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Desde que soy muy chico siempre he tenido la certeza de que el amor no es la gran cosa.

No me culpen, literalmente la historia más cercana de amor que tuve fue la de mi madre y mi padre, la cual no era muy de película, sino todo lo contrario: peleas, gritos e incluso un divorcio.

Si me preguntan, desde el día en que la mujer a la que llamaba madre nos abandonó... no es como que crea precisamente en el amor.

Sí, lo sé. Ya sé que estás pensando que el fracaso de mis padres no determina el resto de parejas que hay en el mundo, y estoy sumamente seguro de que a tu cabeza vienen miles de parejas que has visto triunfar e incluso morir juntos, pero precisamente no es mi caso porque también tengo otro inconveniente...

Nunca me he enamorado.

Raro, ¿no?

No, no creas que soy una clase de psicópata que por traumas de la niñez ha desarrollado uno de los peores trastornos mentales.

Simplemente no me he enamorado, tal vez es porque no me doy la oportunidad o simplemente porque en mis diecisiete años nunca me ha interesado.

[...]

Yoongi me miró y me sonrió una vez estacionó su auto en el ingreso del instituto.

—Gracias por traerme, pero en serio no hacía falta —dije tranquilamente mientras acomodaba las hojas en mi mochila—. Por mi culpa vas a llegar tarde a la escuela de Ryujin.

—Tranquilo —contestó mi hermanita menor desde atrás—. Yoongi generalmente me deja como media hora antes —soltó un suspiro de frustración—, así que por fin estaría llegando a tiempo.

Miré a Yoongi con gracia y él puso sus ojos en blanco.

—Es que si no lo hago no llego a tiempo a mi primera clase —soltó inmediatamente—. Ahora bájate, que sí voy a llegar tarde si seguimos hablando...

Riendo abrí la puerta, y después de bajarme y saludarlos con la mano, comencé a caminar a la entrada del instituto.

Es mi padre es quien suele acercarme, pero hoy tuvo que ir más temprano a su trabajo por lo que se dificultó que me trajera. Aún así mi hermano mayor, Yoongi, se encargó de traerme.

Desde que mamá nos abandonó, mi papá tuvo que hacerse cargo de los tres. Cuando esto sucedió éramos pequeños, yo tenía tan solo seis años, mientras que Yoongi y Ryujin tenían once y uno, respectivamente.

Para papá no fue fácil, aún así Yoongi siempre estuvo para darle una mano y cuidarnos cuando él tenía que salir a trabajar.

Siempre hemos tenido que esforzarnos el doble que el resto, incluso diría que el triple. Papá era exigente, y aunque por momentos era molesto, su insistencia me hizo conseguir una beca en uno de los mejores institutos de Seúl, el gran Instituto Nacional Hankuk. No es para nada fácil ingresar a él, debes ser o muy inteligente o tener mucho dinero y para nuestra mala suerte, no tenemos la segunda, pero sí puedo decir que me esfuerzo lo suficiente para poder tener un lugar aquí.

Guardé mis cosas en el casillero mientras comenzaba a repasar en mi cabeza las clases que tenía el día de hoy, todo hasta que mi concentración fue completamente interrumpida por unos brazos que me rodearon por los hombros.

Jungkook.

Giré mi cabeza y de inmediato recibí un beso en mi frente, como todas las mañanas.

—Tienes cara de que no has dormido en toda la noche —soltó con una sonrisa amplia.

Cerré mi casillero una vez tomé los libros de la próxima clase y simplemente solté un suspiro.

—No te voy a mentir, es verdad, no dormí absolutamente nada —confesé—. Hoy tengo un examen de álgebra y, a diferencia de ti, tengo una beca que mantener.

Jungkook chasqueó su lengua y negó mientras comenzábamos a caminar en dirección a los salones de clase.

—Estoy seguro de que lo harás bien, eres el chico más inteligente que conocí en la vida —soltó sonriendo—. Después de mí, lógicamente.

Yo solté una pequeña risa y negué.

Era verdad, no mentía en absoluto. De mi clase podía ser el más inteligente, pero entre mis amigos no era la estrella.

Taehyung y Jungkook...

Ellos no solo eran los chicos más inteligentes del instituto, sino que también tenían padres millonarios y caras bonitas. Lo último no es un detalle muy relevante, pero sí sirve para comprender la información que les estoy por contar.

Los conocí cuando éramos muy pequeños. Para ser honesto, entre los tres no tenemos ni una pizca de cosas en común —exceptuando que nuestros hermanos son mejores amigos—. Sí, señores... Así los conocí, todo gracias a mi hermano mayor.

