El Último Juego... 2nd part
En Capricornio...
La cabra retobada estaba esperando pacientemente a que llegara su arquero.
Mientras tanto en las escaleras...
Camus:- ¿Y tú qué opinas de esto? -
Aioros:- Sinceramente tampoco soy el más feliz, pero no puedo echarlo a patadas... -
Camus:- ¿Oíste a Milo? -
Aioros:- Por supuesto, fuerte y claro... -
Camus:- Debo ir a verlo, no soporto verlo así... -
Aioros:- ¿Hay algo más que amistad entre ustedes? - La hielera fingió no haber escuchado eso, Pero el sagitariano sabía que sí. - Sabes, no tienes por qué avergonzarte de ello. - Acuario se detuvo en seco.
Camus:- Mi vida personal no es pública así que procura mantenerlo en secreto. -
Aioros sonrió como idiota embobado mirando hacia la nada recordando a su Cabrita. Camus sentía lo mismo por el Bicho que él por Caprico. Volvió su mirada hacia Cubito y asintió con su cabeza.
Ya en Capricornio...
Aioros:- Ve por él. - Acuario sólo asintió y siguió camino con su semblante inmutable. El arquero se acercó lentamente a la cabra e hizo que se fuera hacia el interior de Capricornio. - Ahora sí, ¿en qué estábamos...? - Éste sonrió y le siguió el juego.
Shura:- No lo recuerdo, ¿podrías refrescarme la memoria...? -
Aioros:- Claro que sí... -
Cerró la puerta detrás de sí y comenzó a besarlo tomándolo por la nuca y entremetiendo sus dedos en los cabellos de éste. Susbesos se trasladaron hacia su cuello y su mano a su mandíbula como temiendo que se fuera a escapar.
El capricorniano se ruborizaba disfrutando el atrevimiento del arquero y a la vez deseando más. Casi como si fuera telepatía, Aioros bajó su mano izquierda hasta la alcanzar las caderas de Shura. Le quitó la escarcela (o faldón, es la parte inferior de la armadura) centrándose en la entrepierna de la cabra que estaba acorralada contra la pared. Sus caricias no se hicieron esperar... su mano subía y bajaba con insistencia al sentir el bulto en los pantalones de Capricornio. Se quitó el peto de su armadura (la parte superior) haciendo lo mismo con el de su compañero y su propia escarcela.
Lo hizo llevó hasta su cama y se puso sobre él entre sus piernas frotando su erección contra la del capricorniano.
Shura:- Aaah... Ai...or...os... - Sagitario lo estaba volviendo loco y él no se oponía a tal comportamiento.
Aioros:- Mmmmm... Shura... - Pasaba su lengua por los prrrrrrrfectos pectorales de Capricornio mordiendo y succionando sus pezones.
Shura:- ¡Sagitario...! ¡Detente...! (No te detengas...) ¡Bas...taaa...! (Dame más...) - Sus palabras iban cargadas con un doble mensaje que le hacía perder la razón al arquero.
Aioros:- ¿Me prometes que me harás tuyo cada vez que puedas? - Susurraba a su oído mientras se quitaba sus escarpes, grabas, rodilleras y quijotes (botas y musleras).
Shura:- Siempre. ¿Me oiste? SIEMPRE. - Sagitario estaba ansioso de sentirlo, deseoso de tenerlo dentro de él.
Aioros:- Ven y mételo entonces... - Pero tampoco haría él todo el trabajo...
Levantó a la cabra de la cama y se agachó sobre la misma apoyándose en sus manos. Se movía de un lado al otro con movimientos lentos y provocativos. Shura bajó sus pantalones hasta donde sus quijotes se lo permitían y bajó los pantalones de Aioros junto con su ropa interior hasta el suelo a lo que éste reaccionó apoyando su pecho y cara sobre la cama elevando aún más su trasero. Se veía jodidamente excitante en esa posición... (derrame nasal inevitable) perfecto para llenarlo de todo su ser...
Shura:- ¿Estás seguro de hacerlo así? - Lo haría de cualquier forma, ya dolía su pene por exceso de irrigación sanguínea.
Aioros:- Shiiií... - Estaba ruborizado, algo sudado y con los ojos cristalizados, consumido por la lujuria.
Shura:- Está bien, pero tendré cuidado. - Se lubricó con su propia saliva y con la punta empezó primero a jugar un poco en su entrada y luego a meterlo lentamente hasta estar completamente dentro suyo.
