-Cap 13- Forma de vida

— Lincoln, oh, mí buen amigo. ¿Cuánto tiempo ha pasado? —dijo una voz tenebrosa y monótona— Tu muerte fue algo que nos sorprendió a todos, incluso a mí. Debo de admitir que... Nunca hubo alguien que me diera tanta pelea. Pensaba que adquirir el poder y control de este mundo sería sumamente sencillo. Pero llegaste tú para demostrar lo contrario, derrotaste a mis tropas en contadas ocasiones y eso me molestó. —suspiró— Aún así, no serás olvidado. —poso sus manos en el cristal que lo separaba del cuerpo del albimo— Le daré a tus amigos algo de ventaja, se han ganado ese "plus". Adiós, mí némesis.

La sombra despareció de la sala, dejando al cadáver de Lincoln en la negra y fría oscuridad, acompañado por sus congéneres. La morgue había estado llena las últimas dos semanas, luego de ataque de Springtrap muchos de los hombres de Loud se dispersaron, y ahora sólo quedaba una célula.

...

— ¿Qué se supone que debemos hacer con... Esta cosa? —dijo Lynn con un tono de confusión notorio en su voz.

— Resucitar a Lincoln, obvio —le contestó una de las hermanas del peli blanco— Mira, se que el DDR es peligroso en manos de Trap, aún así, en nuestra posesión no es mucho mejor.

— Apoyo la idea —remarcó Clyde— Las fuerzas armadas utilizarían el DDR para resucitar a cualquiera, y esto terminaría siendo aún peor.

— En cambio, si lo usamos con Lincoln tendríamos a nuestro hermano y líder de vuelta —analizó Lisa.

— No... Lincoln protegía esto por una razón.

Y así comenzaba una nueva disputa. Estas hermana habían perdido al único hermano que tuvieron en sus vidas, que las protegió y apoyó siempre que pudo, pero eso no importaba ahora. Estaba muerto, Lincoln estaba muerto, y el DDR era la única cosa que podría traerles de vuelta a su familiar, y antes de que Luan pudiera hablar...

— Cierren la boca, no tenemos idea de cómo usarlo y todos ustedes quieren resucitar a Lincoln, egoístas. ¿Cuántas personas querrían utilizar el DDR para resucitar fallecidos? Cientos, miles, ¿Millones tal vez? Aclaren sus mentes —los regañó una sombra.

Todo el ambiente quedó en silencio y muchos de los presentes congelados por la sorpresa e impresión de ver justo en frente suya a un soldado cualquier, que se atrevía a darles órdenes.

— ¿Quiere decirme qué demonios hace usted aquí? —El tono de Lynn mostraba molestia.

— Comandante Derius, fuerzas especiales del sector veintitrés. —mostró su placa y la lanzó al suelo— Pero ya no queda nada de ese sector, así que vine a supervisar el cuidado del DDR.

— ¿Cómo-

— Silencio, Clyde, cuando pida tu opinión, lo sabrás. —calló al moreno— ¿Pueden decirme cómo es que planean proteger esta cosa? —interrogó el recién llegado.

— Eso... En realidad, es una excelente pregunta. —admitó Lori.

La charla continuó por varias horas. Debates, reprimendas y reclamos eran las únicas cosas que se escuchaban desde fuera, pero no sé sabía con precisión acerca de qué discutían, seguramente el DDR. Cuando Derius terminó de escupir todo lo que tenía que decir, mostró sus verdaderas intenciones. Sólo había una forma exacta de eliminar el DDR de toda la faz de la tierra. Un volcán.

"Mí plan consiste en lo siguiente. Un grupo de soldados está listo para prestarnos su convoy y transportarnos adónde tenemos que llegar, el volcán. Sin embargo, mejoramos el convoy para que ustedes puedan ir con nosotros y desintegrar esta cosa, así Trap ni nadie podrá usarlo", aseguró con firmeza".

— ¿Qué le hace pensar que queremos destruirle, señor Derius? —replicó Luna molesta.

— Que su hermano habría hecho lo mismo. Y solo puedo ejecutar una orden de tal tamaño, sólo si ustedes aceptan. —Admitió algo enfadado— No quiero que se sientan comprometidos por Lincoln o una causa mayor, no tengo nada que perder o ganar si dicen que sí o que no.

— Diablos, ¿Qué juego intenta jugar? —le cuestionó una rubia.

— Estoy aquí para ganar esta guerra y no sólo una batalla —Golpeó la mesa— Voy a serles sincero, no tengo más opción que admitir que es arriesgado y estúpido. Pero si Springtrap consigue esto o el ejército, tendremos muertos vivientes caminando a las anchas en el planeta.

El debate comenzó, de nuevo. Un porcentaje de las hermanas estaba de acuerdo con Derius, por otro lado, las cinco restantes seguían negando las solicitudes y peticiones del joven. "Lo siento, si ustedes no aceptan, tendré que buscar a alguien de arriba que sí este de acuerdo". Sus corazones latieron con suma rapidez y la sensación de perderlo todo recorrió su cuerpo; de todos modos, tendrían que elegir.

