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La música sonaba por todo el lugar, y yo me mantenía tomado de la mano de Jungkook mientras que este hablaba entretenido con sus amigos.

Siempre que iba a una fiesta pensaba en que yo no encajaba en el lugar, me sentía extraño y un tanto pérdido ante la diversión de otros.

Jungkook por el contrario las amaba y se divertía muchísimo en ellas, aunque lógicamente desde que estamos de novios no ha vuelto a hacer una fiesta o asistir a una.

—No, y la fiesta en tu casa Jaehyun— Mingyu golpeó al chico que estaba enfrente a él— Jungkook se olvidó hasta de su apellido, que buenos momentos.

Yo miré a otro lado y suspiré, si generalmente no encajo en estos lugares, imaginense entre los amigos de Jungkook.

Di un sorbo a la bebida y solté la mano de mi novio, para llamar su atención.

—¿A dónde vas?— preguntó frunciendo el ceño.

—Al baño, ya regreso— sonreí dulcemente y el hizo una mueca.

—Te acompaño— avisó y cuando ví la cara de sus amigos comencé a reír.

—Tranquilo, no me voy a perder— solté sonriendo— quédate aquí, voy y vengo rápido.

Jungkook abrió su boca inseguro.

—Vamos Jungkook, déjalo un ratito— rio Mingyu— no se va a ir con otro.

—Ya lo sé— soltó inmediatamente Jungkook— pero...ahg de acuerdo, solo no te demores.

Yo asentí sonriendo y me marché de allí, para finalmente sacar la sonrisa falsa que ya estaba comenzando a molestar.

Subí las escaleras con toda la paciencia del mundo, sin soltar mi vaso y con la intención de demorarme todo el tiempo posible.

Taehyung se había aburrido de estar hablando con los amigos de Jungkook, así que simplemente salió corriendo a otros rincones de la fiesta pero lógicamente al estar con Jungkook yo no pude seguirlo.

No me quería separar de él, y sabía que el tampoco se quería separar de mi.

Pero ahora necesitaba ir a lavarme la cara, incluso darme una charla motivacional para lograr convencerme que debo pasarla bien.

Aunque quiera salir corriendo de aquí.

Me metí al baño y lavé mi cara, y aunque la charla motivacional no sirvió de mucho, tuve que simplemente sonreírme a mi mismo para creerme que todo estaba en orden.

Dos golpes en la puerta me hicieron soltar un suspiro, simplemente no contesté y cerré el agua para acercarme a ella.

—Creo que está ocupado— soltó una chica— esperemos, no debe demorar.

—¿Alguien vio a Jeon y Park?— preguntó una voz conocida— Dios, me producen tanta pena.

—¿Por qué siempre terminamos hablando de ellos?— suspiró otra voz— simplemente ignora Chiara, déjalos.

—¿Por qué los defiendes SunSeok?— preguntó Chiara con voz molesta— por favor todos sabemos que ahora son el tema del que todos hablan, y es que simplemente con solo verlos te enferman.

—¿Crees que vayan a durar mucho?— preguntó la voz que no reconocía.

—Nah, Jungkook se agota fácilmente. Debe ser irritante tener a Park pegado todo el tiempo, además ¿Les vieron las caras a los amigos? Hasta Taehyung debe estar agotado— rio— pobres, se ven lindos juntos pero se nota a kilómetros que no saben ser sanos.

—Escuché que van a vivir juntos— rieron— tres meses llevan, y ya van a hacer eso. Es increíble lo mal que están.

—Por favor, incluso la banda rechazó tocar porque Jungkook hace semanas no ensaya con ellos y no me sorprende, si seguro Jimin no lo deja en paz— suspiró— ¿Por qué se demoran tanto?— dió dos golpes en la puerta, logrando hacerme retroceder.

—Vayamos al baño de abajo, seguro están encerrados haciendo algo— suspiró SunSeok.

Escuché hasta que los pasos se alejaron y simplemente me quedé ahí, sin saber que hacer.

