vi*

*Este capítulo me quedó horrible, disculpen la mala redacción. Es que era muy largo y lo traduje en tres días :( *

El apartamento de Clara estaba vacío cuando regresó. Nadie la estaba esperando afuera, no había ningún Liam sentando con cara de cachorro perdido. No había nada más que su sentido de culpa y su gata naranja esperando por ella cuando entró al apartamento. Maggie se restregó contra su pierna y la miró con sus brillantes ojos, como si la estuviese regañando por haber llegado tarde. Por supuesto que Liam ya no estaba allí, probablemente se había ido hace una hora y media, decepcionado de que su mejor amiga le haya fallado en algo que le había prometido.

Encendió las luces y se quitó el abrigo antes de llamarlo. Clara se hundió en su sofá mientras el teléfono repicaba una, dos, tres veces antes de que la voz de su amigo finalmente contestara.

"Hola," Sonaba a que acababa de llegar a casa por todos los movimientos y ruidos que se escuchaban al fondo.

Maggie se subió al regazo de Clara y ella pasó su mano por su grueso pelaje. "¿Liam? Hey, soy yo. Clara." Su voz era suave.

"Oh," La respiración de Liam se podía escuchar del otro lado de la línea. La culpa torció su estomago mientras que esperaba a que él continuara y dijera algo, pero no lo hizo, dejándola en silencio.

"Lo siento," Clara susurró. "Soy una terrible amiga ¿Verdad?"

Él suspiró. "No, no lo eres. Está bien, Clara, en serio. No me molesta esperar media hora en el frío." Trató de bromear con ella, forzando una risa. Clara no pudo evitar sonreír ante su habilidad de aliviar las cosas. Podía sentir que no estaba tan molesto con ella como lo había temido— su voz sonaba un poco decepcionada, quizás un poco dolida, pero de todas maneras el gentil de Liam la perdonó. Él era demasiado, no se lo merecía.

"Te recompensaré, lo prometo." Le juró.

"Suena bien. ¿Puedo preguntarte algo?"

Clara asintió antes de darse cuenta que él no la estaba viendo. "Sí, claro."

"¿Qué estabas haciendo? Quiero decir, ¿Por qué llegaste tan tarde? Sólo por curiosidad."

Estaba agradecida de que estuviese hablando por teléfono, de otra manera él hubiese presenciado la aparición del sonrojo en sus mejillas y cuello. Sus dientes atraparon su labio inferior mientras vaciló por un momento, preguntándose si debería o no ser honesta con Liam. Clara quería contarle—Liam era su amigo, compartía con él prácticamente todo. Pero esto era algo totalmente diferente. Esto era algo difícil de explicar sin que la hicieran ver como...una puta.

"Estaba," Clara carraspeó la garganta. "Estaba con alguien. Un amigo." Aclaró. "Perdí la noción del tiempo. Lo siento."

Su vaga respuesta trajo con sí otro momento de silencio. Sólo sonó los tragos de saliva de Liam.

"¿Un chico?" Le preguntó.

Clara no pudo mentir. "Sí."

"Oh."

"No es nada serio." Explicó rápidamente, para calmar todos los pensamientos que podrían formularse en su mente. "Lo juro, es sólo un amigo. En realidad, ni siquiera sé si podrías considerarnos amigos. No le importo tanto." Pensó en todas aquellas veces en que Harry la rechazó, desde el momento en que quiso echarla de su casa hasta que casi la empujo fuera de su regazo cuando intentó acurrucarse con él.

"Está bien, te creo. Estoy muy cansado, Clara. Te veré luego." Con eso, Liam terminó la llamada.

La cosa fue que, Liam no la fue a ver tan pronto. No fue a visitarla al restaurante en sus tiempos libres en esos días, y no le escribía como usualmente lo hacía. Clara se convenció de que de seguro estaba ocupado, probablemente con los estudios o con su hermana de ocho años a quien tenía que cuidar de vez en cuando. Ella también estaba ocupada. Janice le había dado ocho horas de turno esos siguientes tres días, mayormente como castigo por haber llegado por su auto. Clara estaba exhausta y su trabajo se estaba convirtiendo en su propio infierno, pero afortunadamente estaba esperando a que fuese jueves. Esa pequeña luz que la guiaba durante su oscuro tiempo de lavar plato tras plato, lo cual tenía a sus brazos ardiendo por tanto esfuerzo.

