20

Al abrir mis ojos, lo primero que vi fue la hermosa luz que entraba por la ventana. Jungkook dormía tranquilamente a mi lado, se lo veía cómodo y relajado. Yo tenía mi cabeza recostada en su pecho y una de mis piernas sobre su cintura. 

Me estiré intentando disipar el sueño que aún me invitaba a permanecer un par de horas más abrazado a mi novio. 

Observé los celulares sobre la mesa de luz de Jungkook y alcancé el mío sin tener cuidado de él. Me reí al escuchar una queja de su parte. 

Hasta dormido es el ser más hermoso que existe. 

Miré la hora, eran las diez de la mañana. Tenía que despertar a mi chico, porque si bien era temprano, también debíamos ser conscientes de que solo nos quedaba medio día para disfrutar juntos. 

De todos modos me volví a recostar sobre él y comencé a leer los mensajes que antes no había podido contestar: mi padre deseándonos un buen viaje, mi hermano gritando en el chat por la impusividad de Taehyung y cosas que generalmente leía a diario.  

Pero la notificación que se llevó toda mi atención fue una de Twitter, un tweet de Jungkook para ser preciso. La cliqueé y observé que había subido las fotos que habíamos tomado el día anterior después de bañarnos. Habíamos estado jugando con la cámara y simplemente salieron sin más. 

«Fui uno de los primeros en saludarte y lógicamente tengo que ser el último que lo haga también @pjimin_. (Seguramente lo veas cuando te despiertes) ¡Feliz final de cumpleaños mi amooor! Espero que hayas podido disfrutar de esta pequeña escapada juntos <3 Conoces mi corazón, no importa cuánto lo piense, te amo».


Tragué saliva pesadamente y observé al chico que dormía tranquilamente a mi lado.

«Conoces mi corazón, no importa cuánto lo piense, te amo».

Cerré mis ojos con fuerza y luego de abrirlos y pestañear un par de veces, volví a leer. 

Pero las palabras seguían allí...

«Te amo».

Abrí mi boca pero no se me ocurría qué decir, no podía pensar claramente. Había escrito eso es un... en un...  ¡EN UN TWEET! ¿POR QUÉ NO EN PERSONA? Aish, maldito cobarde. 

Me apoyé nuevamente sobre el vientre de Jungkook e hice presión. Él volvió a quejarse y yo dejé el celular sobre la mesa de luz otra vez. 

—Auch —exclamó con voz de dormido. Lo agarré de las mejillas y él entrecerró los ojos—. Buenos días, amor —dijo con dificultad, al no poder mover la boca correctamente. 

—Buen día —dije en un susurro. Mi voz estaba entrecortada, no podía pensar, no sabía qué decir, qué hacer. 

Al ver cómo sus ojitos sonreían, comencé a desesperarme.

Vamos, Jimin, ¡tú puedes!

—Yo también —le dije, mientras afirmaba completamente seguro.

Jungkook inclinó su rostro, confundido, y me miró intentando descifrar de qué hablaba.

—¿«Tú también»? No entiendo... ¿Tú también, qué? —preguntó con voz ronca. 

Solté sus mejillas y lo miré. Tal vez nuestro amor puede conectar nuestras mentes y hacer que lo entienda por telepatía.

Sacudí la cabeza. No, solo tenía que hacerlo. ¿Qué tan dificil podía ser decir la verdad? Porque no tengo dudas, lo amo desde hace mucho tiempo. Estoy enamorado de él desde hace años, lo amo tan profundamente que necesito decírselo. 

Aún así las palabras no salían de mi boca y el hecho de que mi novio me mirara confundido solo generaba más nerviosismo en mí. 

—¿Estás bien? Estás pálido, amor...

Asentí inmediatamente, pero por dentro sentía que mi corazón latía desesperado, que mi cuerpo elevaba su temperatura, que mis manos se sentían sudadas y que mis piernas comenzarían a temblar en cualquier momento.

Carajo, Jimin. Son solo dos palabras. ¡Dile que lo amas!

Me subí a horcajadas sobre él y lo miré de nuevo fijamente. Por su parte, él no paraba de verme con el ceño fruncido, tratando de entender a qué me refería. 

—Yo también —repetí—. Yo también te... 

