38
Esa noche aguante las lágrimas a más no poder, y es que simplemente me negaba a mostrar debilidad delante de todos.
Era un momento feliz, simplemente no lo podía cagar con mis problemas. La celebración terminó para nosotros cuando Jungkook se cansó de jugar al chico sonrisa, su sociabilidad y paciencia tienen un límite. Sobretodo cuando tenés un primo como Yeongjin que claramente tiene la pasión de crear conflictos en las parejas de la familia.
Si la noche terminaba para mí novio, también terminaba para mí. Así que simplemente nos despedimos y con tranquilidad nos fuimos a nuestra habitación.
Ninguno de los dos decía una palabra, simplemente nos metimos a la habitación y nos cambiamos para dormir. Pero yo había entendido todo, absolutamente todo lo que él había querido decirme.
Luego de lavarme los dientes y recostarme me quedé mirando al techo, esperando por él. No quería rendirme, no quería darme por vencido tan rápido. Pero si el lo estaba haciendo ¿Cómo evitaría yo solo que esto se terminara?
Jungkook se recostó a mi lado luego de salir del baño y apagó la luz, inmediatamente me voltee dándole la espalda.
No esperaba de él, en ese momento, absolutamente nada. Porque sabía que estaba molesto, sabía que no quería estar conmigo y sabía que si pudiese irse a dormir a otro lado lo haría.
Pero una pizca de esperanza apareció cuando Jungkook se acercó a mi y me abrazó, para apoyar su nariz en mi espalda.
Pasamos unos segundos así, hasta que simplemente me senté en la cama y me giré un poco para verlo.
—¿La canción era para mí?— pregunté bajito, y el simplemente se me quedó mirando sin responder— si lo era— concluí para soltar un suspiro y levantarme de la cama.
—¿A dónde vas?— preguntó asustado y yo señalé mi mochila.
—Tengo frío en los pies— confesé abriéndola— por las dudas me traje mis medias y creo que llegó el momento de usarlas.
Mientras las buscaba podía sentir como Jungkook se levantaba de la cama y caminaba detrás de mi.
Cuando las encontré me levanté y me giré para encontrarme con el. Tenía los ojos bien abiertos y su boquita apenas abierta, como si quisiese decir algo pero no pudiese.
Me quedé mirandolo por unos segundos y aún estaba ese brillo, ese brillo en sus ojos cuando me miraba y yo no quería perderlo. No quería perder lo único que me quedaba de su amor.
Bajé mi mirada hasta sus labios y simplemente fue necesario eso, para que yo soltase la benditas medias y fuera directo a besarlo.
Jungkook no dudo ni un segundo en corresponder, porque inmediatamente lo hizo y respondió de la manera más desesperada posible.
Estaba empezando a entender que nuestro problema no era el amor, sino que no sabíamos cómo controlarlo. Nos queríamos tan desesperadamente que nos estábamos lastimando, nos estábamos dañando y eso nos estaba deteriorando.
¿Nos amamos? Si, demasiado y el problema es que es no sabíamos cómo controlarlo.
Jungkook me recostó sobre la cama y sin dudar se sacó la camisa con desesperación.
Pero yo no podía dejar de pensar en que esto nos iba a lastimar más. Esto nos iba a seguir rompiendo hasta que él perdiera ese brillo, hasta que simplemente su mirada se volviera algo sin amor.
Comenzó a besar mi cuello y podía sentir como su respiración estaba más agitada de lo normal. Sus brazos temblaban y su cuerpo también.
Lo estoy lastimando, nos estoy lastimando.
En ese momento supe que iba a pasar, y simplemente lo abracé. Lo abracé tan fuerte que él no pudo evitar derrumbarse y comenzar a llorar.
Y yo tampoco pude evitarlo.
Ambos sabíamos que el daño que nos estábamos haciendo era demasiado, pero no teníamos la valentía suficiente para cortar con esto.
Porque... tenemos miedo de perdernos, tenemos miedo de que una separación solo nos vuelva completos desconocidos, tenemos miedo de perder tantos años de amor.
Por que... Simplemente tenemos miedo de rompernos el corazón.
La señora Jeon me dió un beso en la mejilla y un dulce abrazo en la cocina.
—Jimin, no sé que estará pasando entre ustedes dos pero sé que podrán solucionarlo— susurró bajito la mamá de Jungkook.
Yo inmediatamente sonreír y le agradecí dándole otro abrazo.
La noche anterior había sido difícil, ambos nos habíamos dormido llorando y cuando nos despertamos nuestros ojos y ánimos no delataban frente a todos.