Las marcas del cuerpo de Clara no habían desaparecido para cuando el jueves llegó. Cada vez que despertaba en una nueva mañana, pasaba sus dedos por la marca oscura, haciéndola sentir escalofríos ante el recuerdo de quien se los había hecho. Tenía uno en su clavícula, donde la había chupado con sus labios rojizos, y tenía unos en su cadera y muslos. Clara no podía esperar a que más de ellos fuesen agregados a su colección. La anticipación de todo le fue casi suficiente como para hacerla olvidar la distancia de Liam.

Faltaban dos horas para que su turno terminara, entonces sintió un toque sobre su hombro mientras trataba de limpiar un plato en particular el cual estaba lleno de grasa pegada. Giró su cabeza para ver a Janice de pie tras de ella, con una mano en su cadera y otra sostenía el teléfono de la cocina, el que usualmente se usaba para atender a aquellas personas que llamaban para pedir a domicilio.

"Es para ti, es importante." Janice sonrió y le tendió el teléfono a una muy confundida Clara antes de irse.

"¿Aló?" Clara sostuvo el teléfono entre su hombro y oreja mientras secaba sus manos contra su delantal.

"Clara, gracias a Dios," La voz de su madre sonó a través del teléfono con un tono de alivio. "Necesito que me hagas un favor, cariño."

Clara tomó el teléfono luego de haberse secado las manos y frunció las cejas. "Estoy en el trabajo, mamá."

"Lo sé, lo sé. Mira— Un amigo de tu padre acaba de sufrir un accidente y tu padre y yo iremos a visitarlo por un par de días. Es una emergencia, Clara. Nos tenemos que ir, pero Jackson tiene escuela, así que no podemos llevarlo—"

"Oh, no," Clara negó con la cabeza; esto no podía estar pasando. Justamente hoy, de todos los días. "No puedo, madre. Estoy muy ocupada y veré a alguien después del trabajo. Jackson tiene casi dieciséis, puede cuidarse por sí solo."

"Se ha estado metiendo en muchos problemas últimamente. ¡Hace unos días lo suspendieron por hallar un porro en su mochila!"

Clara gruñó con frustración. "Coño, está bien."

"Cuida tu vocabulario," Su madre rugió. "Necesito que lo pases buscando luego de que salgas del trabajo, ¿está bien?"

"Sí," Colgó con un suspiro y pasó una de sus manos por su cabello. ¿Por qué no podía tener un hermano que le gustara leer libros y que hiciera actividades de crédito extra en vez de meterse en peleas y comportarse como un niño?

Una vez que su turno acabó, Clara manejó hasta la casa de sus padres. Sus dedos taranteaban el cuero del volante mientras su mente volaba, ansiosa de terminar con todo esto. Ya se estaba cansando de tener que lidiar con los problemas de su hermano, algo que había estado haciendo desde que su hermano era joven, sólo que ahora sus problemas eran peores. Quizás podría pedirle a Harry que le sacara la mierda a Jackson para que recapacitara. Porque obviamente aquella vez no fue suficiente.

Jackson llevaba una mochila colgando de su hombro y una estúpida sonrisa en su rostro cuando salió de la casa de sus padres. Entró al auto y miró a su hermana.

"Hey, no deseo esto mucho más que tú." Dijo cuando notó la expresión de irritación en el rostro de su hermana.

"Entonces deberías ponerte a pensar cómo arreglas tus propios problemas," Espetó. Era irónico, porque ella sabía muy bien que debería estar tomando su propio consejo debido a la actual situación que tenía en su vida. Detestaba su trabajo, no se llevaba bien con su jefe, su mejor amigo estaba molesto con ella y por supuesto estaba Harry. Harry...

"Te voy a dejar en mi apartamento, ¿Está bien?" Clara aceleró, sus venas palpitaban por el deseo de estar entre los brazos de Harry lo más pronto posible. "Tengo que ir a una parte. Y juro por Dios, si no estás en la casa cuando yo llegue, te cortaré la garganta mientras duermes."

"Eso ya es asquerosamente morboso, hermanita," Jackson se burló y subió los pies contra el parabrisas. "Pero sí, no haré nada. ¿A dónde tienes que ir?"

