xvii
RECUERDEN QUE ESTO ES UNA TRADUCCIÓN COÑO POR DIOS DEJEN EL HUEVO.
Clara pisó la acera y levantó la vista hacia el cielo. Las nubes cada vez se volvían más grises con cada segundo que pasaba, y el sol había desaparecido por completo; podía notar que iba a llover pronto. Su piel se erizó mientras se cubría su cuerpo con sus brazos y seguía a Liam hacia la puerta de su casa, donde él ya estaba sacando las llaves. Tuvo que esforzarse para ocultar en lo más profundo de su mente las palabras de Harry durante el viaje hasta aquí, porque sabía que si las seguía repitiendo en su cabeza, el dolor de cabeza que ya tenía sólo se intensificaría.
"Qué bueno que nos fuimos antes de que lloviera," Liam comentó cuando por fin sacó las llaves y abrió la puerta. Él le dio una pequeña sonrisa, pero sus ojos se llenaron de preocupación al ver cómo Clara miraba al suelo. Rozó sus dedos contra su mano.
"Entra," susurró. "¿Tienes hambre?"
Clara levantó la cabeza para mirarlo y asintió. No sabía exactamente si tenía hambre o no, pero la comida siempre despejaba su mente. Entró a la casa y dejo salir un suspiro. Había dormido tan tranquila la noche anterior, pero ahora su cansancio había regresado, quizás el peso de todo era la causa de su ceño fruncido.
Regresó la mirada a su amigo cuyos ojos se iluminaron. "Lo sé," Liam le sonrió, esperando poder causar una sonrisa en su bello rostro. "¿Qué tal si voy a comprar en tu restaurante favorito? El que queda cerca de la casa de tus padres."
Clara fue capaz de fingir una sonrisa, admirando su constante esfuerzo de estar ahí para ella, incluso cuando no tenía que. "Suena bien," asintió y sobó su estómago. "¿Quieres que vaya contigo?"
"No, está bien. Puedes tomar una siesta en mi habitación o lo que quieras. No tardaré mucho. No está tan lejos." Le dio un apretón de manos y Clara sonrió con gratitud. De repente se acercó a su pecho y lo abrazó fuertemente.
"Muchas gracias," murmuró, apretando el material de su abrigo entre sus manos mientras enterraba su rostro contra su cálido pecho. "Por todo. Eres muy bueno conmigo, Liam."
Su rostro se suavizó con afección y la abrazó de la misma manera. "Por supuesto. Lo hago porque te amo."
"Yo también te amo," Clara susurró luego de un momento antes de separarse del abrazo emocional. No sólo le estaba agradeciendo por la comida, sino más bien por todo lo que había hecho por ella todos esos años, especialmente lo que había hecho las últimas veinticuatro horas. Después de Harry, él era la mejor cosa que le había pasado en la vida. Clara lo observó mientras él regresaba al auto y se iba, dejándola sola en aquella gran casa.
Sus pasos creaban eco mientras subía las escaleras, sus tacones resonaban contra el suelo de madera. Sus pies dolían y cada paso que daba masacraba a sus tobillos por haber usado tacones dos días seguidos. Clara quería preguntarle a Liam si podrían pasar por su apartamento luego, para que así pudiera buscar ropa limpia y unos zapatos más cómodos. Pero ya había hecho demasiado por ella. La última cosa que Clara quería era abusar.
La primera cosa que hizo cuando entró a la habitación, luego de encender la lámpara de la mesa cerca de su cama, fue quitarse los tacones. Los colocó cerca de la puerta y luego lanzó su cartera y teléfono a la cama. Pasó su mano por su cabello natural y mordió su labio, mirando la habitación. Había estado allí tantas veces, por pijamadas cuando eran más jóvenes, por fiestas de cumpleaños, por noches de estudio cuando había reprobado en la secundaria. Probablemente Liam era la razón del porque ella se graduó en primer lugar.
La secundaria parecía haber sido siglos atrás, pero cuando localizó el anuario en el escritorio que había contra la pared, Clara recordó que fue sólo hace dos años. Habían pasado tantas cosas desde que era una adolescente, pero aún así se sentía incapaz de enfrentarse a los problemas de la vida, su situación actual era un ejemplo de su ingenuidad. ¿Cuán estúpida fue por molestarse con Harry y dejarlo sólo cuando lo único que quería hacer era quedarse a su lado?
