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Cerrando la puerta del mueble de la ropa, salió de la habitación haciendo resonar sus zapatos lustrados hacia el baño y se miró al espejo, su cabello perfectamente peinado hacia el lado con una pequeña coleta, abotonándose el último botón de la camisa y poniendo alrededor de su cuello una corbata azulada con dibujos amarillos, verdes y cafés. Haciendo muecas al espejo, se dio por vencido con el nudo que se le había formado y camino a la sala, donde se encontró a Jimin, vestido con una camisa blanca sin corbata y jeans, con la mirada fija en su celular mientras tecleaba en la pantalla, alzando la vista hacia él cuando llegó. Con gesto apurado, guardó el celular en su bolsillo y tomó la chaqueta de traje del sillón.

- Tae, date prisa, los demás están esperando para que abras la galería y poner todo en orden.

Taehyung como respuesta se acercó a zancadas hacia él, quedando sólo a centímetros y extendiendo la corbata entre sus dedos.

- ¿Me ayudas a colocarme esto? -pidió con un suspiro-. Es algo... hace tiempo no me coloco corbatas.

- Por Dios, todas tus corbatas son tan extravagantes -rió cuando la tuvo entre sus manos, devolviendo su chaqueta al sillón y colocando la corbata alrededor del cuello alzado de Taehyung-. Creo que era... creo que era así... -masculló mientras trataba torpemente de hacer los nudos, deteniéndose con una mueca en el rostro-. ¿Deberíamos verlo en internet?

- No -negó Taehyung exasperado, tomando la corbata y tirándola al sillón-, no hay tiempo, iré sin ella. Otro día querrán ver mi corbata de bananas.

- ¿Son bananas? -le miró extrañado, volviendo la vista hacia la cortaba y ladeando la cabeza-. Parecen algo... -dubitativo, vio el dibujo de las supuestas bananas que parecían más algún tipo de flor amarilla, junto a dibujos de hombres pequeños que parecían duendes de la era medieval. Encogiéndose de hombros, se dio por vencido y tomó su chaqueta del sillón-... ni idea, como sea, vamos.

El escultor asintió, tomando sus llaves y su celular en el aparador, el abrigo en la percha y poniendo una bufanda color caqui en su cuello, dispuesto a salir seguido de Jimin, quien se colocaba su chaqueta y peinaba su sedoso y negro cabello hacia atrás. Al lado el otro, caminaron por el pasillo hasta las escaleras y fueron bajando hasta que Taehyung suspiró, viendo que no tenía ningún mensaje de la persona que él esperaba.

- ¿Debería volver y preguntarle a Hoseok si quiere venir con nosotros? -preguntó Taehyung hacia Jimin, quien lo miró con una ceja alzada-. Tal vez cambió de opinión.

- ¿Qué te dijo?

- Dijo que no hacía falta, que tal vez iría él en su auto con Nam Hyung más tarde, pero yo digo que es realmente innecesario cuando podemos ir todos de una vez.

- Tal vez tiene otra cosa que hacer, algo importante, Tae.

Cuando llegaron al último peldaño del primer piso, Taehyung se dio la vuelta y miró con una ceja alzada a Jimin, cruzándose de brazos y resoplando con fastidio.

- ¿Qué puede ser más importante?

Jimin rodó los ojos con diversión y siguió caminando, ignorando al gesto enfurruñado de su amigo que le seguía a sus espaldas hacia el auto estacionado frente al departamento.

- No seas caprichoso, idiota -rió Jimin, encogiéndose de hombros mientras sacaba las llaves de su pantalón-. Tal vez algún familiar se enfermó, tuvo que pagar cuentas o yo que sé.

Como respuesta Taehyung gruñó frustrado, volviendo a ver a su celular mientras Jimin desbloqueaba las puertas del auto Kia k9 color rojo, entrando al asiento del piloto y Taehyung se sentaba a su lado, ambos poniéndose el cinturón de seguridad.

- ¿Y por qué nunca me dice nada cuando le pregunto? retomó Taehyung, más para sí que para Jimin, pero éste al oírle volvió a contestarle con cierto desinterés.