"No es tu problema." Mordió su labio. Era una terrible mentirosa, su hermano lo notó al instante pero decidió no hacer noción de ello. Cuando su auto aparcó en el edificio de su apartamento, el cielo ya estaba oscuro y el reloj de su auto marcaba más de las diez. Mordió el interior de su mejilla y se preguntó si Harry estuviese de acuerdo si iba a verlo tan tarde. No es como si ya tuviesen un horario de encuentro o algo parecido, pero quizás puede que estuviese intrigado de si iba a ir o no. La imagen de él esperándola, sentando en su sofá mirando hacia la puerta de vez en cuando, con su corazón latiendo cada vez que notaba que ella no iba a ir, hacían que su propio corazón se acelerara. Era casi imposible de que eso estuviese sucediendo, pero a las mujeres les gusta fantasear y Clara estaba haciendo justo eso.

"Te veré en unas horas." Clara le dijo a su hermano cuando él salía del auto. Buscó su cartera y sacó el par extra de llaves que tenía. "Pórtate bien."

Sus padres hubiesen querido que se quedara con él a estas horas de la noche, vigilarlo como si fuese un cachorrito sin ningún tipo de entrenamiento. A Clara no le podía importar menos en ese preciso momento, su mente estaba en otra parte. Jamás había manejado tan rápido a como lo había hecho mientras se dirigía a la casa de Harry. Esto era lo que había estado esperando desde el momento en que él sacó la polla de su coño hace unos días atrás en su auto. Lo necesitaba otra vez, se moría por sentir su toque y su lleno dentro de ella. Clara necesitaba ahogarse en esa sensación de euforia que sabía que sólo Harry podía dársela. Sus propios dedos ya no eran suficientes.

Las ventanas de su casa estaban iluminadas, lo cual indicaba que estaba en casa y despierto. Con esto, Clara finalmente pudo dejar salir aquel bocado de aire que llevaba atorado en su garganta durante todo el camino hasta aquí. Sus pasos sonaban ligeros contra el pavimento mientras avanzaba rápidamente a la puerta principal que ya era familiar para ella, con su cuerpo enterrado en su abrigo junto a sus brazos envolviendo sus caderas. Golpeó sus nudillos contra la puerta y tembló del frío y de la excitación mientras esperaba a que apareciera por la puerta blanca aquella preciosa figura con aquel rostro para morirse.

La puerta fue abierta luego de minutos, y el hombre que había estado ansiosa por ver aquellos últimos días apareció en con toda su gloria, con su cabello detrás de sus orejas y una mancha roja...¿Sangre?...En su mejilla.

"Harry," Clara respiró, escaneándolo con sus ojos.

"Hey," Harry respondió. Lo miró, miró su fuerte mandíbula, su esculpido cuello, su típica camiseta negra que llevaba colgando de su hombro y una toalla que tapaba su mano derecha.

"Tu mano," Soltó, mirándolo a los ojos. "¿Tu mano está herida? ¿Qué pasó?" Clara volvió a mirar a su mejilla cortada y su corazón comenzó a bombear contra su pecho.

"No es nada," Le dijo. Harry se hizo a un lado, abriendo un poco más la puerta dejándole un espacio para que entrara. Clara bufó mientras entraba a la cálida casa antes de girarse hacia él y tomar su bícep entre su pequeña mano, la cual no podría cubrirlo en su totalidad bajo ninguna circunstancia. Luego trató de quitarle la toalla de su mano para ver cómo fue el daño.

"¿Qué estás haciendo?" Harry quitó su mano mientras cerraba la puerta.

"¡Déjame ver!" Fue a cogerla de nuevo pero Harry la elevó contra su cabeza, manteniéndola fuera de su alcance.

"Ya te dije, no es nada."

Clara se elevó sobre las puntas de sus pies y gimió con frustración. "Harry, por favor. Puedo ayudarte."

"No necesito ayuda," Harry expresó, lo cual llevaba mucho más significado consigo, de lo que ambos llegaron a entender. Luego de un momento, suspiró con derrota. Bajó su brazo para que ella pudiera quitarle la toalla de su mano. Clara pestañeó con sorpresa ante su acción pero no perdió otro segundo antes de descubrir su mano con delicadeza. Un jadeo salió de sus labios y amplió sus ojos.

