XVI; ᴛʜᴇ ᴡᴏʟꜰ

Abrió los ojos estrecerrandolos con irritación por la potente luz artificial, parpadeo un par de veces hasta lograr acostumbrarse así notando las paredes blancas y su escaces de ropa, sintiéndose más liviano con la bata, observo su alrededor notando que estaba solo.

No debía cantar victoria tan pronto pero por lo visto, iba por buen camino.

Su muñeca no estaba esposada y no veía por la pequeña ventana de la puerta a algún policía custodiando para anticipar si trataba de escapar al despertar.

Se acomodo mejor en la cama, todas sus heridas estaban vendadas, incluso sentía que le habían huntado algo en las marcas que las manos de Billy dejaron en su cadera. No dirían nada con respecto a eso, aun que era una buena coartada sino fuera porque los invitados de la fiesta habían visto a Billy subir con Sidney arriba pero debido a que la mayoría se marcho antes de acabase, nadie podría decir con libertad que fue lo que pasó en esa habitación.

Stu y Randy habían muerto, Gale Weathers fue un daño colateral inesperado y no tenía la certeza de que Dewey había sobrevivido a Stu.

Pero mantendría la versión que había creado con William.

Loomis y Prescott aclararon las cosas para finalmente terminar, cada quien fue por su lado y William se encontró con él, cogieron y al bajar al piso de abajo encontraron a Randy muerto. Poco después se toparon con Sidney que estaba asustada hasta la médula, diciendoles en medio del llanto que el asesino la perseguía siendo interrumpidos por este mismo que se reveló como el padre de Sidney Prescott, presumió su motivo y confesó haber matado también a su esposa por una infidelidad, y planeaba matar a Sidney para erradicar completamente los restos de la promiscuidad que Maureen Prescott dejó en este mundo.

Debido a que Maureen lo engaño con el padre de William, también desquito su furia en él siendo Jason Kepner un efecto colateral al igual que Stu Macher que aparecio para ayudar, por desgracia fue rápidamente neutralizado por el arma homicida. Entre los tres lograron detenerlo después de esfuerzos, Jason y Billy habían sido heridos gravemente y se desmayaron por la pérdida de sangre mientras que tristemente Sidney encontró el final a manos de su padre quien en el camino antes de su muerte, arrebato la vida a otra víctima más que intento ayudar a la chica Prescott, la reportera Gale Weathers sería descrita como un simple daño colateral.

Dudaba que creyeran eso, así como dudaba que no lo hicieran.

Un asesino serial en un pueblo chico no era algo muy grato, las personas cuerdas entraban en pánico y al resto le daba igual pero el nivel de matanza y brutalidad que Ghostface dejo en su camino hacían ver que la mejor opción era apuntar el dedo donde el resto lo hacía para volver a la tranquilidad habitual de Woodsboro.

Además, tendrían ayuda.

Reviso la hora en el reloj de la pared confirmandolo, había pasado un día suponía, su tio Malcom ya estaba aquí.

Su tío se encargaría de todo, también esperaban la intervención por debajo de la mesa por parte del señor Loomis para sacar a su hijo de aprietos por los rumores, buscaría ganar su favor y negaría todo aquello que había salido de la boca de "Neil Prescott".

El mundo se movía con el dinero y ambos tenían de sobra, no habría falla alguna en sus planes y si la llegara haber, no era nada que unos cuantos miles no sanaran.

Se fijo en el botón y lo apreto llamando a la enfermera notificando su despertar.

No tardo en llegar seguida del doctor a cargo de su caso, un par de detectives y su tío Malcom.

Escuchaba con aburrimiento y seguía las indicaciones del médico, queria acabar rápido con esta estupidez. Las miradas de los detectives estaban sobre él, le harían preguntas pero no sería ahora, la enfermera descaradamente coqueta con su tio e indiferente a su trabajo echo al par de hombres de la habitación alegando que el paciente debía descansar después de asegurarse que todo estuviera en orden.

El doctor le brindo una sonrisa incomoda afirmandole que estaba en buenas condiciones, por lo que procedió a hablarle de las daños y heridas que sufrio, pronto llegaron a la razón de su incomodidad.

