vii
Clara nunca se esperó que la abrazara y la sujetara contra él, pero lo hizo, así que decidió no preguntar al respecto. Su cuerpo se relajó con la sensación de su piel contra su mejilla; el cuerpo de él estaba frío, pero por alguna razón la hacía sentirse cálida en el interior. Clara, luego de reunir coraje por unos minutos, llevó su cabeza al centro de su pecho y se acostó allí, escuchando los latidos de su corazón. Pestañeó y sostuvo la respiración mientras esperaba lo que ya sabía que venía; la empujaría fuera de su cuerpo y le diría aquellas palabras 'No te hagas muchas ideas'. Y Clara fingiría que está de acuerdo pero su estomago se retorcería ante el rechazo.
Pero para su sorpresa, no lo hizo. El rechazó nunca llegó y Harry dejo su cabeza recostada sobre él sin decir una palabra o sin realizar un movimiento además de su pecho subiendo y bajando debido a su respiración. Clara ignoró la sensación que burbujeó en ella cuando Harry movió su brazo lenta y sutilmente de su cintura hasta dejarla sobre la curva de su trasero. Se preguntó si él se habría dado cuenta de cómo su pecho empezó a subir y bajar rápidamente ante el pequeño pero significativo gesto. El toque de Harry siempre era brusco y ávido, pero ahora Clara podía derretirse ante este toque tan suave, sus yemas trazaban círculos por toda su piel hasta el final de su espalda.
Su gentileza de ahora contradecía totalmente a su comportamiento agresivo de antes. Podía sentir los moretones tintando su piel, mientras se recostaba ahí, el recuerdo de él follandola sobre el colchón, gruñendo en su oído y haciéndola correrse con facilidad, jugaba con su mente. Clara anteriormente había compartido intimidades decentes con sus novios, pero nunca ninguna fueron como estas veces con Harry; él era brusco e inolvidable, haciéndola ver estrellas y haciéndola retorcer los dedos de sus pies. Harry era todo lo que ella necesitaba que fuese. No podía imaginarse a alguien más que pudiera tomarla como él lo hacía, como si fuese una muñeca siempre dispuesta para él a la cual le gustaba torturar de las mejores maneras posibles. Le gustaba la sensación de no tener el control por primera vez, incluso si eso significaba tenerlo entre sus piernas comiéndole el coño pero sin dejarla correrse, dos veces.
Ese maldito.
Pasaron diez, quizás veinte minutos, entonces Clara llevó su dedo índice al tatuaje de su brazo de una galleta y sonrió. "Me gusta este," murmuró. El cansancio y pereza aún deambulaba por su sangre.
Harry bajo la mirada y ella juró haber visto una pequeña sonrisa en la esquina de sus labios. "No, no te gusta. Estás mintiendo." Señaló.
"Tienes razón." Clara rió y se apoyó sobre sus codos para verlo mejor. Observó su bonita cara, su piel se veía tan flexible y suave que le hacía querer pasar su mejilla por todo su cuerpo, sin el ceño fruncido en sus cejas, se veía mucho más joven, más sano incluso. Trató de ignorar el hecho de que tenía sus pechos en toda su cara, sus mejillas probablemente estaban sonrojadas de la pena, pero en vez de enfocarse en ello, se enfocó en la estructura de sus mejillas y mandíbula.
"Es un tatuaje bastante tonto. ¿Por qué te lo hiciste?" Preguntó con curiosidad.
"¿Por qué quieres saber?"
"No sé, sólo me preguntaba. Eso es lo que hacen las personas, ¿Sabes? Se preguntan cosas entre sí para conocerse mejor."
Los ojos de Harry la miraron no muy confiado, la estudió por un momento, debatiéndose en sí debería continuar o no la conversación. Segundos después, sin poder quitar su mirada de los ojos curiosos y brillantes de ella, el rostro de Harry terminó relajándose y suspiró.
