final: el tiempo.

El tiempo es muy lento para los que esperan,

Mina aquella noche no puede dormir.

Son sus pies que parecen tener vida propia los que la guían a esa casa del árbol, donde tantas risas dejo, donde tantos abrazos brindo y donde tantas sonrisas salieron a relucir.

Cierra los ojos ahogada entre tantas emociones.

Claro que está feliz por el final que Dahyun y Momo tuvieron, aunque sea por tan solo unos cuantos días.

Sin embargo, lo siente con un sabor amargo porque sabe de lo que su hermana es capaz.

Nadie podía traicionar a una Hirai-Myoui y salir ileso.

Y no lo admite.

Pero por primera vez en su vida, siente ese vacío en el estómago, ese temblor por el cuerpo y como sus sentidos se agudizan, alerta de todo movimiento y sonido a su alrededor.

Mira el reloj en su muñeca.

Apenas las diez de la noche.

Y siente que no puede más.

demasiado rápido para los que temen,

Chaeyoung deja salir un suspiro cuando da una vuelta más en la cama.

Esta nerviosa por el cambio abrupto que tendrá su vida.

¿Momo vendrá por toda la casa o solo por Tzuyu y Nayeon?

¿Es capaz de matar a su propia sangre? Por supuesto que lo es, desde los dieciséis años mata.

Deja salir un suspiro.

Decide quitarse ese pans y ese suéter de tela gruesa que la hace sentir asfixiada.

Empezará una vida completamente diferente en Japón.

¿Cómo es que lo logrará? ¡Ella ni siquiera sabe japonés!

Deja salir un pequeño grito contra su almohada y decide que debe relajarse.

Ciertamente es la que menos debería estar ansiosa, pues su único problema es no saber un lenguaje mientras que Nayeon y Sana debían despedirse de sus alfas sin saber si habría fecha de retorno.

Mira el reloj de su teléfono.

La una de la madrugada, ¡tan rápido!

«Basta Chaeyoung, cálmate.»

Se dirige a su baño a tomar una ducha caliente para poder mantener sus pensamientos en orden.

demasiado largo para los que sufren,

Sana siente a su corazón quebrarse al notar por la ventana a Mina trepar a la casa del árbol.

La ve recostarse contra la madera y como parece perderse entre sus recuerdos con los ojos cerrados.

Siente un nudo en la garganta cuando la alfa limpia una lágrima traicionera.

Después de unos cuantos minutos Mina parece haberse quedado dormida. La omega toma una frazada y sale de su habitación con destino al patio.

Sana sube las escaleras colgantes y toma asiento a un lado de una dormida alfa, deja caer su cabeza sobre su hombro, la abraza y las cubre con la manta.

Y sin notarlo cae dormida.

Sin embargo, de pronto despierta ante una sensación de falta de aire.

Su entorno es diferente, un olor a hierbabuena fresca a su alrededor, un colchón suave contra su espalda, la pierna de una alfa entrelaza con la suyas y un brazo posesivo pasa por su cintura.

Esta en la habitación de Myuoi, y la misma la está abrazando con una inconsciente fuerza, tal vez su propio lobo negandose a dejar ir a la omega.

Sana da una sonrisa triste y pasa su mano por las frías mejillas pálidas de la nipona, acercándose y dejando un beso en su frente.

Adorando el pequeño suspiro que deja salir y como sus cejas se desfruncen ante la mala jugada que su propia mente le está jugando en forma de sueño.

Mira el reloj de luces led y ve la hora.

Apenas las dos de la mañana, y su corazón ya se siente vacío.

demasiado corto para los que gozan;

Dahyun deja salir un gemido.

— ¿Te gusta eso, eh?

Abre sus ojos y ve a una Momo con los ojos brillantes, cabello despeinado y una débil sonrisa en los labios.

Otro jadeo sale de sus labios cuando su alfa masajea con destreza su pie derecho.

«Esto es la gloria misma.»

— Ven aquí.

Pide abriendo los brazos, Momo corre a su refugio como un cachorrito, se funde en un abrazo con su pareja y reposa su cabeza sobre su clavícula izquierda.

Y un ronroneo casi imperceptible proviene de la nipona cuando Dahyun lleva su pequeña mano a los dorados cabellos ajenos, sonriendo ante el recuerdo de su primer encuentro.