Mis palabras se detuvieron de nuevo. Estaba tan desesperado por decírselo que mordí fuertemente mi labio inferior. 

¿Por qué no puedo decirlas? ¿Por qué siento que me voy a romper en pedazos en el momento que las diga?

Tal vez decirlas era tan complicado porque solo las había dicho una sola vez, pero la persona a la que se las dije me destruyó tanto, en todos los sentidos, que pensar en repetirlas me daba terror. 

Sin pensarlo demasiado, me lancé a besarlo, pero no de una manera tranquila ni romántica, sino de manera desesperada. Así me sentía en ese momento, desesperado, necesitaba decirle todo y me generaba desesperación no poder hacerlo.

Jungkook tardó unos segundos en reaccionar, pero cuando lo hizo respondió a mi beso de la misma manera. Giró su cuerpo para dejarme abajo de él y continuó con el beso más pasional que alguna vez le pude haber dado. Habían mordidas, lenguas y suspiros. 

Nos detuvimos cuando ninguno de los dos podía respirar. Me miró a los ojos mientras se lamía los labios.

—¿Y eso? —preguntó, sonriendo mientras se pasaba los dedos por la boca.

Me mordí el labio inferior y tomé nuevamente su rostro para acercarlo y pegar su frente con la mía. 

—Yo también te amo, Jeon —susurré. 

Mi novio parecía estar como si le hubiese tirado un balde de agua fría.

Vi las fotos en Twitter y solté una risita.

—¿Por qué subiste una foto mía? Queda súper random que postees una de los dos y después una donde salgo yo solo —comenté riendo, mientras miraba a Jungkook conducir.

—Es que salías muy lindo, era un crimen no compartir esa foto.

Bloqueé el celular y lo observé.

—¿Te vas a quedar a cenar con nosotros? —pregunté, y él asintió en respuesta—. ¿Y a dormir conmigo?

—No, amor. Lo siento pero debo aprovechar la noche para ponerme con las tareas que hemos perdido estos días. —Mis ojos se abrieron de par en par y él me sonrió—. ¿Qué? ¿Recordaste que somos estudiantes de último año?

—Carajo —maldije—. Debo tener una montaña de informes para hacer, sin contar que mi ensayo todavía no está terminado y el tiempo es escaso. —Lo señalé—. Debo alejarme de ti, mis notas no pueden bajar por un chico. 

—No creo que bajen, aunque sí creo que debemos bajar un poco la emoción de vernos. —Hizo una mueca—. El mes que viene son los exámenes finales y los de ingreso a la universidad. Tenemos que esforzarnos si queremos llegar adonde están nuestros hermanos. 

—Creo que me gustaría llegar un poco más lejos —confesé. 

—¿Más lejos? —preguntó, confundido—. ¿Hiciste un cambio de planes?

—Decidí anotarme para rendir y obtener la beca en KU. —Jungkook abrió sus ojos de par en par e inmediatamente aclaré—: Es una locura, lo sé. Es solo que en serio quiero estudiar allí. 

—Jimin, esa universidad está a horas de tu casa —dijo, preocupado—. Tendrías que hacer un viaje infernal todos los días.

—Lo sé, pero de veras me gustaría estudiar allí —repliqué—. Lejos de casa, donde los fantasmas no me estén torturando... —confesé en voz baja.

—¿Tu papá qué piensa?

—No lo sé, no lo he hablado con él. Ni siquiera Yoongi lo sabe. —Me encogí de hombros—. Creo que aún no se los he dicho porque no tengo la confianza de que vaya a obtener la beca.

Él frunció el ceño.

—¿Qué cosas dices? —preguntó con molestia—. Eres, literalmente, el mejor estudiante de uno de los mejores institutos del país. Esa universidad te aceptará hasta con los ojos vendados.

—Aún así entre, ¿quién me asegura que papá acceda a dejarme ir? —cuestioné.

—Últimamente, tu papá parece más accesible. Es decir, mira, accedió a que faltes tres días al instituto. ¿Sabes lo que es eso para Park Jimin, el chico «asistencia perfecta»? —Puse los ojos en blanco y reí—. Relájate, amor. Ya verás que todo saldrá como planeas.

Estiró su mano y acarició mi rodilla.