Exhaló, tratando de no pensar en Harry y camino a un lado del escritorio. Se sentó en el sillón a un lado de la mesa y tomó el anuario con una sonrisa de nostalgia.
Mientras escaneaba las páginas, una que otra risilla escapaba de sus labios cuando veía sus fotografías con su viejo uniforme de tenis, Clara comenzó a distraerse justo como quería. Vio los rostros de las personas que veía todos los días, observándolos con detenimiento. ¿Cómo estarán ahora? ¿Alguno se habría casado? ¿Tendrían seguridad en sus vidas como ella deseaba tenerla? La vida de Clara tenía la capacidad de cambiarla día por día. Tan sólo dos días atrás pensó que todo estaba saliendo bien finalmente cuando pasó aquella maravillosa noche con Harry, pero su vida parecía tener un humor negro al tornar entre sus malvados dedos todo de cabeza. Clara se preguntó si lo hacía con todo el mundo o sólo con ella.
Entonces, encontró una fotografía de Liam y negó la cabeza con incredulidad ante la gran diferencia del antes y el ahora. Su cabello estaba más largo, su rostro más redondo y su sonrisa no poseía la autoconfianza que ahora sí. Sin embargo, sus ojos eran los mismos en los que encontraba apoyo. Liam había cambiado algunas cosas al igual que ella, pero la mayor parte era que, él era ahora la única cosa constante en su vida. Incluso en la secundaria él le daba más de lo que necesitaba. Él era la única cosa en su vida que aún necesitaba ese giro que al parecer ocurría con todo lo que tenía que ver con ella.
Cuando Clara llegó a las últimas páginas donde salían los maestros, una hoja de papel doblada cayó del libro al suelo. Estaba entre las páginas. Clara frunció el ceño y dejo el libro a un lado antes de agacharse para tomar el papel.
Era una pequeña nota de libreta que había sido arrancada. Estaba en blanco, pero cuando la recogió y estaba a punto de dejarla sobre el escritorio, Clara notó algo a un lado del papel, había una escritura. Su curiosidad la hizo darle un vistazo.
3033 Av. Pine.
Era una dirección.
Se quedó viéndola por un momento, preguntándose por qué se le hacía tan familiar, entonces, de repente la sangre en sus venas se convirtió en hielo.
Era la dirección de Harry.
El rostro de Clara se arrugó con confusión y rápidamente dejo el papel en el escritorio como si sintiera repulsión. ¿Por qué rayos Liam tenía la dirección de Harry? Inevitablemente las acusaciones de Harry corrieron por su mente, pero Clara meneó la cabeza con negación. De seguro habían muchas explicaciones del por qué la tiene, no saltaría a asumir lo peor.
Pero qué pasa si...
Clara inhaló un bocado de aire. Si ese pedazo de papel tenía algún significado, entonces tendría que encontrar otras cosas, ¿cierto? Y si no encontraba nada, entonces Harry estaba equivocado y su preocupación desaparecería. Mordió el interior de su mejilla por un momento, su mente estaba en una guerra consigo misma por algo que parecía completamente absurdo. Luego de un minuto, Clara se enderezó en el sillón para así poder observar el escritorio totalmente.
Sus ojos captaron un montón de papeles ordenados a un lado y notó en ellos notas con tinta roja, esos eran sus notas de estudio, probablemente sus exámenes o ensayos. Sintió alivio correr por sus venas, pero luego vio las gavetas. Sería completamente grosero e invasivo su buscaba ahí, pero Clara era muy curiosa y su corazón latía fuertemente luego de haber visto anotada la dirección de Harry, así que tomo una de las gavetas y la abrió.
Más papeles. Buscó entre ellos hasta que sus ojos vieron un diario. En la portada, las letras CB estaban marcadas. Su respiración se atoró en su garganta. Esas eran sus iniciales.
"¿Qué demonios?" Susurró para sí misma, con su voz temblorosa. Se recostó del sillón, colocando el diario en su regazo. Era grueso y claramente viejo, como si hubiese sido usado constantemente por mucho tiempo. Clara rascó su frente antes de abrir una página aleatoria.
Estaba llena con la letra de Liam.
