7
—De acuerdo. ¿Y qué pasaría en el caso de que yo no quiera romperte el corazón? —preguntó, bebiendo su jugo de naranja.
Apoyé mi cabeza en la mesa y resoplé con exasperación.
En la mañana al despertar, Jungkook me dijo que accedería, pero con la condición de que debía contestar miles de preguntas con situaciones hipotéticas.
Ya llevaba una hora escuchando miles de situaciones diferentes, y nunca íbamos al plan definitivo.
—Si no me quieres cortar, no lo hagas —exclamé por quinta vez—, pero para eso deberías enamorarte de mí y es tu trabajo evitar que eso ocurra —recordé.
Jungkook asintió y estiró su mano para tomar otra galleta.
—¿Y qué pasaría si ambos nos enamoramos? ¿Que pasaría si ninguno quiere romperle el corazón al otro?
—No creo que vaya a pasar.
Jungkook seguía esperando una respuesta, así que me resigné y respondí.
—Supongo que si eso llegara a pasar, lo hablaríamos, ¿no?
Él se encogió de hombros.
—Eres tú quien ideó este plan demente, así que si no sabes tú, qué sabré yo.
—Bueno, ya veremos más adelante. Por ahora solo debes concentrarte en enamorarme —resoplé.
—Creo que no eres consciente de lo mal planeado que está todo esto —dijo—. Quieres que te enamoe y te rompa el corazón solo porque quieres saber qué se siente, pero no tomaste en cuenta nuestra amistad, ni qué pasaría si nos enamoráramos en serio —acusó.
—Es que la idea es enamorarme en serio, Jungkook —repetí, lleno de frustración.
Me miró por unos segundos.
—Solo déjame preguntarte una última cosa —pidió—. ¿Eres consciente de que para enamorarte voy a tener que dejar de verte como mi mejor amigo? Es decir, voy a coquetearte abiertamente, voy a intentar estar cerca en todo momento, inclusive llegará la oportunidad en donde quiera besarte. ¿Estás dispuesto a que haga todo eso?
Guardé silencio por unos segundos, pero no porque me desagradara la situación que me planteaba, sino porque tantos años años de amistad serían cambiados por algo que podría terminar con nosotros dos en una cama —y no para dormir.
Podían suceder muchas cosas, como pelearnos y no querer vernos nunca más, pero si justamente estoy eligiéndolo a él es porque no puedo imaginarme una vida sin estar a su lado, sería capaz de perdonarle lo que fuera con tal de que se quede conmigo.
Nos conocemos desde los siete años y siempre hemos inseparables, un enamoramiento no iba a cambiar eso.
Y como dije antes, no creo que el amor sea gran cosa.
—Jungkook, si te lo pido es porque sé que puedes enamorarme —confesé— De alguna manera, siento que... Siento que puedo conocer el amor si estás en la misma oración. Así que sí, sé que tienes que dejar de verme como tu mejor amigo.
—De acuerdo, lo haré. A partir de mañana empezaré con esto de enamorarte —avisó, mientras caminaba hacia mí. Me levanté y él no paró de acercarse hasta quedar a centímetros de mi rostro—. Al fin vas a conocer a quien siempre quise mostrarte —susurró a centímetros de mi boca.
—¿Qué? —pregunté confundido.
Por alguna extraña razón no retrocedí ni me aparté, sino que me quedé observando su boca y ese pequeño lunar debajo de su labio inferior. Nunca lo había notado...
¿En qué momento llegó ahí?
Me sonrió pícaramente y dejó un beso tan cerca de mi boca, que me hizo sentir cosas nuevas.
¿Confusión?
¿Nervios?
¿Curiosidad?
No lo sé, pero de una cosa estoy seguro... Al parecer, a Jungkook no le será muy complicado enamorarme; al fin y al cabo, estoy seguro de que es un conquistador nato.
Todo era extraño.
Luego de lo que había pasado, Jungkook apenas me prestaba atención, y si lo hacía era para molestarme.
Generalmente, siempre encuentra la manera de irritarme, pero estas últimas horas que estuve con él fueron... desesperantes.
Me daba empujoncitos, golpecitos en la cabeza e incluso me pellizcaba la nariz al punto de dejármela completamente roja.
Por suerte, mi padre me rescató de la tortura Jeon a las seis de la tarde. Jungkook simplemente se despidió de mí con una sonrisa, y ni siquiera me dio un beso en la frente como generalmente hacía.
Me metí al auto, molesto por su comportamiento extraño.
