Otra vez al ruedo... (1st. part.)
Saga lo tomó de la mano y se lo llevó hacia el interior de la casa de Géminis. Al llegar empezó a besarlo... (esta es una de las partes que más me gusta...) el menor se sentía volar, extrañaba esos asaltos por parte de su gemelo lo abrazó posesivamente tomándolo por la nuca. El mayor sentía necesidad de tenerlo entre sus brazos, de besarlo y hacerle sentir un infierno por dentro mientras toca el cielo con las manos.
Saga:- No sabes cuánto he esperado por este momento... - Veía a su hermano reaccionar a su toque.
Sus manos se metían debajo de su ropa contorneando su hermosa figura. Los besos del mayor dibujaban ardientes caminos que sólo llevaban a la locura. Iban cargados de deseo y lujuria, recorrían tentadoramente su cuello y amenazaban con seguir adelante hacia un destino incierto en caida libre.
Kanon:- Hermano... hermano... me vuelves loco... - Entremetía sus dedos entre los cabellos de éste y disfrutaba cada gesto de su hermano mientras sentía la creciente erección en su entrepierna.
La camiseta del menor le estorbaba a su hermano quien se la quitó sin dudarlo ni siquiera un segundo. Los besos no cesaban... seguían bajando hasta toparse con su pantalón. Se detuvo para ver a los ojos a su hermano quien volvió a la realidad por unos pocos segundos ya que tanto placer le había hecho cerrar los ojos por inercia. El mayor de los gemelos sonrió con malicia para luego bajar el resto de la ropa que le quedaba para quitar el último impedimento que lo separaba del paraíso.
Saga:- Mmmm... - Olía el aroma a excitación de su hermano y le fascinaba.
Se metió de lleno el pene del menor en la boca chupándolo y saboreándolo. Lubricó sus dedos y empezó a prepararlo mientras no dejaba sin atención su miembro. Jugaba con su lengua en la punta de éste mientras sentía que su propia entrepierna apretaba y dolía.
Los ojos de Kanon se desorbitaban al sentir tanto placer... tomó la cabeza cabeza de su hermano y aceleró su paso. De igual manera lo hizo con sus dedos, estaba en su punto para explotar.
Kanon:- Ya no... aguanto... ¡Hermano! - Liberación... - ¡AAAAAH! - tirando hacia atrás su cabeza para luego retorcerse. - ¡Aaagh! Sh*t! - Victoria para el mayor quien sólo se limitaba a degustar el sabor de su hermano.
Quitó sus dedos y lo llevó a una habitación. Lo puso delicadamente sobre la cama y se apartó de él para admirarlo.
Saga:- Te ves jodidamente excitante, ¿sabes? Pero ahora... me toca a mí. - Sonrió como dándole a entender que lo torturaría lentamente. - ¡Armadura fuera! - Ésta abandonó su cuerpo rearmándose a un costado. - Ahora sí... ¿en qué estábamos...? - Avanzó hacia su hermano. - Ah, sí, ya recordé. - Se quitó su camiseta con un rápido movimiento y con cada paso que daba hacia su gemelo se quitaba lenta y sensualmente su pantalón y ropa interior.
Kanon:- Oh, mein Gott... -
[Nota de la Autora: derrame nasal]
Su enorme y nada discreta erección se robaba la atención de los ojos del menor, cosa que a Saga le excitaba aún más con sólo verlo y percibir sus ojos sobre él. A la vez, Kanon sentía como sus latidos se aceleraban y su deseo aumentaba. El mayor al encontrarse sin ropas buscó más contacto con el menor, le quitó por completo su espacio personal besándolo nuevamente con más fuego que anteriormente.
Saga:- Hoy te haré ver las estrellas hermanito... -
Kanon:- No tengas piedad de mí hermano... -
Se colocó de rodillas sobre la cama, entre sus piernas levantándolas con los brazos y comenzó a jugar con su miembro en la entrada de su hermano abriéndose paso a su interior. El menor estaba ansioso, cerró los ojos para poder sentirlo mejor.