Derius era conocido por ser un soldado de alto rango en el ejército. No provenía de ningún lugar, cero antecedentes y poca información útil en realidad. Así que no sabían si confiar en él, pero su plan era conciso y simple, llegar al volcán con el DDR y destruirlo para que ni los humanos ni los animatronicos lo utilizaran.

La misión empezaba, al final, todas aceptaron la propuesta. Tuvieron que ir en helicóptero al punto de reunión, donde Derius las esperaría. Para su sorpresa, no fue una trampa, sino toda una operación. El lugar se encontraba a toda su capacidad, soldados, vehículos, y armas.

— Espero que hayas traído el DDR —le reprochó Derius con su gruesa y autoritaria voz.

— Sí, lo transportamos junto a nosotras —informó Luan— Ahora, ¿Por donde empezamos?

— No hay un empezamos, señoritas, al menos no para ustedes. Pero sí para mis hombres —admitió algo enojado.

— ¿Qué? —exclamó Lori con su voz subida de tono.

— Mí general acaba de informarme. Esta misión es demasiado peligrosa, incluso para ustedes —llevó una de sus manos a la nuca— No quiero que me malinterpreten, yo no soy el que está a cargo.

— Según las estadísticas —Agregó la de anteojos— Mientras más soldados, más probabilidades de exi-

— Aún así, no tenemos el suficiente armamento para equipar a diez... Mujeres más. —suspiró el General.

Las chicas sonrieron, fueron al helicóptero y volvieron con los trajes y armas encima. "Diablos", gritó el mayor a cargo, mientras Derius reía. La operación debía ser rápida y casi silenciosa, en la mayor parte posible. El convoy fue cargado con el DDR. El viaje comenzaba desde la base, pasaba por un barranco y terminaba en el volcán dónde arrojarían el DDR.

El camino comenzó de manera lenta, las tropas se armaron, subieron y condujeron el camión. La poca esperanza y desconfianza se olía en el aire, en realidad, por todos lados, el el hecho de que esta misión fuera para destruir algo y no para salvarlo afectaba a cada uno de los hombres y hermanas subidos en ese transporte. Derius se había ganado el apoyo y respeto de sus soldados, pero el problema radicaba en las estrategias y misiones que el anteriormente mencionado les traía. Derius era un hombre de confianza, muchos comandantes hubieran perecido en las manos de algún que otro animatronico si no fuera por él. Aún así, las chicas no le tenían mucha estima.

Las hermanas debatían con tan solo su mirada. Lory y las cuatro mayores confiaban plenamente en las acciones y planes de Derius; por otro lado, las menores preferían darle un uso al DDR antes que destruirlo. Para su mala suerte, la palabra final era de Lory. Los animatronicos eran el problema más grande, no solo para el grupo, si no para la humanidad. La erradicación de la raza humana se dio hace ya tanto tiempo que casi ni se recordaba, los recién nacidos en este época sólo se verían un páramo desierto, agua y algún que otro árbol. Eso iba a cambiar si es que el DDR era destruido.

— ¿Todo bien allá atrás? —dijo Derius buscando saber cómo se encontraban sus hombres, y las hermanas, por supuesto.

— ¿Estar bien significa tener que destruir la única oportunidad de revivir a tu hermano? —dijo Luan molesta— Entonces sí.

Derius volvió a lo suyo, y ellas también. La carga iba arribando poco a poco a la localización de la montaña, y justo en ese instante los problemas llegaron. Una emboscada por parte de los animatronicos, improvisación. Los hombres abrieron un par de escotillas que estaban en el trailer donde transportaban la carga, sacaron el cañón de sus armas por ahí y sin dudarlo dos veces, apretaron el gatillo. Las balas volaron cubrieron el páramo, y los estruendosos estallidos rompieron el inmortal silencio en más de una ocasión.

La pelea se prolongó por media hora. El último aminatrónico cayó al suelo siendo arrollado por los vehículos y quedando abandonado para que se pudriera. Ningún soldado sufrió heridas, ya que al estar adentro del trailer reducían en gran parte el daño. Recargaron armas, prepararon municiones y esperaron la siguiente ronda, en cuanto atacarán, estarían listo. Era un hecho inevitable que no volvieran a arremeter contra sus convoy acabarían con esto. Lo inevitable, jamás pasó.

...

La fría superficie de roca, el ciego tan caluroso que freiría sus circuitos y los camiones que se acercaban con velocidad con la intención de arrollarlo. Caminó, las piedras lastimaron sus pies. Comenzó a correr, las rocas se incrustaron en sus patas casi atravesando su antigua carne. La rabia que acumuló durante años se desató en tan sólo un momento y de una manera muy poco práctica, embistió el Humvee que estaba delante del camión. Springtrap se presentó en la escena dejando fuera de combate a la defensa delantera del convoy.

El conductor del transporte apretó el acelerador con suma potencia, sacando a Trap del recorrido. Spring se incorporó, pero ya era tarde, ellos le llevaban mucha ventaja. Sonrió y puso sus manos detrás de la espalda y empezó a caminar en dirección contraria.


Fin del cap

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Deja el dinero en la banca, digo, tu voto. si tu quieres, claro. 

Bye

















aclaro algo quierdos lectores, este cap fue hecho por un amigo mio

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