Los nudillos de Harry tenían su piel totalmente rasgada. La piel fresca y abierta profundamente estaba llena de sangre la cual salía con tanto flujo que varias gotas caían al suelo. Los ojos de Clara no podían ver otra cosa que no fuese su herida, a pesar de que podía sentir su dolor de tan sólo mirarla; su estomago se torció y cada fibra de excitación que sentía, fue remplazada por preocupación.

"¿Es de alguna pelea?" Trató de susurrar. Su mano tomó la toalla de su mano y la presionó contra su herida sangrienta, aplicando la suficiente presión como para hacer que Harry involuntariamente se atorara en un respiro.

"Algo así," Murmuró. "Siempre se abren así cuando peleo, pero hoy no peleé con nadie."

"¿Entonces por qué están tan feas?" Frunció el ceño con confusión.

"Golpeé la pared," Admitió Harry, la verdad simplemente se escapó de sus labios sin su consentimiento. El reflejo de sorpresa que apareció en los ojos de ella era precisamente lo que él no quería que pasara. Sabía muy bien lo que se vendría justo después del momento en que sus labios se partieron.

"¿Tu qué? ¿Por qué diablos golpearías una pared?" Su voz chilló y resonó por todo el lugar y Harry deseo poder cubrir sus oídos. "¿Eres estúpido? Dios, le diste tremendo golpe...¿Por qué golpeaste una puta pared? ¿Cuándo tus nudillos estaban ya probablemente infectados y necesitados de medicación?"

Mientras hablaba, cogió su mano sana y lo arrastró hasta el baño mientras parloteaba. Recordaba el corto camino de aquel día en que pasó la mañana en el lugar— Era la primera puerta a la derecha, pensó. Clara empujó la puerta, abriéndola, y Harry la siguió sin pensarlo, sabiendo que ya no tenía escapatoria a estas alturas. Encendió las luces y comenzó a rebuscar en las gavetas.

"¿Dónde guardas las cosas de primeros auxilios?" Clara cuestionó, su voz sonó frustrada mientras respiraba.

Los ojos de Harry se mantenían en la pared mientras su alto cuerpo se quedó de pie en el borde de la puerta. "En la última gaveta, creo."

Clara encontró un bulto de bandas, gasa y una botella, de la cual esperaba que fuese un antiséptico. "Siéntate," le indicó al desdichado hombre que se sentara en el borde del lavamanos. Harry la miró antes de cumplir, sentándose sobre la encimera mientras mantenía su vista en la chica castaña mientras los dedos de ella tomaban su muñeca. Sus suaves ojos juzgaron la herida minuciosamente.

"¿Por qué? Preguntó, su voz ahora sonaba de una manera suave y gentil para los oídos de Harry a comparación de antes que le sonaba chillona. Sus ojos subieron a mirarlo en busca de una respuesta.

"Estaba molesto," Dijo, la honestidad se reflejaba en sus pupilas verdes. Clara asintió con entendimiento, sabiendo que era mejor no seguir preguntando. Así que comenzó a limpiar sus nudillos aplicando sus mejores habilidades. Mientras añadía un poco de ungüento en su rota piel fresca, pensó en la última vez que tuvo que limpiar las heridas de alguien. Fue con su hermano luego de la pelea con Harry. Esto le causó una silenciosa risa ante la ironía.

Harry no hizo ningún ruido mientras ella limpiaba sus cortadas, cuando terminó, envolvió su mano fuertemente con gasa. Durante el proceso, él la miraba intensamente, y si no fuese por su concentración en su mano, ya se hubiese sonrojado bajo el calor de su mirada.

"Listo," Clara rompió el silencio cuando terminó. "Mucho mejor. Necesitas dejar que sane ¿Está bien? Si se vuelven a abrir las cicatrices pueden ser mucho peor."

"Está bien."

"Es en serio, Harry. No deberías pelear por... un par de semanas tal vez." Le habló como una madre a su hijo.

"Seguro." Harry ni se inmutó cuando ella mojó su pulgar con su lengua y la pasó por su mejilla para limpiar la mancha de sangre.

Clara fue a abrir la última gaveta para guardar las cosas, pero antes de que pudiera, una mano tomó su mandíbula y elevó su cabeza. Las cosas que llevaba en sus manos se cayeron una vez que las manos de él recorrieron su cuerpo. Con su agarre, fue forzada a mirar a Harry directo a los ojos.

