It's cake time!


Un globo por aquí, otro más por el otro extremo, el pastel y ¡ya está! Ahora solo falta que llegue Aoko junto con Kim...

-¡Miau! - Un maullido de Tiramisú me da la señal de que las chicas acaban de llegar y llaman a la puerta.

-¡Ya voy! -Grito acercándome a la puerta de entrada. Pero al abrirla me topo con los rostros de Hakuba y Akako -¡Eh! Chicos...que puntuales...pasen, adelante.

Aoko y yo nos habíamos puesto de acuerdo para organizar de la mejor manera el cumpleaños de Kim, y tuvimos la idea de invitar al detective de Londres y a la bruja chiflada. A lo largo de este último tiempo Kim logró entablar una relación amistosa con ellos. Evidentemente Kimy estaba embobada con su "senpai", como lo llama ella, y en relación a Akako se podría decir que encontraron un punto de equilibro que las condujo a no llevarse mal.

-¿Y Kim y Aoko? -Pregunta Hakuba.

-Aun no llegan. Le pedí a Aoko que se la llevara lejos un rato para arreglar las cosas.

-Se nota que te esmeraste bastante por la chica. Si hasta el gato tiene puesto un gorro de cumpleaños -Tomando asiento.

-Espero no intentes nada raro. Quiero que el cumpleaños de Kim salga a la perfección –Le advierto.

Por supuesto que al decirle eso el ambiente ha quedado algo tenso pero, justo en ese momento Kim y Aoko se asoman por la puerta.

-¡Ya estamos en casa! -Grita la última.

Ambas admiran con la boca abierta la escenografía que acabo de montar. Rápidamente, Aoko toma a Kim de los hombros y la sienta en la cabecera de la mesa.

-¡Sorpresa! -Exclamamos todos al mismo tiempo.

Yo apago las luces para finalmente gritar -¡It's cake time!



Luego de cantar la famosa canción del cumpleaños feliz Kim apagó las velas y la escena se lleno de aplausos y buenos deseos, partimos el pastel, cada uno disfrutó de su porción y al mismo tiempo charlamos de cosas sin ninguna relevancia. A ratos observaba a Kim, quien compartía su trozo de pastel con Tiramisú. En cierta forma, me preocupa mucho el estado de ánimo de la chica, últimamente la noto más desanimada que de costumbre, dice poco, mucho menos de lo que decía antes, se va a la cama temprano y ya casi no juega con Tiramisú. Por eso hoy quiero subirle al ánimo.

Me pongo de pie –Bueno, esto no puede ser una fiesta sin uno de mis admirables actos de magia -Sonrío- El show de Kaito Kuroba y Tiramisú está por comenzar –Digo esto último levantando una ceja al recién nombrado.

Una vez todos reunidos, me preocupo de llevarme a Tiramisú hacia un rincón -Recuerda lo que ensayamos, cuando te de la orden comienzas con tu parte.

Si, exacto. Como mencioné anteriormente, el gato y yo llegamos a una especie de tregua y hoy exclusivamente trabajaremos juntos en unos pequeños trucos de magia que preparé para nuestra querida Kim. Aunque suene ilógico, fui capaz de enseñarle a un felino, después de todo, Tiramisú posee una inteligencia superior a otros animales, le resulta muy fácil comprender al ser humano.

-Entonces Tiramisú, cuando te de la orden.

Tomo postura, los demás me observan atentamente y doy la señal a mi ayudante para dar comienzo a nuestro acto.

Fueron unos trucos bastante sencillos, aparecer palomas, jugueteo de cartas, molestar a los demás quitándoles algunas de sus pertenencias, entre otros típicos míos. Cabe recalcar que con la ayuda de Tiramisú todo resultó un poco más sencillo y mi idea de entretener a Kim daba muy buenos resultados.

-¡Y ahora nuestro acto final! ¡Hacer desaparecer al gato!

Esto último lo ensayamos un montón de veces, de partida me tomó mucho trabajo convencer a Tiramisú de hacer algo tan "atrevido" con él pero, por supuesto que terminó aceptando. Todo sea por ver feliz a Kim, o bueno, supongo que él piensa algo como eso.

El truco en si es sencillo, basta con sacar a Tiramisú de mi sombrero junto con un montón de coloridos papeles. La forma en que lo realizaré no la puedo describir ya que perdería la magia.