3ro de Marzo.
Hoy fue al doctor por un control. Supongo que Brian no es sólo su amigo.
Sus ojos se ampliaron. Brian fue su novio justo antes de la fiesta de graduación, con quien salió sólo por un mes. Continuó leyendo.
17 de Mayo.
Clara fue a la fiesta de tenis con su madre. Su vestido blanco se veía espectacular. Necesito preguntarle cual es su talla la próxima vez que la vea para así poder comprarle aquel vestido que vi el otro día. NECESITO vérselo puesto.
La respiración de Clara comenzó a acortarse y cerró los ojos, no queriendo leer más. Estos eran inofensivos, ¿cierto? Tenía un enamoramiento con ella todos esos años, ya lo sabía, pero ahora eran estrictamente amigos. Ya se lo había aclarado.
Sus ojos se abrieron y debatió en si seguir leyendo o no. Sentía que ya había visto suficiente, las nauseas que sentía eran un gran indicador—pero que pasa si...
Clara tomó una gran respiración antes de pasar a la siguiente página. Habían más cosas, más fechas, más notas sobre ella. Todos eran de hace años, de cuando estaban en la secundaria y su madre la había obligado a meterse a jugar tenis. Finalmente vio lo extenso que era el pequeño enamoramiento de Liam, el cual notó que no era tan pequeño. Había escrito cosas sobre ella casi todos los días, cosas que ni siquiera sabía que él sabía. Leyó una nota que fue escrita al final de su año escolar cuando había empezado a salir con un chico en el cual Clara estaba bastante involucrada—el chico del cual recordó haber platicado con Harry.
Este me gusta más que el anterior. Creo que la trata bien.
Esa era la primera nota que había leído que la hubiese hecho sonreír si no tuviese un nudo en su garganta. Clara pasó más páginas hasta que su corazón se detuvo ante lo que cayó a sus pies. Fotos.
La primera fotografía era arrancada de la página, un poco dañada por lo vieja que era, pero aún podía descifrar que era ella. Era una versión más joven de sí misma, de cuando tenía diez años, y mientras Clara más le veía, reconoció que la foto antes la tenía en un recuadro en la casa de sus padres. Pero ahora estaba aquí. En este diario que Liam había escondido en su escritorio.
La próxima foto era de Clara en su uniforme de tenis, así que tenía que ser de cuando era adolescente. Estaba hablando con unas chicas que no reconoció y estaban en frente de lo que Clara recordaba, eran los casilleros de chicas.
Clara tragó el acido en su garganta antes de pasar a la siguiente. Hasta ahora, aún podía sentir a su mente crear excusas— estas fotos no son tan malas; son de hace años; era muy chico y te amaba; seguro, me había estado acosando, ¿Pero no hice algo similar con Mark Berg cuando tenía un enamoramiento con él?
Todas sus dudas razonables fueron echadas a un lado cuando buscó en las últimas hojas del diario.
Estas fotografías eran mucho más recientes.
Había una donde estaba besando a su último novio en su auto.
Había una de ella en la casa de sus padres, durmiendo en su vieja cama.
Habían unas de Clara en sólo sostén y bragas mientras parecía estar vistiéndose. Liam debió tomarlas desde fuera de la ventana de su habitación.
Lágrimas se acumularon en sus ojos mientras comenzaba a desenfrenarse, pasando rápidamente las páginas dejando que sus ojos escanearan foto tras foto tras foto, algunas con notas a un lado. Hasta que llegó a las fotografías que no eran tan inocentes o antiguas. Había una de Clara acabando de salir de la ducha con una toalla cubriéndola. Habían más de ella vistiéndose en su habitación, algunas donde no llevaba nada puesto.
Rompió en sollozos al segundo de llegar a la penúltima página del diario.
Harry.
Habían fotografías de ella y Harry, en su casa, en su cama.
Estaban desnudos.
Y él encima de ella.
Cerró los ojos y se tapó la boca con su mano temblorosa. Todo el cuerpo de Clara estaba temblando de impresión y asco, sintiendo las inmensas ganas de cerrar el diario y tirarlo contra la pared, pero volvió a abrir los ojos. Necesitaba verlo todo.