"Me gustan las galletas, por eso me lo hice."
"¿Eso es todo?" Meditó, enarcando sus cejas. "¿Te hiciste un tatuaje de una galleta solo porque te gustan? Venga, se supone que debería tener un significado profundo y oscuro."
"Bueno, no lo tiene." Harry dijo cortamente. "Es solo que me gustan mucho."
"Está bien, está bien. Es tu cuerpo al final, supongo que si te gusta algo tienes todo el derecho de tatuártelo." Clara movió sus ojos por todos los tatuajes que decoraban su brazo. Se preguntó si se había hecho los otros tatuajes sólo porque le gustaban.
Se acostó de nuevo en su pecho luego de un minuto y cerró los ojos. Sabía que tenía que irse pronto, y no quería que él fuese el que le diga que se vaya. Pero a la vez no quería salir de la calidez de sus brazos alrededor de ella y de la esencia de almizcle que radiaba de su cuerpo. Su nariz la presionó contra su camiseta negra que aún llevaba puesta. Clara deseó que se la hubiese quitado antes, cuando estaban... pero no quería arruinar su buen humor, así que no realizó ningún comentario.
Con un suspiro de derrota, rompió el silencio una vez más. "Me tengo que ir, pero no quiero."
"Entonces quédate." Harry respondió como si fuese una simple solución. Su voz sonó adormilada, entonces ella alzó la mirada para ver a sus ojos los cuales apenas se mantenían abiertos. Sonrió para sí misma, sorprendida por lo demandante que era aún estando a punto de dormirse.
"No puedo." Dijo sentándose lentamente. Corrió sus dedos por su cabello oscuro y Harry observó su espalda, admirando los hoyuelos en su espalda baja. "Mi hermano se está quedando conmigo estos días. No puedo dejarlo sólo toda la noche."
Harry arrugó su rostro. "Él puede cuidarse por sí sólo," Argumentó, pero se arrepiente de haberlo hecho al instante en que Clara miró hacia atrás a mirarlo. Sonó demasiado necesitado, así que al segundo lo ocultó detrás de una expresión despreocupada. "Quise decir..."
"No confío mucho en él como para dejarlo sólo tanto tiempo." Clara le dio fin a su pequeño momento de vergüenza, otro suspiro salió de sus labios. "Si hace algo estúpido es a mí a quien le van a echar la culpa."
Otra protesta intentó salir de su boca pero selló sus labios, presionando sus labios fuertemente para mantenerse lo más callado posible mientras la veía levantarse de la cama. Su cuerpo desnuda lucía espectacular, sus pechos estaban expuestos y sus caderas se veían perfectas como para enterrar sus dientes en ellas. Harry tuvo que forzar a sus ojos a alejarse del cuerpo de Clara mientras ella recogía su ropa del suelo y se vestía; no quería balbucear o escupir algo estúpido sobre lo preciosa que era otra vez.
Cuando estuvo completamente vestida, se ató el cabello en un moño alto.
"Entonces te veré luego. Nada de peleas, ¿Recuerdas?" Miró a su mano vendada, un poco de sangre ya sobresalía de la gaza.
"Sí, no lo haré. Lo prometo." Dijo Harry mirando a la pared.
Con eso, Clara lo dejo sólo en su cama y con su corazón pesado. El frío aire no tenía piedad cuando abrió la puerta, el agresivo viento volvió loco a su cabello sujeto. Cuando llegó a su auto, se detuvo y suprimió las ganas de volver a la casa y acurrucarse con Harry. No podía creer que la había abrazado, incluso si fue por pocos minutos, en ese momento supo que unos brazos como los de él, los cuales la mantenían cálida y cómoda no podían existir en otro lado.
Clara buscó las llaves en sus bolsillos, entonces escuchó un sonido detrás de ella. Cuando voltio a ver, trató de ver a través de la oscuridad, no había nada. Sólo la pequeña y blanca casa.
