SIX || SEIS

La chica trató de reconocer a ese par de rubios que venían caminando tan tranquilamente, uno era muy alto, con una trenza y un tatuaje de dragón en la cien. El otro chico por otro lado, era de estatura más baja, cabello igualmente rubio, pero al nivel de sus hombros y tenía un aspecto inocente y hasta adorable.

—Oye Kenchin –habló el de menor estatura–.

"Así que si existen pandilleros atractivos, Dios ha escuchado mis plegarias" se burló de la situación en su mente, debía de relajarse, no sabía que ocurriría a continuación.

—No me llames con ese estúpido apodo aquí.

—Se me acabaron los dorayakis.

"¿Está bien?, ¿porqué dice algo así aho... es Manjiro Sano?", tenía que ser él, si no de que otra manera podría estar tan despreocupado, además se parece a las fotos que ha estado investigando por años. Sus sospechas se confirmaron una vez todos reverenciaron y le dieron la bienvenida.
"Parece un niño todavía y aun así está más alto que yo", se quejó. Uno de los subordinados de Kiyomasa, Red, trató de hablar con él, pero éste lo pasó de largo.

—Estorbas, Mikey solo habla con aquellos que llaman su interes.

La chica no pudo evitar reírse y el mencionado la miró de la peor manera posible, aunque poco le importó, por supuesto.

—Buen día, señor –igual lo pasó de largo, pero el otro chico si le metió una gran patada en el estómago–.

—Kiyomasa, ¿desde cuándo te crees tan importante? –le regañó–. Baja más la cabeza al saludar al comandante.

Sólo se limitó a contestar con un "si señor" y Asterin trataba de aguantarse la risa lo más posible. El líder de la pandilla se acercó caminando lentamente hacia Takemichi haciendo que éste se cayera de espaldas por los nervios, su prima se rió de él.

—Oye, ¿cómo te llamas?

—Hanagaki Takemichi.

—Ya veo, Takemicchi –por supuesto que el de ojos azules se desubicó con el apodo–.

—Eso fue lo que dijo Mikey, Takemicchi –añadió Draken–.

El de menor estatura se puso a la altura del chico que seguía en el piso tomándole la cabeza desde la parte de atrás para acercarlo un poco más a él.

—¿En verdad estás en secundaria? –abrió los ojos con sorpresa–. Takemicchi, a partir de hoy seamos amigos, ¿sí?

—¿Eh?

La única chica presente no podía parar de reírse de su propio primo, aunque claro que trataba de hacerlo de la manera más baja que podía, en silencio de ser posible.

—Y tú –se puso de pie y se dirigió a ella–. ¿Cómo te llamas? Te has estado riendo todo el rato y además vi el puñetazo que le diste, ¿qué eres de Takemicchi?, ¿su novia?

Ella no pudo evitar reírse, esta vez más fuerte.

—Perdone comandante, soy Williams Asterin, prima de Ta-ke-mi-cchi –se burló viendo a su primo a los ojos–. Un gusto conocerlo –hizo una reverencia–.

Algo de lo mucho que había aprendido durante sus años de estudios y trabajo, es que no quieres ofender al enemigo a menos de que sepas que puedes ganarle, y estaba claro que Asterin no iba a poder.
Sintió una mano tomando su mentón dándole la orden de levantar su cabeza, se encontró con unos ojos oscuros sin brillo viéndola directamente, eran como un vórtice que la succionaba.

—Oh, la chica del sostén bonito –dijo de lo más natural–. Que alivio que no seas su novia, y ya sabes que me puedes llamar Mikey.

Los colores se le subieron a la cara al instante, ¿cómo se podía haber olvidado que él era el chico que la ayudó ayer?

—¿Volviste bien a casa?

—¿Ah?, Mikey, ¿de qué va esto y porqué hablas de su sostén? –le respuso el chico del tatuaje–.

—Ayer Emma me llamó preocupada de que había visto como un par de chicos acorralaban a una chica en un callejón cerca del restaurante de ramen y me pidió que fuese a salvarla, ella era la chica.

Todos voltearon a verla con un gesto que mostraba confusión, especialmente su primo.

—Larga historia, después explico –se limitó a contestar–.

—Seamos amigos también –estiró su mano con una sonrisa, la cual ella imitó y estrechó su mano con algo de rubor en sus mejillas todavía–. Emma querrá verte pronto.

Se alejó de ella y caminó hacia Kiyomasa, esta vez su cara volvió a mostrar una expresión de seriedad combinada con aburrimiento.

—¿Tu organizas éstas peleas? –el contrario le respondió de manera positiva–.

Después de aquello, Mikey solo dió un bufido que asemejaba a una risa y le pegó una patada debajo de la mandíbula haciendo que perdiese el balance y le diese oportunidad de tomarlo por el pelo y acercarlo a él.

"Esa fue la mejor patada que he visto en mi vida, además de un movimiento inesperado", halagó mentalmente Asterin.

—¿Quién demonios eres? –empezó a pegarle de a puñetazos hasta que estuvo satisfecho–. En fin, ¿nos vamos Kenchin? –preguntó con una sonrisa como si nada hubiese pasado y como si no tuviese sangre en su cara–. Las peleas clandestinas son una idiotez.

—Dejen de arruinar la reputación de la TouMan –ambos empezaron a caminar, hasta que el rubio menor se detuvo y giró–.

—Takemicchi, Rinchin, nos vemos.

—Hasta luego Mikey, dile a Emma que le enviaré mensaje una vez llegue a casa –el chico solo sonrió en respuesta–.

—Reaccionen de una vez y lárguense.

•••

Después de que todos dejasen el lugar y la noche cayera, los chicos y la castaña se encontraban en un parque de camino a sus casas.

—Entonces Rinrin, ¿porqué el comandante de la TouMan ha elogiado tu sostén? –preguntó Atsushi y la mencionada juró mentalmente que se vengaría de aquello–.

—¡¿Cómo es posible que él lo viese y yo no?! –se quejó Yamagishi junto a Makoto–.

El aura de Takemichi se empezó a oscurecer de a poco a poco al recordar aquella situación donde claramente se había quedado con la duda.

—Verán... fue un accidente, eso es todo, ¡ah! es tarde, deberían de ir a sus casas, yo ya me iré a la mía, está cerca, pero debo apresurarme por Mochi, no le gusta estar tanto tiempo solo y ayer estuvo por su cuenta, adiós, mándenme mensaje cuando lleguen -dijo con rapidez sin siquiera dar pausa alguna para respirar y salió casi corriendo de allí-.


Bueno, es época de exámenes y proyectos y la verdad no he hecho nada desde que empezó el ciclo escolar así que... no se cuando pueda seguir con el fic, la universidad me estresa pero meh, nada se puede hacer.

¡Hasta la próxima!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top