—Wow. Buenas tardes, hijo —exclamó mi padre en el momento en que azoté la puerta del auto—. ¿Eres consciente que la puerta no es giratoria? Porque con ese golpe casi la conviertes en una.
Suspiré tratando de tranquilizarme. Me coloqué el cinturón y mi papá arrancó el auto.
—Lo siento, es solo que Jungkook estuvo bastante irritante el día de hoy —sonreí y me giré para observarlo—. ¿Cómo estás?
Mi padre estiró su mano y revolvió mi cabello.
—Bien, ahora que te veo —sonrió—. ¿Cómo la pasaste ayer en la fiesta? Yoongi llegó súper tarde a casa. Estaba preocupado por ambos. ¿A qué hora se volvieron?
—¿Nosotros? A la una y media como mucho. Seokjin hyung tenía que visitar a su novia en la mañana, por lo que quiso regresar temprano. ¿Sabes dónde anduvo Yoongi?
Mi padre se encogió de hombros.
—Sabes que tu hermano no dice muchas cosas —explicó—, pero supongo que donde sea que estuvo, la paso bien, porque llegó con una sonrisa de oreja a oreja.
Negué con diversión.
Yoongi no es precisamente una persona amargada, sino todo lo contrario. Es un chico muy dulce y atento. Lo que sorprende es que generalmente nunca sale, y no solamente eso, sino que jamás lo hemos visto llegar alegre de una juntada.
Suele decir que "pierde" tiempo en esas cosas, cuando en realidad podría estar estudiando. Yoongi es muy parecido a mí, prefiere las cosas tranquilas y sin tanta gente. Le gusta divertirse de manera relajada, nada de alcohol ni música fuerte. Es como si lo hubiésemos heredado de nuestro padre, porque él es exactamente igual en cuanto a esas cosas.
Podría decirse que somos almas libres que disfrutan de la tranquilidad y la paz; apreciamos los momentos donde podemos estar con la gente que queremos sin hacer demasiado escándalo.
—¿Quieres que compre helado?
Asentí efusivamente, mientras él cambiaba la ruta para dirigirnos hacia la heladería.
—¿Qué estuvieron haciendo con Jungkook? Me enteré que sus papás no están en casa —señaló con curiosidad.
—Nada interesante, solo ver películas y comer —dije con aburrimiento—. Estuvo un poco tonto hoy, creo que me pegó en la cabeza como cinco veces. Si lo llegaba a hacer una vez más, lo más probable es que hubiera cometido un crimen.
Papá comenzó a reír como si hubiese hecho el mejor chiste del año, pero la verdad es que no tuve la intención de dar gracia.
—¿Qué es lo gracioso?
—Como padre me doy cuenta de cosas que tal vez ustedes no ven —explicó con tranquilidad—. Por ejemplo, sé de quién está enamorado Yoongi, aunque él ni siquiera quiera aceptarlo. También sé que hay un compañerito de Ryujin que le manda cartas, de la misma que sé en cuántas relaciones ha estado sin siquiera habérmelo dicho.
Suspiró y me miró rápidamente.
—Lo único que no conozco es lo que pasa dentro de tu cabeza, hijo. ¿Eres consciente de que puedes confiarme lo que sea? ¡He demostrado ser un padre de mente abierta!
Lo observé con gracia ante su último comentario.
—Papá, si indirectamente me estás preguntando acerca de mi sexualidad o si hay alguien que me gusta, te ahorro el trabajo. No lo sé. Te podría decir que me gustan las chicas, pero no tengo ni idea de lo que es estar con una. Así que podrás imaginarte que sé mucho menos acerca de lo que es estar con un chico. Nunca... nunca tuve el interés.
Hasta ahora.
Detuvo el auto en la heladería y soltó un suspiro.
—Lo sé, hijo. Pero una parte de mí me dice que no buscas el amor porque no lo necesitas. —Estiró su mano hasta mi cabeza y revolvió mi cabello—. Después de todo, tienes a alguien que te da todo el amor necesario.
Guardé silencio, mientras sentía en mi interior una mezcla de confusión e incredulidad.
—¿Hablas de Koo? —reí—. Papá, créeme que él y yo solo somos amigos. Literalmente, nunca me ha tocado un pelo, y yo tampoco a él.
—No lo entiendes, pero en algún momento lo harás —susurró, mientras abría la puerta del auto—. ¿Los mismos gustos de siempre?
Yo asentí confundido y él se fue.
¿Qué carajos acaba de pasar?
¡Muchas gracias por leer! Espero que les esté gustando.
Apoyen con sus votos, muchas gracias por leerlo ♥︎
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