Saga:- Está apretado... -
Kanon:- Ighh... - Apretaba los dientes. - Tienes razón... - Su gemelo se quedó quieto un momento. - Pero no te dije que te detuvieras. -
El gemelo mayor se sorprendió al oír eso y sonrió cálidamente para empezar sus embestidas cariñosamente. Extrañaba esa sensación, extrañaba ver el cuerpo de Kanon debajo del suyo, extrañaba oírlo gemir al compás de sus embestidas.
Saga:- Hermano... hermanito... no sabes cuánto he esperado por esto... - Se acercaba a él y lo besaba hasta tener que separarse a falta de aire. - ¡Mmmm...! -
Kanon:- Aaaah... ¡Saga...! Saga... no pares... - Obedeciendo sus órdenes, el mayor no daba tregua y aceleraba su ritmo. - ¡Sí! ¡Sí! Así, no te detengas, por favor, ¡MÁS! - Empezó a masturbarse mientras empuñaba las sábanas con la otra mano.
Saga:- Me ven...go... -
Kanon:- Sí, sí, todo dentro de mí. -
Saga:- ¡AAAAAARGH! - Un rugido se escuchó por parte del geminiano de cabellos violáceos. Y un par de embestidas después un grito por parte del menor.
Kanon:- ¡AAAAAH! - Estalló tirando hacia atrás su cabeza y golpeando la cama con su puño.
Saga:- ¡Diablosss! - Apretó los dientes y se desplomó sobre su gemelo.
Kanon:- ¡Ayyyyy! - Un quejido ahogado a falta de aire por el peso de su hermano se oyó de sus labios.
Ambos se separaron un poco y se miraron fijamente.
Saga:- Te odio idiota... ahora no puedo vivir sin depender de ti y de tu ardiente cuerpo. -
Kanon:- Yo también te odio, me haces ver la luna, las estrellas y los anillos de Saturno... y lo peor de todo... -
Ambos:- Es que nos gusta... (suspiro de resignación) - Rieron por el pequeño momento de coordinación de palabras y por los falsos "Te odio" dichos como juego en son de sarcasmo.
El mayor salió del interior de su gemelo para levantarse definitivamente ya que debía asearse. Pero al estar a un paso de salir de la habitación una mano lo detuvo y de un giro quedó contra la pared siendo besado por el autor de tal acción. Ese beso decía mucho, era un "perdóname", era un "te deseo", era un "no te alejes de mí", pero, por sobre todo, era un "TE AMO".
En oootra parte del Santuario...
Un virginiano y un leonino se encontraban en medio de una batalla campal... sus lenguas batallaban entre sí, suave, lenta y apasionadamente. Gatito no perdió el tiempo y desnudó totalmente a su Barbie al encontrarlo en total estado de relajación y sin armadura. Lo asaltó por la espalda ronroneándole al oído...
Aioria:- Al fin solos mi amado y tenaz Barbie, he visto tu furia y lejos de asustarme me has hecho arder de excitación... -
El monje enrojeció por completo sintiendo a su león ambriento frotando su erección contra su trasero. Sentía como el fuego del signo del felino lo envolvía y lo dejaba en un estado cercano (más que a Dios) a la locura...
Shaka:- Te he extrañado y necesitado tanto amor mío, no te podrías dar ni la más mínima idea de cuánto. -
Aioria:- Claro que sí, tanto como yo... ¡Armadura fuera! -
Lo llevó a su habitación y le quitó todo quedando detrás de él mientras lo masturbaba con una mano y acariciaba su delicada y tersa piel con la otra.
Virgo lo tomaba por la nuca disfrutando tales acciones por parte de Leo. Apoyaba su mejilla contra la de éste buscando sus labios para findirse en un tan anhelado beso. No quiso esperar más. Se dio vuelta y se abalanzó sobre el mayor besándolo con desesperación.
Shaka:- Oh, mi Aioria, no tienes idea de cuánto te extrañé... - La situación se dio vuelta quedando la gata dorada sobre la Barbie. - Todo lo que he pasado y las noches que me he sentido solo... -
Sintió que los besos de Leo bajaban por su cuello y se limitó a ser consentido con sus ojos cerrados percibiendo cada movimiento por parte de su compañero.
Aioria:- ¡Oh, sí! ¡Oh, sí! Necesitaba tanto tu piel mi delicioso loto... todo en ti me vuelve loco... - Se colocó entre sus piernas. - Seré gentil, ¿está bien? - Asintió con su cabeza. - ¿Estás listo? -
Shaka:- Hazlo. -
Dada la orden, el mayor se introdujo lentamente en él con todo el cuidado, amor y cariño del mundo temiendo lastimarlo.