Cuando éramos pequeños, si Yoongi quería juntarse con sus compañeritos, los invitaba a casa porque lógicamente debía cuidarnos. Lo gracioso es que dos de ellos también debían cuidar a sus hermanos menores, quienes por cosas del destino también compartían mi edad.

Taehyung fue el primero en romper el hielo y es que él es una mariposa social en todo sentido: carismático, inteligente, belleza exorbitante y alma de artista. En sus tiempos libres lee miles de libros e incluso visita museos por pura diversión. Te recita de memoria los diálogos de películas clásicas, y no vayas a ponerle un piano en frente porque te tocará todo lo que sabe de Mozart, Beethoven y Bach.

En pocas palabras, es ese tipo que parece escrito para una maldita novela y del cual no puedes evitar enamorarte, porque incluso hasta en la forma de vestir es jodidamente perfecto. 

Jungkook, por otro lado, es muy diferente a Taehyung. Él sería el personaje creado para que la protagonista se enamore de él mientras que él le destroza el corazón.

Y hasta me animaría a decir que varias personas en este instituto creen que son el personaje principal de una historia donde el fuckboy les rompe el corazón.

Jungkook es de esos chicos que ves y no puedes evitar sentirte atraído; mirada penetrante y sonrisa única. Es alto y atlético, no puedes decir que se trata de una persona que es solo físico, porque también es inteligente. El más inteligente de su clase.

Todo en él es técnicamente perfecto.

Incluso ese maldito piercing que a cualquier otro ser humano en el mundo le quedaría mal, a él le queda perfecto. Los tatuajes, todos diseñados por él. Y no hablemos de cómo canta porque mierda, ahí sí que te quedas más enamorado de lo que ya estabas.

Mientras que yo... Bueno, yo soy el mala onda del grupo. No me culpen. Al ser todos tan atractivos y carismáticos, alguien tiene que adoptar la postura del frío y aburrido. No podíamos ser los tres perfectos.

—¿Sabes dónde está Taehyung? —pregunté deteniéndome en la mitad del pasillo.

Inmediatamente alguien empujó a Jungkook y unos brazos me rodearon con mucho amor.

—¿Me estás extrañando, mi Mimi bebé? —soltó con voz melosa. Inmediatamente comencé a quejarme ante el acoso de mi mejor amigo.

—Ya suéltame —pedí seriamente y él se alejó de mí sonriendo.

Jungkook aprovechó para volver a abrazarme por los hombros mientras elevaba una ceja.

—No le gusta que lo toquen demasiado —le recordó tranquilamente y Taehyung soltó una risa dulce.

—Lo sé, pero yo le puedo dar mucho amor. Soy el único con ese privilegio.

Inmediatamente puse los ojos en blanco y reí.

El timbre sonó y aproveché para zafarme del agarre de Jungkook.

—Nos vemos en el receso —solté sin dejar de caminar en dirección a mi salón.

A diferencia de ellos, yo voy a otra clase. Cuando ingresé al instituto pedí estar en un salón diferente, y es que tan solo imaginen el caos que serían mis notas si estuviera con ese par.

Simplemente no habría pasado de primer año.

Generalmente estamos juntos en los recesos, pero hay días en los que Tae decide almorzar con su novia y con Jungkook nos quedamos solos.

Sin embargo, últimamente los tres pasamos mucho más tiempo juntos y creo que es porque las cosas entre Taehyung y su novia no están muy bien.

La discusión que tenían Taehyung y Jungkook era bastante acalorada. No entendía muy bien sobre qué era su debate, pero el hecho de que sus voces se escucharan hasta la mesa donde los esperaba, me daba a entender que lo mejor para mí era no meterme.

—Es que lógicamente vas a sufrir —soltó Taehyung mientras se sentaba en la mesa—. Mírale la cara —me señaló—, tiene la cara del tipo de hijo de puta que te hace llorar hasta que te quedas dormido.

Fruncí el ceño y lo miré confundido.

—¿Hablas de mí? —pregunté con curiosidad.

—Si, hablo de tí —suspiró—. Los softboys son lo peor, con solo verles la cara sabes que van a decir que no eres tú, sino que son ellos...

—No entiendo.

Jungkook soltó un suspiro largo y comenzó a explicarme.

—Con Taehyung tenemos un debate de con quién saldrías y con quién no —informó—. Yo le dije que saldría contigo pero es porque con él tendríamos un serio problema en la cama.

—¿Y por qué conmigo no tendrías un problema? —pregunté elevando una ceja.