- Tal vez no ha crecido ese tipo de confianza entre ustedes, de todas formas, ¿Qué sabes de él además de cada lunar en su cuerpo? -insinuó burlón, prendiendo el motor y echando andar el auto hacia la galería

- Sobre él, sé muchas cosas -confesó con un suspiro, acomodándose en el asiento y mirando hacia la ventanilla los árboles de Seúl y el sol en lo alto. Eran aproximadamente las una de la tarde y la galería tenía que estar abierta a las tres, por lo que iban algo ajetreados y Taehyung trataba arduamente de no sentirse nervioso. No era su primera exposición, pero aún así el estómago se le contraía al pensar en toda la gente que iría a ver sus esculturas y pinturas, mucho más al pensar que Hoseok estaría allí en cualquier momento-. Sobre su familia, no sé nada más allá de sus amigos. Eso me preocupa un poco, yo siempre le hablo sobre mi familia.

Jimin meditó sus palabras, en silencio, para luego esbozar con cuidado.

- ¿Le has hablado de la relación de tus padres? El divorcio, la reconciliación y lo mucho que te lastimó que ellos...

- No -interrumpió secamente.

Apretando los labios, Taehyung se rascó la nuca. Eso era un tema demasiado delicado y que lo lastimó bastante como para hablarlo con Hoseok.

- ¿Lo ves? -exclamó Jimin, haciendo una mueca pensativa-. Tal vez él tenga problemas familiares como los tuyos. Cuando empiezas a hablar de las cosas que te hacen daño creas un lazo más profundo con las personas. Es como si tu alma se desnudara frente a alguien -Taehyung le dirigió una mirada insinuante, haciendo que Jimin sonriera y negara con la cabeza-. Sé que el profesor Jung te conoce literalmente desnudo... pero a lo que yo me refiero, es que ustedes no han dejado ver nada profundo del otro y eso es muy diferente a cualquier tipo de contacto que puedan tener.

- Lo sé... -murmuró Taehyung, mirando con cierta aflicción como los últimos rayos del sol dejaban haces de luz entre las hojas de los árboles y entre los edificios. Todo se oscurecía a cada minuto y Taehyung, tratando de no pensar en Hoseok y sus sentimientos por él, pensó en todas las personas que lo esperaban, en sus padres y su hermano viajando para estar en la exposición, en algunos de sus alumnos que también irían a verle y en la escultura de Hoseok. 

Esa escultura que estuvo a punto de no mostrar, pero que al final terminó en el centro de la galería en el segundo piso. Cierta parte de él no quería que nadie más la viera, quería tenerlo sólo para contemplarlo, pero otra parte quería que todo el mundo viera lo hermoso que era Hoseok. La forma en la que él lo veía, quería mostrarla, quería compartir al ser humano más misterioso y celestial que había visto en su vida. Incluso cuando a veces actuaba como un idiota, o hacía expresiones feas, Taehyung creía que era demasiado bueno para ser real. Le hacía darse cuenta que la realidad era mejor que la expectativa, porque podía tocarlo. Taehyung creía que por eso Hoseok tenía una escondida y compleja personalidad, para compensar lo atractivo que era.

Había tantas cosas que sabía de Hoseok, el que su comida favorita fuera el Kimchi y tomar cerveza, su color favorito fuera el verde y el negro; por eso la mayoría de sus camisetas y camisas eran de diferentes tonos de verdes oscuros o negros, que le gusta reír a carcajada limpia de los chistes tontos, que le encanta oír historias de la antigua grecia, porque adora leer libros antiguos, y que inconscientemente agudiza la voz cuando se burla de algo, lo que le hace ver muy tierno, dándole ganas de estrecharlo entre sus brazos y llenarlo de besos en el rostro. Que le gusta el orden y la limpieza, más aun el orden, porque usualmente era él quien llegaba a ordenar los lapices y pinceles desperdigados por el escritorio de Taehyung o ayudaba a limpiar el suelo cuando el agua y el barro hacían un desastre en el piso -aunque Taehyung se aseguraba en poner papel de diario-, y usar accesorios como anillos de serpiente cuando no está en la universidad. También que suele mover el cuello hacia la izquierda en un tic nervioso y de tal forma que se le ve la prominente manzana de Adán llamando toda su atención. Le gusta saber cuando está realmente molesto, pero actúa indiferente, por su insistente mohín en sus labios; o cuando está feliz, por los hoyuelos en la comisura de su boca, incluso por su tono de voz con el paso de los días podía darse cuenta que algo le pasaba. Aunque a veces no podía ser capaz de descifrar a Hoseok, le gustaba intentar discernir entre todas las máscaras para encontrar su mejor yo e incluso el peor.

