18
Hasta hace un mes, nunca en mi vida había pensado en el sexo.
Puede sonar raro, pero nunca lo vi como algo llamativo —hasta que empecé a salir con Jungkook, claro.
Tampoco puedo decir que es algo que anhelara con locura porque está muy lejos de ser así, sino que sentía curiosidad por la experiencia y las sensaciones que todos decían que provocaba.
Pero al parecer lo había subestimado tal como había hecho con el amor, porque estuvo muy lejos de ser lo que imaginaba.
Fue una noche más que increíble. La manera en que me cuidó, me trató y cómo toda su atención era para mí me hizo sentir más que especial.
La música no faltó, de la misma manera que no faltaron las caricias ni el... ni el amor, porque me sentí amado, la forma en la que me miraba, en que me tocaba y se preocupaba por mí simplemente me hizo sentir distinto, mejor.
Me hizo sentir en un mundo donde solo estábamos él y yo, un mundo donde nada de lo que pasaba a nuestro alrededor tenía importancia. Así me sentía con él, y no solo desde que salimos, sino desde el primer momento en que lo conocí.
Intentábamos calmar nuestra respiración, pero aún estábamos juntos. Las velas se habían consumido pero la luz de la luna se colaba por nuestra habitación. Todo era tan jodidamente romántico que decir que me sentía en una maldita película romántica era decir poco.
Jungkook estaba recostado encima mío, con su cabeza en mi pecho y sus ojos cerrados. Yo acariciaba su cabello y observaba cada rasgo que poseía.
—«I'm findin' ways to articulate... —cantó Jungkook, al compás de la canción—... the feelin' I'm goin' through. I just can't say I don't love you, cause I love you...». —Suspiró—. ¿Sabes que moriría por ti? —dijo, mientras besaba mi pecho—. Está es la canción que te dedico el día de hoy.
—¿"Die for You"? ¿No crees que morir por mí es demasiado? —pregunté riendo. Él apoyó sus manos a mis costados y se levantó un poco para quedar enfrentado a mí.
—¿Demasiado? Literalmente te traje a Busan, durante días planeé esto. —Señaló la habitación—. ¿Sabes lo difícil que fue hacer esto por videollamada cuando tienes problemas con el perfeccionismo? —Inclinó la cabeza—. Créeme que decir que moriría por ti es lo mínimo.
—No dudo en que lo harías, pero evitemos llegar a algo así —reí, mientras lo agarraba de los brazos para elevarlo un poco más y besarlo.
Jungkook me susurraba palabras entre besitos que me hacían sonreír, como «no sabes cuánto me encantas», «te quiero», «estoy tan enamorado de ti». Unos segundos después se detuvo y me miró dulcemente.
—¿Cómo te sientes? ¿Está todo bien? —preguntó, mientras acariciaba mi rostro.
Asentí con una sonrisa y estiré mis brazos para recibir un abrazo. Con cuidado se colocó a mi lado e hizo que yo cruzara una pierna encima de él para comenzar a acariciar mi piel desnuda.
—Solamente me siento cansado —confesé.
Cuando pasó su brazo por debajo de mi cuello, me acomodé lo más cerca posible de él.
—¿Cansado ya? Pero si hace minutos terminamos la primera ronda —soltó con gracia y me comenzó a llenar el rostro de besos—. Te prohíbo que te duermas porque aún no terminamos...
—Déjame dormir, me tuviste una hora —susurré, buscando su boca. Cuando la encontré comencé a besarlo, sintiendo cómo el sueño comenzaba a llegar a mi cuerpo.
—Un ratito nomás. —Se separó un poquito—. Te quiero, ¿lo sabes?
Asentí y requerí de un esfuerzo para abrir mis ojos y mirarlo.
—Lo lograste, Gguks. Me enamoraste en todo sentido y ahora tengo miedo —confesé, mientras me dejaba ganar por el sueño.
—Yo también lo tengo...
El despertar y no verlo a mi lado fue uno de los sentimientos más horribles que he tenido en mi vida.
Comencé a buscarlo con la mirada por la habitación, pero no habían señales de él.
—Gguks, amor —llamé, mientras me sentaba en la cama.
No hubo respuesta. Me estiré hasta la mesita de luz para tomar mi teléfono, pero en el momento que lo hice, sentí un fuerte tirón en mis muslos que hizo que soltara un quejido.
—Mierda, te levantaste antes.
