Mi Angel favorito
Paris. Siete meses después.
El sol, la playa, la arena, la risa fresca; el mar y el sol hacen una conexión íntima entre ambas mientras el sol se oculta al final del mar. El cielo se ceñía de gran colorido. Es hermoso.
—¡Pásala! ¡Pásala!
—¡Por aquí!
—¡Aah!
—¡Uuuuujjuu! ¡Ja ja ja!
—¡Ganamos! ¡Je je!
—¡Si! ¡Ja ja!
Geldrys, su hermana Aris, su esposo Halson y algunos amigos más jugaban volleyball en la playa. Todos se veían felices.
—¡Vamos! ¡Un juego más!
—¡Bien!
—¿Y tu Geldrys vas un juego más?
—¡No pasó esta vez!
—¡Vale!
Geldrys corrió hacia Elizabeth que estaba con un sombrero recostada en una silla de playa mientras una sombrilla de sol la protegía de los rayos.
—¿Cómo esta esa pancita hermosa?
Preguntaba Geldrys mientras le acariciaba y le besaba la panza a Elizabeth.
—¡Siempre me esta patean!
—Será como su papá, un tocador de pechos. ¡Ja ja!
—O tal vez un pateador. ¡Ja ja ja!
—¡Ja ja! Lo dices por la patada que le pegué a esa puerta cuando estabas con Rey aquel día, ¿He? ¡Ja ja!
—¡Aah ja ja ja! ¡Que rudo! ¡Ja ja!
Se reían a carcajadas.
—¿Cómo sabías dónde estaba?
—Mi amigo Carlos me dio la dirección exactamente de aquel lugar. Él siempre veía sus revistas porno.
—¡Hu! Sabes… cuanto te vi en ese momento, te vi como mi Ángel de luz. Creí que iba a morir en ese momento en sus manos. ¡Pero, llegaste! Estaba tan emocionada que no tuve palabras. ¡Gracias por elegirme a mi! ¡Mi Ángel favorito!
Cuando dijo eso Geldrys sonríe y le besa tiernamente. Después su beso apasionado, Elizabeth le agarra su cara y le mira, luego dice:
—¡Tócame, cada día aún que este molesta! ¡Tócame aún este dormida! ¡Tócame mientras estemos vivos! ¡Tócame!... sin importar nuestras complicaciones. Pero, nunca dejes de hacerlo.
“En cuanto empecé a tocar a Elizabeth me di cuenta que, podré robarle besos, podre robar su atención, podre robarle un abrazo o una sonrisa, pero es difícil más no imposible de robarle un orgasmo. Es tan delicioso hacerla llegar al punto máximo de su placer, verla tan expuesta, ver como su cuerpo se estremece, como vibra, ver esas contracciones acompañadas de gemidos, de gritos, de jadeos, sus manos sujetando fuerte las sábanas como queriendo arrancarlas de la cama, sus piernas se debilitan y tiemblan, y llega ese momento, ese justo momento en que su sexo desprende sus fluidos como cascada como agua de manantial...
Y enseguida cae su cuerpo desmayado extasiada empapado ante ti...”
FIN
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top