6- I'm a demigod girl, in a cliché world

(Soy una chica semidiosa, en un mundo cliché)

Las dos últimas clases del día fueron bastante aburridas y no pasó nada en especial.

Nos dirigimos al comedor y buscamos una mesa para sentarnos.

Jason estaba sentado con los del equipo de fútbol. Hazel y Frank estaban sentados en una mesa con otras personas, y la mesa estaba llena de pintura y libretas tiradas por todos lados. Rápidamente figuré que todos los que se sentaban en esa mesa eran del club de dibujo.

«Perfecto —pensé—. Al igual que en el Campamento, hay que sentarse con los de tu "clase"».

Casi sin darme cuenta, me estaba acercando poco a poco a una mesa donde había un montón de libros esparcidos, gente haciendo cálculos y hablando sobre la trama de alguna novela que habían leído la semana pasada.

Will, en cambio, charlaba con una chica que tenía una flauta travesera entre las manos.

«Aun más perfecto. La sociedad me aparta de mi mejor amigo».

Un chico se subió las gafas de montura azul y me miró con algo de miedo en los ojos.

—¿Quieres... sentarte? —preguntó.

Miré de reojo al rubio. Se había sentado y hablaba muy animado con la gente de su alrededor.

Bajé la cabeza y me senté. Saqué un libro mientras me comía el pastel de carne que tenía en mi bandeja. En la mesa solo se oían susurros y la mayoría de la gente solo leía.

En la mesa de Will, se habían puesto a cantar unos cuantos y reían a carcajadas.

Jason hacía pulsos y se daba empujones con sus compañeros.

Frank, Hazel y su mesa en general se lanzaba comida, pero de forma muy estratégica, como intentando hacer mosaicos humanos con olor a queso.

Pronto me di cuenta de que estaba viviendo un cliché.

«No es un cliché. Es un descanso de mi infierno diario».

En poco tiempo, los dioses se cansarían y me exigirían un plan para cargarme al chico. Prefería seguir en mi mundo cliché.

Empecé a comer cuando por el rabillo del ojo capté una imagen de pelo azabache. Perseus caminaba por el comedor buscando una mesa libre. Había pasado de largo de la mesa de los del equipo de natación, a pesar de que él era su capitán.

Fue al final del comedor y se sentó solo. 
Vi a dos chicas acercarse a él y una se puso a flirtear con él. Unos dos minutos después se fueron, la que había estado ligando tenía cara de decepción.

Entonces me levanté, ya que en mi mesa no estaba siendo nada productiva y fui hacia la mesa de Percy.

—Chloe, ya te he dicho que el viernes no puedo... —empezó a decir Percy sin levantar la vista.

Me aclaré la garganta para interrumpirle.

—Los nombres no son lo tuyo, ¿eh? —dije sin inmutarme.

El ojiverde levantó la cabeza con cara de confusión.

—Lo siento, pensaba que eras Chloe —se excusó.

Asentí y luego señalé con la cabeza la silla que había enfrente de la de Percy.

—No está ocupado, adelante.

Me senté y acabé mi comida a medio terminar. Analizaba disimuladamente todo lo que hacía Percy.

Este sacó una bolsa de papel de su mochila que contenía galletas azules.

Se comió cinco galletas en unos segundos. «Este chico no tiene fondo».

Pareció recordar que yo seguía ahí, así que me ofreció una. Iba a decir que no, pero en ese momento me rugieron las tripas. Seguía teniendo bastante hambre.

La probé y pensé que un monstruo había aparecido de la nada y me había mandado a los Elíseos.

Oh dioses... —murmuré.

—¿Perdona?

—Decía que estaba buenísima —corregí me error al pronunciar a ciertas deidades en plural.

Me explicó que las hacía su madre, y que eran azules porque siempre le había gustado la comida azul... Yo simplemente asentía, estaba siendo bastante borde, comparado con lo majo que parecía.

Ese era el problema. Era demasiado majo. Podría acabar cayéndome bien. Y por lo tanto, me costaría mucho más hacer mi trabajo.

«Juro sobre el río Estigio que algún día me la pagaréis, diosecillos» —pensé. Menos mal que no lo dije en voz alta, o tendría que pagar por mis promesas vacías.

De repente, recordé una cosa. Miré la hora de mi reloj. Solté parte de mi amplio vocabulario de palabrotas. Faltaban cinco minutos para las cuatro, misma hora a la que empieza baile contemporáneo.

—¿Qué pasa? —cuestionó Perseus.

—Llego tarde —me despedí, pero vi como el también miraba la hora y salía corriendo detrás de mí.

Supuse que iría a un entrenamiento de natación, pero los demás de su equipo seguían en la mesa sin preocuparse.

Me paré al lado de Will y le agarre del cuello de la camiseta, para luego salir arrastrándolo.

Él reaccionó rápido y pronto estábamos corriendo por el pasillo hacia el gimnasio, ya con ropa adecuada puesta.

Cuando entramos, casi me da algo al ver a Percy ahí. Will lo saludó sonriente, aunque se notaba que tampoco se lo esperaba encontrar aquí.

Entonces, entró la profesora y nos acercamos a ella.

—Hola, Annabeth Chase —dije, un poco más emocionada de lo debido.

—Will Solace.

La profesora nos sonrió, nos apuntó en una libreta y nos presentó a la clase.

Había cinco chicos y cinco chicas a partde de Will y de mí. Tres chicas se quedaron atontadas mirando a William y a Percy juntos. Dioses, que infantiles.

—Bueno, hablemos de la clase hoy —anunció la profesora—. La primera hora de clase, toca ballet. La segunda hora, haremos algo de baile moderno e intentaremos ir mezclando, ¿de acuerdo? En la segunda hora quiero que hagáis parejas para practicar, así que id pensándolas.

Unas chicas se acercaron a Will. La del medio habló primero.

—¿Will Solace? Encantada de conocerte —sonrió y le guiñó un ojo. Yo solté un suspiro de cansancio—. Soy Leyla Schuyler. ¿Eres mi pareja para la clase? —preguntó inocentemente—. ¿O ya tienes?

Me miró con asco y yo tuve que contenerme para no soltarle un guantazo. Will me miró. Supe que necesitaba ayuda para salir de ahí, pero por otro lado estaba un poco mosqueada con él, por haberme dejado sola para la comida. Decidí que ya discutiriamos más tarde, así que le saqué del lío.

—Lo siento —dije con un tono demasiado amable—, pero ya habíamos quedado en bailar juntos, ¿verdad, Will?

Él asintió, con algo de miedo. Schuyler nos dio la espalda indignada y se dirigió hacia Percy, que trató de esconder el desagrado en su cara. Me daba un poco de pena el chico.


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Así es, he vuelto, no estoy muerta xD

Le echaré la culpa a los exámenes y apañao '^^

Bueno, espero que os haya gustado el capítulo y todo eso.

¿Habéis leído Magnus Chase? Yo me acabé el primero hace unos días y *-*

Me despido.

~Pau

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