¿Era agotador? ¿Jungkook se sentía asfixiado por mi? ¿Era pronto para irnos a vivir juntos? ¿Nuestros años de amistad no cuentan en nuestra relación?

Tantas cosas pasaban por mi cabeza en ese momento, me alejé de la puerta y me acerqué hasta el espejo. Mis mejillas estaban rojas y seguramente era por el alcohol que había bebido, hice un mueca y suspiré molesto por ello.

A veces era cansador, era agotador estar en la boca de todos. Jimin hace esto, Jimin hace el otro, Jimin se vistió así, Jimin no combinó.

La gente siempre encuentra el mínimo detalle para hacerte sentir miserable, y lo peor es que mi mente no puede ignorar eso.

Salí del baño luego de unos minutos, de golpe mi cuerpo se sentía agotado y mi mente también.

¿Era normal que tuviese ganas de llorar? ¿Por qué cuando se suponía que debía ser un momento feliz todo se siente tan oscuro y triste? 

Bajé las escaleras y en vez de ir a dónde estaba Jungkook salí de la casa.

Últimamente todo se me hace tan pesado, todos aseguran que en cualquier momento Jungkook me va a dejar, todos critican nuestra relación y como nos hablamos o tratamos.

La gente incluso me crítica por haber entrado a una universidad, aunque incluso me haya tomado el tiempo de explicar que Hoseok ni siquiera votó por mi.

Todo, si soy feliz me señalan, si soy miserable también. Lo peor es que ni siquiera yo ya me siento feliz, y aunque todo en mi vida este bien, yo soy el único que estoy mal.

Me senté en uno de los escalones de la entrada y escondí mi rostro inmediatamente.

No quería que Jungkook me viera así, no quería que Taehyung me viera así, no quería escuchar "ojitos tristes ¿qué pasa?"

Ya no quiero estar triste.

Pero ¿Cómo hago para evitarlo?

Estaba hace diez minutos sentado en la puerta, mis lágrimas aún seguían cayendo por mis mejillas y mi humor estaba peor que de costumbre.

Podía escuchar la música desde afuera, e incluso la gente que pasaba a mi lado me miraba como si fuera un bicho extraño sin contar las cosas que susurraban.

Al menos ya no tendría que ir a la escuela para escuchar todos los rumores que habrían de esta noche.

—¿Qué haces aquí?— preguntó una voz detrás mío.

Inmediatamente limpié mis lágrimas y me giré para encontrarme con mi novio.

—¿Qué haces aquí tú?— pregunté una con una pequeña sonrisa.

Jungkook frunció su ceño y negó.

—El hilo rojo me empezó a tirar— enseñó su dedo meñique— y el corazón también me avisó que algo andaba mal.

Solté una risa y me moví un poco para dejar que se sentase a mi lado.

—¿Qué pasa amor? ¿Por qué huiste de mi?— preguntó preocupado mientras me abrazaba— ¿Dije algo malo?

Yo escondí mi cabeza en su pecho y traté de contener el llanto.

—Tu nunca dices o haces algo malo— susurré bajito— solo que me siento triste.

—¿Por qué?— preguntó bajito— Sino querías venir no hubiésemos venido amor.

—No es eso— me alejé de él y sonreí— solo que estoy triste y no sé por qué.

Jungkook suspiró y acarició mi brazo con tristeza.

—Si sabes, siempre sabemos por qué estamos tristes. Solo que es más fácil decir que no sabemos— susurró y me dió un beso— no sé que pasa en tu cabecita amor, pero te juro que me encantaría tener el poder de desaparecer todo lo que te preocupa.

—Sé que es así— contesté suspirando— pero tú no tienes que preocuparte, cuando estoy con vos todo eso desaparece.

—No tendría que ser así— hizo puchero— pero si me tengo que quedar toda mi vida a tu lado lo haré sin dudar solo para verte feliz.

Entonces no porque me ama...

Hice una mueca y negué.

—Tienes razón, no debe ser así— contesté bajito— tal vez si necesito la terapia de la que tanto hablas.

