6.
"(En proceso)"
Universo: "contemporáneo"
Advertencias: capitulo bipolar (alegre/triste)
(Shiro ♀)
Lluvia, fue lo primero que sintió y escuchó.
—¡no! ¡nooo! —.
Oscuridad, fue lo siguiente que vio.
—¡p-porfavor, no! —.
Frío, temblaba de una manera alarmante.
¿Dónde estaba?, no recordaba nada.
—¡n-no me dejes! ¡no! —.
A la distancia pudo distinguir el sonido de algo acercándose, pasos.
—¿¡e-estás bien!? ¡pobrecito! —.
Calor, suavidad.
Latidos, fuertes y constantes.
~Un mes despues~
Escuchó el cerrojo de la puerta, se levantó de su sitio y con torpesa corrió a la entrada de aquél departamento.
—¡hola pequeño!~ ¿me extrañaste? —.
—¡guauf, guauf! —.
La joven mujer se inclinó en el piso y cogió entre sus brazos al pequeño can; con entusiasmo le repartió besos por toda la cabecita a la vez que se la acariciaba.
Un mes había pasado desde que encontró a ese pequeñín, en un sucio callejón, bajo la lluvia. Recordaba como este chillaba por el hambre y por el frío, como su cuerpo temblaba a causa de la hipotermia.
Lo dejó de vuelta en el piso encaminandose a su cuarto; se quitó gran parte de su ropa para que de este modo se pudiera recostar en su cama.
—¡Tobi! —. En cuanto el pastor blanco subió a la cama, cubrió a ambos con la frasadas. —¿así está bien? Eres un buen chico —. Repartía caricias en su cabecita. —gracias po hacerme compañía... —.
Suspiró.
Shiro jamás se quejó de estár sola, no hasta que su pareja anterior ya no estaba en ese departamento desde hace un buen tiempo; sentía como los días de volvían mas tediosos, agotadores; ya ni ganas tenía de comer o siquiera volver a casa, no hasta que encontró ese cacharrito abandonado. Era lo únicoque le quedaba.
De alguna forma habría vuelto a la Ciudad e Kioto junto a sus hermanos, pero Yokohama... simplemente habia algo que aún la ataba ahí, el recuerdo.
Ya de noche se encontraba haciendo su tarea de la Universidad. Extrañaba que la ayudaran a estudiar.
Tobi miraba atentamente a su ama, aquella silueta se le hacía conocida, es como si...
¡dink-donk!
¡la pizza!
Rápidamente fue corriendo a la puerta al mismo tiempo que ladraba de emoción.
—¡voy! —. La azabache atendió al repartidor para luego sentarse en su cama. —¡Tobi! ¡comida! —.
~2 meses despues~
—uuh... ¿Tobi? —. Miró al pobre perro que estaba tendido en el piso, jadeando.
El veterinario le reprendió al enterarse de la dieta que llevaba el can. Ejercicio y una buena dieta era lo que le recomendó, pero dudaba en que fuera suficiente.
—¡porfavor! Solo hemos dado una vuelta al parque, ¡una más y volvemos! —.
Ni siquiera la miró, era inútil seguir intentando.
Tobi sentía su cuerpo pesado y su garganta apretada.
Una muchacha ya exausta se detuvo de golpe, sosteniendose de las rodillas tratando de recuperar la respiración.
—d-debes parar... ya... y-ya son muchas vueltas al p-parque... ¡con suerte puedo estár de pie! ¿cómo es que t-tu sigues? —.
—ya te lo dije, jamás pararé hasta superarme —.
Y como si una fuerza sobrenatural lo moviera, se puso de pie empezando a correr como coete.
—¡Tobi! ¡vuelve! —. Trató de ir tras el perro, pero este ya tenía mucha ventaja. —¿qué le pasa ahora? —.
Tendría que dejarlo, una vez que se le metía algo en la cabeza, nada lo paraba.
30 vueltas, 30 vueltas sin descanso. La joven miraba preocupada a su mascota cesante en el pasto, soltó un pequeña risa acariciandole el pelaje.
—lo hiciste bien, vamos a casa... —. Lo cargó entre sus brazos como si un bebé fuera. —te daré un premio por esfuerzo, ¿te parece? —.
~3 semanas después~
Esas imagenes borrozas seguian viniendo a su cabeza, pudo reconocer a leguas a una chica, siempre la misma, ¿la habrá visto en alguna parte? De eso estaba seguro.
—buenas noches, Tobi —. Apagó la luz y se cubrió con las mantas. —sueña boñito... —.
El pastor blanco la miro desde el otro extremo de la habitación, pues al ser ya bastante grande, ahora debia tener su propia cama, aunque no significaba que en la noche no se colara en la cama de la muchacha.
Se levantó con cautela llendo al balcón de la habitación, esas imágenes lo estresaban.
