gusta él -terminó diciendo, su voz de repente tan segura. Su expresión aún demostraba desconcierto y se deshizo del agarre de Hoseok, alejándose un paso-. Lo entiendo, estoy tratando con todas mis fuerzas de entenderlo, pero sigo sin comprender... desde cuándo... las cosas han cambiado entre nosotros. Desde cuando ya no me has dicho nada o yo no te he dicho nada de lo que nos pasa en nuestra vida, cómo no pude verte como antes -un sollozo escapó de su garganta-. ¿En qué momento nos alejamos?

- Las... las cosas cambian, Mel -respondió Hoseok, dirigiendo una mano a la mejilla húmeda de ella-. La gente crece, los años pasan y la distancia lo transforma todo.

- Sí, lo sé, pero yo realmente creí que... podría hacerte feliz como lo mereces porque tú me haces feliz también -dijo Mel, mordiendo su labio inferior como si así pudiera dejar de llorar-. Pero resulta que ya has encontrado a alguien más... -Hoseok la abrazó al primer jadeo, y ella se dejó hacer, sollozando en su pecho. Estuvieron así bastante tiempo, donde Hoseok trataba de no llorar, hasta que escuchó la voz de Mel y luego sus ojos enrojecidos mirándole desde abajo-. Dime, ¿Qué... viste en la galería?

Hoseok mordió su labio.

- Taehyung estaba con alguien.

Mel entendió y no preguntó nada más, porque Hoseok ya no quería hablar y ella sólo se dedicaba a llorar por todo el estrés que acarreaba en su vida y que de repente estalló en ese momento. Realmente Hoseok pensó que se enojaría, pero estaba muy sorprendida para hacerlo, y muy triste. La decepción y las expectativas rotas siempre eran difíciles de digerir y para cuando Mel se quedó dormida en el sillón, con la cabeza en el regazo de Hoseok, tocaron a la puerta.



...

[ Si quieren saber cómo es la relación Hoseok-Mel en una canción, les recomiendo leer la letra de la canción del multimedia¿? es buena canción también, me encanta este álbum de Khalid alskdajd. Gracias por leer, lxs amo a todxs los que leen <3]


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