"No viniste a vendarme la mano," Harry bajo su mano por su cuello, bajándola hasta que la tomó por su cadera y la jaló hacia su pecho, haciendo que Clara dejara salir un chillido. "Viniste a hacer otra cosa."

"Tu mano..." Habló débilmente, sabiendo muy bien que su mano no sería un problema para ninguno de los dos. Clara vino por otra cosa y esa mirada oscura que la miraba tan intensamente hizo que su centro comenzara a palpitar, recordándole qué es lo que ella quería.

El aire entre ellos cambió, se volvió más denso, lleno de deseo, no— lleno de necesidad uno del otro. Ambos necesitaban liberarse pero cada uno por una razón diferente.

Él ignoro su triste intento de crear una excusa y agachó su cabeza para tomar su labio inferior entre sus dientes mientras sus dedos rebuscaban furiosamente el material de su abrigo, buscando lo que se escondía bajo de él. El cuerpo de Clara se sintió ligero y su pecho dejo salir un gran suspiro de alivio que chocó contra los labios de Harry. Él le mordió el labio un poco más fuerte su labio, haciéndola jadear. Tomo ese momento de vulnerabilidad para meter su lengua en su expectante boca. Oh, el placer. El placer de dejar que los fuertes músculos de Harry dominen los de ella, empujando su lengua contra la suya y deslizándola por todo el interior de su boca como si estuviese buscando algo.

Cuando él se alejó, un resto de saliva conectaba sus labios. "Quieres que te devore." Harry bajo sus manos para tomar su trasero con un fuerte apretón el cual la hizo jadear una vez más. Hasta ese momento era lo más lejos a donde había llevado las cosas y ya tenía latiendo al corazón de Clara tan rápido que llegó a pensar que podría explotar.

"Pero, tu mano," Susurró, negando con su cabeza lentamente. "Estás herido."

"Pero la curaste," Besó la esquina de su boca y luego dejo besos por su mandíbula. Cada beso se hacía más brusco, más fuerte que el anterior, sus agrietados labios presionándose contra su cremosa piel. Sus besos no llevaban ningún tipo de dulzura en ellos, sin embargo, hacía parecer como si la estuviese llenando de dulces besos mientras acariciaba su rostro con sus labios.

Sus labios se encontraron con los de ella una vez más y se besaron, Clara no pudo evitar rendirse ante la calidez de su boca. Envolvió sus brazos alrededor de su cuello para acercarlo hacia ella. Sus labios se movieron lentamente al principio pero en momentos, se estaban besando como si estuviesen hambrientos; sus dientes y saliva chocaban mientras sus lenguas se enredaban entre sí.

Las manos de Harry apretaron su trasero, haciendo que emitiera gemidos que llenaban su boca. Luego de unos minutos, no pudo esperar más, así que llevó sus manos a su abrigo para quitárselo, luego sin separar sus labios, abrió la puerta.

Su herida fue olvidada mientras Harry la guiaba hasta su habitación. La familiaridad de todo— el tener sus manos tomando sus caderas y acostándola sobre el colchón— la llevaron al recuerdo de su primera noche juntos, donde no tenía idea en donde se estaba metiendo ni tampoco tenía ningún tipo de control sobre la situación. Excepto que ahora, Harry estaba siendo mucho más brusco que aquella vez; sus dedos y uñas acariciaban la piel debajo de la camiseta de ella, mientras sus labios chupaban su cuello, su mandíbula y su clavícula. Era la mezcla perfecta de miedo y placer, de dolor y lujuria; Clara podía sentir cada preocupación, desde su hermano, a su trabajo y Liam, desaparecer de su mente para ser remplazados por él.

Harry.

"He estado pensando en esto," Harry le informó, desabotonando sus jeans sin ningún esfuerzo. Clara estaba recostada sobre la cama, su cabeza daba vueltas y veía todo borroso a excepción de la vista de él en frente de ella mirándola desde el borde de la cama, jalando sus pantalones por sus muslos, revelando el tatuaje que tenía en uno de ellos, dejando ver también el par de bóxers blancos los cuales hacían un terrible trabajo al tratar de esconder la rosada y gruesa carne debajo de ellos. "No pensé que vendrías."