Fue hasta la última página y vio la cosa más reciente de todas. Era notable que fue tomada desde fuera de la ventana. Era una fotografía de ella, su cuerpo recostado en la mesa mientras la cabeza de Harry se hallaba entre sus piernas, su mano tomando su largo cabello. Esa era de su cumpleaños. Esa fue la noche en que...
"Joder," Clara murmuró, su voz no sonó para nada a la de ella gracias a sus emociones. La última fotografía, debajo de la que era de su intimidad con Harry, era sólo de ella. Clara estaba sentada en la bañera con su cabello contra el agua, sus ojos estaban cerrados y su cabeza relajada contra la orilla. Esa era de esta mañana.
"¿Clara?"
La dulce voz proveniente de la puerta la hizo dejar salir un pequeño grito y cerrar el diario, con sus ojos amplios. Se paró del sillón y pegó el diario contra su pecho mientras veía al chico en el arco de la puerta, con una bolsa de comida en una de sus manos. Sus ojos fueron del rostro lloroso al libro en sus manos, pánico llenó sus iris castaños. Clara estaba respirando rápidamente, su pecho estaba apretado y creía que se iba a desmayar.
"Clara," repitió su nombre y ella se quedó congelada. "Por favor, déjame explicar." Liam habló suavemente, acercándose a ella. Un ruidoso sonido vino de fuera, la fuerte lluvia cayendo de las nubes grises y pesadas.
"¿Qué hay que explicar?" Practicamente gritó, manteniendo el diario entre sus brazos. El olor de su perfume llegó a sus fosas nasales cuando se acercó a ella, y por primera vez, Clara deseó estar lejos, muy lejos de su amigo con mirada tierna.
"Mucho, ángel," murmuró, sus ojos estudiándola para descifrar cómo se estaba sintiendo. Clara falló al mantener su mirada firme en él, su vista fue a la pared y su mente ya estaba dando vueltas. Podía ver desde el rabillo del ojo que Liam estaba dejando en la mesa la bolsa de comida y luego su mano fue a tomar su brazo. Clara se encogió instintivamente.
"Clara," La voz de Liam era suave y hubiese sido reconfortante si no hubiese sabido de su extenso hobby. "Sabes que te amo."
Ella bufó a pesar de sus lágrimas y negó. "Esto no es amor, Liam. Lo que tienes es una maldita obsesión. Necesitas ayuda."
"Clara," él habló al segundo. "¿Puedes culparme? Eres la chica más hermosa e increíble en el mundo. Tu—"
"Ya, basta."
"—significas mucho para mí. Me importas demasiado."
Clara sintió un arranque de rabia en su estómago y finalmente pudo verlo a la cara. "¿Te preocupas por mí? ¡Me has estado acosando! ¡Por años! Pensé que eras mi amigo y—Y has estado haciendo esto a mis espaldas todo este tiempo."
"Sí somos amigos," Liam la miró con una expresión de dolor. "Clara, eres mi mejor amiga."
"Cállate," ella gruñó y se alejo de él, moviéndose hacia la cama donde había dejado su teléfono. Sostuvo el diario entre su brazo y tragó antes de mirar a Liam con su mano en la espalda, tratando de tomar el teléfono sin que él se diera cuenta.
"Tomaste fotos mías y de Harry," Clara siseó. "¿Cómo si quiera supiste donde vivía?"
Liam mordió su labio, sus ojos llenos de vergüenza por tono brusco de su voz. "Los seguí," Admitió calladamente.
La mano de Clara tomó el dispositivo. Sus ojos yendo por un segundo a su mando con el teléfono, desbloqueando la pantalla y oprimiendo unos botones. Incluso en su estado de shock, Clara podía pensar claramente en lo que necesitaba hacer.
"¿Nos seguiste?" Espetó, volvió a verlo como si no estuviese haciendo nada y su voz se quebró de la rabia. "¿Qué tanto viste Liam?"
Él miró a sus pies y jugó con sus dedos mientras Clara volvía a ver a la pantalla de su teléfono. "Bueno...la ventana a su habitación no fue difícil de encontrar. Vi lo que quería ver."
"¿Por qué querrías ver eso? Si me quieres tanto, entonces ¿Por qué me querrías ver con alguien más?"
Liam volvió a verla, con una sonrisa vaga y juguetona. "Tengo necesidades, Clara."