Aioros:- ¡Ngh...! - Sabía que dolería, pero aún así no se retractó y pidió más. - Hazlo. -
Shura:- Está... apretado... - Cerró sus ojos con fuerza al sentir la presión, pero igualmente empezó a moverse en su interior.
Aioros:- Sí, sí, sí... - Estaba perdiendo la última gota de cordura que le quedaba y su compañero no se quedaba atrás...
Shura:- Mmmm...! ¿Te gusta? - El arquero sólo asintió con su cabeza, pero eso no le bastaba a la cabra. - Vamos, ¡dime que te gusta! - Arremetió violentamente.
Aioros:- ¡Me encanta! - (Fin del camino de lo que podría llegar a ser "Cordura") - ¡Dame más! - Lo nalgueó y obedeció embistiéndolo más rápido y con mayor fuerza mientras éste se masturbaba. - Así, así... - Los gemidos del arquero lo habían sacado de sí.
Shura:- No puedo parar, ¿qué me ocurre? - Sus bestiales embestidas estaban a punto de estallar. - Aioros... -
Aioros:- Shu...ra... -
Ambos:- ¡AAAAAAAAAH! - Oooooh, ¡sí!
Sagitario arqueaba su espalda y veía estrellas mientras sentía como todo su cuerpo se estremecía. En cuanto a Capricornio se sentía explotar por dentro haciendo hacia atrás su cabeza, disfrutando del momento.
Shura:- Sí, sí... - Intentaba controlarse para no echar maldiciones al aire por causa del hermoso espasmo que siguió ese orgasmo.
Aioros:- Kyaaah...! - Sentir a Shura acabando dentro de él mientras él acababa en su propia mano fue demasiado...
La cabra salió de su interior y admiró su obra de arte... el arquero estaba apoyando casi todo su cuerpo en la cama con su trasero en alto y el semen de su compañero escurriendo de éste (derrame nasal nro2). Se acercó nuevamente al arquero y lo volteó para besarlo, ambos casi sin fuerzas.
Shura:- No dejaré pasar jamás una oportunidad así. - Se separó de él y lo ayudó a levantarse. - Vamos, ve a limpiarte, tienes que irte a Sagitario. - Y así lo hizo, se aseó un poco, volvió a colocarse su armadura y salió hacia Sagitario.
Aioros:- Ahí vamos... -
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Al llegar a Escorpio, Camus entró sin siquiera pedir permiso igual de frío que siempre. Al llegar a la habitación miró dentro y en una esquina estaba su Bichito sentado en el suelo abrazando sus piernas. Por primera vez en el día, se vio una sonrisa llena de ternura en los labios de Acuario.
Camus:- Milo... - El escorpión escondió su rostro y limpió las lágrimas de sus mejillas.
Milo:- ¿Qué necesitas Cubito...? - Éste se acercó al Bicho y se agachó hasta estar a su altura.
Camus:- A ti. - Fácil, corto, conciso... sí, ese era Camus.
Escorpio levantó su mirada cristalizada viéndolo directamente a los ojos. No había frialdad en ellos, decía la verdad. Esos ojos lo miraban con ternura, con amor, hasta con deseo se podría decir. Bichito se lanzó hacia él tirándolo al suelo y comenzó a besarlo, pero sus máscaras estorbaban. Sin pensarlo dos veces se quitó la suya y luego, con delicadeza, la de Cubito quien seguía recostado.
Milo:- Ahora sí, ¿a dónde estaba...? Ah, cierto, ya recordé... - Volvió a besarlo, pero alguien se sentía inseguro y se separó un momento.
Camus:- Espera, hay que cerrar la puerta... - El alacrán se acercó a su oído para susurrarle unas palabras.
Milo:- Ciérrala tú... - Al principio no lo entendió, pero luego se le presentó una idea.
Camus:- ¿Y si...? - Alzó uno de sus brazos apuntando hacia la puerta y lanzando polvo de diamante para congelarla y sellarla. - ¿Así te gusta? - Lo miró a los ojos.
Milo:- Mmmm... prrrrrrrfecto... - Volvió su atención a sus labios, le sabían a néctar de los Dioses, pero deseaba sentir más. - ¡Escorpio! ¡Armadura fuera! - Su armadura se desarmó alejándose de su cuerpo y rearmándose a un costado. Al ver esto a Acuario se le descongeló el freezer y la armadura le empezó a apretar.
Camus:- ¡Acuario! ¡Armadura fuera! - Al igual que su compañero se deshizo de su armadura la cual se rearmó al lado de la de éste.
