X; ʟᴇᴛ'ꜱ ᴘʟᴀʏ
Si bien se arrepentía de haber venido a la fiesta, aparte de que no tenía nada mejor que hacer que preocuparse por el asesino que andaba suelto, se negaba a dejar a sus amigos -especialmente a Tatum- a la merced del mismo. Aun que siendo realista, entre tantos adolescentes, dudaba que el asesino se dignara a aparecer o tal vez lo subestimaba demasiado, no seria tan difícil actuar entre personas ebrias y hormonales, cada uno metido en su propio mundo. Como lo estaba ella ahora.
Tatum estaba tardando en ir a buscar las bebidas y desde su ataque, estaba mal vista y la trataban como a una mentirosa que mando a un inocente a la cárcel siendo incentivado por la reportera Gale Weathers.
Si bien no seria maltratada de forma directa, seguiría sintiendo las miradas de burla y desdén además de los susurros con su nombre incluido.
Ya estaba acostumbrada, se acostumbro desde los rumores de su madre y luego pasó su muerte que era más de lo mismo, las personas eran demasiado crueles con su duelo.
Aun si era lo normal en su dia a día, no podia evitar la incomodidad que le provocaba la indiferencia de otros, por lo que decidió buscar al resto de sus amigos en lo que la rubia volvia. Randy estaba sentado en el sillón con un grupo de chicos y chicas hablando de su más grande afición, las películas de terror, sinceramente no tenia ganas de escuchar eso cuando estaba viviendo una.
Ciertamente Stu no era una opción, últimamente le resultaba desagradable su compañía mas solía aguantarlo por Tatum pero como ella no estaba, no tenia por qué tolerar sus comentarios morbosos y de mal gusto.
Comenzó a inquietarse y no sólo por la tardanza de su mejor amiga, todos estaban embriagados ya sea por el alcohol o la lujuria por lo que no sentía ojos en ella ni mucho menos escucho comentarios mal intencionados dirigidos a ella, pero había murmullos y vistas fijas en un lugar de la casa.
Las largas escaleras que daban al segundo piso donde habían unas cuantas personas amontonadas, chicas más que nada.
Sintió un ambiente diferente en la fiesta desde hace unos minutos y no supo por qué hasta entonces, disimulamente camino hacia la puerta con intenciones de ver quien alborotaba tanto las hormonas de sus compañeras.
No es como si tuviera algo mejor que hacer de todos modos.
Lastimosamente su curiosidad no pudo ser saciada porque al mismo tiempo que se acerco a la puerta, Stu la abria para que su reciente ex-novio entrará.
—Billy, hola
Se sintió incomoda, aun si las pruebas apuntaban a favor de Loomis, Billy no ha sido el mismo desde que los asesinatos comenzaron. Cada vez sentía que lo conocía menos, quizás jamás lo conoció bien para empezar.
—Billy Mmm ¿que estas haciendo aquí?—Stu le preguntó con diversión.
—quería hablar con Sidney a solas
No apartaba su mirada de ella, ignoro aquello recordando la charla que tuvo con su mejor amiga antes de venir a la fiesta.
—si Tatum te ve aquí, te matará—advirtió decidida a dejar la incomodidad de lado.
—vayan a la habitación de mis padres y allí podrán hablar, o abrazarse—tuvo el impulso de virar los ojos al oír la burla del novio de su amiga, mas no podia negar que lo que dijo era una buena idea.
—ya basta, Stu, la ofendes
—no, es buena idea. Tenemos que hablar—trato de darle una sonrisa que le salio corta.
Dio media vuelta para dirigirse a las escaleras donde aún había gente reunida, la duda que antes pasó por su cabeza fue aclarada en cuanto pasó a un lado de la razón de la revolución hormonal que se dio de un momento a otro, Jason Kepner se encontraba sentado en los últimos escalones con un gesto serio y aburrido.
A pesar de que su rostro no expresaba mucho, pudo jurar que la vio de reojo mientras ladeaba una sonrisa que le causo escalofrios.
¿Qué mierda había sido eso?
Lo que fuera, no tenia cabida para ella ahora y menos cuando su ex la seguía a una habitación donde tendrían la privacidad y comodidad para una charla profunda, y tal vez, algo más.
Se sentaron en la cama compartiendo miradas inquietas.
—así que...