Pero habían tantas cosas que no sabía, como el nombre de su familia, la relación con sus padres o si tenía hermanos. Lo máximo que llegó a saber de la familia de Hoseok era sobre su madre Yu que lo llamaba de vez en cuando, curiosidades de ella por anécdotas que le había contado; como cuando una vez llegó tarde a casa y ella lo esperó toda la noche en el sillón, dándole el mejor castigo de todos; leer una escena de Hamlet en voz alta y si ella creía que había sido una buena interpretación, le dejaba ir acostarse y si no, entonces hacía que fregara los pisos. No recuerda qué estaban hablando que hizo que Hoseok contara aquello, pero sí recuerda que se rió mucho de como lo había contado. Y también, que Namjoon y Mel eran como sus hermanos. Lo que era gracioso pensarlo, porque Taehyung aún sospechaba que Hoseok quería a Mel de forma romántica. Los celos nunca habían sido un defecto de él, y trataba de que no lo fueran con Hoseok, pero a veces se le iba un poco de la mente.

Taehyung siempre había preguntando más cosas, pero Hoseok siempre las evitaba. Y él trataba de no enojarse y no sentirse mal; él perfectamente podía esperar. Habían historias que no salían a la luz no porque no quisiera, sino porque el momento indicado nunca sucedía. Taehyung esperaba por ese momento. 

Él también tenía historias que contar, pero que no se sentía listo para decir y sabía que, tal vez, nunca lo haría. No importa si había alguien escuchándolo o no. A veces los momentos fugaces son demasiado rápidos como para atraparlos, al igual que las palabras.

Perdido completamente en sus pensamientos, pero tratando de no recordar recuerdos dolorosos, Taehyung dio un respingo cuando Jimin apagó la música de la radio y el motor del auto, estacionando justo en la esquina de la intersección frente a la galería.

- Taehyung, despierta, ya llegamos.

- No estaba dormido -musito Taehyung, desperezándose y saliendo del auto, caminando hacia la galería. Sacó las llaves de su pantalón y abrió las puertas de par en par, buscando los carteles que anunciaban la exposición y colgándolos en la entrada.

Cuando terminó, recibió varios mensajes de sus amigos, colegas y de sus padres. Los primeros en llegar fueron sus alumnos, que llegaron veinte minutos más temprano y Taehyung les hizo un recorrido completo. Incluso hizo que bebieran del cóctel, puesto que había contratado a una banquetería para ese día.

Anoche no había podido dormir bien por los nervios y Hoseok tampoco, porque se le había olvidado tomar la pastilla al tener trabajo pendiente, así que estuvieron enviándose mensajes tontos como << A que no adivinas lo que traigo puesto >> y fotos de los calcetines de perrito de Hoseok que le hicieron reír toda la noche.

Se durmió como a las tres de la mañana, despidiéndose con un << Promete que irás mañana a verme >> que no había sido respondido. Eso le ponía bastante triste, pero no decepcionado. Parte de él se había resignado a la idea de que no iría, pero la otra aún seguía aferrado a esa vaga y dolorosa esperanza de que lo vería entrar por la puerta de la galería y le sonreiría con ese gesto único que tenía con él.

<< Deja de soñar >> se decía así mismo, justo cuando llegaron sus padres y su hermano menor.

Horas después, cuando la galería empezó a llenarse y Taehyung estaba demasiado ocupado, sintió como alguien lo llamaba dándole golpecitos en el hombro. Al darse la vuelta, deseó con todo el corazón que fuera Hoseok.

Pero desgraciadamente no lo era.





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