Milo:- Ahora sí no podrás escapar de mí... -
Tomó su mano derecha y la puso sobre su cabeza y entrelazó los dedos de su mano izquierda con los de la derecha propia a modo de inmovilizarlo. Mordió su oreja sintiéndolo estremecerse debajo de él, su camino siguió por su cuello hasta la base de su garganta. Para luego pasar su lengua desde ahí hasta su mentón y ver el rubor de sus mejillas.
Era una imagen realmente excitante ver al témpano de hielo derritiéndose por las acciones del Bicho. Se posicionó entre sus piernas y comenzó a frotar su entrepierna contra la de éste de arriba hacia abajo haciendo que sienta el bulto en sus pantalones, el soldado estaba firme y listo para la batalla, estaba tan ansioso de entrar en él que empezaba a doler. Pero no quería que sea tan rápido aunque había un ansioso que no se aguantó.
Camus:- No puedo más, tus juegos son un martirio... - Tal como él lo dijo, el "juego" se dio vuelta... en un movimiento lo volteó a Escorpio y se posicionó sobre él. - MI turno. -
Se olvidó totalmente de cualquier juego previo que pudiese llegar a existir y fue directo al punto. Bajó sus pantalones (ropa interior incluida), tomó su erección con ambas manos y la metió directamente en su boca. Bichito se recostó sobre sus codos atesorando cada sensación.
Respiraba con la boca abierta y entrecortadamente. Los jadeos y gemidos no se hicieron esperar...
Milo:- Aaaaah... eres... eres... - No podía articular palabras tiró hacia atrás su cabeza intentando respirar. - ¡Jodidamente sensual y excitante! - No podía decirlo, todo se volvía blanco... - ¡AAAAH! - Acabó en la boca y el rostro de Acuario. - ¡MAL... DICIÓN...! ¡DEMONIOS! - Se sentía fenomenal, no podía contenerse. Dejó salir todo de él retorciéndose de placer. Cubito (derretido) por su parte estaba muy entretenido saboreando el semen del alacrán.
Camus:- ¿Sabes? Creo que me he vuelto adicto a esto... - Hablaba sin mirarlo.
Milo:- Pues estoy para ti cuando quieras. - Se acercó a él y lo besó para llamar su atención.
Camus:- Tendré que ingeniármelas para venir... - Cambió el tono de su voz. - Pero de seguro encontraré la manera de escapar de mi alumno. - Volvió a hacercarse a él. - Tú mientras actúa natural... adviérteles que si se acercan... - Se puso a unos centímetros de su rostro y acarició su pecho desnudo. - ... saldrán picados por el escorpión... - Otra vez se encendió la llama y ahora más ardiente que antes.
Milo:- Ya la hiciste, ahora me las pagas. - Lo tomó por el rostro y volvió a besarlo. Para ser tan frío le sabía muuuy dulce... Lo levantó del suelo y lo llevó a su cama. Iba a pagar por su ansiedad... - Me rogarás que me detenga. -
Capturó los labios del peliverde recostándolo en el proceso. Mordía levemente sus labios mientras hacía bajar su mano derecha para acariciar insistentemente su entrepierna. Al sentir su erección, la recorrió minuciosamente hasta encontrar la punta de su pene por arriba de su pantalón. Jugaba con éste haciendo círculos en él, era realmente una tortura. Quería penetrarlo, pero también quería hacerle pagar. Cubito empuñaba las sábanas resistiendo las atrevidas caricias de Escorpio. Se separaron un momento, momento en que el mayor no soportó más y liberó todo lo que se había estado aguantando.
Camus:- ¡Aaah...! Milo, detente, por favor... ¡te necesito dentro de mí! - Música para los oídos del peliazul...
Milo:- Sabía que no podrías aguantar... - Se enderezó un poco para observarlo... ruborizado, excitado, expectante... - Porque yo tampoco. - Quitó sus mayas y sus boxers arrojándolos a quién sabe a dónde... - Te haré recorrer el inframundo, así que salúdame a Hades de mi parte. - Sonrió maliciosamente, levantó sus piernas y lubricó su miembro. Se introdujo lentamente en él temiendo a poder lastimarlo.
Camus:- Mal...di...to... - Esperó un par de segundos y comenzó a embestirlo.