“Dahyun suelta un suspiro tembloroso cuando se calla un sollozo.

Esta en su casa del árbol, con el cuerpo lleno de moretones y las mejillas rojas y mojadas.

Abraza con más fuerza sus piernas ante un inútil intento por darse calor.

Frunce su ceño cuando escucha un ruido cerca suyo y suelta un gruñido cuando una figura se adentra a su territorio.

— Ah, señorita KIm, lamento mucho asustarla. La he visto venir aquí con tan solo un short y una camisa corta y no lo puedo permitir.

Una voz nasal le habla y cuando se acerca aún más Dahyun puede ver su rostro.

Piel blanca, pómulos resultantes, ojos tan negros como la que las envuelve a su alrededor, labios rosados y una cicatriz que va desde la ceja hasta un poco más abajo de su ojo.

Le recuerda a Scar del Rey León.

— Se la dejaré aquí y yo me iré, lamento si la ofendí al tomarse esa libertad de subir hasta aquí.

— ¡E-Espera!

Dahyun toma la muñeca de Momo con fuerza desmedida y la hace caer al suelo.

— ¡A-Ay! ¡Lo siento!

La omega deja de disculparse cuando la alfa comienza a reír.

Sin embargo, es contagiosa pues Dahyun la imita.

— ¡Eso es! Eso es lo que quiero ver, esa bonita sonrisa en tu cara nunca la quite, señorita. No nos niegue ese placer.

La coreana se sonroja y suelta su piel para acomodarse y hacerle un espacio  a la alfa, quien gustosa lo toma.

Son solo dos almas lastimadas de formas diferentes mirando la luna, pidiendole una razón más para seguir.

Sin saber que la diosa ya se las había dado.”

La alfa toma sus labios contra los suyos con una necesidad adorable.

— Dime lo que necesito oir, Dahyun.

Murmura Momo con una voz suave y casi cortada.

La omega lleva sus manos a las mejillas ajenas y une sus labios una vez más antes de decir:

— Soy tuya, Momo.

— Lo demás.

— En cuerpo, en mente y en alma. En cada aspecto de mi vida yo te pertenezco a ti.

La alfa la mira con ojos tristes.

— Nunca podría dejarte.

Murmura ella en un intento de hacer sentir mejor a su pareja.

Momo se deja caer sobre su cuerpo una vez más, escondiéndose en el hombro de su amada.

Dahyun mira el reloj en la puerta.

«Ya son las tres se la mañana, tan pronto. » Piensa ella.

Un gemido sale de sus belfos cuando su alfa deja una lamida en su marca.

Le está transmitiendo tranquilidad y amor a través de su lazo.

Y Dahyun por primera vez en dos años se siente en paz.

Y Momo por primera vez en dos años reconoce que la espera ha valido la pena, pues hay una esperanza abrazadora en su corazón.

El cuál le pertenece a esa chica de cabello azul que ha anhelado desde hace tiempo.

pero para quienes aman, el tiempo es eterno.

Tzuyu reposa su frente contra la madera de su puerta.

No quiere entrar a su habitación.

No quiere despedirse.

— ¿Tzuyu?

La alfa se aparta y se da la vuelta.

Su rubia amiga está ahí, con el cabello mojado y la luna reflejándose en sus ojos.

Chou extiende sus brazos y la omega corre a ellos.

Y se quedan así, ambas deseando no separarse nunca.

Tzuyu sonríe cuando Chaeyoung finalmente la suelta.

— Tu siempre tan sensible, amiga.

Comenta pasando su mano por la sonrojada mejilla de la omega, limpiando el rastro de lágrimas.

— Ve a descansar, ¿okey? Duerme un buen rato, su camino será un poco largo.

Deja un delicado beso en su frente y se separan lentamente.

— Te amo, Tzuyu-ah. Gracias por todo.

Murmura la omega.

— Esto no es una despedida, rubia. Pero también te amo.

Cuando Chaeyoung desaparece al entrar en su cuarto, Tzuyu deja salir un suspiro.

Es hora de despedirse de su mujer.

Entra a la habitación con pasos lentos, sintiendo un temblor en el cuerpo y como su boca se seca.

— ¿N-Nay?

La lámpara de lava la deja ver el rostro tranquilo de su omega, está acostada en ovillo sobre ropas de la alfa.

Nayeon ha hecho un nido.

