La puntualidad no era un fuerte del ser humano y Jason podría confirmarlo, no se consideraba a si mismo un fanático del control y el orden pero había ciertas reglas no pronunciadas que no le gustaba que la gente no cumpliera, una de ellas como es obvio era la puntualidad y Meredith Landon la estaba rebasando por completo.

Duerante toda la semana, Landon lo estuvo hostigando para que la ayudara a estudiar al ver lo bueno que era en Ciencias del hogar aun que era bastante obvio que esa no era la razón de su insistencia pero quería deshacerse de ella cuanto antes.

Habían quedado en su casa por lo que Jason la esperaba tranquilo en su habitación, mas la espera se hizo larga y él no tenia paciencia alguna por lo que la llamo varias veces no teniendo repuesta alguna.

Hastiado. Guardado los libros y cuadernos que habia sacado con rabia, nisiquiera queria ser su profesor particular aun si había aceptado lo hizo de mala gana pero se había comprometido a hacerlo bien, que no llegara lo frustro y enojo.

Vería una película, no queria dormir con pensamientos negativos que rozaban lo ilegal, tenía una televisión en su pieza asi que simplemente se recosto en su cama después de poner la película y cuando se dispuso a ponerle 'play', un sonido lo alerto.

Era suave, había un silencio total en casa por ser el único en ella. Se pudo escuchar perfectamente el continuó y lento golpeteo contra puerta de su balcón.

Inclino la cabeza a un lado con confusión cuando seguidamente de que el golpeteo se detuvo, su teléfono sono.

Bufando con un peor humor al de antes, lo atendio, por el bien de la chica Landon esperaba que no fuera ella.

──¿quién habla?

──Jason Kepner

──ese soy yo, te pregunte a ti, idiota

Hubo un silencio pronunciado hasta que volvió a oir la misma voz profunda y antinatural.

──¿quieres jugar un juego?

──no, estoy de mal humor

Y le colgo.

Apreto el boton de 'play' ignorante al incrédulo y divertido Stu Macher que desde del auto tenia lo que seria una vista buena de su habitación si no fuera por las cortinas cerradas.

──¿acaba de colgarle a un asesino?

Kepner volvió a oir el golpeteo en su puerta, esta vez más violento y persistente.

──Dios, ¿acaso todos quieren joderme hoy?

Billy Loomis no se espero a que Jason abriera bruscamente la puerta después de unos segundos de haberla golpeado.

──escuchame, señor asesino serial──el gruñido ronco que solto lo hizo tragar en seco──hoy no estoy para estupideces asi que si quieres ir a perforar gratis a alguien, ve con la perra de Meredith Landon, la muy estúpida creyó que no me di cuenta de lo que queria

Si, su compañera de clase le pidió asesorías para acostarse con él, en otras palabras, lo hizo perder el tiempo y el odiaba perder su valioso tiempo.

──de pocas palabras, ¿eh?

Jason vio sobre su hombro su tv aun en espera, rodo los ojos cansado por el estado de shock del enmascarado.

──puedes quedarte a ver una película o irte a vender los organos de alguien, pero hoy no me vas a matar, maldito idiota. Aun tengo que ir con Landon a reclamarle

Billy aun desconcertado por la irreal situación eligió la opción que más le llamaba.

Se adentro yendo directo a sentarse en la cómoda cama, dejandole espacio suficiente al rubio para que se sentara a su lado.

──si, justo como imagine pasar mi viernes por la noche, una cita con mi asesino serial. Genial──comento sarcástico sentándose a su lado──¿quieres elegir una película?

Silencio.

──si me dices viernes trece o alguna película de terror, juro que voy a suplicar que me mates

Si, en definitiva Billy no se arrepentia de haber asesinado a Meredith Landon primero.