Miré a la puerta y me encontré a mi novio en ropa interior, con cara de dormido, cabello revuelto y una bandeja con el desayuno en las manos.
—Vamos a hacer esto, ¿okey? Voy a volver a salir, te vas a hacer el dormido y yo te voy a despertar como el mejor novio del mundo que soy, ¿de acuerdo?
No pude evitar reír ante sus indicaciones, pero asentí y solté mi teléfono para volver a mi lugar en la cama y cerrar mis ojos intentando contener la risa.
Podía escuchar sus pasos en la habitación hasta que se detuvieron a mi lado. En ese instante, sentí que apoyaba la bandeja sobre la mesa de luz y se tiraba encima mío con todo el cuidado del mundo.
—Eres un pésimo actor —susurró cerca de mi rostro y yo largué la risa que estaba conteniendo—. Feliz cumpleaños, amor mío.
Las cosas se sentían distintas, al menos para mí. Me sentía más seguro, esos pensamientos donde no le gustaba a Jungkook habían desaparecido por completo al notar cómo había actuado en la noche.
Jungkook se metió debajo de las sábanas con cuidado y se acomodó entre mis piernas para comenzar el día de manera distinta.
Pero cuando solté nuevamente un quejido por el dolor que sentía en la zona inferior de mi cuerpo, se detuvo y me miró preocupado.
—¿Duele mucho? —preguntó, mientras comenzaba a masajear mis piernas.
Arrugué mi nariz y negué.
—No duele tanto —expliqué—. Es como si durante toda la noche hubiese estado haciendo ejercicios para los músculos abductores.
—Bueno, en pocas palabras, sí estuviste haciéndolo —bromeó..
Si bien era cierto que sentía mi cuerpo cansado —y había dolores en zonas donde no sabía si era normal que doliera—, mi mente recordó todo lo que habíamos hecho anoche y llegó a la conclusión de que era normal que hasta me doliera decir mi nombre.
Una vez terminamos de darnos los buenos días en base a caricias y besos, nos sentamos a desayunar.
—Hey, estaba pensando en que después de desayunar podemos ir a caminar a la playa —dijo y dio un trago a su chocolatada.
Asentí de inmediato y miré nuevamente mi celular en la mesa de luz, pero, honestamente, no tenía ni ganas de estirarme a tomarlo.
—¿Qué hora es? —pregunté.
—La una de la tarde —susurró con gracia—. Más que desayuno, es un almuerzo.
—Eso te iba a decir. —Reí—. Sí que dormimos mucho.
—¿Qué te parece? Si nos dormimos a las cinco de la madrugada.
Abrí mis ojos, sorprendido. Luego negué riendo y seguí desayunando. Aún así, Jungkook me miraba como si quisiera decirme algo.
—Jims, anoche, antes de dormirte, dijiste que tenías miedo —dijo, apoyando su taza en la bandeja—. ¿De qué tienes miedo?
Hice una mueca ante su comentario y también apoyé mi taza en la bandeja.
—Supongo que estaba tan sumido en la felicidad del momento que... —suspiré y bajé la mirada—. No lo sé, recordé que esto no va a ser eterno y de alguna manera me dolió. Supongo que se está cumpliendo mi plan... —resoplé—. Estoy enamorándome tan fuerte de ti que el día que me dejes voy a sentir un dolor infernal.
Levanté mi mirada y me encontré a Jungkook mirándome fijamente.
—Se está cumpliendo tu plan... —repitió con tono de decepción.
—Sí, después de todo es lo que yo te pedí —recordé—. Que me enamores y me rompas el corazón.
Jungkook asintió y sonrió, pero está no era como todas las demás. Era una con un deje de tristeza.
—¿Dije algo malo? —pregunté, estirando mi mano hasta su rostro para hacerle una caricia.
Jungkook llevó su mano hasta la mía y cerró sus ojos.
—Solo no quiero que pienses que te voy a dejar. Sé que quieres que lo haga pero aún no. Por favor, aún no. Déjanos estar así por más tiempo, ¿si? Solo olvídate de ese plan y no pienses en él —pidió y abrió sus ojos.
El brillo que había en su mirada hizo que sintiera una punzada en el pecho.
¿Cómo no me di cuenta antes?
Estoy enamorado de él y estos sentimientos no son recientes.
¡Muchas gracias por leer! Espero que les esté gustando.
Apoyen con sus votos, muchas gracias por leerlo ♥︎
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