+
Las luces en su apartamento estaban apagadas, la sala sólo estaba iluminada por el reflejo del televisor. Parpadeó por la brillante luz y se quitó el abrigo colocándolo en una de las mesas, con su cuerpo aún latiendo sutilmente mientras se movía. Estaba consciente del estado de su cabello, el cual se había soltado para ocultar los chupones que aquellos labios habían hecho. Tarareó para sí misma y fue a la nevera para buscar algo de beber, sin querer ir a confrontar a su hermano el cual veía una pelea de boxeo en el televisor. Clara era una pésima mentirosa. Tanto, que cuando trató de actuar casual, al momento en que su hermano la miró, notó la compostura de su cuerpo y su estado incomodo mientras la veían servirse un vaso de jugo de naranja.
"Llegas tarde." Jackson sonrió. Se levantó del sofa y fue a la cocina, recostándose de unas de las encimeras mientras veía a su hermana. Clara bebió de su jugo y se encogió de hombros. Sus ojos no se atrevían a mirar a su hermano.
"Y tú no te has ido a dormir." Respondió, mordiendo el interior de su mejilla. "¿No tienes clases mañana?"
"Clara, puedo ver los chupones en tu cuello." Su hermano sonrió cuando un jadeo salió de sus labios mientras llevaba una mano a su cuello donde ambos sabían que se hallaban los chupones.
"Yo...tú...Vete a dormir, Jackson." Gruñó. Se giró para guardar el jugo de naranja y para ocultar el tono rojo en sus mejillas. Sólo si hubiese sido más inventora y aventurera en la secundaria hubiese sabido cómo ocultar los chupones apropiadamente e inventar la perfecta mentira de a donde había estado todo el día.
Jackson echó la cabeza hacia atrás, riendo. "No eres buena fingiendo normalidad, sabes. ¿Quién es? ¿Lo conozco?"
Sí, es aquel chico que te pegó en la cara. ¿Lo recuerdas?
"No, no lo conoces." Clara mintió entredientes. "De verdad que no es algo tan importante, así que déjalo."
Jackson rodó los ojos. "La única manera de que te pongas toda defensiva sobre estos asuntos es que estés enamorada del tipo." Enarcó una ceja.
Clara ocultó su cara entre sus manos y gimió. "Maldita sea, déjalo. Me aseguraré de decirle a tu futura novia que te dio salpullido en tu entrepierna cuando tenías diez si sigues hablando."
Jackson levantó sus manos en defensa. "Bien, bien. Pero te lo diré de una vez. Vas a terminar enamorada de este tipo, quien sea que es."
Clara terminó su bebida y fue hasta su habitación a por unas sabanas y almohadas para hacer una cama provisional en el sofá. Sólo había un dormitorio en su apartamento y era el suyo, y no había manera de que la compartiera con su hermano.
No se estaba enamorando de Harry, Jackson estaba completamente equivocado. Seguro, a Clara le gustaban sus risos castaños y sus ojos verdes, y los músculos que sus hombros y esa peca cerca de sus labios. También ansiaba cada momento que podía pasar con él...Pero no era nada a comparación de su actitud agresiva y violenta, y el hecho de que ambos no tenían nada en común. Él era diferente a ella en miles maneras y a pesar de que su personalidad y misterio la intrigaban, no estaba enamorándose de él. Ella sabría cómo se siente querer a alguien, ¿Cierto? Ella amaba su familia y amaba a Liam, pero ese amor explosivo donde no puedes imaginarte sólo sin aquella persona, aún no había llegado.
El recuerdo de su amor por su amigo, Liam, le trajo con sí un toque de tristeza mientras trataba de dormirse. Aún no se había comunicado con ella, agregándole la sensación de vacío que le dejo Harry, la mantenían decaída mientras movía las sabanas. El sentido de culpa por Liam comenzó a recorrer sus venas.