A pesar de que habíamos estado juntos toda la mañana, todos podían sentir que algo no andaba bien. Inclusive nosotros mismos, que nos habíamos apegado como si algo peor fuese a pasar.
Desde que nos despertamos, Jungkook no deja de abrazarme y yo no dejo de contestar sus abrazos con pequeñas muestras de amor. Pero algo en mi pecho me decía que debíamos encontrar la forma de solucionar esto de la manera más sana.
—Vayan con cuidado en el viaje— pidió el señor Jeon— yo les daré sus saludos a los chicos y les explicaré que tenían que irse temprano.
Yo asentí sonriendo y abracé a Jungkook por las espaldas mientras contestaba un mensaje de texto.
—Ahí le avisé a Yoongi que vamos en camino— me informó suavemente y yo asentí para darle un besito en la espalda.
—Gracias señores Jeon por la invitación— agradecí con una sonrisa— pase una linda noche junto a ustedes y su familia.
Ellos me sonrieron y yo hice una pequeña reverencia que los hizo sonreír aún más.
—Enserio me gustaría que puedan quedarse un poquito más— hizo puchero mi suegra.
—Lo sé ma, pero el papá de Jimin nos espera para el almuerzo— dió un beso en mi cabeza— tal vez a la tarde, podemos volver unos días acá antes de ya irnos al departamento— ofreció observandome.
Yo inmediatamente asentí y ella sonriendo dió pequeños aplausos.
—Entonces los espero.
Luego de despedirnos nos subimos al auto, en camino a mi casa. Papá había insistido que fuésemos a comer con ellos, parecía que quería presentarnos a la mujer con la que estaba saliendo y eso lo tenía bastante emocionado.
Honestamente no tenía ganas de sonreír y hablar mucho, pero debía intentarlo por papá.
—Le diré a mamá que estoy descompuesto y que directamente nos iremos al departamento ¿Te parece?— preguntó con una pequeña sonrisa— creo que ambos merecemos un descanso de tanta gente.
Inmediatamente sonreí y antes de que arrancase el auto yo le di un besito en los labios.
—Me parece buena idea— me acomodé en mi asiento y solté un suspiro— creo que cuando estemos allá vamos a poder hablar más tranquilos ¿Verdad?
—Si, enserio creo que necesitamos una charla— opinó comenzando a conducir.
Tomé mi teléfono y antes de poder desbloquearlo este se apagó.
—Me quedé sin carga— suspiré guardandolo en la mochila— igual le avisaste a Yoon que vamos para allá ¿Verdad?
Jungkook asintió y estiró su mano hasta su bolsillo, sacó el teléfono y me lo entregó.
—Fijate si lo envíe— pidió y yo asentí comenzando revisando el chat que tenía con mi hermano.
—Sip— hice una mueca— igual ya también te estás por quedar sin batería— informé— voy a apagarlo para que la tengamos de reserva.
Jungkook asintió mientras me guiñaba el ojo y yo apagaba su teléfono para dejarlo al lado del mío. En ese momento el estiró su mano y prendió la música del auto.
Sin apartar la vista del camino y conociendo bien su auto, Jungkook colocó una canción y me miró con una sonrisa.
—Creo que encontré una canción para dedicarte el día de hoy— susurró con una mirada pícara.
—¿No me vas a dedicar una acerca de un amor trágico o algo para decirme que ya te estás dando por vencido conmigo? Recuerda que ando sensible y me largo a llorar— señalé sonriendo.
Jungkook comenzó a negar riendo y simplemente la colocó.
En ese instante una sonrisa se me formó en el rostro al reconocer la canción y comencé a negar riendo.
—Pensé que te habías quedado sin canciones— solté riendo.
—Siempre tengo canciones, incluso tengo una playlist con las canciones que te quiero dedicar— me guiñó el ojo— solo que cuando estoy molesto no te las envío.
Solté la carcajada y me di un beso en la mano para apoyarla en su boca.
—You are the only one I'll ever love... Yeah, you, if it's not you, it's not anyone— comenzó a cantar con una sonrisa mientras que por unos cuantos segundos se volteaba para mirarme— Looking back on my life. You're the only good I've ever done.
Me mordí el labio inferior y suspiré.
—Te amo con mi vida— confesé mirándolo.
—Y yo con la mía Park Jimin, siempre vas a ser el único en mi corazón.
Jungkook estacionó el auto detrás de un vehículo desconocido para ambos. Yo miré a mi novio y este comenzó a mover las cejas con gracia.