Tzuyu se traga el nudo de su garganta y se quita sus ropas para dirigirse a la cama.

— Hola.

La omega se estremece cuando las frías manos de su alfa envuelven su cintura y la hacen sentarse en su regazo.

— No quiero seguir enojada contigo, mi amor. No hoy.

Murmura llevando una de sus manos a la mejilla mojada y sonrojada de su pareja, Nayeon se inclina y restriega contra su piel dejando salir un suspiro de alivio.

— Lo siento, TzuTzu. Y-Yo no sabía lo que decía y-

Es interrumpida por unos labios que la besan.

— Está bien amor, lo sé.

Murmura sobre sus labios.

Ambas se miran y es como si volvieran a esos días donde Nayeon esperaba que la alfa terminara sus clases para ir a su casa a tomar una siesta.

Tzuyu se sienta aún con la omega en su regazo y une sus labios.

Y por primera vez desde que que se conocen, a la coreana no le gusta ese beso.

Porque sabe a despedida.

La alfa deja sus labios para comenzar un recorrido, dejando mordidas traviesas en su mandíbula y raspando la piel sensible de su cuello con sus dientes.

— Tzu...

La alfa hace caso omiso y pasa su lengua por su marca. Gruñendo cuando Nayeon se estremece y se aleja levemente.

Im suelta un gemido cuando siente una dureza debajo suyo.

“— Quiero estar contigo cada maldito día de mi vida contigo, Nayeon. Quiero casarme, tener cincuenta hijos y hacerme una pasa a tu lado.”

— Déjame sentirte por última vez, mi omega. Permíteme tenerte una última vez.

Pide en un tono débil contra su marca.

Nayeon se separa y se recuesta en el colchón, Tzuyu se abalanza sobre ella y coloca sus manos a cada lado de la cabeza de la coreana.

Baja la cabeza y vuelve a besar a su esposa.

La omega lleva sus manos a la grande espalda de la taiwanesa, desliza sus uñas largas por toda la extensión cuando Chou finalmente entra en ella.

— Dios...

Tzuyu jadea echando la cabeza para atrás, dándole una vista espectacular a la omega que siente una necesidad de marcar sus dientes en ese cuello bronceado.

La alfa la mira.

Un destello amarillento en las pupilas dilatadas.

Nayeon sonríe.

Tzuyu se sonroja.

La omega coloca una mano en la mandíbula y la otra en el trasero ajeno, indicándole que puede moverse.

La taiwanesa se adentra completamente.

Y se siente sin fuerzas ante esa mirada llena de amor y ternura.

Comienza un vaivén lento mientras que reparte besos por todo el torso de la omega, prestando especial atención en sus pezones erectos.

Nayeon jadea llena de placer.

— B-Bésame porfavor...

La alfa sube su rostro y junta sus labios, una danza que es cortada por gemidos y sonrisas tontas. Sus belfos se acoplan de forma perfecta a los otros, como si estuvieran destinadas a suceder.

Nayeon deja sus labios para ir directamente a ese cuello que la tiene hipnotizada, su lengua lame aquellos lunares que descansan cuál galaxias en su piel adorando los suspiros de placer que le roba a su pareja. La alfa, llena de emoción mueve sus caderas con mayor velocidad.

Nayeon deja salir gemidos entre su recorrido por todo el cuello de Tzuyu, haciéndola excitar aún más y hacer su vaivén más profundo, deseosa de enterrarse en la omega y nunca más salir de ahí.

La alfa comienza a respirar pesado por lo que sostiene su peso en su antebrazo izquierdo y la mano derecha la dirige hacia el bulto de nervios de su esposa. Im grita cuando los dedos hábiles frotan el botón, cargas de placer recorriendo todo su cuerpo. Nayeon deja salir sus colmillos y muerde el cuello de Tzuyu cuando siente su carga ser disparada dentro de ella.

Chou jadea sorprendida, pero acepta gustosa el nuevo lazo que las une.

— M-Más...estoy c-cerca...

Pide Nayeon entre gemidos, Tzuyu asiente moviéndose con más dureza para alargar su propio orgasmo y hacer a su omega tener uno.

Justo cuando las paredes de la coreana la aprietan con fuerza, Tzuyu entierra sus colmillos en la marca ya hecha, logrando que la omega grite y acerque su cabeza hacia su extremidad.

La alfa deja salir sus dientes y comienza a lamer la sangre que sale por la herida.