No fue hasta el jueves cuando Clara finalmente pudo verlo. Sonrió como una niña al ver un cachorro cuando su amigo empujó las puertas de la cocina, con una bolsa de comida en su mano. Sus gentiles ojos buscaron por toda la cocina hasta que se posaron en el fregadero donde Clara se estaba limpiando las manos contra su delantal. Ella lo saludó con su mano y él le respondió con una pequeña sonrisa la cual no se reflejo en sus ojos, pero no dejo que eso le quitara la emoción de verlo. Se sentía tan bien verle la cara luego de haber pasado toda esa semana creyendo que la detestaba.
"Día lento, ¿Huh?" Ella resopló y tomó la bolsa de sus manos. "Creo que he lavado más platos de los que he lavado en toda mi vida."
"Eso apesta," Él sacó dos tenedores de la bolsa y la miró con el ceño fruncido. "Hey, disculpa que haya pasado tanto tiempo. He estado ocupado con tareas y otras cosas. Ya sabes cómo es." Su voz era sincera, pero su mano rascaba su nuca con ansiedad.
Clara sintió a su pecho apretarse y asintió. "Oh, sí, definitivamente. Sé cuán difícil se ha puesto los estudios para ti este semestre. Entiendo..." Mordió su labio inferior y su amigo al instante lo notó.
"Clara," Le acarició su brazo con su mano. "¿No pensaste que te estaba evitando a propósito, verdad?"
"Puede que se me haya ocurrido," Admitió, suspirando. Quería ser honesta con él sobre sus sentimientos, como si lo estuviese compensando por mantener a Harry en secreto.
El rostro de Liam cayó totalmente y frunció los labios. "Te dije que no estaba molesto, Clara. Sabes que eres mi mejor amiga." La abrazó y Clara envolvió sus brazos alrededor de su torso, enterrando su cabeza en su hombro. Se sentía bien estar entre sus brazos, estar cerca de él después de haber sentido que estaban distanciados. No pudo evitar notar que sus brazos se sentían mucho más cálidos que los de Harry.
"Lo sé," Asintió contra su hombro. "Suponga que estaba siendo tonta. Ahora—" Clara se alejó y tomó el contenedor de comida, sonriendo para alegrar el ambiente entre ellos. Lo último que quería hacer era perder el poco tiempo que tenía libre y con él, hablando de cuán insegura se había sentido con respecto a su amistad. "¿Qué me trajiste, Li?"
Comieron y hablaron justo como solían hacerlo. Esto le quitó tremendo peso de encima, el tenerlo con ella de nuevo, y la hizo sentir estúpida por si quiera haberse creado al idea de sus sentimientos cambiados hacia ella por el simple hecho de algo tan simple como haberse olvidado de la cena. Eran muy buenos amigos como para mantenerse rencor entre ellos. Y si él no la hubiese perdonado, Clara hubiese hecho cualquier esfuerzo para que cambiase de opinión. Ella ya lo sabía, pero luego de haber pasado una semana con él ignorándola, la hizo entender cuánto lo necesitaba. Necesitaba su gentil humor y sus risas. Necesitaba de aquellas conversaciones que se creaban de manera natural entre ellas. Nunca se sentía frustrada o insultada por él, justo como suele sentirse con Harry; Liam amaba hablar con ella y cualquier disputa entre ellos, desaparecía casi al instante.
"Te prometí que te compensaría," Clara sonrió luego de tragar su último bocado de carne. "Se me ocurrió algo buenísimo, te va a encantar."
"¿Qué es?"
Ella negó con la cabeza y pretendió cerrar sus labios.
"Aw, dime, Clara." Liam rió y tocó su cintura juguetonamente. "No me gustan las sorpresas."
