17
Taehyung no había dormido en toda la noche avanzando en la escultura, ya recuperado de su resfriado.
Habían pasado dos semanas desde que Hoseok iba a su casa y pareciera que la esencia del profesor jamás se iba de su departamento. Lo veía de reojo por cada rincón, con su esbelta espalda y fuerte presencia, juzgando sus pinturas en los atriles o sus bocetos sin terminar encima de los muebles sin decir nada, luego volviendo a la misma silla que Taehyung no había movido hasta ese momento.
Pasar tiempo con Hoseok, aunque fuera mínimo, era diferente a las expectativas que él se había formado en su cabeza. Al principio comprendía el porqué Hoseok era tan rudo con él, no era tonto; le había chantajeado y sacado de sus casillas, era comprensible que el profesor fuera desconfiado con él. Ya podía decir que conocía al Hoseok irritado y que definitivamente le odiaba.
Pero luego se daba cuenta que Hoseok no lo odiaba completamente, ahora que dormía gracias a las pastillas podía decirse que era hasta amable con él. Obviamente, seguían insultándose la mayoría del tiempo y tratándose sin ningún respeto -más bien Taehyung le trataba sin ningún respeto- pero al menos Hoseok se había interesado en la historia de cada pintura y dibujo que había en su departamento y Taehyung había terminado contando cada una de ellas cuando su lado juguetón y retador estaba dormido al ponerse manos a la obra.
Aún le faltaban muchos detalles a la escultura y aunque Hoseok no le había dejado tocar sin guantes de látex lugares como sus brazos o espalda (aunque los guantes de látex servían también para no manchar a Hoseok con el barro), Taehyung podía recrear el cuerpo del profesor en su mente cada vez que cerraba los ojos de tanto que le observaba. De hecho, si quisiera, podría decirle a Hoseok que ya no le necesitaba para guiarse, pero eso sería, para él, la cosa más estúpida que podía hacer.
Si había llegado tan lejos sólo para crear una relación con el arisco profesor que decía odiarle, tenía que aprovechar cada pastilla que le quedase.
Y es que no era sólo un enamoramiento fugaz, a Taehyung de verdad le gustaba Hoseok física y mentalmente. Incluso en las peleas que tenían le parecía desquiciantemente atractivo, porque siempre tenía una respuesta ingeniosa, y le daban unas ganas horribles de tirarse encima de él y comerle la boca. Pero se contenía porque el profesor siempre le mantenía a raya con su mirada ardiente y su lengua filosa, relamiendo su labio inferior cada vez que decía algo sarcástico.
¿Podría pasar más tiempo con él y hacer más profundo sus sentimientos? Taehyung temía que sí. Que si seguía hablando cada día con él sus sentimientos ya no tendrían fondo. Pero eso poco le importaba cuando una idea se le venía a la cabeza, una meta que quería alcanzar.
¿Y cuál era esa meta?
Que Jung Hoseok quisiera que él le tocase.
Incluso si le llevaba años, Taehyung quería escuchar un << Tócame >> del profesor Jung. O que le pidiera un abrazo en el mejor de los casos. Taehyung sólo quería que Hoseok quisiera que él tocase, que lo necesitara tanto que...
Sabía que estaba siendo estúpidamente codicioso y soñador.
Pero Taehyung era codicioso y soñador. Y nunca le importaron demasiado los métodos para lograr lo que quería.
Menos cuando Jung Hoseok tenía una sonrisa tan malditamente angelical, tal cual como una estrella fugaz, que sólo veía en los momentos más inesperados.
Hoseok era su estrella fugaz.
Porque cuando abrió el balcón de su habitación para que entrase un poco de aire y dejara de oler tanto a barro, ya siendo las seis de la mañana, vio como en la acera contraria al departamento un cuerpo alto y delgado con piernas envidiablemente fornidas trotaba con ropa de lycra deportiva, resaltando su cabello rojizo.
- ¡Hoseok hyung! -gritó Taehyung, inclinándose mientras se apoyaba en el contorno del balcón para llamar su atención, pero justo en ese momento se dio cuenta que Hoseok llevaba audífonos puestos. Boquiabierto, se metió rápido a la casa y hurgó en el mueble de la ropa.