—yo...lo lamento, he sido muy egoísta y quiero ofrecerte una disculpa—su honestidad le brindo una sensación agridulce, le agradaba que se disculpara y obviamente aceptaría sus disculpas pero no las sentía necesarias.
Su mente estaba tan revuelta que sin darse cuenta, al igual que el resto, se encontró culpandose a si misma de todos sus problemas dejando a todos los demás como las víctimas de algo que ella realmente no podía controlar.
—no, Billy, soy yo quien a sido egoísta y sólo he pensado en mi, y en mis propios problemas
—perdiste a tu madre
Billy era tan comprensivo, tan buen novio.
—si, lo sé pero tienes razón, ha sido suficiente y no puedo pasarme la vida lamentándome por eso y no quiero, no quiero engañarme sobre lo que mi madre fue—sus ojos se llenaron de lagrimas, hablar de lo que rondaba por su cabeza desde hace tiempo le hacia tanto mal como bien—creo que estaba asustada de volverme igual a ella ¿entiendes? Una especie de mala hierba, yo sé que eso no tiene sentido
—si lo tiene—concordo pensando unos segundos antes de contestar—igual que Jodie Foster en el silencio de los inocentes cuando le viene a la mente la muerte de su padre
—pero esto es la vida, no es una película
—creo que si, Sid, todo es una película, todo es una inmensa película—acaricio con suavidad su mejilla—y no escogemos el género
Sabia lo que pasaría ahora y no estaba segura de que si era lo que quería o sólo necesitaba el consuelo de alguien querido, y aún que quedaban restos de desconfianza y miedo hacia él, lo seguía queriendo, y deseaba tanto el calor y la comprensión que ghostface podía irse al carajo por unos minutos.
Guardo en lo profundo de su mente toda la agobiante situación.
Las muertes.
Las sospechas.
El miedo.
La tristeza.
¡Mierda!
Sólo queria ser una adolescente normal por al menos unas horas.
Y Billy parecía que podría concederselo en unos minutos.
Pero había algo extraño en él, más extraño que el cambio brusco de su personalidad en estos días.
Parecía impaciente y ansioso, pensó se debía a la frustración sexual que había estado experimentado.
Oh, él no estaba ni un poco frustrado sexualmente.
—Billy, ¿estas bien?—había detenido el beso al sentirlo ido, que se alejaba en vez de acercarse por el calor del momento, por un momento pensó que había hecho algo mal.
Loomis la contemplo unos segundos, la mirada perdida se dirigía a su cabello ligeramente despeinado por el apasionado beso que se habían dado hace unos instantes, él tomó un mechón de su cabello viendolo fijamente y luego la intensa mirada cayó en sus ojos.
—rubio y azul.... —murmuró.
—¿de que hablas?
No lo escuchó pero se notaba afectado por ello, dando casi un salto hacia atras para trazar una línea imaginaria entre ellos.
Eso la hizo sentir fatal.
¿Acaso lo había hecho esperar demasiado?
¿O es que acaso era Billy el que no estaba listo?
—no puedo hacerlo...
Su corazón se ablando, y la respuesta fue clara, Billy no estaba listo.
Estiro su brazo con la intención demostrar que no lo presionaba y que no estaba obligado a nada pero antes de siquiera rozar su hombro, unas palabras salieron de aquellos labios que había disfrutado besar.
—no quiero que me toques,—solto un suspiro alzando la mirada—no quiero que nadie más me toque, sólo él
—Billy ¿de qué estas hablando?
Todo estaba tan bien ¿por qué de repente...?
—Sidney...
En aquel momento toda su concentración estaba en él.
No en su madre.
No en su padre.
No en ghostface.
No en la fiesta.
No en la tardanza de Tatum.
Sólo en él.
En Billy Loomis, su ex-novio al cual tanto quería.
Y por eso por fin pudo percatarse de los pequeños detalles que tanto había ignorado antes.
Como los moretones en el cuello de Billy.
Como las mordidas en su cuello.
Como los chupones en sus clavículas.
—¿cómo...? ¿Cómo pudiste?
Se supone que esta sería una fiesta divertida, que seria una adolescente común y corriente hoy.
Sin madres muertas.
Sin asesinos.
Sin reporteras molestas.
Solo por hoy.
Tal vez pidió demasiado.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top