—¿Qué planeas tú? ¿Quieres ir a la Universidad de Seokjin? —pregunté. Él simplemente se encogió de hombros.

—Honestamente, no me he detenido a pensar en qué es lo que quiero —confesó—.  Esta es la última semana que tengo para inscribirme y todavía no tengo idea de qué voy a estudiar.

Fruncí el ceño e incliné mi rostro.

—¿Por qué no lo piensas? Es algo importante, amor.

—Lo es —afirmó—. Es importante pensar en el futuro, pero no paso mi día pensando en ello —explicó con seguridad—. Mi cabeza piensa en otras cosas también.

—¿Cómo por ejemplo?

—Tú. —Giró su cabeza y me observó sonriendo—. Mi cabeza vive pensando en ti, quizá porque te veo como parte de mi futuro. —Volvió la vista a la carretera.

Reí suavemente. Luego, bajé la cabeza y susurré:

—Si soy parte de tu futuro... ¿Por qué no piensas en ir conmigo a KU? —sugerí.

—Jimin, aunque lo intente de mil formas, créeme, ni pagando entro a esa universidad. —Rió y lo miré indignado. 

—Jeon, llevo literalmente tres años de mi vida compitiendo contigo para que no me quites el primer puesto en el instituto —señalé con molestia—. Siempre vas pisándome los talones en puntaje y lo peor es que ni siquiera estudias. 

Jungkook soltó una carcajada y negó.

—Sí estudio, solo que no me ves hacerlo. Es que, estando contigo, lo último que se me ocurre es agarrar un libro. 

Reí suavemente. 

—Piénsalo, amor.  Sería lindo —sugerí—. A lo mejor, ambos entramos y podemos compartir habitación. 

—¿Tú y yo en una habitación durante una carrera completa? —Chasqueó la lengua—. Algo me dice que no nos iría tan bien como en la secundaria. —Reímos y luego nos quedamos en silencio. 

Observé su perfil y en lo único que podía pensar era en que, a pesar de ser posible, parecía un plan demente. 

Cuando llegamos a casa, cerca de las once de la noche, mi familia y Taehyung nos esperaban con todo listo.

Mi mejor amigo había hecho un cartel precioso que presumía sus dotes artísticos. Fue un recibimiento dulce, aunque parecía que nos habíamos ido por meses y solo habían sido dos días. 

Si me reciben asÍ ahora, no quiero imaginar cómo sería si voy a estudiar a la KU. 

La comida estaba deliciosa. Papá y Yoongi se habían encargado de preparar mis comidas y postres favoritos. La mejor noche post-cumpleaños. 

—¿Cómo la pasaron? —preguntó papá sonriendo—. Yoongi me mostró las fotos que iban subiendo a las redes sociales. Busan se ve hermoso, ¿no?

Asentí y le dije: 

—Sigue siendo precioso, todo es como lo recordaba, incluso el mar; cálido y azul. —Sonreí y miré a Jungkook—. No pudimos meternos al agua porque, claro, no son playas para eso. Además de que el frío era impresionante. 

—La pasamos muy bien. Todo muy tranquilo. Fue una lástima que durara tan solo dos días —lamentó mi novio.

—Pero pudieron pasar tiempo juntos, eso es lo importante —replicó Taehyung—. Se han perdido demasiado por faltar dos días al instituto... —Suspiró dramáticamente—. Ya quiero verlos cuando tengan que ponerse al día. 

Negué con tranquilidad. 

—Vamos a poder —aseguré—. Gguks y yo hemos estado hablando de que tenemos que reducir nuestro tiempo de visita. —Hice un puchero—. Es triste, pero son los últimos meses de instituto, es una época en la que todo suele salirse de control. 

Mi papá asintió en acuerdo. 

—Exacto. Por eso permití su viaje a Busan para estas fechas. A partir del mes que viene, empieza el último tramo del instituto. 

—De hecho, no es precisamente a partir del mes siguiente —refutó Taehyung—. Estas dos semanas son las últimas para definir a qué universidad queremos ingresar. —Suspiró—. El instituto está hecho una locura, principalmente porque las universidades redujeron las becas, por lo tanto, los puestos son más limitados. 

Abrí mis ojos asustado y Jungkook tomó mi mano por debajo de la mesa.

