Marcando territorio

Habían pasado un mes desde que Geldrys hubo sacado a Elizabeth de su apartamento y ahora todos estaba en paz entre él y Soet. Pero la rutina diaria de Geldrys no terminaba. Pues el propietario cada vez exigía más con el proyecto lo que lo hacía era trabaja más de la cuenta. Hora extras.

Después de la hora de almuerzo Geldrys hablaba con Soet mientras caminaba a su área de trabajo.

—¡Si! Te llamaré cuando salga del trabajo para que me esperes en la resección de mi apartamento. Si, vale adiós. Yo también.

Colgó. En el momento que colgó, Carlos salió de una esquina.

—¡Hey! Aquí estás. Te andaba buscando.

—¿Para qué? ¿Pasa algo?

—¡No! Pero el viejo ese falta de cabello ya se decidió y dijo que termináramos el proyecto la próxima semana.

—¡Vaya! Por fin se decidió. ¡Ya era hora!

—¡Así es! Maldito calvo ese. Lo odio desde que empezamos todo el proyecto. ¡Ja ja!

Hablaban mientras caminaban por el pasillo. Cuando llegaron a sus áreas de trabajo, Carlos hizo detener a Geldrys. Le mira y dice:

—¡Vaya amigo, aún no puedo creer que le hallas hecho eso a ella!

—¡Hay! ¡Ya olvídate de eso! Ya eso pasó.

Decía Geldrys mientras caminaba a su lugar. Carlos le seguía diciendo:

—Hombre, ella es una hermosa mujer. Cualquier hombre daría lo fuera por ella.

Pauso y continúa mientras Geldrys se sentaba.

—Cuando estuve en tu apartamento con ella quería estar a su lado. Y hacerla mi mujer. ¡Sabes que siempre estoy solo!

—Pues ve tras ella entonces. ¡Ja ja!

Decía Geldrys un poco gracioso.

—No actúes como si ella no te importará. Sabes que bien que siempre me solías hablar de ella.

—¡Cállate con eso! Ya nada importa ahora. Ella no es nada. Ya lárgate y pon tu feo culo a trabajar.

—¡Vaa! ¡Cabron! Deberían follar  tu virgen culo. ¡Ja!

Decía Carlos mientras se marchaba.

—¡Si, tu debería hacerlo cabron! ¡Ja!

Decía muerto de risa. Luego se quedó en silencio mientras chupaba un lapicero.




De eso de la 6 de la tarde, Geldrys llegó con su novia Soet a su apartamento. Mientras estaban ambos recostados abrazos en el sofá miraba una serie de acción.

La mesa que Geldrys había roto su cristal había comprado el cristal nuevamente. Pues bien en aquella cuya mesa había una caja de pizza y algunas bebidas. Parece que estaban satisfechos. Ambos estaban relajados en su posición.

—Me siento feliz que esa mujer no esté aquí. Que bueno que tomaste la decisión co…

—No hablemos de eso ahora. No quiero pensar en eso.

—¡Esta bien! Tengo deseo de hacer algo.

—¿Cómo qué?

—Marcar mis territorios.

Geldrys la mira cuando dijo aquello.

—¿Cómo que marcar tu territorio? ¿A qué te refieres?

—Siempre lo hemos estado asiendo en todos los lugares de tu apartamento. En la cocina, en la sala, en el vestíbulo, en tu cama y en el escritorio. Pero, nunca lo hemos hecho en la habitación de ella. Así que, quiero hacerlo hay.

—¡Ya veo! ¡Pues, hagámoslo!

—¡Vamos ya! ¡Quiero hacerlo!




Cuando ya estaba en la habitación que era de Elizabeth, se habían quitado todo su ropa y estaban como llegaron al mundo. Desnudos total.

Los pechos de Soet eran muy pequeños y recogidos. Sus pezones se veían sabrosos. Geldrys chupaba los pezones de Soet, mientras estaba sentada en la esquina de la cama acariciaba el pene de Geldrys.