—Ya te dije, todos la necesitamos— informó sonriendo ampliamente— pero cuando lleguemos a casa te daré una gran terapia de besos que te olvidarás de todo lo que hay en esa cabecita— con su dedo índice tocó mi frente haciéndome reír.

—De acuerdo, pero ahora ve adentro con los chicos— pedí sonriendo.

—Bueno, vamos— se levantó y extendió su mano.

Inmediatamente negué y me quedé viendo su mano.

—Ve tu, yo me quiero quedar aquí— mentí sonriendo.

—No te creo— soltó con el ceño fruncido— odias el frío, y aquí solo te vas a enfermas o vas adentro conmigo o nos vamos a casa.

—¿Enserio?— pregunté elevando una ceja y el asintió con molestia.

—Si, hablo enserio— se cruzó de brazos.

Solté un suspiro y me levanté, logrando que el sonría ampliamente.

—Tu ve con los chicos y yo voy a buscar a Tete— sonreí dándole un empujón— aprovecha a estar con ellos, dentro de poco nos iremos y no podrás ya verlos tan seguido.

—Aish, ven conmigo, sabes que odio estar separado de tí— me atrajo y me abrazó por los hombros— somos un dos por uno, sin uno no viene el otro. Tu eres yo, yo soy tu.

—¿Qué tan sano es eso?— pregunté riendo.

—¿Desde cuándo nuestra relación fue sana?— frunció el ceño— te recuerdo que somos así desde que tenemos siete años.

Simplemente me quedé en silencio pensando en sus palabras, mientras que él me daba un empujoncito y me llevaba adentro de la casa.

Todo a mi alrededor pasó a estar en un segundo plano por mis pensamientos, la gente bailando, aquellos que nos observaban caminar de la mano, hasta el mismo Jungkook fue bloqueado por mi cabeza en ese momento.

Porque tenía razón, nunca fuimos...sanos. A pesar de no estar de novios, vivíamos uno encima del otro, dormíamos juntos e incluso íbamos y veníamos a todos lados sin separarnos.

Todo desde que somos niños fue igual, y a lo largo de nuestra vida no recuerdo ni una sola vez que hayamos estados más de una semana separados.

Incluso en vacaciones, cuando el se iba me llamaba llorando diciéndome que me extrañaba y que estaba aburrido estando lejos de mi.

Nunca fuimos sanos porque siempre hemos dependido uno del otro.

No hay Jungkook sin Jimin, ni Jimin sin Jungkook.

Pero ¿Qué o quién define si una relación es sana? Yo no lo ató a mi, ni el me ata a él. Estamos juntos porque queremos estarlo, porque nos amamos y nos sentimos cómodos el uno con el otro. No solo soy su novio, soy su mejor amigo, su compañero de aventuras, soy su confidente, porque no hay nada que yo no sepa de él, ni nada que él no sepa de mi.

¿No somos sanos por qué nos amamos? ¿No somos sanos por qué no encajamos con la definición de los demás sobre lo que es una pareja perfecta?

Miré a Jungkook que al hacer contacto visual conmigo sonrió y me abrazó por los hombros para continuar hablando animadamente con sus amigos.

En cierto punto sus miradas sobre mi eran molestas, porque sabía que ellos odiaban que yo no me alejara de el y aunque me ponía en su lugar tampoco podía hacer nada.

Él no me quería lejos y no por darle el gusto a los demás voy a dejar a mi chico solo.

Suspiré y me alejé un poco de él, para esconderme detrás de el y abrazarlo por la espalda.

Jungkook no dejó de hablar ni un segundo, solo recibió mi abrazo y aferró sus manos a brazos, para comenzar a hacer caricias en ellos.

Apoyé mi frente en su espalda y simplemente me quedé así, no quería alejarme, pero tampoco quería aguantar la mirada de esos chicos. Prefería resguardarme en mi lugar seguro y quedarme cerca del chico que amo pero escondido de la mirada de todos.

Pero ¿por cuánto tiempo podré permanecer así?





























¡Muchas gracias por leer! Espero que les esté gustando.
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