32

Arrugue la nariz al ver el baño del instituto sucio, y todas las ganas de orinar se me fueron en el momento que ví ese inodoro.

¿Enserio puede haber gente tan sucia? ¿Que cuesta jalar la cadena? Inmediatamente lo hice yo y simplemente solté un suspiro, pensando en que no faltaba mucho para irnos a casa así que podía esperar.

—¿Te enteraste?— preguntó alguien entrando al baño. Inmediatamente me quedé en silencio, detrás de la puerta escuchando con atención.

No es que sea chusma, o bueno, tal vez un poco. Pero las historias que se cuentan en los baños suelen ser las mejores e incluso más dramáticas que la realidad.

—Jeon y Park entraron a la K.U— soltó otra voz con gracia y yo solo fruncí el ceño.

Ya no era gracioso cuando yo era uno de los personajes de la historia.

—Es increíble que aún sigan juntos— se burló uno mientras abría el agua— no es por ser malo, pero no les doy mucho tiempo. Es hasta que Jeon conozca la universidad— rio— Jimin no es literalmente nada a las joyas que hay en los campus.

—Lo malo es que nos vamos a perder a Jeon soltero— rio otro— imagínate lo que debe ser ese bombón sin alguien que lo esté atando. Porque seamos honestos, desde que está con Jimin, se ha vuelto el ser más aburrido del mundo—

—¿Quién no se volvería aburrido con Park?— suspiro— igual yo creo que está con el por lastima, seamos honestos, siempre fue así. Incluso cuando íbamos a la primaria el y Kim solo estaban cerca de Park porque todos se burlaban de él por lo de su madre.

Risas se escucharon en el baño y yo solamente solté un suspiro lleno de molestia.

Esta gente enserio estaba saturando mis pensamientos, suficiente tenía con los míos que incluso debía andar lidiando con sus comentarios.

Cada segundo de mi vida me la paso cuestionandome si soy lo suficiente para Jungkook, y ya no aguanto más que me estén metiendo más inseguridades en mi cabeza.

—Es solo que hasta se aburra— rieron— ya saben, la lastima agota.

Inmediatamente abrí la puerta del baño y salí con la cabeza en alto.

Mis nervios estaban a flor de piel, pero mi enojo sobrepasaba por mucho a mí miedo a esa gente.

Los tres, me miraron con gracia y yo simplemente me abrí paso hasta los lavamanos.

—Saben— comenté mientras lavaba mis manos— siempre odie que la gente hablara de mi, generalmente me pone nervioso y bastante ansioso el saber que estoy en la boca de alguien— reí y sacudí mis manos— pero con el tiempo me di cuenta que si la gente habla de ti, es porque algo bien estás haciendo, ya saben— me voltee y los miré— algo en mi vida es más interesante que las suyas.

—No te creas mucho Park, que sin Jeon y Kim nunca resaltarías— lo señalé y comencé a asentir.

—Eso es cierto, pero aún así tú no estás hablando de ellos— sonreí con soberbia— estás hablando de mí— le guiñe el ojo.

—Es hasta que Jeon te deje, ahí volverás a ser lo que siempre fuiste...nada

—Mira— suspiré y me cruce de brazos— Gguks estará conmigo por lastima, pero con ustedes no estaría ni estando bajo amenaza— solté con molestia y me fijé en el chico del medio.

Lo señalé y comencé a reír.

—A ti te recuerdo, le diste tu número una noche en la que el estaba conmigo— reí— ¿sabes que hice con tu número cuando llegamos a su habitación?— me acerqué a él y reí— lo borré ¿Y crees que se dió cuenta?— el tragó pesado y yo negué con burla.

—Ya vamos— soltó uno de la izquierda al ver que su amigo cambio su mirada.

Pero cuando creí que había ganado, cuando creí que yo pude haberlo hecho sentir un mínimo de lo que causó en mi, el solo soltó una risa.

—Oh, Jiminie cree que puede ser malo— soltó con una gran sonrisa— Park, eres patético y eso nadie te lo quitará, ni siquiera siendo el esposo del mismísimo Jeon quitará toda la oscuridad y ridiculez que te cargas.