—Vas a conocer a tu nueva madrastra— soltó con gracia, yo puse los ojos en blanco y este riendo se acercó para darme un beso en los labios— cambia esa cara, creerá que la odias.
Yo le sonreí y el imitó mi sonrisa, cuando estaba a punto de salir del auto. Jungkook salió rápidamente y antes de que pudiese abrir la puerta puso seguro desde afuera con la alarma, logrando que yo lo viese confundido.
Corrió hasta la puerta por la cuál yo debía bajar y sacó el seguro para abrirla de manera caballerosa.
—¿Estás bromeando?— pregunté riendo, y el extendió su mano para que yo la tomase.
Cuando lo hice, Gguks cerró la puerta y me dió una vueltita haciendo que ría.
—Bailemos un vals hasta la puerta de tu casa— pidió agarrándome de la cintura provocando que yo solamente comenzará a reír mientras me hacía bailar de forma exagerada.
Sabía que lo estaba haciendo para que me cara cambie y sabía que también lo hacía para curar esas pequeñas heridas que habíamos creado estas últimas semanas.
Ambos estábamos tambaleando, y nos iba a costar remediar todo pero sabía que con esfuerzo y amor lo íbamos a lograr.
Nos detuvo en la puerta y antes de abrir esta, lo miré.
—Debes avisarle a tus padres que llegamos sino estarán preocupados— recordé y el abrió su boca para darme un beso rápido y salir corriendo al auto.
Jungkook y yo enserio nos amabamos, pero yo tenía tantas cosas internas que arreglar.
Abrí la puerta y me metí a la casa.
—Papá ya llegué— avisé en voz alta mientras me sacaba las zapatillas.
Me sorprendió bastante que no viniese nadie a recibirme, pero también me preocupó el hecho de los susurros y murmullos que habían en el living.
Suspirando acomodé mis zapatillas al lado de la puerta y con tranquilidad caminé hasta el living.
Durante mucho tiempo tuve demasiados miedos, uno de ellos es el abandono. Luego de que mi madre se fuese quedaron secuelas en mi mente y corazón que hasta el día de hoy no sanan.
Y seamos honestos, hay cosas duras en esta vida y el no tener a uno de tus padres es una muy grande. Sea el motivo por el cuál los pierdas, siempre van a dejar un pequeño vacío en tu corazón que aunque quieras rellenarlo, siempre será imposible.
Siempre me pregunté ¿Cómo hubiese sido mi vida si ella no sé hubiese ido? ¿Sería feliz? ¿No tendría tantas inseguridades? Tal vez incluso mi relación con Jungkook no hubiese sido igual. Pero ¿Qué cosas hubiesen cambiado?
Cada parte que fue destruida en mi y cada problema que tengo siempre fueron porque nunca superé su partida. En mi mente siempre existió esa culpabilidad de que mi por mi culpa mis padres se habían separado y que por mi había sido que ella se fue.
Yoongi siempre intentó quitar esos pensamientos de mi cabeza, asegurándome que no es nuestra culpa que ella nunca haya tenido instinto maternal. Pero de alguna manera siempre he creído que ella tampoco tenía la culpa por no tenerlo, ya que hay cosas en esta vida que no estamos listos para afrontar y tal vez ser madre fue una de esas cosas.
Pero aún así, ella podría haberse ido sin destruirnos, sin habernos dicho que fuimos el peor error de su vida.
Sin decir que me odiaba y que ojalá desapareciera porque ya no me aguantaba.
Era tan solo un niño, y a pesar de que no me acuerdo ni de la mitad de mi infancia esas palabras me torturan hasta el día de hoy. En mis pesadillas veo sus ojos llenos de desprecio y odio, y con la sinceridad que me deseaba que fuera de su vida.
Por eso, cuando entré a esa sala mi corazón se detuvo. No porque ví la cara de mi hermano llena de miedo y pánico, no porque ví a Taehyung acercándose a mi con miedo y mucho menos cuando ví a papá con una mirada llena de nervios al verme.
Sino porque la vi a ella, a la mujer que destruyó mi infancia, aquella que me convirtió en el ser más inseguro que podría existir, a la única persona que le dije el te amo más sincero y aún así me odió.
El primer amor de tu vida son tus padres, ya sea que tengas a uno o ambos ellos cumplen un rol muy importante en el desarrollo mental de los hijos. Cuando uno de estos falla nuestra mentalidad se ve quebrantada.
Y mi mentalidad no está sana como para aguantar un golpe tan grande como este.
—Hijo, que hermoso que estás...
¡Muchas gracias por leer! Espero que les esté gustando. Apoyen con sus votos y comentarios. ♥︎
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