Extra: c u a t r o

13 de Octubre del 2022

Desde muy chico descubrí que tenía una verdadera pasión por ser el héroe de Jimin. Si suena extraño, pero salvarlo de si mismo me daba paz metal y ni siquiera me daba cuenta del daño que me hacía yo mismo.

Cuando conocí a Jimin y vi esos hermosos ojos, me propuse a sacar esa tristeza de su corazón sin importar lo que me costase.

Pero yo no sabía el valor tan alto que iba a tener esto.

Seulgi, una de las amigas de Jimin, me dejó ingresar a la habitación.

—Asi que tú eres Jungkook— susurró ella en voz baja— lo siento mucho que te hayas tenido que venir hasta aquí, esto se nos salió un poco de control y nunca pensamos que te iba a llamar— luego frunció el ceño— o que tú ibas a estar tan cerca de aquí.

—Si, yo tampoco pensé que iba a venir— confesé con nerviosismo. Inmediatamente comencé a buscar con mi mirada a Jimin y al verlo recostado en la cama sentí como mi corazón se rompía en pedazos.

Me acerqué a él y sin dudar me agaché para llevar una de mis manos a su cabeza y tocar su cabello.

El estaba más delgado de lo normal e incluso podía notar el descuido que había en su persona. Jimin no estaba bien y estaba seguro que eso también era mi culpa.

—¿Bebió mucho?— pregunté sin dejar de mirarlo.

—Un poco, no sabemos en que momento porque al menos por media hora se nos perdió— confesó con pena— ¿Es normal que haga eso?— preguntó preocupada.

—Jimin siempre ha bebido con supervisión— contesté inmediatamente— nunca ha tomado más de uno o dos vasos, y generalmente el segundo me lo termino acabando yo— suspiré y acaricié una de sus mejillas.

¿Qué es lo que debo hacer para que estés bien?

—Yo voy a estar en mi habitación— soltó con pena— Dante me ayudó a traerlo, pero se volvió a la fiesta. Me dijo que te puedes quedar aquí si así lo deseas, porque el volverá por la mañana.

Yo solté un suspiro y asentí.

—Gracias Seulgi— contesté y ella solo hizo una reverencia para salir de la habitación y dejarme a solas con Jimin.

Me acerqué hasta el y trate de olfatearlo, pero solo podía sentir un aroma fuerte a alcohol el cuál me hizo preocupar bastante. Aún así su pelo estaba mojado, e incluso tenía ropa cómoda, lo me hizo concluir que lo habían ayudado a tomar una ducha.

Me saque la chaqueta y la dejé a los pies de la cama, y luego de apagar la luz, hice lo mismo de siempre. Atraerlo a mi y abrazarlo fuertemente, intentando hacer que toda esa angustia y dolor se disipará.

Jimin al sentir mis brazos a su alrededor, intento alejarme asustado y con una lucha bastante grande abrió sus ojos.

Al verme solo se quedó en silencio, sin entender que estaba pasando.

—¿Jungkook?— soltó intentando levantarse de golpe. Yo inmediatamente lo detuve y lo hice recostarse nuevamente— Yo...— hizo una pausa— ¿Estoy soñando?— preguntó intentando abrir sus ojos nuevamente.

—Lo estás— contesté con un susurro y el de manera melosa soltó una risa para abrazarme fuertemente.

—Entonces que sueño tan hermoso estoy teniendo— contestó sin soltarme— ¿Puedo quedarme soñando para siempre? Porque ya no aguanto estar sin ti.

Apoyé mi barbilla en su cabeza y me mordí el labio inferior conteniendo mis lágrimas.

Ya no quería pasar por esto, ya no aguantaba que el sufriese así por mi culpa y mucho menos quería que esto se estuviese repitiendo.

Yo no debía estar allí, y esto no era justo para ninguno de los dos.

—Quedate conmigo para siempre Jungkookie— susurró metiendo sus manos bajo mi camiseta— incluso si debo dormirme para siempre para estar contigo lo haré.

Tragué y levanté su rostro para hacer que me observé.

—¿Me amas?— pregunté con un hilo de voz y este asintió con una pequeña sonrisa— Entonces ¿Por qué no estás cumpliendo con tu promesa? Me dijiste que ibas a tratar de sanar y mira como estás.