Los ojos de Cubito se desorbitaban al sentir el placer que le generaba ese vaivén por parte del Bicho. A Escorpio le excitaba en sobremanera ver que SU Cubito se derretía ante su "amor". Volvió a besarlo ahogando sus gemidos la vez que seguía su movimiento cada vez más rápido y más descontrolado. Camus no soportó más y clavó sus uñas en la espalda del alacrán.
Milo:- ¡AAARGH! - Un rugido se escapó de lo más profundo de su ser separándose de ese beso y dándole una profunda y violenta embestida deteniéndose para ver su reacción.
Camus:- ¡Aaaaah! ¡Maldito Bicho! - Escorpio le sonrió con malicia.
Milo:- Es bueno saber que aún eres igual de insolente... -
Camus:- Por supuesto, ahora... ¡no te detengas! -
Milo:- Claro que no. - Retomó su ritmo, pero esta vez masturbándolo y viendo su cara de placer absoluto.
Camus:- No aguanto... Milo...- Se estaba agotando la resistencia del peliverde, pero su compañero no estaba en una situación tan distinta.
Milo:- Cam.. yo tam... - No tuvo tiempo ni de pensarlo. - ¡AAAAH! ¡MALDICIÓN! - Acabó tan bien que perdió toda la fuerza a causa del espasmo. Cubito lo siguió...
Camus:- ¡AAAAAH! ¡MILO! ¡DEMONIOS! Milo... - Acabó en su pecho cerrando los ojos con fuerza y apretando los dientes. Sintiendo cómo se iba El escorpión en su interior para luego desplomársele encima y retorcerse.
Milo:- Definitivamente esto se tiene que repetir... - Hablaba con dificultad.
Camus:- Por supuesto que sí. - Ambos jadeaban a causa de toda la acción del momento.
[SEPAN DISCULPAR, LA IMAGEN QUE SE ENCONTRABA AQUÍ HA SIDO CENSURADA POR WATTPAD]
Milo:- Ve a limpiarte un poco, debes volver a Acuario. -
Camus:- Hmph. - Asintió y fue hacia la puerta, pero al querer tomar el picaporte... - Eeeeeeh... tenemos un pequeñísimo problema... (n.n') - ¡Cierto! Lo había olvidado.
Milo:- Déjame a mí. - Usó su aguja escarlata a modo de rompehielos partiendo en varios trozos el hielo que había sobre la puerta. - Listo (n.n) -
Cubito abrió la puerta, (muy precavido...) miró hacia todos lados para asegurarse de que nadie estaba en el lugar y salió en silencio al baño para higienizarse. Milo por su parte, lo siguió y tuvieron un delicioso baño juntos. Al terminar, la hielera con patas muy desconfiada... antes de salir del baño volvió a cerciorarse de que estaban solos.
Ambos se vistieron y llamaron sus armaduras. Camus pasó de ser un cubito derretido a un témpano de hielo.
De igual manera Milo tuvo que seguir haciendo desmadres en la casa de Escorpio.
Camus:- Limpia todo, no quiero que mi novio sea un desastroso desordenado. -
Milo:- Sí mi amor. -
Autora:- Cof cof pollerudo cof cof... Ay esta tos... -
Milo:- ¿A quién le estás diciendo "pollerudo"? -
Autora:- ¿Yo? ¿Qué? No dije nada... -
Milo:- (7-7) Eres mala conmigo. (T.T) -
Autora:- Aaaaamorrrr de Dios... Ok, ya, deja de mariconear (actuar y quejarse como bebé para llamar la atención)...
Milo:- No seas así... (T.T) -
Autora:- Bueno, ya cálmate. -
Milo:- Pero aún me duele (T.T) -
Autora:- Aishh... está bien, lo siento (-.-). ¿Ya estás feliz? -
Milo:- Ahorita sí. -
Autora:- (Hand to face) -
Ahora sólo queda ver cómo serían los tres próximos meses... hay que ver si aguantan la abstinencia sexual, la idea de tener obligadamente a los Bronceados en el Santuario y quién cae primero en la desesperación de mandarlos a la madre que los parió...
¿Ustedes qué opinan? ¿Quién sucumbirá primero? ¿Qué harán para soportarlos? Lo único que sé... es que con el niño de tres años de Seiya brincando y haciendo escándalo por ahí... dudo mucho que la paciencia dure...
Bueno, a lo que venía... aquí les dejo otro capítulo, espero les haya gustado 😊 Déjenme sus comentarios y opiniones aquí ⬇abajito⬇ y voten por la ☆ historia ☆
Nos vemos en el próximo capítulo 😘
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