Extra: t r e s
13 de Octubre del 2022
Tratar de huir de mis recuerdos con Jimin no resultó tan sencillo como lo creía. Luego de estar aproximadamente un mes pensando en que debía hacer y que no, decidí poner a prueba mi suerte e intentar ingresar a una de las universidades más prestigiosas de Estados Unidos.
Nunca esperé que me fuera a ir bien, pero para mí sorpresa fue así e incluso recibí felicitaciones por parte del decano de aquella universidad quién estaba totalmente sorprendido por el ensayo que le había enviado.
Los primeros días alejado de mi familia fueron un tanto difíciles, sobretodo porque siempre fui muy unido a ellos. Aún así el estar con mis nuevos amigos hacía que yo enfocará mi mente en otras cosas, como por ejemplo lo hermoso que es New Jersey.
Jisung y Joy se habían hecho mis amigos inmediatamente los conocí, ambos eran muy tranquilos y amigables lo que facilitó muchísimo el socializar con ellos. Ellos eran pareja, lo que hacía que yo siempre fuese el amigo que vivía colgado de ellos dos e interrumpía intencionalmente sus momentos amorosos.
Al principio de mi llegada a Estados Unidos, me preguntaba constantemente que hacía aquí. ¿Enserio pretendía huir de mis recuerdos con Jimin o solo intentaba acercarme más a él? Incluso en su momento me escapé a New York con la excusa de conocer a "La Gran Manzana" pero en realidad por cada paso que di en esos dos días mi único anhelo era encontrarme con el amor de mi vida y tener esos encuentros dramáticos que tanto veíamos en las películas.
Claramente no fue así, porque en realidad nunca lo ví. Ni siquiera cuando pasé por la gran entrada de la NYU.
Entonces mis visitas a New York se volvieron más seguidas, ya no era una vez al mes, sino una vez a la semana con la esperanza de volver a reencontrarme con el. La desesperación me ganaba al punto que incluso un dia ingresé desesperado a las residencias para preguntar por el.
Cuando lo hice y obtuve respuesta, fue cuando toqué fondo.
Ahí fue cuando me di cuenta lo mal que estaba haciendo las cosas, así que comencé a ir a terapia en los Estados Unidos. Al principio fue extraño, porque nunca consideré que yo tuviese grandes problemas.
Ya saben, tengo padres que me apoyan en todo, una familia medianamente decente y siempre fui libre de hacer lo que deseaba.
Eso mismo se lo explique a mi psicólogo e incluso le conté sobre mis amigos y lo mucho que los extrañaba. Pero la cosa cambió cuando comencé a hablar de Jimin y de nuestra relación.
El volver a nuestra infancia y lo mucho que había sufrido por el, me hizo romper en lágrimas y ahí fue cuando el psicólogo me animó a seguir yendo a nuestras sesiones.
No había que ser muy inteligente para darse cuenta que toda mi vida giraba alrededor de Jimin y ahora que el no estaba presente en la mía sentía un gran vacío, al punto que si me lo mencionaban me rompía en pedazos.
Había llegado a ese punto enfermizo en dónde no podía dejar de pensar en el ni un solo segundo, incluso cuando sabía que no debía ser así solo estaba intentando quemar tiempo. Porque eso hacía en New Jersey, no estaba estudiando para tener un futuro, ni mucho menos intentando superarme para lograr mis sueños, sino que estaba ocupando mi mente para que el tiempo pasara más rápido así nos volvíamos a reencontrar.
Cuando el psicólogo detecto mi problema lo comenzó a tratar de inmediato, y como buen estudiante de psicología lleve al pie de la letra el tratamiento.
Aunque por supuesto eso no significó que el sufrimiento se marchara inmediatamente.
-Vamos Jungkook- llamó Jisung en la puerta de nuestra habitación- Joy nos está esperando abajo.
Inmediatamente asentí y tomé mi chaqueta para salir junto a mi amigo.
Esa noche habíamos decidido salir, sobretodo para distraerme de que justo el día de hoy era el cumpleaños de mi ex novio. Lo que significaba que tenía el profundo deseo de escaparme a New York y buscarlo aunque sea para saludarlo.
Mis amigos, claramente, conocían mi historia con Jimin por lo tanto también se habían vuelto una ayuda para superarlo.
Mientras bajaba las escaleras, mi teléfono comenzó a sonar llamando mi atención. Sin dudar lo saqué de mi bolsillo y atendí sin verificar de quién se trataba.
-¿Hola?- contesté con tranquilidad.
Pero no obtuve respuesta, solo un ruido de música de fondo.
Alejé mi teléfono y al verificar el número mi corazón comenzó a latir rápidamente.
-¿Jimin?- susurré, pero nuevamente no obtuve respuesta solo un suspiro- ¿Estás bien?- pregunté preocupado.
Jisung me llamó y yo levanté mi mano deteniendolo para poder escuchar con atención a la llamada.
-¿Quién es él?- preguntó con voz ronca, y yo tragué saliva sin saber que responder- es tonto esto, pero de alguna manera esperaba que estuvieras aquí conmigo en este día.
-Jims...- murmuré con tristeza.
-No, no digas nada. Solo necesitaba escuchar tu voz, saber que estás bien- interrumpió con un hilo de voz- porque yo no lo estoy, te extraño y cada segundo sin ti es una jodida pesadilla.
-Yo también te extraño- contesté sabiendo que el en realidad había estado bebiendo- y lo hago con tanta locura que no te das ni una idea.
-Quiero dejar todo y volver contigo ¿Podemos hacer eso? Quiero que huyamos juntos y no estemos nunca más separados. Quiero decir a la mierda terapia y aceptar que lo único que me hace feliz eres tú- rio por unos segundos y al instante su risa se transformó en un sollozo- yo no entiendo que tiene de malo la dependencia, yo no entiendo qué tiene de malo que tú y yo nos amemos de esta manera...
Simplemente me quedé en silencio y me senté en el último escalón de aquella escalera intentando encontrar una respuesta a su pregunta.
Pero lamentablemente no la tenía, porque yo tampoco lo entendía.
En ese instante una voz se escuchó en la llamada.
-¡Mierda Jimin! ¿Qué haces?- preguntó una voz femenina- ¡Mira como estás! Yo le dije a Dante que no debíamos darte absolutamente nada para beber.
Tragué y solté un suspiro al notar que no estaba equivocado. Jimin había tomado y ahora eso me estaba preocupando.
-¿Aún me amas?- preguntó inmediatamente.
-Lo hago, pero necesito que me pases con esa persona que está ahí contigo- pedí mientras que él soltaba una queja.
Instantáneamente escuché quejas de tres voces, incluso había uno que hablaba en otro idioma y supuse que se trataba del compañero de cuarto de Jimin.
-Hola- soltó una voz aguda- disculpa el llamado, Jimin nos contó de ti y técnicamente esto no debería haber pasado pero se nos salió de control todo.
-¿El está bien?- pregunté soltando un suspiro.
-Si bien le dices a qué esté casi en intentando pararse y que se caiga al suelo nuevamente. Está sumamente bien- contestó inmediatamente.
-¡Seulgi no digas esas cosas! Non essere sciocco, si preoccuperà.- se quejó alguien más.
-Hey ¿Puedes decirme dónde están?- pregunté.
-En New York, estamos en una fiesta a unas cuadras de la residencia.
-De acuerdo, en una hora estoy allí- sin decir más colgué la llamada y miré a mis amigos para recibir un gran suspiro de parte de ambos.
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