Ella dejo salir un gruñido de asco y trató de borrar las imágenes de su mente. Clara sintió las ganas de vomitar todo lo que había comido los últimos dos días—este era una sensación mucho peor a la que sintió cuando el vecino de Harry le dijo que estaba herido. Herido por él.
"Dímelo todo." Clara demandó, tratando de mantener el tono brusco en su voz. "Lo juro por Dios, Liam—"
"Está bien, está bien," aceptó, asintiendo y acercándose a ella. "Pero por favor escúchame. Nunca hice todo esto para hacerte daño, lo sabes. Todo lo que hago es por ti."
Quería gritarle que ya la estaba dañando. Quería preguntarle cómo todo lo que había hecho era por ella, cuando todo se debía a su gran obsesión. Pero no lo hizo. Necesitaba mantenerse callada y dejarlo hablar. En el corto momento en que no la estaba mirando, Clara tuvo tiempo suficiente para darle a grabar.
Cuando Clara mantuvo silencio excepto por sus respiraciones pesadas debido a su opresión de sollozos, Liam continuó con su dulce y suave voz.
"Ni siquiera sabía que lo estabas viendo hasta que me dijiste," empezó, sus ojos viendo a los suyos miedosos. "¿Recuerdas? Me dijiste por teléfono que llegabas tarde a la cena porque estabas con un chico. Supe al momento en que eran más que amigos, Clara. Te he visto en suficientes relaciones como para saber que eres mucho más que una amiga para ellos."
Las fosas nasales de Clara se expandieron mientras escuchaba, pero ni una palabra salió de sus labios salados.
"No me importa que tengas novios. Entiendo que tú también tienes necesidades. Y eres tan joven y estás tan confundida— quería darte tiempo de que te dieras cuenta de lo que de verdad querías. Eventualmente te darías cuenta luego de haberte cansado de todos ellos, de que siempre me quisiste a mí. Quiero decir, ¿Por qué no me querrías? He estado ahí para ti en todo y lo sé todo de ti. Te amo más que a nada, Clara. Amo tu cabello, tus ojos y tu cuerpo." Clara recordó las fotos de ella desnuda y quiso abofetearlo. "Y también tu personalidad. Amo lo inteligente que eres y cuan dulce y gentil eres. De verdad eres la persona más perfecta." No estaba mintiendo; el amor estaba claro en su mirada pero era opacada por algo en su mente que no cuadraba. Clara pudo verlo ahora.
"Él no te ama." Liam continuó, su voz sonó seca cuando nombró a Harry. "Él mismo lo dijo. Es horrible, Clara. Puedo soportar a los otros chicos con los que estuviste, pero este es un peligroso criminal y siempre es tan brusco contigo." Liam negó con la cabeza e hizo esa cosa con sus manos que Harry había notado, apretándolas para liberar la tensión. "Necesitas a alguien que sea gentil y pueda tratarte como te lo mereces."
"Harry es gentil conmigo algunas veces," Clara no pudo evitar responder. "Él es bueno para mí, Liam. Si has estado viéndonos todo este maldito tiempo entonces debes saberlo."
Los ojos de Liam se ampliaron con desafío. "No, Clara. Sólo estás cegada por la lujuria que sientes hacia él. Te escuché decirle que lo amabas—El no te lo dijo de vuelta, ¿cierto?"
Su rostro cayó ante el recuerdo restregándose en su cara. Harry no la amaba. Clara sintió lágrimas caer por sus mejillas y sintió un dolor en su corazón, luego de un momento, negó con la cabeza.
"Quizás aún no lo ha dicho, pero sé que le importo." Susurró. "Y no está en tu derecho decirme a quién amar y a quién no. Lo amo con cada célula de mi cuerpo—"
"No lo amas," Liam levantó la voz, llevando sus manos a su cabello, jalándolo. "Él no es bueno para ti. Te está manipulando y distrayéndote de lo que de verdad quieres, Clara. ¿Cómo no puedes verlo?"
Clara retuvo las palabras que estaban a punto de brotar de su boca, recordando que tenía el teléfono en su mano. Lamió sus labios secos. "¿Fuiste tú, cierto?" Clara cuestionó, calladamente. Los ojos de Liam vieron a los lados, llenos de culpa.