"Que mal," Cantó, moviendo su dedo para todas direcciones en frente de su rostro. Su discusión y risas fueron interrumpidas por la presencia de Janice; ambos se cayaron y miraron a la cara de perra que era la jefa de Clara, la cual una vez más, llevaba el teléfono en su mano. La cara de Clara se arrugó con irritación mientras tomó la mano de su amigo y comenzó a jugar con sus dedos como siempre lo hacía.
"Es para ti," Le tendió el teléfono a Clara y sin darle tiempo de decir algo, se dio la vuelta y regresó al lugar donde estaba supervisando una sopa de brócoli. Liam tosió incómodamente y miró a sus zapatos mientras Clara colocó el teléfono en su oído, sin soltar su mano.
Clara jamás había recibido llamadas al trabajo a excepción de aquella de su madre, así que cuando escucho la voz de un hombre, su corazón se paralizó. Algo andaba mal. No tuvo que escuchar todo lo que le estaban diciendo antes de comenzar a balbucear frases a Liam para luego salir disparados del sitio.
Liam manejó hasta el hospital mientras los dedos de Clara apretaban el cinturón de seguridad con nerviosismo y preocupación, hasta que se dio por vencida, soltándolo y dejándolo en su lugar a la vez que Liam manejaba lo más rápido que podía. Le seguía diciendo que se calmara ya que ella se encontraba sentada en el asiento del copiloto, pasándose las manos constantemente por su cabello mientras murmuraba palabras incoherentes.
"Jackson está bien." Liam trató de calmarla. "Respira. Clara...Clara, ya."
Pero ella no podía detenerse. Su hermano sí que era un dolor en el culo pero escuchar que había sufrido un accidente fue suficiente para hacer a su cuerpo temblar y hacer que sus pulmones se contraigan rápidamente. Necesitaba que ese estúpido niño estuviese bien porque lo amaba con todo su corazón y no sabía qué haría si algo realmente malo le pasara. La voz del tipo de la llamaba seguía repitiéndose en su mente, pedazos de palabras que la hacían tragar seco. Conductor embriagado...Se escapó del colegio...Nada serio...No sabemos..."
Llegaron al hospital y Liam tuvo que sostenerle la mano porque si no hubiese salido corriendo y entrado como una mujer loca. Continuó diciéndole dulces palabas al oído, algunas sí relajaron sus músculos y su respiración, pero Clara necesitaba ver a su hermano vivo y respirando antes de creerle totalmente.
"Vengo por Jackson, es mi hermano." Le balbuceó a la primera enfermera que localizó. "Jackson Byrne."
"Por aquí," Liam tomó ese momento de vulnerabilidad para ponerse el papel de novio; la abrazo por la cintura mientras seguían a la enfermera hacia la habitación. Le acarició la cintura para mantenerla tranquila y porque le gustaba la sensación de su cuerpo cerca del suyo, sus dedos se enterraban en su piel pero Clara estaba demasiado enfocada en el bien estar de su hermano como para prestarle atención o si quiera importarle. Cuando llegaron a la habitación donde él estaba, casi se desmaya del alivio y dejo salir un jadeo y sollozos.
Jackson estaba acostado en la camilla con vendas en su cabeza, obviamente tenía cortadas porque sangre sobresalía de las vendas. A parte de eso, lucía bien; todas sus extremidades se veían intactas, tenía en sus manos su teléfono, jugando un juego de esos suyos.
"Maldito idiota," Clara lloró y corrió hasta él para tomar su cara en sus manos y besar sus mejillas y frente. "¡Joder, pensé que estabas muerto!"
"Estoy bien," Jackson gruñó mientras ella continuaba besándolo. Su teléfono cayendo en su pecho. Y Liam observaba el panorama desde el borde de la puerta con una expresión pensativa. "¿Puedes dejar de llorar?"
Clara sollozó y se alejo para limpiarse las lágrimas. "Me tenías preocupada. ¿Qué tan feo fue el accidente? ¿Qué pasó? ¡Se supone que estarías en clase!" Su preocupación se convirtió en un ceño entre sus cejas mientras lo miraba a los ojos, aún con lágrimas cayendo de los suyos y por sus mejillas rojizas.