Aioria:- Oh... sí... ¡por Dios! ¡Qué delicia...! - Cerraba sus ojos de placer al sentir la estrechez del menor.
Pasados unos segundos de haber entrado por completo Comenzó a moverse y vaya que se sentía arder en el mismísimo infierno...
Tales placeres sólo los podía brindar su amado león. Sólo él lo hacía perder la razón, sólo él le hacía el amor como corresponde.
Shaka:- Aioria, mi león, no te detengas, ¡dame más! -
[SEPAN DISCULPAR, LA IMAGEN QUE SE ENCONTRABA AQUÍ HA SIDO CENSURADA POR WATTPAD]
Sintió que había caído en la locura y la lujuria, pero no le importó. Él quería más, necesitaba más y no se conformaría con menos.
Tomó su propia erección y comenzó a masturbarse sintiendo que todo colapsaría en cualquier momento.
Aioria:- Shaka, mi amor, ya no aguanto... -
Shaka:- Sí, ¡dámelo todo! -
Ambos:- ¡¡AAAAAAAAAH!! -
Hermosa sinfonía del placer...
Delicioso cosquilleo interminable...
Necesaria descarga...
Maldito espasmo que los hizo retorcerse...
Aioria:- ¡AAARGH...! - Se escuchó un rugido por parte de Leo.
Shaka:- ¡Oooooh...! Maldición... -
Salió del menor y se dejó caer a un lado de él. Estándo boca arriba y con su antebrazo cubriéndole los ojos recibió un dulce y delicado beso en los labios haciendo que se descubriera y viera al rubio. Tenía sus bellísimos ojos abiertos, mirándolo con ternura. Esa mirada le fascinaba y lo que más feliz lo hacía era que él era la causa de ella y era sólo suya. Virgo observaba aquel maravilloso ser quien hacía que se derritiera y perdiera la razón con su amor. Lo que más felicidad le daba es que ese amor era sólo para él.
Aioria:- Te amo mi bello, adorable y poderoso loto. -
Shaka:- Te amo mi hermoso y fuerte león hambriento. - Ambos sonrieron y sellaron sus palabras con un muy dulce beso.
Y en otra casa del Santuario... para ser más precisos, en Escorpio...
Una hielera recibiendo todo el amor del escorpiano entre gemidos y jadeos. Disfrutando aquello que tanto había extrañado.
Las embestidas del alacrán eran feroces, estaba totalmente fuera de control. Masturbaba al menor y éste pasaba tentadoramente sus uñas levemente por su espalda. Escorpio sabía lo que se venía...
Camus:- Milo, ya estoy... -
Milo:- Yo igual... - Hablaba con dificultad.
Lo besó y los dos estallaron a la vez.
Camus:- ¡AAAAH! - Clavó sus uñas en la espalda del alacrán.
Milo:- ¡AAAAARGH...! - Embistió profundamente al sentir las "caricias" del francés quien arqueó su espalda al sentir la fuerza de esa entrada.
Camus:- ¡Ighh...! - Cerró sus ojos con fuerza ahogando un gemido.
Ambos respiraban con dificultad. Milo se separó del peliverde para observarlo. Con su piel blanca, sus mejillas enrojecidas y la semilla de Escorpio escurriendo de su interior... le daba una celestial imagen al Bicho. Volvió a abalanzarse sobre el menor tomándolo suavemente por el mentón y besándolo con delicadeza. El francés quedó encantado con esa faceta del escorpión.
Milo:- Eres hermoso mi Cubito... -
Camus:- Eres un atrevido mi querido Bichito. - Ambos sonrieron y quedaron recostados unos minutos. El peliazul abracando al Acuariano y éste apoyando su cabeza y su mano en el pecho del alacrán.
¿Y en las otras casas...?
Lo sabrán la próxima 😉 por ahora l@s dejo por un rato.
Espero sus comentarios, realmente me interesa mucho saber si les gusta o si tienen alguna duda o pregunta.
Voten si les gustó y compartan.
Hasta que nos volvamos a ver 😁
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