"Trataste de matarlo," Clara continuó, con sus labios temblorosos. "¿¡Cómo pudiste!? ¡Te defendí!"
"No quise hacerlo," Dijo rápidamente. Sus manos corrieron por su cabello y ahora estaba jadeando y caminando de lado a lado. "No quería matarlo, tienes que creerme. Sólo quería deshacerme de él porque quería que tuvieras lo que te mereces, y él no lo es. No sé por qué..." Volvió a mirarla y detuvo sus pasos. "No sé por qué lo hice, Clara. Me deje llevar por la rabia, lo siento. Tienes que creerme. Sólo quería estar ahí para ti."
"Le disparaste," Clara lloró. "¡Le disparaste la pierna y pudo haberse muerto desangrado, maldición! Lo viste en el hospital, ¡Viste lo que le hiciste! Ahora tendrá que vivir con ello el resto de su vida y todo por tu culpa. No te atrevas a decir que lo hiciste por mí porque sabes muy bien cuan dolida he estado el última día, ¡Preocupándome sin poder descansar!"
"Lo sé, pero ya lo superarás. No es como si estuviese muerto." Dijo Liam, y el tono seco en su voz le recordó al de Harry. De verdad que simplemente no le importaba dañar a un peligroso criminal, no si era por Clara. Clara lo era todo para él.
"Te equivocas," Clara con su pulgar detuvo la grabación y guardó el teléfono en su bolsillo. Ya había admitido todo, eso era todo lo que necesitaba. "Nunca lo superaré."
Clara mantuvo el diario fuerte en su agarre mientras caminaba hasta la puerta. Su mano tembló mientras tomaba el pomo de la puerta y la adrenalina corría por sus venas mientras la abría. Antes de que pudiera salir, una mano presionó la puerta de madera y la cerró. Clara chilló con miedo y se giró para sólo encontrarse atrapada entre sus brazos, los cuales estaban a cada lado suyo. Su rostro estaba frenético y preocupado mientras veía a Clara con esos ojos castaños.
"¿A dónde vas?" susurró, levantando su mano para acariciar su mejilla, recolectando con su pulgar la lágrima que cayó. Clara quería quitar su mano, odió la manera en que su toque se sintió ahora que sabía que no era tan inocente como trató de decírselo a Harry.
"Lejos de ti," Clara espetó.
Él frunció el ceño. "Estás exagerando, dulzura. Por favor quédate y podemos..." agachó la cabeza y sus labios rozaron los de ella, saboreando lo salado. La respiración de Clara se trancó en su garganta mientras su rostro se volvía pálido. "Discutir esto," Liam terminó con un susurro antes de mover su mano hasta su cintura. Clara gritó contra su boca y, desesperada por alejarse de él, enterró sus dientes en su labio, probando el sabor metálico de la sangre de su boca. Liam se alejó, quejándose mientras pasaba sus dedos por la herida que ella le acababa de hacer.
"Clara,"
Ella levantó su rodilla y le pegó en la entrepierna, causándole un gruñido de dolor. Cuando sus brazos cayeron, Clara rápidamente fue a tomar la lámpara en la mesa de al lado y sin pensarlo, su miedo tomando la mayoría de sus decisiones, la estrelló contra su cabeza. Liam gruñó de nuevo, susurrando su nombre antes de que ella viera un líquido carmesí caer en la alfombra. La lámpara estaba hecha pedazos a sus pies mientras Liam se tambaleaba hacia atrás contra su cama y caía con los ojos cerrados. Estaba inconsciente.
Tomando un respiro, quitó su mirada de la gran herida de su cabeza y se giró para abrir la puerta. Bajo corriendo las escaleras, sin importarle haber dejado su cartera en su habitación—tenía con ella su teléfono donde había grabado todo, y también el diario con todas las fotografías. Eso era todo lo que le importaba mientras corría hasta fuera, sin zapatos, pisando el frío y húmedo concreto. La tormenta aún no cesaba, la lluvia empapó su blusa y su largo cabello, pero parecía que nada se comparaba con el shock y el asco que corría por su sangre. Aún no podía creerlo, incluso mientras corrió hasta la calle principal donde llamó al primer taxi que miró pasar.
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"I break chains all by myself, won't let my freedom rot in hell, hey. Imma keep running cause winners don't quit on themselves."
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