Taehyung añadió una cosa a su lista mental de materiales.
<< Comprar ropa deportiva >>
[...]
Si había algo que sólo Namjoon sabía, era que Hoseok siempre trotaba por las mañanas todos los días. Cuando tenía insomnio, correr era la única forma de que no perdiera todos los tornillos en su cabeza. Lo mantenía activo de verdad, y no activo solamente por el insomnio. Era uno de sus pasatiempos favoritos y lo hacía desde pequeño, incluso cuando iba en la universidad participó en varias competencias donde obtuvo el primer lugar y podría haberse dedicado a eso, sino fuera por su problema con la Hafefobia y sus estabilidad emocional que le hizo perder varias oportunidades porque no quería salir de la cama.
Fueron tiempos difíciles.
Pero Namjoon y Mel siempre estuvieron ahí. Incluso su madre adoptiva que vivía en Gwangju le animaba con palabras conciliadoras y le hacía su comida favorita cuando iba de visita, cuidándolo a su manera. Hoseok solía pensar que todos ellos lo abandonarían un día, que se darían por vencido con él por sus inseguridades, y se esforzaba por pensar que no le importaba, por sentir que no le importaría, que podía sobrellevarlo, pero a veces, tal pensamiento era desquiciante y se deprimía tanto que Namjoon tuvo que sacarlo a patadas de la cama muchas veces.
Hoseok tenía mucho miedo la mayoría del tiempo, y se esforzaba tanto porque nadie se diera cuenta. A veces sonreía y reía. A veces los trataba de forma indiferente. Cualquier actitud que pudiera adoptar nunca era suficiente para sentirse completamente seguro con alguien.
Por más que se esforzara por ser fuerte, le daba tanto miedo quedarse solo.
- ¡Wow, miren a quién tenemos aquí! ¿También corres, Hobi hyung~?
Hoseok pegó un salto sobresaltado, deteniéndose en la esquina de la intersección donde empezaba la entrada del pequeño parque forestal que estaba al lado de los edificios. Desconcertado, aún no procesaba el que Taehyung estuviera trotando a su lado meneando su coleta, saltando en puntitas cuando se detuvo, trayendo puesto un short de traje de baño y una camiseta blanca de manga corta. Tenía las mejillas rojas y su frente estaba perlada de sudor por el esfuerzo del trote.
- ¿Qué haces aquí? -preguntó asombrado y extrañado a la vez mientras se sacaba los audífonos. Taehyung podía ser de todo, menos un corredor; lo veía en sus piernas delgadas -casi enclenques- y su abdomen plano, pero fofo en la barriga alrededor de su ombligo.
Hoseok no quería pensar en la barriga fofa de Taehyung. Le hacía pensar en los duraznos. Y le daba hambre.
- ¿Qué crees que estoy haciendo? -inquirió irónico mientras se daba la vuelta, sin dejar de trotar en el mismo lugar-. Porque volando no estoy, creo.
- No -resopló Hoseok, ladeando la cabeza, con aire sarcástico mientras volvía a trotar entrando hacia el parque forestal-, tú corres.
- Sí, yo corro -dijo Taehyung orgulloso, volviendo a trotar a su lado, para luego alzar el dedo y aclarar, corrigiéndose-. No, no, estoy trotando ahora... pero soy un buen corredor también.
Hoseok retuvo la sonrisa burlona en sus labios, manteniendo su inexpresión.
- ¿Y lo haces todas las mañanas?
- No, sólo de vez en cuando -esbozó Taehyung, encogiéndose de hombros-. Tengo otras cosas que hacer también.
- Como dormir.
- Y comer.
- Y existir -añadió irónico.
- Y no te olvides de respirar.
Hoseok se relamió los labios, viendo de reojo como Taehyung respiraba por la boca en vez de por la nariz y eso bastó para que sintiera revivir su lado travieso, como siempre que estaba con el escultor.
Taehyung hacía revivir a su niño interno, tan inmaduro y juguetón.
- Bueno, si tan buen corredor eres, creo que puedes ir a mi ritmo, ¿Verdad?