—No hay de qué preocuparse —confió—. Nuestros puestos ya están reservados. 

—No deberían confiarse —aseveró Yoongi—. Cada año aumenta la dificultad para entrar a la SNU. Según lo que dicen, los exámenes están casi al mismo nivel que los de KU en cuanto a la exigencia. 

—Yo quiero ir allí, a la KU —replicó Jungkook. Todos los presentes abrieron sus ojos, aterrados. 

—Wow, aspiras alto. —Rió mi hermano—. Será difícil. Recuerdo que, cuando estaba en el instituto, muchos se postularon para ingresar, pero no a la beca, sino esperando a que sus padres pagaran. Aún tengo grabado en mi mente cómo lloraban, los exámenes los había dejado destrozados. —Miró a Jungkook y sonrió con confianza—. Tu ventaja es que puedes obtener una beca por deporte; eres el líder del equipo de básquetbol y el mejor jugador de la generación. Seguramente consigas algo. 

Jungkook negó con una sonrisa. 

—Rendiré el examen y me irá genial. —Me miró—. ¿Verdad?

Asentí inmediatamente.

—¿Qué harás tú, Taehyung? —preguntó mi padre—. ¿Quieres ir a la KU junto a Jungkook?

Mi mejor amigo rechazó esa idea instantáneamente. 

—Saldría llorando si lo intento. —Rió—. Voy a ir por la SNU, mi hermano conoce así que tengo asegurada su ayuda para el ingreso. Además, no quiero quemarme las pestañas como este demente. —Señaló con la barbilla a Jungkook. 

—Tu hermano decía lo mismo y terminó estudiando medicina —replicó Yoongi. 

—Habla quien está estudiando derecho. —Apoyó sus rostro en sus manos—. Dime, si algún día me meto en problemas ¿serás mi abogado? —coqueteó. 

—Claro que no —contestó—. Mi primer regla será no trabajar para conocidos una vez me reciba. —Se encogió de hombros.

—Aish, eres cruel —susurró, y continuó comiendo.

—¿Qué planeas estudiar, Jungkook? —Cambió de tema mi padre. 

—En otra ocasión, diría algo relacionado al ámbito musical, pero, honestamente, me siento fuertemente atraído hacia la psicología. Me di cuenta de lo interesante que es gracias a la ayuda que le di a mi hermano en un trabajo. 

Jungkook psicólogo... Wow, nunca hubiese imaginado que sentía atracción hacia esa rama de la medicina.

—Yo me inclino por la parte artística —soltó Taehyung con emoción—. Simplemente... Licenciado en Artes Visuales, Kim Taehyung —dijo—. Suena espectacular. 

—Excelentes decisiones —dijo mi padre, orgulloso—. ¿Tú, hijo? Imagino que lo tienes decidido también. 

Me quedé en silencio y abrí la boca sin saber qué decir.

—En realidad, no —susurré—. Elegiré lo que tú me digas, papá.

Él frunció el ceño y negó. 

—Claro que no, hijo. Eres tú quien debe decidir. Eres libre de inclinarte por lo que más te guste; algo como la medicina o tal vez derecho, como tu hermano —ofreció con amabilidad—. La SNU posee gran variedad de carreras interesantes, Jimin.

Asentí e inconscientemente comencé a mover mi pierna. Recién estaba decidiendo a qué universidad ir, no me detuve a pensar en qué haría una vez llegara allí. 

¿Medicina? ¿Derecho? ¿Ingeniería? Todo sonaba tan poco convincente.

En la secundaria, nunca me sentí atraído hacia una materia en especial; me iba bien en todas, eso sí. Algunas eran más complicadas que otras, pero encontraba la manera de aprender y destacar.

¿Qué quiero estudiar?

—Supongo que lo pensaré en estos días —contesté—. Aún queda bastaste para eso, lo importante ahora es anotarme y cuando llegue el momento del ingreso... tomaré una elección. 

Papá asintió poco convencido. 

Había una realidad, él estaba seguro de que iría a la SNU. Yo ya había tomado mi propia decisión, muy distinta a lo que él deseaba. 

No podía prolongarlo mucho más. Una vez terminara la cena, me acercaría a hablar de ello con él.

¡Muchas gracias por leer! Espero que les esté gustando.
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