Él simplemente se encogió de hombros.

—¿No me dijiste la otra vez que si tuvieras que elegir arriba o abajo, irías abajo?

—¿Ustedes dos hablan de sexo? —preguntó Taehyung con cara de asco.

Puse los ojos en blanco y me encogí de hombros.

—Es que él me estaba contando que tuvo un problema con un chico. Al parecer había una tensión fuerte en el bar y cuando fueron a la cama, bueno... Ambos querían ponerla.

Taehyung abrió sus ojos ampliamente y miró a Jungkook con incredulidad.

—Por favor, no digas nada. Fue la mayor vergüenza que pasé en mi vida —replicó Jungkook.

—De acuerdo —rió mi mejor amigo. Luego miró hacia mí—. Entonces, yo le decía a Jungkook que tú eres el rompecorazones del grupo. Con solo verte la cara sé que, si te elijo, terminaría llorando por meses.

Yo chasqueé mi lengua y señalé a Jungkook.

—¿Y lo vas a elegir a él? Quiero recordarte que él rompe más corazones que yo hojas de ejercicios erróneos de álgebra.

—En realidad, este idiota no rompecorazones. Se hace el chico malo solo con el propósito de ocultar que tiene el corazón roto —soltó sin dudar, mientras que Jungkook fruncía el ceño con molestia.

—¿Jungkook? ¿El corazón roto? —solté una carcajada—. Por favor, si desde que lo conozco no he sentido que se haya enamorado ni una sola vez en serio.

Taehyung soltó un suspiro y negó con incredulidad.

—Lo que es estar ciego... —Lo miré confundido y él me respondió con una sonrisa—. En fin, la cosa es que con quién saldrías tú.

Los miré a ambos y un gran signo de pregunta se presentó en mi cabeza.

Seamos honestos, nunca había visto a mis mejores amigos como potenciales parejas. Ambos son abiertamente bisexuales, pero yo... Ni siquiera sé cuál es mi inclinación.

Desde chico siempre he tenido un "crush", un pequeño flechazo con el primo de Jungkook, pero nada muy fuerte. Solo su personalidad y físico me fascinan, pero lamentablemente es mejor amigo de mi hermano, es cuatro años mayor que yo y está en Estados Unidos.

Así que supongo que sí, me atraen un poco más los hombres.

—Mmmh —hice una pausa pensativo—, depende. Si es para algo serio, definitivamente iría con Taehyung —lo señalé—. Quiero decir, llevas tres años con la misma pareja. —Jungkook frunció el ceño cuando lo miré—. Pero si es para tener mi primer amor y tragedia romántica, iría contigo —asentí con seguridad—, porque serías el tipo amor traumático donde el tipo con tatuajes te hace mierda en todos los sentidos.

—Jungkook no te haría sufrir ni en chiste —soltó Taehyung riendo—. Es obvio que...

—Tae, ¿podemos hablar? —Los tres nos volteamos y encontramos a la novia de Taehyung.

SunSeok, una chica que comparte clase conmigo.

Ésta miraba a mi mejor amigo con una mirada bastante incómoda y en sus manos tenía la boina que él traía puesta esta mañana.

—Claro, amor —soltó sonriendo y se levantó de la mesa—. Ya vuelvo, no me extrañen.

Asentimos, y una vez que se fue, nos miramos con confusión.

—No creo que vaya a ser una conversación muy agradable —comenté mientras le daba una mordida a la manzana que había en mi bandeja.

Pero Jungkook no emitió ni una sola palabra, solo me miraba fijamente.

Unos segundos después suspiró, se cruzó de brazos y frunció el ceño.

—¿En serio no me ves capaz de tener algo serio? Mira que estuve de novio por seis meses...

Yo puse los ojos en blanco y seguí comiendo mi manzana.

—Wow, seis meses, una barbaridad... —Hice una pausa y luego lo señalé—. Ni me lo recuerdes, Chiara era insoportable... Se creía mucho por tener doble nacionalidad y que su madre viviera en París.

El soltó una risa y se apoyó en la mesa.

—Si tú y yo saliéramos, créeme que no me podrías sacar de tu cabeza durante toda tu vida —soltó con seguridad y yo simplemente asentí de acuerdo.

—Es totalmente cierto —señalé—, por eso te elegiría para que seas mi primera ruptura amorosa. Claramente las canciones de corazones rotos van con tu aspecto.

Jungkook puso los ojos en blanco y yo reí mientras lo veía comenzar a comer.

Gracias por leer, espero que les esté gustando♥︎

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