¿Dónde había visto a esa chica? ¿dónde?.
Dirigió una leve mirada hacia la habitación, específicamente a su ama dormida.
—te... amo... —.
La escuchó claramente susurrar.
—te amo... hehehe~ —. Sonrió con dulzura luego de pronunciar aquellas palabras.
Esa sonrisa.
—¡feliz cumpleaños, amor! —. Flashes de una cámara y un gran pastel casero. —que este sea un gran día~ —.
Esa voz.
Sacudió la cabeza inquieto.
De repente, unas manos calidas cubrieron sus ojos.
—¿quién soy? Te daré una pista, soy la persona que más te fastidia en este mundo —.
—¿Madara? —. Rió con burla.
—¿acaso tengo voz de macho? ¡Por idota no te doy besitos! —.
Se apartó de este cruzandose de brazos a la vez que hacía un puchero con sus mejillas.
—¡hahah! Solo bromeo, bebé... —. Se giró atralléndola entre sus brazos. —eres Shiro, la persona que más me fastidia... la que más me ama y la que yo más amo y apresio... —.
Rieron al unísono, finalizando aquello con un tierno beso.
Un fuerte impacto mental llegó a él, aclarandose todo. Imágenes que aparecían en una fracción de segundos haciéndole sentir una jaqueca horrible.
Y derrepente, oscuridad.
Varios minutos después despertó, aun tenía una jaqueca del demonio.
—nhh... —.
Lentamente se fue poniendo de pie, se ayudó de la pared sosteniendose con sus manos, talvez ese pedazo de pollo de la basura le hizo mal... un momento, ¿¡MANOS!?
—¿¡eh!? —. Espantado, calló de bruses en el piso, en medio del panico pudo ver dos piernas, dos manos, dos brazos. —¿q-qué...? —.
—vaya, si que tardaste, ¿cómo te sientes? —.
—¿¡ah!? —. Giró rápido su rostro, tapándose con un gato negro; el gato de la vecina, gruño con la intención de lanzarse sobre este.
—hey, con calma amigo —. Caminó por la baranda del balcón. —hoy no tengo ganas de molestarte, solo quería serciorarme de que no cometieras una estupidez como varios otros... —. Miró a travez del vantanal. —y tampoco creo desees despertarla, ¿o si? —. Dió un salto callendo de frente al experro, de inmediato su forma cambió a la de un chico joven, cabello largo en una coleta, labios gruesos y ojos negros tal como su cabello.
—¿q-qué rayos está pasando? —. No comprendía nada.
—tomaste tu forma antepasada, no es la gran cosa —. Hizo enfacis en el "gran". —hay cosas más importantes de las cuales discutir, ¿ves a la chica de allá? ¿tu "ama"? Bien, en algún momento fue mi hermana y tu... supongo que recuerdas que fueron alguna vez —.
—si, fui su mascota, ¿qué más pudimos ser? —. Tenía unas ganas de empujarlo del balcón, solo lo confundía y eso le irritaba.
—eras más listo como perro... —. Soltó un suspiro. —antes de que tomaras esta forma, recordaste o... ¿viste algo?—.
—ehh... c-creo... no... si... —.
Bajó la mirada desorientado.
—yo si lo recuerdo con exactitud, fuiste su novio... —. Bufó.
El albino miró sus manos temblorosas, ahora todo estaba claro, esa imagenes, esas voces, todo.
—¡t-tengo que ir con-...! —. Empezó a levantarse.
—no puedes... —. No necesitó mirarlo.
—si ella te ve ahora, tu te irás y reencarnarás en una nueva persona, sin recuedos, sin experiencias... nada, la perderás definitivamente... —.
Ese enorme alivió que sintió hace apenas unos segundo se transformó en una horrible ansiedad.
¿La perdería otra vez? ¿no podría volver a estar a su lado? ¿nada...?.
—lo lamento, pero así son las reglas... —. Miró de reojo a la que alguna vez fue su familia. —no sabes cuanto he deseado volver a estár junto a ella, ahora solo puedo observarla desde lejos, tu tienes suerte de ser su mascota... —.
—¿no hay forma de juntarnos una vez más? —.
—solo puedes pasar una última noche a su lado, remendar alguna cosas pendiente, pero no puedes "volver a la vida", y aún que pasen esa última noche, ella lo olvidará... —.
—y entonces, ¿qué hacemos aquí? —. Se volteó para mirarlo.
—le prometimos cuidarla siempre, ¿no? —.
Entendía aquéllo, pero seguía siendo injusto, al fin había recobrado su memoria, tenía la oportunidad de decirle otra vez que la amaba, de abrazarla y besarla.
—no es justo... —.
—la vida nunca lo fue —.
1/?
Quizás haya sagunda parte, dependiendo de como le vaya a este cap. U.U
~Gracias por leer~
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