Buenas y malas razones para matar a un personaje
¿Se puede matar a un personaje? Sí. ¿Nos gusta hacerlo? No siempre. ¿Es horrible? Sí. Un personaje es como un hijo, tú lo has creado, nació de ti, le has dado vida, rasgos, carácter, objetivos. ¿Puedes matarlo aún así? Sí, y debes hacerlo, porque muchas veces la muerte de un personaje beneficia a la trama, aunque (¡ojo!) no siempre.
Aclaración: si vas a matar a un personaje, recuerda que este tiene que tener un peso importante en el relato para que, a partir de esa muerte, los personajes ya no actúen de la misma forma que antes de ella. Así que si vas a matar a un personaje que no sea uno que aparece por primera vez un capítulo antes.
Buenas razones para matar a un personaje
1. Cuando hace avanzar la trama. Si ves que la historia está estancada y la trama no avanza porque ese personaje es un "estorbo", puedes deshacerte de él y ver si cambia la historia con su muerte.
2. Cuando es el objetivo del protagonista. Si la historia está centrada en el cumplimiento del objetivo del protagonista, el cual es matar a determinado personaje, solo hazlo, pues si ese objetivo no se cumple, a veces puede ser decepcionante para los lectores.
3. Cuando sirve de motivación a otros personajes. A veces, un personaje, sobre todo el protagonista, emprende sus acciones en base a la muerte de otro, ya sea vengándolo o cumpliendo una promesa. Sin esa muerte, ese personaje quizá no tendría un objetivo.
4. Cuando sirve de castigo para un personaje. Si algún personaje no ha hecho lo que debía, a tus lectores les gustaría que fueras justo y le des su merecido. Después de todo, es ficción.
5. Cuando enfatiza el tema. La muerte de un personaje o más es la base del tema, el cual es, a su vez, base de la historia. Por ejemplo, si escribes sobre un asesino, es necesario que narres a sus víctimas o nadie creerá que en verdad lo es.
6. Cuando aporta realismo. Imagínate que (en un relato realista) comienzas la historia con un personaje con determinada enfermedad letal. Es imposible que, al final de la historia, se salve de milagro. Lo mismo ocurre, por ejemplo, en una historia de una guerra. Si todos están luchando, es impensable que todos salgan sanos y salvos ante el enemigo.
7. Cuando elimina a un personaje extraño. Si has introducido desde el comienzo un personaje que ahora no tiene relevancia aunque antes quizás sí, es importante que te deshagas de él para no dejar de escribir sobre su vida que no aporta nada, misteriosamente. No sería normal que un personaje desapareciera así sin más como si se lo hubiese tragado la tierra. Si quieres dejar de inventarle historias que sabes que no aportan nada, llévalo al otro mundo.
Malas razones para matar a un personaje
1. Cuando sólo pretendes sorprender al lector. Sorprender a los lectores está bien pero cuando matas a un personaje sólo porque creerás que los impresionarás y no es por ninguna de las razones mencionadas antes, no es tan buena idea.
2. Cuando elimina a un personaje extraño. Antes nombré que ese personaje extraño al que matabas ya no tenía nada que hacer en el relato, pero también mencioné que antes sí había hecho algo relevante. En cambio, si hay un personaje que nunca ha hecho nada en la historia, directamente no debería estar allí desde un principio, así que en vez de matarlo, bórralo.
3. Cuando sólo pretendes entristecer al lector. Si quieres escribir una historia de lo más triste y, por ejemplo, quieres que tu personaje sea de esos que les pasa de todo, no mates a personajes sólo para dar esa impresión. Esa muerte tiene que causar, como mencioné en el punto 3, una motivación y no una desdicha en su vida para que luego siga adelante como si nada.
¿Cuál fue la muerte que más has sufrido en un libro?
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"La vida no es igual para todos, sólo la muerte es igual para todos", Johan Liebheart, personaje de Monster.
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