Nayeon se siente en las nubes.

Con su alfa enterrada en ella en todos los aspectos no hay nada más que podría pedir.

— Te amo Nayeon, más que a la vida misma. Te amo con todo lo que fui, lo que soy y lo que seré. Te amo en mi presente, te ame en mi pasado y te amare en mi futuro. Tú y yo estaremos juntas por toda la eternidad, pues si en esta vida no llegamos a disfrutar más años unidas yo te buscaré en cada una de las restantes, navegare por el más violento mar, por interminable espacio o por toda la tierra, pero yo siempre te encontraré. Sin importar si me quedo sin fuerzas, sin sentidos, sin más amor que dar, sin absolutamente nada, te buscaré por cada pedazo de este universo.

Recita Tzuyu, sus ojos mirando fijamente a los contrarios, un brillo especial destaca entre esos orbes amarillos.

— Juntas para la eternidad, mi amor.

Murmura entre lágrimas la omega.

Horas después.

Nayeon hace un corazón sobre el abdomen de su pareja.

— Prométeme que volverás.

— Sual...

— No, te dejaré ir con esa única condición, Chou Tzuyu.

La alfa sonríe y asiente.

— Te prometo por el amor que te tengo que intentaré volver a ti.

La omega la mira y la besa.

Un reloj suena.

La hora ha llegado.

No hay más tiempo por mucho que se lo ruegue a cualquier Dios.

Ambas se visten, llenas de un sentimiento agridulce.

— Mírame omega, antes de que lo notes yo estaré ahí para ti.

Habla la alfa cuando su esposa comienza a llorar.

Aquí, este es un teléfono sin rastreador. Escúchame bien mi amor, si suena tres veces es que lo logramos pero si suena tan solo dos veces eso significa que...

La alfa solo niega con la cabeza, incapaz de decir aquellas palabras.

— Nunca podré dejarte, Nayeon. Debes recordar que yo siempre te pertenecere a ti así como tú me perteneces a mí.

Tzuyu se funde en un último abrazo con su omega que dura minutos, sus pieles tocándose, sus cabezas reposando en sus hombros y los labios besando todo lo que encuentran a su alrededor.

Y finalmente la deja ir, Nayeon es tomada por los fuertes brazos de una alfa nipona y la taiwanesa queriendo darles un poco de privacidad se acerca a Sana.

— Hey, ¿tienes un momento?

La omega asiente abrazándose a ella.

Tzuyu sonríe y la acerca más contra su pecho.

— Tu y yo sabemos de lo que Momo es capaz de hacer, ¿cierto? Por eso quiero pedirte que...p-porfavor-

— Está bien, TzuTzu. La cuídare con mi propia vida.

La alfa asiente, más tranquila.

Después de unos minutos más de despedida Chaeyoung guía al auto negro a las omegas, los corazones de las alfas rotos cuando todas mueven sus manos en su dirección.

Cuando el carro parte, Tzuyu y Mina comparten una última mirada antes de dirigirse a su propio camino.

⌗ ⨟ ♡

Un lobo negro frena abuptamente cuando mira a la nipona enfrente suyo.

Mina deja salir un suspiro tembloroso.

Momo se transforma.

Desnuda, con las venas resultantes, una capa de sudor y algunos rasguños por toda su piel.

— ¿Dónde está ella?

Gruñe.

Mina niega.

— Para ir por ella tendrás que pasar por encima de mí, Moguri.

La alfa comienza a respirar de forma agitada, visiblemente afectada por el apodo.

— Esto no es un juego Sharon.

“— No estoy jugando Sharon, ¡tu no tienes porque seguirme a esos barrios!

— ¡No quiero que te hagas más daño!”

Mina da una sonrisa triste.

— No quiero que te hagas más daño hermana.

Momo muerde la punta de lengua, sin saber bien que sentir.

— Vete de aquí, Sharon. Este es problema entre ellas y yo.

— No puedo...

— No te entiendo, ¡tienes a miles de fans en esa mansión y sigues detrás de esa! ¿Por qué, Sharon? ¿Por qué estás aquí defendiendo a quien no dudaría en cortarte la cabeza si se entera de tu aventura romántica?

Gruñe desesperada.

Mina alza los hombros.

— Porque son nuestra familia.

— Ellas no son mi familia.

— Basta, Momo. Aún puedes detenerte.