- ¿Tú ritmo? -frunció el ceño, soltando una exhalación llena de orgullo mientras Hoseok apuraba el paso. Hasta el momento había estado trotando lento, pero ahora realmente estaba aumentado la velocidad, y todo para poder ver la cara de pánico de Taehyung-, ¡Claro que sí!, ¿Por quién me tomas?, ¡Esto por supuesto que es lo mío!, ¡No es como que me esté dando un paro cardio-respiratorio ahora y esté odiando los pollitos con salsa barbacoa que me comí anoche!
Hoseok apretó los labios, frunciendo el rostro porque realmente no quería reírse. Si se reía, Taehyung ganaba. Así se sentía todo el tiempo.
- Ve más rápido, Taehyungie~ -exclamó Hoseok con tono burlón mientras lo dejaba atrás, dándose la vuelta mientras trotaba y viendo como el escultor apenas respiraba, tratando de ir a su ritmo, pero fracasando en ello-, o te voy a rebasar.
Taehyung inhaló y exhaló con dificultad, jadeando mientras ahora, literalmente, corría para tratar de alcanzar a Hoseok. Sus mejillas estaban tan rojas como las manzanas y su camiseta ya estaba pegándose a su pecho. Se estaba esforzando tanto que se le notaba hasta en la voz.
- T-tú... de verdad... estás... disfrutando... esto.
- Oh, no, como crees -exclamó Hoseok, apurando aún más el paso cuando veía que Taehyung lo estaba alcanzando, alzando la voz-. Huele a pollito mojado por aquí, ¿Quién crees que sea?
Como respuesta, Taehyung jadeó por el esfuerzo, haciendo que Hoseok sonriera burlón sin poder contenerse más, aunque el escultor no podía verle porque estaba más enfocado en hablar y respirar a la vez tratando de sobrepasarle.
- Qué... estás...dicien...do.
- Eres como un pollo. Flaco, blandiendo tus pequeñas alitas, tus piernas como palitos, tu cabello rubio y largo... y tu forma de hacer piu~ piu~ cada vez que me dices Hobi hyung~.
Hoseok esbozó una sonrisa traviesa, girando el rostro hacia Taehyung, quien estaba aún más rojo con el ceño fruncido, exhalando e inhalando ruidosamente.
- ¡Deja... de burlarte... de mí!
- ¿Me estoy burlando de ti?, ¡Claro que no! -negó Hoseok, disfrutando tanto de ello que le dolía la sonrisa-. Oh, pero me detendré porque ¡Ah, pobres pollos, comparándolos contigo!
Escuchó como Taehyung gruñó, farfullando un insulto y apurando más el paso, casi llegando a su costado y Hoseok iba a correr aún más rápido, hasta que por el rabillo del ojo vio como Taehyung trastabillaba y caía de bruces al piso como un pollito bebé.
- ¡Ah, mierda!, ¡Auch!
Hoseok se detuvo al instante, preocupado, borrando todo ápice de sonrisa al ver a Taehyung haciéndose bolita en el piso, sujetando su pierna y exclamando adolorido mientras rompía en risas.
- Oh, mierda -dijo Hoseok, preocupado, pero al escuchar a Taehyung riendo-llorando de dolor no pudo evitar comparar a Taehyung con un pollito cayéndose al suelo y ya no pudo aguantar la ronda de carcajadas que estaba naciendo desde el fondo de su estómago-, ¿Estás... bi-Pfff....?
- ¡No te rías! -se quejó Taehyung, sus ojos lagrimeando y de verdad, Hoseok no sabía si se estaba riendo o estaba llorando entre quejidos y jadeos-, ¡Sólo yo puedo reírme de mi desgracia!
- ¡No me estoy-pffff!
Hoseok, por más que trató de no reírse, terminó arrodillándose en el piso mientras se sostenía el estómago por la risa que le hacía lagrimear los ojos a él también. Estaba riéndose tan fuerte que todos los corredores o personas que pasaban por su lado se le quedaban mirando raro y, algunas, hasta se contagiaban de su risa.
Por supuesto, Taehyung se reía también mientras lo contemplaba.
- Eres... -musitó Hoseok entre risas- un pollito idiota.
[...]
Se viene el otro, no se duerman aún
NO SE DUERMAN AÚN ahre
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top