Serpientes parlanchinas un poco aterradoras
Luego de un largo rato secando y limpiando el desastre que había quedado en el baño logro poner todo en orden nuevamente. Kim y yo bajamos a cenar, por suerte quedaba un poco de comida en la olla. El gato se ha quedado en un rincón mirándome fijamente, yo le devuelvo la mirada con odio mientras como mi cena.
-Kaito Tiramisú te odia- dice Kim con la boca llena de comida.
-¿Ah si? es una lástima- respondo con tono sarcástico sin apartar la vista del gato- Por suerte mañana tenemos escuela y no me verá en todo el día.
Me trago lo último de arroz con curry que me queda y dirijo mi mi mirada hacia Kim. La chica está hecha un desastre, hay arroz por toda su cara, su pijamas. Se comporta como una niña pequeña, pero puede que me esté jugando una mala broma, al ser hija de Hermes no sería nada extraño.
Estas toda sucia- le digo. Ella se mira sin expresión alguna y se limpia la boca con la mano. La situación me está poniendo un poco incómodo, así que, a lo que ella termina de comer le propongo que vaya a dormir. Kim se para y sube las escaleras, Tiramisú la sigue rápidamente, yo ordeno la mesa y lavo los platos.
Antes de irme a mi habitación, me dirijo a la de Kim para explicarle todo sobre el día de mañana ya que es su primer día de escuela. Golpeo la puerta y recibo la la orden de poder abrirla. El cuarto está patas arriba, los peluches se encuentran por todos lados, hay ropa y hojas de papel regados por el suelo y dentro del armario se encuentran muy acurrucados Kim y Tiramisú.
Ahora si que me termino de convencer de que esta chica no es normal.
-Eh, esto, Kim. Cambio de planes, mañana no iremos a la escuela, tengo ganas de ver a tu padre, por favor dime que sabes donde encontrarlo- digo aun un poco impresionado por la apariencia del lugar.
-Hermes trabaja normalmente en la empresa de correo, podemos encontrarlo allí- responde dulcemente Kim con la cabeza apoyada en el suelo.
-Genial, entonces mañana te vendré a despertar, tomaremos desayuno y me llevaras al trabajo de tu padre, buenas noches- Sin decir más cierro la puerta, me voy a mi habitación, me pongo el pijamas, me meto dentro de la cama y me duermo.
Los rayos de sol me golpean el rostro, saco mi cuerpo de la cama muy somnoliento, me dirijo al baño y de paso golpeo la puerta de Kim- ¡Oye! ya es hora de levantarse, recuerda que iremos a ver a tu padre- Me aseguro de golpear bien fuerte para que pueda oírme.
Luego de haberme arreglado vuelvo a tocar la puerta de la chica- ¡Hey! ¿estás despierta?- pregunto. Al no oír respuesta giro la manilla lentamente y asomo mi cabeza; el lugar sigue igual que la noche anterior, incluyendo a la niña y al gato dentro del armario en la misma posición-suspiro- No me queda más remedio que entrar y zangolotear bien a la chica para que despierte. Ella abre los ojos y pestañea.
-Lamento decir que tienes sólo diez minutos para arreglarte. Luego de tomar desayuno nos vamos- vuelvo a decir.
Finalmente logramos tomar desayuno y salir de casa, ahora solo faltaba encontrar el trabajo de Hermes, no ha de ser muy difícil ya que Kim conoce el lugar. Bastó con tomar un autobús y bajarnos un poco más allá.
Un letrero gigante con el nombre del local nos indicaba la entrada. El interior era bastante amplio, personas corriendo con cajas por todos lados, pero no veía a Hermes por ninguna parte. Kim se acerca corriendo al mesón de la recepción, sobre él había un teléfono celular, el cual tomó y empezó a intrusear como si el de ella se tratase.
-¡Oye! no hagas eso, no tienes derecho, no es tuyo- regaño.
-"Mira quien lo dice, el chico que roba joyas descaradamente" - Hermes ha aparecido de repente detrás mío, lo que logra que me sobresalte.
-Kim querida, dame eso- expresa Hermes con una sonrisa mientras le quita el teléfono de las manos a la chica. Al poner las manos sobre él, éste se transforma en su caduceo. Iba a decir algo pero...
-Señorita Kim es bueno verla de nuevo- dice una voz femenina.
-¿Que onda Kim? ¿Me has traído alguna rata? supongo que Tiramisú habrá cazado una en su nueva casa- dice ahora una voz masculina.Pero eso no es todo, estas voces no se escuchan como cualquier otra, si no que, las siento dentro de mi cabeza.
-George, Martha, les he traído ratas- responde Kim y saca 2 ratas del bolsillo de su vestido.
Estoy flipando, en serio, esto me tiene muy desconcertado, siento escalofríos por todo el cuerpo.
-¡¿POR QUÉ TRAES RATAS MUERTAS EN TUS BOLSILLOS?! ¡¿ Y QUÉ SON ESAS COSAS QUE ESCUCHO DENTRO DE MI CABEZA?! - exclamo agitando las manos.
Hermes me enseña su caduceo, las serpientes entrelazadas se mueven y se comen las ratas que Kim les acaba de dar - "Estos son George y Martha, las voces que escuchas dentro de tu cabeza, es normal, así se comunican con los demás, pueden convertirse en un teléfono, en un escáner de tarjetas de crédito, un bloc de notas con bolígrafo y hasta disparar rayos láser- enuncia Hermes con una sonrisa triunfante.- " Y bueno ¿A qué han venido?"- pregunta.
Miro al dios con cara de "Are you fucking kidding me?" , pero antes de responder me aseguro de alejarnos un poco del lado de Kim, ella se ha puesto a intrusear de nuevo el mesón.
-He venido por ella- susurro lo mas bajo posible al oído de Hermes y apuntando mi mirada hacia Kim- No sabe hacer nada sola, actúa extraña e infantil, no sabe ocupar un baño, se pone la ropa al revés, se ensucia cuando come, duerme dentro del armario, sin mencionar que ya tiene su habitación hecha un desastre ¿Se te cayó de la cuna cuando era bebé o que? No me dijiste que sería así de complicado, me engañaste- finalizo cabreado.
Noto que Hermes se pone un poco serio, pero responde: "Ya sé que es un poco difícil, pero tratos son tratos- vuelve a sonreír y prosigue- "Vas a tener que acostumbrarte. Muchas gracias por visitarme, pero ahora tengo mucho trabajo" - Nos toma a ambos de la ropa y nos lleva fuera del lugar- "Vuelvan pronto"- se despide agitando la mano.
-Y no vuelvan a faltar a la escuela - dice la voz de Martha en mi cabeza.
-Vuelvan para traer mas ratas chicos - dice la voz de George también en mi cabeza.
Kim y yo nos miramos sin saber que decir. Al final no he conseguido nada, tendré que seguir con el trato que hecho con Hermes.
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