Jimin hizo un puchero y negó con tristeza.

—Es que no puedo sin tí— soltó unos segundos después— yo no puedo vivir sin mi héroe.

—Por favor Jimin, necesito que arreglemos nuestras mierdas. Yo no puedo amarte si constantemente nos vamos a estar haciendo daño— solté comenzando a llorar.

El se me quedó mirando sin entender que decía y tan solo unos segundos después en su rostro se formó un puchero.

—¿También lloraras en mis sueños?— preguntó de manera triste— ya no me gusta esto— soltó dándome un empujón.

Pero instantáneamente volvió a abrazarme haciéndome sentir totalmente pérdido.

—Solo por esta noche no llores, déjame disfrutar de tenerte aquí— pidió en voz baja— amaría que esto fuese real.

Tragué saliva y lo abracé fuerte para darle un beso en una de sus mejillas.

—Promete que cuando despiertes harás todo lo posible para mejorar y estar mejor— pedí bajito— prométeme que vas a ser feliz, y de esa manera esto se hará real.

Una sonrisa se formó en su rostro y yo sonreí inevitablemente.

—Lo prometo, pero quédate así conmigo una vez más— pidió suspirando— anhelo tanto volver a estar entre tus brazos.

Yo no dije nada más y lo volví a abrazar mientras le daba pequeños besitos en su rostro. Me mantuve así por toda esa noche, hasta que el se durmió profundamente una vez más entre mis brazos.

Yo simplemente no pude dormir, mi cabeza no dejaba de pensar en cómo hacer para arreglar esto. Ni siquiera estar alejados funcionaba del todo.

¿Acaso debo hacer que me odie para que se ame? ¿Acaso debo romper todo tipo de esperanza que quede para que el mejore?

Esa noche llegué a una conclusión y tal vez sería una de las más dolorosas en mi vida.

Jimin necesitaba perderme en su vida para estar bien, el necesitaba olvidarme para amarse y para ello yo tenía que lastimarlo.

Cuando se hizo la madrugada, el compañero de habitación de él ingreso con cuidado y esa fue mi señal para levantarme.

—Lo siento no quería despertarte— susurro en voz baja.

—Esta bien de igual manera ya me iba— tomé mi chaqueta y observé por última vez al amor de mi vida.

—¿No te quedarás hasta que despierte?— preguntó frunciendo el ceño y yo simplemente negué mientras lo tapaba.

—El no tiene porqué saber que yo estuve aquí— solté unos segundos después— solo no se lo digas, el pensara que fue un sueño.

El rubio frunció el ceño y comenzó a negar.

—¿No crees que hacer eso es demasiado cruel? Jimin sufre por ti cada maldita noche— señaló con molestia— eso lo esta matando.

—Y por eso mismo tengo que alejarme de él— murmuré con tranquilidad— escucha, yo sé que no me conoces y también soy consciente que ante tus ojos soy un enemigo por estar haciéndolo sufrir, pero quiero que entiendas que esto se está escapando de mis manos y el estar aquí solo empeorará las cosas— el trago y cerró sus ojos— el te va a necesitar Dante, y aunque deteste la idea tal vez tú puedas lograr lo que yo no.

—Si se enamora de mi, olvídate de el para el resto de tu vida— soltó con el ceño fruncido y yo simplemente miré al piso con tristeza.

—Si eso significa que el sea feliz, lo haré pero entiende que lo único que yo anhelo es que el esté sano por fuera y por dentro. Ya no puedo estar aquí para rescatarlo, está vez necesito salvarme yo mismo— susurré bajito.

Dante asintió y fijo su mirada en Jimin con un dejé de tristeza.

—De acuerdo— asintió con una mueca— salvate y asegúrate de estar sano para ser feliz con él porque estoy seguro que el lo hará para estar feliz contigo.

Asentí e hice una pequeña reverencia.

—Gracias— susurré y el simplemente negó.

—Lo hago por el y porque merece ser feliz— soltó inmediatamente.

Y nunca estuve tan de acuerdo con esa respuesta, Jimin merecía ser feliz y para eso ambos necesitábamos sanar. 

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