Yo solté un suspiro mirándolo sin siquiera demostrar un poco de debilidad, pero ellos sabían cuál era mi fibra débil.

Todos en este puto instituto me conocían mejor que incluso yo mismo.

El chico de cabellos rojos se acercó a mi, con una mirada perversa y llena de maldad. Se acercó tanto que quedó a centímetros de mi.

—Tu eres alguien tan insignificante en la vida de todos— soltó con malicia— tan, que crees que con tus palabras puedes hacer daño, y en realidad das pena porque lo único que haces es reflejar todas tus inseguridades— rio— Jungkook te dejará solo, tal como hizo tu madre cuando eras chico— soltó en voz alta y con molestia— porque si ella no pudo amarte ¿Quién carajos te hizo creer que alguien más podría hacerlo?— dió un empujón en mi hombro— y antes de querer venir a hacerme sentir menos, mírate a un espejo.

Sin decir más se voltearon y salieron caminando de aquel baño con toda la tranquilidad del mundo. Mientras que yo me quedaba ahí, con el alma hecha pedazos nuevamente.

Me giré y me miré en el espejo, y simplemente me dolió hacerlo. Cerré mis ojos con fuerza y con molestia golpeé la mesada.

Lindo día, entré a universidad, mi novio y mejor amigo también, y además gané nuevas inseguridades y burlas.

Estaba sentado en la punta de la cama, esperando que Jungkook saliera de tomarse una ducha.

Mientras esperaba, secaba mi cabello y pensaba en las palabras que me habían dicho.

Si mi madre no me amo ¿Por qué alguien más lo haría?

Mi cabeza no dejaba de pensar en ello y que tanta certeza habían en esas palabras. ¿Y Jungkook me deja? Yo no soportaría tal abandonó, literalmente me he apoyado tanto en el que no lo aguantaría.

Toda mi vida tuve miedo de amar, y ese miedo se fundó por culpa de la única persona que ame en mi niñez aparte de mi padre. Y esa persona incluso llegó a desear que desapareciera de su vida.

¿Acaso agoto mucho a la gente? ¿Jungkook se sentirá obligado a estar conmigo? ¿Enserio está por lastima?

Unos besos me sacaron de ese transe y es que simplemente no me había dado cuenta en que momento Jungkook se había puesto detrás mío.

Esos besos en el cuello, solo consiguieron que lo incline para darle más lugar a mi novio. Frente a nosotros estaba el espejo, dónde podía vernos, podía ver cómo el besaba apasionadamente la zona buscando mi atención, mientras que yo solo me observaba.

Observaba con atención mi rostro, lo pequeño que era a su lado y lo poco que me sentía para el.
Cuando agaché mi cabeza para no seguir viendo aquel reflejo, Jungkook se detuvo y levantó su mirada al espejo.

—¿Qué sucede?— preguntó bajito —¿Por qué tienes esa carita amor?

Yo me giré para quedar de frente a él y mirarlo.

—Nada malo— contesté sonriendo débilmente— solo estoy un poco cansado.

Jungkook hizo puchero y gateó hasta donde estaban las almohadas. Estando allí se sentó y se acomodó bajo las sábanas, para segundos después palmear sobre sus piernas.

—Ven aquí, a mi me parece que alguien necesita mimitos— susurró, logrando sacarme una sonrisa.

Yo gatee hasta donde estaba el y me senté en sus piernas. Jungkook se aseguró de taparme y yo inmediatamente apoyé mi cabeza en su hombro. Al estar tan cerquita de su cuello, sin dudar comencé a darle besitos en el logrando que el soltara una hermosa sonrisa.

—¿Qué pasa por esa cabecita?— preguntó cerrando sus ojos.

Yo detuve mis besos y solté un suspiro, pensando en si preguntar o no.

—¿Te gusto?— pregunté con inseguridad.

Jungkook se alejó para mirarme a los ojos y frunció el ceño con confusión.

—¿Si tú me gustas?— yo asentí en respuesta. —Por supuesto que sí amor, eres lo más hermoso que tengo en mi vida. Incluso creo que la palabra gustar queda pequeña al lado de lo que siento por vos.

Una pequeña sonrisa se formó en mi rostro.