"Asistí a la primera clase," Sonrió. "Yo...Bueno, le dije a mis amigos que no estabas en tu apartamento y que tenías alcohol."
"¿Tú qué?" Gruñó.
"Bryan ya estaba borracho, pero él era el único con auto."
"¿¡Dejaste que manejara!?"
Jackson se tapó la cara con sus manos y evadió la mirada de ella. Ella pellizcó el puente de su nariz con su dedo índice y pulgar y tomó varias respiraciones para componerse. Su hermano era un completo imbécil, pero al menos estaba sano y salvo, el idiota ese.
Una enfermera entró a la habitación avisando que Jackson podría irse a casa luego de que le hicieran unos exámenes para examinarle la herida de la cabeza. Liam fue al lado de Clara, sentándose a su lado en una de las sillas que estaban ahí y se quedó en silencio mientras ella regañaba a su hermano, gritándole por joder las cosas constantemente y por ser la razón de que le salieran canas a tan temprana edad. A pesar de lo irritada y molesta que estaba Clara, dejaba besos en sus mejillas de vez en cuando, ganándose varios gruñidos por parte de su hermano.
Mientras la enfermera se aseguraba de que Jackson no tuviera ninguna contusión, Clara pidió permiso para salir a buscar un poco de café de esas máquinas viejas de la sala de espera.
"Te acompaño," Liam se ofreció, pero ella le dijo que no, que sería mejor si se quedaba con su hermano.
El café estaba tan amargo como lo necesitaba. Su estomago había sentido nauseas todo ese momento donde sufrió el pánico durante el camino al hospital, pero mientras el líquido caliente caía por su garganta, sintió la tensión dejar su cuerpo y ser remplazado por el alivio. El pensamiento de lo que pudo haber pasado le era suficiente para querer vomitar, pero en vez de desperdiciar su energía en lo que pudo haber pasado, Clara le agradeció en silencio a cualquier superior que estuviese arriba o donde sea de que Jackson saliera ileso del accidente, con tan sólo unas cortadas en su cabeza. Quizás la vida estaba a su favor esta vez.
Bebió del vaso de plástico mientras volvía a la habitación, las paredes blancas de los pasillos le recordaron cuán odiaba los hospitales. Detestaba que todo fuese tan blanco, como si estuviesen tratando que la muerte de los pacientes no se sintiera tan tensa, y hacerlos sentir que no estaban cayendo en un sueño permanente lleno de oscuridad. Clara sabía que si ella estuviese muriendo, no quisiera que se lo ocultaran. Que la animaran con esas falsas palabras de 'Todo va a estar bien', y le gustaría que las paredes fuesen negras, no blancas.
Cuando giró en una de las esquinas, una figura con la cabeza baja que claramente no veía por donde caminaba, golpeó su hombro haciendo que el vaso en su mano se cayera al piso. Jadeó cuando el líquido caliente llegó a sus pies y mojó sus medias, sus mirada furiosa fue al imbécil que tuvo la culpa.
"Sería muy inteligente de tu parte no mirar al maldito suelo mientras caminas." Espetó, pero el sujeto ya se estaba apresurando al final del pasillo, dejándola con un desastre que resolver. Clara bufó y rechinó los ojos cuando lo pudo ver mejor al final de la otra esquina.
Pudo ver un pedazo de su perfil; tenía tensada su mandíbula prominente, su piel era dorada y tenía una curva sutil en su nariz. Clara parpadeó sus ojos y juró que estos la estaban engañando. O quizás el café estaba demasiado fuerte, pero la primera persona en la que pensó al ver aquella figura fue Harry.
"I'm sorry for the way my life turn out. Sorry for the smile I'm wearing now. Guess I'm still not good enough."
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