Enseño el sombrero que estoy utilizando para la ocasión demostrando que no hay nada dentro, lo agito un poco y lo coloco sobre mi cabeza para luego levantarlo bruscamente y lanzarlo lejos. Pero, en vez de sentir las patas de Tiramisú sobre mi cabello siento algo cremoso y mojado que de a poco va nublando mi vista de un color blanco y al mismo tiempo los pequeños trozos de papeles explotan sobre mi cabeza.

Un silencio sepulcral inunda la sala, me limpio los ojos con ambas manos y las investigo con ojos aturdidos ¡Están cubiertas de pastel! ¡El truco ha salido fatal! En lugar de que saliera Tiramisú del sombrero ¡Ha salido lo que sobró de pastel! Devuelvo la mirada a mis espectadores desconcertado. Hakuba está a punto de reír pero algo lo deja atónito. Una carcajada suave, femenina e infantil resuena en toda la casa y parece no cesar, muy por el contrario, va en aumento. Yo tampoco puedo creer lo que escucho ni lo que veo. Kim se sujeta el estómago, no puede más de la risa, de sus ojos comienzan a brotar pequeñas lágrimas, esas de alegría.

Ninguno de nosotros reacciona, seguimos anonadados mirando fijamente a Kim, después de todo es la primera vez que la vemos en una situación como ésta ¡De verás está riendo! ¡Y de una manera muy contagiosa! Pasaron un par de segundos más que Hakuba y los demás le siguieran el paso. Y por supuesto yo no me quedé atrás.

Lo que siguió de celebración solo se habló de mi fallido acto final y de lo ridículo que me veía con la crema y el confeti pegado en mi cabeza. Y antes de que los invitados se fueran, le obsequiaron un par de chucherías a Kim. Incluso Akako tuvo ese gesto con ella. Kim quedó sorprendida ante tal gesto de los chicos, no les dijo nada pero, estoy cien porciento seguro de que Kimy está feliz de sentirse querida y rodeada de un grupo de gente que la estima.



Como la sala quedó patas arriba tuve que ordenarla, mientras tanto, Kim se preparaba para ir a dormir.

-Buenas noches Kaito –Se despide mientras toma a un agotado Tiramisú entre sus brazos para llevárselo con ella a la cama.

-Kim espera –Le digo –Tengo algo para ti.

Ella se acerca lentamente a mi. Tiramisú parece no querer esperar mas para dormir; da un salto y sube las escaleras para dirigirse al cuarto.

-Bueno, no todos los días se cumplen trece años, así que ten –De mi bolsillo saco una pequeña caja con una cinta y se la acerco a sus manos –Feliz cumpleaños.

Kim pestañea un par de veces sin saber que hacer para luego abrir el obsequio. Al ver lo que es abre un poco su boca.

-Kaito, pero, yo creí que...-Dice observando la pulsera con la perla dentro de la cajita.

-Esa vez me dijiste que te gustaba. Sé que tal vez no te trae un buen recuerdo –Le explico cagandola, ella me mira con ojos dudosos, seguramente recordando lo que ocurrió aquel día -Pero, quiero que sepas que representa el hecho de que nunca dejaré que nada malo te pase...si es que se entiende lo que quiero decir... -Explico sin poder ordenar la idea que quiero transmitirle.

-Yo pensé que se la regalarías a Aoko –Responde Kim.

-¿Aoko? ¿Por qué tendría que regalársela a ella? -Le pregunto extrañado.

Kim me devuelve una particular mirada, puede que no sea muy expresiva pero, noto una pequeña picardía en su cara.

-¡Ah! ¡Pero de que hablas! ¡Eso no...! -Le grito con las mejillas ruborizadas -¡Ella no me gusta! ¡Es una boba! -Le grito aun más colorado.

Kim cierra los ojos y suspira, toma la pulsera entre sus dedos intentando inútilmente abrir el broche.

-Te ayudo –Le digo abrochando la pulsera en su delgada muñeca -Lo bueno de esto, es que me encargué de que el broche fuera muy resistente, no se abrirá fácil -Le cambio un poco el tema, aun con el rubor en mi cara –Si quieres sacártela, tendrás que pedirme ayuda, ya que tiene un pequeño truco para poder abrirla –Le guiño un ojo.

-Gracias Kaito -Dice ella sin dejar de tocar la perla ubicada al centro de la pulsera -Deberías darle un anillo con una de éstas a Aoko –Vuelve a soltar, logrando que yo me sonroje nuevamente.

-¡Fue suficiente! ¡Kim a la cama! -Le ordeno con la cara ardiendo de vergüenza.  





Capítulo dedicado especialmente a @Gatirroo que ha sido una persona muy importante para mi este último tiempo <3 <3 

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