—lamento hacer esto en frente de tu tío pero es necesario saber si tuviste relaciones sexuales antes de...de que todo eso pasará

La burla atisbo en su mirada.

—si, tuve sexo antes de que intentaran asesinarme

— ...¿fue con la otra víctima? ¿William Loomis?

El rubio simplemente asintió, con una mirada de su tío entendió que él también quería acabar rápido con esta porquería.

El doctor dijo unas cuantas palabras más para dejarlo en completa soledad con su familia, su tío Malcom se sento en la silla al lado de la camilla y poco a poco, esa expresión neutra se fue deformando en preocupación.

Conocía a Jason, si esto había pasado era porque así lo había planeado.

Él no era de involucrarse en estas cosas, aun que últimamente parecía que su sobrino se escapaba de sus manos, desde la existente relación que mantenía con Billy Loomis hasta todo este embrollo del asesino serial.

Malcom no tenía los detalles, los exigiría en un lugar seguro, estaba complacido de que por fin Jason haya mostrado su tendencia pero se encontraba contrariado, porque todo en Jason al fin se desarrollaba como había previsto llenándolo de una satisfacción como solo aquel que planea su vida antes de empezar a vivirla, pero Billy, Billy Loomis era el jodido problema.

Había asumido que al igual que su madre la obsesión de Jason sería una persona y no se equivocó, al menos a sus ojos su sobrino se había encantado con William Loomis pero no encontraba un cambio obvio, aun que el simple hecho de saber que había mantenido relaciones sexuales con alguien ya era suficiente para ser considerado un cambio brusco.

—¿debería llevarte a un ginecólogo?—su burla fue recibida con un gesto de hastío, poco usual en él aún que de las pocas emociones que parecía ostentar, siendo todas y cada una de ellas negativas.

—¿qué dicen ellos?

Ignoro la mofa centrándose en saber lo sucedió en su inconsciencia, debia apegarse a lo dicho y ver si alguna de esas especulaciones servía de algo.

Malcom apoyo la espalda en el respaldo de la silla soltando un bufido.

—todos apuntan a Prescott, Niel aún que también se rumorea que fueron padre e hija, incluso Wale Weathers—sonrio de lado—no hay ni una sola flecha dirigida a ti o al mocoso Loomis

El rubio solo asintió volviendo a su expresión natural, si a eso se le podía llamar expresión.

Malcom lo detallo, una vez más.

No había brillo en sus ojos.

No pregunto por Billy, su supuesta obsesión.

No estaba ese brillo maniático en su mirada.

No había nada de lo que creyó ver cuando descubriera a qué o quién se debía su devoción, su sobrino estaba recostado y completamente relajado en la cama, viendo al techo como si fuera lo más interesante.

Era extraño.

Si algo le hubiera pasado a Jason, aun si fuera hilado por sus propios dedos, no podría evitar la ansiedad y preocupación que lo comerían hasta verlo intacto pero el rubio estaba tan tranquilo, sin una arruga que delatara aun que sea un mísero pensamiento.

¿Qué clase de obsesión es esta?

Tan extraña.

¿O será por qué Billy es diferente?

La sola idea le hizo inclinar la cabeza con curiosidad.

Solo conoció a un único pariente suyo que se obsesionó con una persona en específico y esa fue la madre de Jason, Raechel y actuaba fuera de sus límites mentales si algo pasaba las líneas que había trazado para su querido amor. Él mismo estaba obsesionado con una persona, pero era diferente, muy diferente. Mientras Raechel se obsesiono de pies a cabeza con Peter Kepner, él tenía una pasión obsesiva y enfermiza con todo lo que consideraba una obligación, un trabajo que lo llevaría algún lado, que transformaría en algo.

Jason era su más grande obra, y esperaba que Loomis no arruinará su arduo trabajo de lo contrario tendría que recurrir a brindarle el mismo destino que todos aquellos compañeros de oficina que buscaron manchar su preciado esfuerzo.

Su sobrino no dijo ninguna otra palabra, no volvería a hablar, eso quedaba claro.