—¡Uhhh! ¡Unn! Ya no me toques más. ¡Éntralo ya!

Soet deja caer su cuerpo en la cama y levanta sus piernas. Cuando Geldrys le iba a penetrar, Soet dijo:

—¡Espera!

Geldrys se detiene y le mira.

—Hagámoslo en el centro de la cama. La quiero completa.

Soet se desliza hasta el centro de la cama. Y Geldrys le sigue mientras le sonríe.

Luego de unos intensos minutos y distintas posiciones, Soet dice:

—Siempre me he dado cuenta, que te gusta complacerme primero que a ti. ¡Ahh! ¡Aaah!

—Solo trato de ser diferente a los demás. No me gustaría que salgas por hay diciendo que no quedaste satisfecha.

—¡Uuh! ¡Ooh! No creo que eso suceda. Por eso me tienes loca por todo lo que me haces. ¡Aah!

—Últimamente, he notado que no jugamos en tocarnos y explorar nuestros gustos de placer, como antes lo hacíamos. Solo quieres llegar a un orgasmo penetrada.

—Es que, se siente tan bien dentro. Es tan caliente y grueso que me hace tenerlo siempre dentro. ¡Aaaah! Realmente me desespero de las ganas que te tengo. ¡Uuuh! No siempre se inicia con tocar. ¡Aah!

Mientras Geldrys continuaba en lo suyo se quedo pensativo. Soet disfrutaba de su momento de placer.

Cuando ambos ya hubieron acabado se quedaron dormidos. Soet estaba de lado dándole la espalda a Geldrys mientras que él estaba boca arriba. Mientras duermen el timbre de la puerta de la entra suena. Geldrys se espanta y con su cabeza levantada se queda esperando. Suena nuevamente el timbre. Geldrys sale de la cama y se pone sus pantalones. Mientras se dirige hacia la puerta mira el reloj de la sala estar. 2:58am.

Cuando llega a la puerta sin abrirle pregunta mientras tocaban el timbre.

—¿Quién es? ¿Eres tu Elizabeth?

—¡No! Exactamente la estoy buscando.

Dijeron del otro lado. Geldrys sin pensarlo mucho abrió la puerta. Y allí había un hombre alto de pelo rojo. Geldrys nunca lo había visto antes.

—Ella ya no vive aquí.

—¡Disculpa! Pensé que estaría aquí. Como antes solía vivir aquí, creí que estaba en este lugar.

—¡No! Hace un mes que se fue.

—¿Tu eras su esposo?

—¡No! Solo un amigo de apartamento.

El hombre de pelo rojo le miraba y Geldrys igual. El silencio en ambos se así incómodo.

—Nunca antes te había visto por aquí.

Dijo Geldrys rompiendo el silencio.

—¡No! Es la primera vez. Bueno, disculpa la molestia al venir a esta hora.

Cuando el hombre de pelo rojo se marchaba, Geldrys se paró en el marco de la puerta y le preguntó:

—¿Por qué la estás buscando?

El hombre se detiene y se da vuelta con sus manos en los bolsillos de su pantalón. Se acerca a donde esta Geldrys y del bolsillo de su camilla saca una tarjeta y se la entrega.

—Ella solía trabajar para mi, como modelo de revista. Y no ha vuelto más. Es mi modelo número #1 de todas. La he llamado y no contesta. Todos estamos preocupados por ella. Y como me contaron que antes vivía aquí, creí que estaba aquí. Así que, si la vez… llámame. ¡Buenas noche!

El hombre tiene un tono suave y calmado. Parecía muy formal y de personalidad recta. Parece que era un hombre de algunos 30 años muy maduro.

Mientras el hombre se marcha, Geldrys cerraba la puerta. A la misma vez miraba la tarjeta. Y está decía:

Fotógrafo exhíbita Model Sex.

La calidad de una dama hace la belleza de una revista sexy.

Tel:41 8766 1600
Ext:44966
Fotógrafo: Rey Almirat.

Hacia estaba presentada la tarjeta que aquel hombre le había dando.

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