Murmuró aquellas palabras con un tono de voz tan bajo que Clara apenas pudo escucharlo debido a su propia respiración acelerada, la cual se estaba haciendo cada vez más errática y pesada. Harry bajo sus bóxers y su polla rígida y gruesa se elevó y se golpeó contra su estomago. De tan sólo verlo, Clara pudo sentir a su cuerpo temblar, aquella parte tan sensible entre sus muslos quemaba, esperando a que la cálida carne de él se restregara contra ella. Aún seguía completamente vestida y Harry mantuvo su camiseta puesta mientras se subía a la cama para unirse a ella.

"Eres preciosa," Fueron las palabras ella creyó que salieron de su boca, pero su mente estaba demasiado enfocada en la repentina cercanía de sus cuerpos. Él estaba frío y ella estaba en llamas. Los helados dedos de Harry acariciaron su piel mientras bajaba sus jeans por sus piernas, lanzándolos sin importarle donde podían quedar. ¿Por qué cosas Harry se preocupaba? Por nada excepto por perderse él mismo en esa preciosa chica quien por alguna estúpida razón estaba dispuesta a entregarse a él. Así que planeaba en tomar provecho de ello, sabiendo que ella no se negaría a él sin importar si él sólo la quería por su cuerpo.

La lengua de Harry probablemente era la única parte de su cuerpo que no estaba fría. Cuando la sintió contra ella, jadeó ante la extraña sensación y sus músculos se contrajeron con sorpresa. Estaba tan cálida, mojada y fuerte, trazando lentas figuras del ocho contra su clítoris, haciendo que la cabeza de Clara chocara contra el colchón debajo de ella. Jadeó, susurró y chilló; mientras tanto, Harry enterró su cabeza entre su placer y se perdió en su meta de hacerla sufrir. No el tipo de sufrimiento que normalmente creaba en las personas, sino del tipo en el cual él podría verla gritar y rogarle mientras la llevaba cerca de la cima, manteniéndola justo ahí, sin dejarla dar el último empujón.

Y Clara sufrió, mucho. Su lengua rondaba su entrada y entraba en ella ligeramente, probando el lugar donde normalmente sólo la sentía. Su nombre resonaba una y otra vez desde su garganta.

Tomó sus muslos, sus dedos se enterraron en las marcas que seguían ahí, renovándolas.

Entonces, gruñó contra su calidez.

"Por favor, estoy cerca." Le suplicó por aquel alivio que ambos sabían que ella necesitaba.

Antes de que el orgasmo la pudiese atacar y llenar su lengua de su corrida, Harry se alejó. Se sentó sobre sus rodillas y la miró a través de la ligera luz que radiaba en toda su habitación. Clara gruñó con dolor e irritación, sintiendo a su cuerpo en llamas pero sin sentir su lengua donde más la necesitaba.

"¿Qué estás haciendo?" Arqueó su espalda con desesperación y bufó. "¡Estaba a punto de correrme!"

Él no le respondió. Su rostro quedó en blanco y no llevaba ningún tipo de arrogancia en él. Estaba disfrutando verla convulsionar debajo de él pero no se lo dejo saber. Harry la dejo chillar por un poco más de tiempo, viendo cómo sus manos se hacían puños y apretaban las sabanas mientras que sus mejillas se sonrojaban. Una vez que sus movimientos disminuyeron, Harry agachó su cabeza devuelta a su centro, pegando su lengua contra su coño.

"Sí," Clara ronroneó, rodando los ojos. Harry tenía poca experiencia en complacer a una mujer de esta manera pero sus gemidos y las literales sacudidas de sus muslos contra su cabeza mientras intentaba apretarlo contra ella, le notificaban que era bueno en ello. De alguna manera sabía cuando tenía que mantener su lengua recta contra ella para hacer que las lamidas fuesen más firmes. Sabía que cuando su respiración comenzaba a acelerar como si hubiese corrido el maratón de Londres, tenía que mover su lengua y aplicar más presión contra su clítoris.

Los movimientos de su músculo húmedo contra sus pliegues llevaron a Clara una vez más hacia la cima, justo donde Harry la quería.

"No te detengas esta vez," Dijo ella con urgencia, llevando sus dedos a su cabello, enterrando sus uñas en su cuero cabelludo. Podía sentirlo de nuevo, esa burbujeante sensación que la dejaría muerta, pero antes de que pudiera llegar, Harry comenzó a alejar su tortuosa lengua una vez más.

