Capitulo tres
una semana despues de que iniciara el verano.
-Bienvenidos a Start Book. ¿Qué les gustaría ordenar?-, dijo sonriendo una joven detrás de un mostrador. -Me gustaría ordenar un capuchino, por favor-, dijo Mathew mientras arremangaba las mangas de su hoodie. -Bien. ¿Y ustedes que ordenaran?-, pregunto la misma chica, estando detrás del mostrador. -A mi deme un café simple, por favor-, dijo Yael, despues de mirar una de las pantallas con imágenes y nombres de los cafés que venden en el lugar. -Yo quisiera un frapuchino con poca azúcar-, dijo Leo. -¿Y por qué te pediste un frapuchino?. Hace frio-, pregunto Mathew a Leo. -Porque sabe bien con el hielo-, contesto Leo. -¿A qué nombre sus pedidos?-, dijo la chica del mostrador, interrumpiendo a Leo. -A nombre de...-, dijo Mathew mientras se quedaba pensando. -Oh, claro. A nombre de Matyaeleo-, dijo Yael bromeando. -¡No!, sólo llámenos por nuestros nombres. Yael, Leo y Mat. ¿Si?-, dijo Mathew estando algo apenado por lo que Yael había dicho. -Si, claro. Vayan a esperar en alguna mesa. ¿Entendido?-, dijo la chica algo apurada, ya que llevaban ocho minutos decidiendo que ordenar. -Claro. Vamos-, dijo Yael, dirigiendo a Leo y Mathew a una mesa cerca del mostrador.
-¡Orden para Yael!, ¡Leo y Mat!-, dijo la chica detrás del mostrador, despues de que pasaran un par de minutos. -Yo iré. Ustedes vayan a alguna mesa de afuera-, ordeno Yael mientras se levantaba de la silla y se dirigía al mostrador. -Claro. Ahora vamos-, dijo Leo dirigiéndose afuera en la parte de atrás del Start Book, mientras que Mathew lo acompañaba.
-Aquí esta todo lo que ordenaron. Son treinta y ocho pesos-, dijo la chica del mostrador, entregándole una bandeja con los cafés a Yael. -Muchas gracias. Oh, espera-, dijo Yael, mientras sacaba el dinero de su cartera. -Gracias-, dijo Yael despues de entregarle el dinero a la chica del mostrador y que ella le diera la bandeja con cafés.
-Gracias por traer nuestros cafés-, le dijo Mathew a Yael. -De nada-, dijo Yael despues de sentarse en una de las sillas. Los tres empezaron a tomar sus cafés. -No te entiendo. ¿Cuál es el sentido de que un café lleve hielo?, Leo-, pregunto Mathew. -Pues así no me puedo quemar. ¿No lo crees?-. -Cierto, pero sigo sin entender-, dijo Mathew, para despues tomar un sorbo de su café capuchino. -¿Y por qué con poca azúcar?. ¿A caso eres como mi tía, preocupándose por la cantidad de azucares en los alimentos y bebidas?-, dijo Yael, bromeando y sonriendo. -¡No!, no soy como tu tía-, dijo Leo para despues sonreír un poco. -¡Leo... y Yael!. ¿Nos tomamos fotos?-, pregunto Mathew sonriendo. -Pues claro. ¿Quién toma las fotos?-, dijo Leo, despues de mirar a Mathew. -Si quieres tu las tomas, tu o Yael-, dijo Mathew y tomo un trago de su café. -¡Yo tomo las fotos!-, dijo Yael sonriendo para despues sacar su teléfono.
Tomaron fotos y pasaron un buen rato tomando su café, hablando de cosas que pasaron, ideas que se les venían a la mente y varias cosas más. -Deberíamos venir más seguido al café. ¿No?-, pregunto Mathew, mirando las fotos que habían tomado, (ya que un par de minutos antes Yael les mando las fotos a sus teléfonos). -Si, claro. ¿La próxima semana esta bien?-, dijo Yael mientras miraba su teléfono. Despues Mathew miro a Leo y le pregunto -¿También estas de acuerdo de que vengamos la próxima semana?-. -Si, esta bien-, dijo Leo mirando a Mathew, mientras que se terminaba su frapuchino. -Pues los veo la próxima semana, chicos. Iré a ver si puedo ayudarle a mi papá con su taquería, ya saben, checar que las salsas sean lo suficientemente picantes y todo eso. Bueno, Adiós chicos-, dijo Yael apurado. -Adiós. Que te vaya bien. Nos vemos despues-, dijo Leo, sonriendo un poco. -¡Adiós!, cuídate-, dijo Mathew.
Mathew tiro los vasos de plástico del Start Book a un bote de la mesa y dijo -Pues... supongo que nos vemos despues-, luego Mat miro al suelo. -Claro, nos vemos despues. Eh, bueno, adiós. Cuídate mucho, Mat-, dijo Leo sonriendo. -Adiós-, dijo Mat, mirando como Leo se iba. Despues empezó a llover y Leo tenia suerte de llevar un paraguas en su bicicleta.
¿A quién no le encanta que llueva cuando parecía que no iba a llover?, (lo mejor es no llevar paraguas cuando pasa).
Mathew se apresuro y salió por la puerta delantera del Start Book para llegar rápido a casa y se encontró a Leo en la banqueta, yendo en bicicleta. -¿Mat?. ¡Te estas mojando!-, dijo Leo mirando a Mat correr por la banqueta, cubriendo su cabeza con la capucha de su hoodie. -¡Ay!. ¡Gracias por avisarme!. ¿¡Se que me estoy mojando!. ¡Creías que no me había dado cuenta!?-, grito Mat con un tono de broma, mientras corría hacia su casa, mientras que Leo estaba tranquilo sin mojarse, en su bicicleta con su paraguas.
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