—Tu también me gustas mucho— conté bajito e hice una pausa mientras sentía su mano hacer caricias en mi espalda. —Gguks, si tuvieras qué cambiar algo de mi físico o mi personalidad ¿Qué cambiarias?

El abrió sus ojos ampliamente y comenzó a negar desesperadamente.

—Nada, no cambiaría absolutamente nada.

Yo hice puchero y lo miré fijamente.

—Debe haber algo que no te gusta de mi, si tú me lo dices puedo cambiarlo y así gustarte aún más.

Jungkook comenzó a negar y rio con ternura.

—No Jimin, no quiero que cambies absolutamente nada. —sonrió.  —Y si hay algo que no me gusta es algo que está aquí. —tocó mi cabeza. —Esas inseguridades las odio con toda mi alma, porque ante mis ojos eres el chico más hermoso que hay en el mundo y aunque no me gustase algo en ti, tú no tienes por qué cambiarlo.

—Si amas a alguien estarás dispuesto a cambiar.
—expliqué sonriendo y el negó con otra sonrisa.

—Si alguien te ama, lo hará amando a tus defectos y virtudes, y no te pedirá que cambies. —sonrió mientras acomodaba mi pelo. —Yo te amo con todo lo que incluye ser Jimin, incluso con esas inseguridades que no me gustan. Nadie es perfecto Jimin, tu no tienes porque serlo.

Yo hice puchero y suspiré.

—Tu eres perfecto y yo quiero ser perfecto para ti.

—Yo no soy perfecto. —rio dulcemente. —Soy celoso, bastante posesivo e impulsivo, tengo varios TOC juntos, tengo una seria obsesión por meterme en la vida de quienes me importan, soy sobreprotector y bastante perfeccionista. —hizo una mueca. —Soy todo menos perfecto.

Yo reí y comencé a negar para darle un golpecito en uno de sus brazos.

—No eres nada de eso, solo exageras algunas cosas. —sonreí. —No eres celoso, o al menos conmigo nunca lo fuiste.

—En realidad no te has dado cuenta que es otra cosa. —sonrió ampliamente.

—Posesivo mucho menos, en estos meses que hemos estado de novios, nunca te he sentido como alguien posesivo. —fruncí el ceño.

—Es que tampoco te das cuenta de ello, pero de a poco me estoy apoderando de ti. —soltó con humor. —Dentro de poco tendrás un tatuaje con mi nombre.

—¿Vas a tener uno con el mío? —pregunté elevando una ceja y el asintió sin dudar. —Entonces accedo a hacérmelo.

Inmediatamente ambos comenzamos a reírnos.

—No soy perfecto Jimin, pero creo que tú piensas que no eres lo suficiente para mí. —susurró mirándome a los ojos. —Y te entiendo, porque yo siempre he creído que no soy lo suficiente para ti.

Abrí mi boca un tanto asustado y negué al escuchar esas palabras.

Lo abracé fuertemente y unos segundos después di un sonoro beso en su mejilla.

—Eres más que suficiente, eres todo lo que necesito y más. —sonreí, cerré mis ojos y apoyé mi frente contra la suya. Con un pequeño movimiento, realicé el acto más asquerosamente tierno que hice en mi vida y fue restregar nuestras narices de una manera tierna y única. —Eres tanto para mí, que por eso mismo busco ser perfecto para ti, porque no quiero perderte.

Jungkook tomó mi rostro y me alejó un poquito, abrí mis ojos para verlo sonreír dulcemente.

—Yo no quiero que seas perfecto, yo quiero que seas tu, el Jimin que me tuvo enamorado siempre. —susurró sonriendo.

Yo inmediatamente sonreí y asentí, para sentir las caricias que me daba en la espalda.

Jungkook siempre supo cómo sacarme de mi propio infierno, el siempre me tiene sostenido de la mano esperando el momento en el que puedo tropezar para levantarme sin dudar.

No sé que tan bueno sea depender de una persona, pero yo dependo de una manera gigantesca de él.











¡Muchas gracias por leer! Espero que les esté gustando.
Apoyen con sus votos, muchas gracias por leerlo ♥︎

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top