3
Salí de tomar una ducha y comencé a secarme el cabello con una toalla. Una ducha luego del trabajo siempre mejoraba mi humor.
Tomé mi teléfono y observé que tenía varios mensajes de Jungkook. No los contesté, solo bloqueé el celular y caminé hasta la computadora para prenderla.
Me coloqué la capucha del buzo que llevaba puesto y bostecé mientras ingresaba la contraseña.
Cuando la pantalla se desbloqueó, lo primero que pude visualizar fue un fondo de pantalla que tenía junto a mis mejores amigos. La foto la había tomado Jungkook, era bastante vieja pero por lejos era mi favorita.
Habíamos ido al cine y —por alguna cuestión— nos perdimos de regreso a casa. Recuerdo que Jungkook nos pedía que no llamáramos a nuestros hermanos inmediatamente, ya que si ellos se enteraban de que nos habíamos perdido, no nos dejarían salir solos nunca más.
Increíblemente, habíamos encontrado el camino de regreso a casa —gracias al GPS—, por lo que Jungkook quiso que el recuerdo de esa aventura estuviera para siempre en una foto.
Por eso es mi favorita.
En ese momento estábamos al borde del llanto pero no dejábamos de reírnos por lo idiotas que nos sentíamos. En la foto me encontraba entre los brazos de Jungkook, mientras que Taehyung se encontraba en su espalda. Incluso la foto salía borrosa, pero tenía ese algo que me transmitía felicidad.
Solté un suspiro y abrí el libro de literatura que entraría en el examen próximo. Solo me faltaban un par de páginas para terminarlo, pero antes de poder empezar a leer, alguien tocó la puerta.
—Adelante.
Yoongi abrió la puerta y al verme me sonrió.
—¿Jungkook viene está noche? —preguntó y yo negué—. Está bien, esta noche voy a salir con los chicos. Parece que los padres de Namjoon se fueron de viaje y bueno, vamos a juntarnos a tomar algo allá. ¿Puedes cuidar a Ryujin?
—Claro —dije sonriendo—. Yo la cuido, no te preocupes. ¿Papá vendrá esta noche? —pregunté con esperanza.
Yoongi simplemente soltó un suspiro.
—No lo creo —Hizo una pequeña mueca e ingresó a la habitación—. Sabes... creo que conoció a alguien.
Fruncí el ceño y giré mi silla para mirarlo fijamente.
—¿Qué?
Yoongi se encogió de hombros.
—El otro día llamó una mujer a casa y creo que me confundió porque me dijo 'amor' —Chasqueó la lengua y comenzó a reír—. Después me pidió disculpas y colgó.
—Tal vez se confundió de número.
—No lo creo. A los minutos papá recibió mensajes y tomó el teléfono para llamar —Rió—. Tal vez está enamorado...
Puse los ojos en blanco y solté un suspiro.
—Últimamente, lo único que escucho son cosas de amor y toda esa mierda. —Hice cara de asco—. ¿No crees que todo eso está muy sobrevalorado?
Yoongi caminó hasta mi cama y se tiró en ella.
—No diría que sobrevalorado. Hay algunas personas que simplemente no lo ven necesario, como yo —explicó—. En cambio, tú nunca te has enamorado, no conoces el verdadero valor de lo que es tener una persona a tu lado y por eso piensas así.
Lo miré con gracia y negué incrédulo.
—No creo que sea la gran cosa. Todos exageran cuando se acaba y me da pena, porque todos creen que el amor puede ser para siempre —susurré—. Todas las personas van y vienen en esta vida, pero hay que saber recibirlas y despedirlas cuando llegue el momento.
Mi hermano abrió los ojos ampliamente e hizo una mueca graciosa.
—Lo que a ti te falta es enamorarte. Solo así entenderás porque esta tan "sobrevalorado" el amor.
Yo solté una carcajada y negué riendo. Ya era como la quinta vez que escuchaba eso en el día.
Lo que me falta a mí es enamorarme...
Para entender a un enamorado debo estar enamorado... Para entender a una persona con el corazón roto deben romperme el corazón...
¿Eso significa que tendré que buscar a alguien que me enamoré y me rompa el corazón?
Vaya... eso sí que puede ser divertido.
Continúa en la parte 4...
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