La alfa niega.

— Ellas deben pagar sí o sí por su traición, deben pagar por el daño que le hicieron a mi Dahyun.

Mina suelta una sonrisa sorprendida.

— ¿Tu Dahyun? ¿Así que Hirai-Myoui Momo ha caído en las garras del amor?

— No digas tonterías, Sharon.

— Digo lo que es, tu podrías haberme llamado a mí o a Sana y sabes que las dos te habríamos contestado, pero no. Llamaste a esa niña para llevarla contigo y mantenerla a salvo de la condena que se le daría por ayudarte.

Momo da una sonrisa débil.

— ¿Cómo está nuestro hogar, Mina?

La alfa quita su playera.

— Ella está bien, Tzuyu se encargo de mandarlas a un lugar donde se mantendrá a salvo.

La mayor asiente.

— ¿Y Dahyun? ¿Cómo está ella?

La menor quita sus pantalones atenta a la expresión de amor de su hermana.

— Ella está bien, tuvimos una buena última noche.

Murmura con orgullo.

Mina se ríe mientras quita su top deportivo.

— ¿La marcaste una vez más, verdad descarada?

— ¿Qué? ¿Quieres detalles de lo bien que se siente alrededor mío o qué?

— Oh por dios.

Momo ahora ríe.

La menor esta finalmente desnuda.

— ¿Por qué haces esto, Sharon? ¿Es por ella?

— Son mi familia, ella, Chaeyoung, Tzuyu y Sana son parte de mi familia. Y a la familia...

— Se le respeta sobre todo y sobre todos.

Completa la alfa.

— Se que nunca te lo he dicho, Sharon. Pero realmente estoy arrepentida por haberte arrastrado a este agujero negro, habrías tenido un futuro brillante si no fuera por mí. Pero ahora, te veo de pie enfrente mío, desnuda y segura, lista para enfrentarme, llena de confianza como papá nos enseñó y todo lo que puedo sentir es orgullo. Eres una mujer recta y firme, que apesar de los años sigue sin dejar sus ideales de lado y eso me impresiona bastante. No suelo decir mucho estás palabras pero yo te amo, Mina. Con todo lo que soy en este momento, con cada vena, cada músculo, cada memoria y cada recuerdo, tu estás profundamente impregnada en mi, y sin importar cuánta sangre o agua circule por mi cuerpo tu marca nunca se podrá borrar.

— Así que sin importar que es lo que suceda quiero que recuerdes que esto no es contra ti.

Mina sonríe con los ojos llenos de lágrimas.

Lleva su mano hacia el barco y su hermana la imita.

happy hunger games...

and may the odds be ever in your favor.

Ambas se transforman.

Dos hermosos lobos gigantes aparecen, uno de color negro como la noche y otro blanco como la nieve.

Y el Ying y el Yang pelean hasta que uno gana.

⌗ ⨟ ♡

Nayeon da un sorbo a su té.

Son las tres de la mañana.

Se encuentra esperando una llamada.

— Nayeon, ven a dormir. Yo haré la siguiente guardia.

Sana le habla.

La omega niega.

Necesita ser ella.

— Al menos ven aquí, ¿sí?

Nayeon asiente y se acerca a la cama, acostandose entre las dos omegas, dando una sonrisa débil cuando siente como la abrazan.

Puede sentir a su cuerpo bajar la guardia por tan solo unos segundos, casi ronroneando ante las caricias que Sana deja por todo su cabello.

Cuando de repente el teléfono suena.

Tres corazones parecen detenerse.

La primera llamada termina.

Todo el cuerpo comienza a temblar.

La segunda llamada termina.

El aire lleno de nervios.

Y la tercera llamada...


¿LA TERCERA LLAMADA LLEGA? ¿LA TERCERA LLAMADA NUNCA SUENA?¿LA TERCERA LLAMADA QUÉ?

eso lo decidirán ustedes <3

https://twitter.com/rosephobics/status/1385016713951862787?s=20   yo JAJAJA

espero q les haya gustado y si no les gusto les dedico esta imagen

tu cola 👍🏻👍🏻

planeo escribir un final alternativo pero todo depende de si ustedes lo quieren jsjsj

los errores los corregiré después pq ando con un ojo abierto y el otro no jsjs

los tqm

tomen agua, no olviden parpadear ni respirar de manera automática

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