Con un suspiro y sin despedirse -como era habitual en ellos- sabiendo que su presencia era obsoleta, al salir fue directo a la recepción donde la misma enfermera poco profesional que atendió a Jason le dio una mirada sucia con una sonrisa promiscua.

Oh, con que sería así de fácil.

Copio la expresión automáticamente, apoyando una de sus manos desinteresamente en la mesa.

—disculpa ¿la habitación de William Loomis?

—¿también es su pariente?—enredo uno de sus rizos negros en uno de sus dedos en un gesto coqueto.

—no pero es alguien muy querido por mi sobrino y quería ver si se encontraba bien—se inclino gradualmente con cada palabra dicha, la mujer rio nerviosamente encantada por la respuesta a su coqueteo descarado—¿podría saber el número de su habitación?

—Mmm no lo sé, se supone que por la situación delicada solo tienen permiso los familiares cercanos—mordió su labio inferior viendo los otros con deseo, guiando lentamente su mano a la masculina que posaba al lado de su informe.

—Oh ¿es así? Que desafortunado

La enfermera se sonrojo cuando noto la mirada fija en su escote, con las manos y el corazón ardiendo en deseo, paso sus dedos con uñas limpias y bien cuidadas por los botones de su camisa desabrochandolo para darle una vista más generosa al hombre.

—mi turno termina en dos horas

—bien por ti—dio la vuelta borrando cualquier rastro de emoción de su rostro, desconcertando totalmente a la mujer.

—¡hey espera!

Su grito llamó la atención de sus superiores, por lo que no lo seguiría sino quería perder su trabajo.

La habitación 109 estaba en el mismo piso que su hermano solo que en un pasillo diferente, estaban a seis habitaciones de distancia.

Por suerte no lograba sentir cosas como el asco, de lo contrario nisiquiera podría haber disimulado su desagrado.

Leyo el informe que estaba sobre la mesa fingiendo una mirada lasciva que fue bien recibida.

Y ahí estaba él, sin despertar con su corazón irritantemente vivo.

Era tal cual lo vio por primera vez en las cámaras de seguridad de su casa, y tal cual los investigadores privados describieron.

Ciertamente podría ahorrarse un problema, no era certero que él fuera la obsesión de Jason, bien su sobrino podría ser como su abuela que disfrutaba del sentimiento júbilo matrimonial.

Jason era joven, lo que este chico le hacía sentir, el deseo sexual y todo lo demás lo encontraría en otro.

William Loomis no tenía un algo que lo hiciera especial, siempre por detrás de su pequeño sobrino y sólo hasta ahora fue notado.

Era el sentimiento, quería creer.

Por desgracia, no podía deshacerse de él ahora, aun si fuera tan fácil agarrar la aguja del suero y clavarsela en la garganta, Woodsboro debía enterrar a Ghostface por el bien del futuro de Jason y su trascendencia, no podía hacerlo cuando el supuesto asesino ya había muerto y al día siguiente aparecía otro cadáver con heridas brutales.

—es una lastima

Debia esperar, sería una espera tortuosa en la que iba a tener que soportar su existencia rondando alrededor de su pequeña obra de arte.

Se acerco con lentitud acariciando con dos de sus dedos el suero, apretandolo brevemente reteniendo el líquido con diversión.

—supongo que esto es lo único que puedo tener por ahora

Con un ultimo suspiro lleno de autocompasion por no poder hacer realidad sus deseos, Malcom abandono la habitación caminando con lentitud hasta toparse con una puerta abierta y una habitación de otro paciente.

Los latidos rítmicos del corazón le confirmaban su vida.

Stu Macher había hecho una jodida mierda.

Pero bueno, ese era un tema aparte que estaba seguro que su sobrino querrá resolver por su cuenta.

Un cabo suelto no es bueno para nadie.

El niño haría esto y él debía encargase de ese pequeño estorbo llamado William Loomis.

Debería hacerle una pequeña visita a Raechel para verificar su hipótesis.

Si era cierta.

Billy Loomis tomaría su último aliento de los labios de su sobrino.

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