"No, quédate," Clara no pudo evitar sisear y apretar sus piernas alrededor de sus hombros para mantenerlo en su sitio. Pero Harry era más fuerte y arrogante cuando quería serlo; así que frunció sus labios y tomó uno de sus muslos para salir de su agarre. Se sentó de nuevo, haciendo balancear a su erección con el movimiento, y bajo la mirada para ver a su chica. La vista de su cuerpo— el brillo en sus ojos y sus labios entreabiertos— era suficiente para sentir un placer propio. La cabeza de su polla estaba hinchada y prominente con pocos chorros de semen.

"Eres un sádico," Clara cerró sus ojos. Su cuerpo se sentía débil por su asalto. "Recuérdame por qué limpié tus malditos nudillos por ti." Sus labios hinchados formaron un puchero y Harry estuvo a punto de reír. No estaba diciendo más que la verdad.

Clara esperaba a que él se saliera de la cama y la dejara ahí cayendo de la nube donde él mismo la había puesto. Pero aún no había terminado con ella. Harry fue a por su camiseta y la subió por su cuerpo, sacándola por su cabeza. Luego la tomó por la cintura y, como si su peso fuese como el de una almohada, giró su cuerpo y la coloco sobre sus rodillas y manos frente a él, con su rostro firmemente pegado contra el colchón. Clara no pudo hacer más nada que jadear y dejarse hacer; sentía que apenas podía moverse o pensar luego de él le había negado su orgasmo dos veces.

"¿Te gusta así?" Ella gimió y giró su cuello para mirarlo.

Una barra de carne gruesa empujando dentro de ella fue todo lo que obtuvo como respuesta. Oh, está bien.

"Mmf," sus roncos gemidos eran ahogados por tener la cabeza enterrada en el edredón del colchón. Su boca estaba abierta pero nada salía de ella una vez que él comenzó a empujar sus caderas. Harry fue de una cosa a otra sin decir una palabra y sin dejarla tomar un descanso. La estaba follando en la cama, más fuerte que antes, y ella no podía hacer más nada que tomarlo.

Harry podía ver sus pestañas violetas y la rapidez con que subía y bajaba su pecho ante el ritmo de su polla follandola, agregándole que con ese ángulo todo se sentía más profundo y sucio. Esto era precisamente lo que él quería, que su ataque la dejase sin respiración y necesitada, pero lo que no se esperaba era que él estaba exactamente en el mismo estado. La presión en su cuerpo se estaba volviendo casi insoportable y sus pulmones estaban expulsando aire excesivamente rápido. Algo había en la manera en que sus paredes húmedas lo apretaban y la manera en que su piel parecía derretirse ante su toque, se sentía bien. Se sentía como si hubiesen estado haciendo todo esto desde hace años, el ritmo de sus pieles chocando era un sonido que para sus oídos ya era familiar y natural.

Él necesitaba más. Harry deslizó sus brazos por debajo de su cuerpo y tocó con sus dedos justo donde sus cuerpos se unían, haciendo que el cuerpo de Clara temblara ante la increíble sensación de todo el ambiente. Ella usó la última gota de energía que le quedaba y empujo sus caderas contra él, presionando sus muslos contra sus bolas hinchadas y sus nalgas chocando perfectamente contra el borde de sus caderas. Harry no pudo contener el gemido que se rasgó de su garganta; echó la cabeza hacia atrás y enterró sus dedos en su trasero para así poder aliviar un poco la presión que se estaba construyendo dentro de él.

"Maldición," escupió, sin respiración alguna. Deseaba poder cerrar los ojos, pero se detuvo de hacerlo debido a la necesidad de verla correrse ante su presencia.

"Se siente...demasiado bien..." Clara rechinó los dientes y cerró los ojos. Él la estaba follando de la manera más fuerte y brusca que podía y Clara podía notarlo por la manera en que su cuerpo apenas podía mantenerse en su posición; Sentía que estaba a punto de caer en un coma lleno de placer. Incluso pequeñas lágrimas salían de sus ojos.

"Me quiero correr dentro de ti," Anunció cuando sintió a su orgasmo aproximarse. El cansancio en su rostro y el sudor reflejándose en su piel le hacía ver que ella también estaba cerca.

"Está bien," Balbuceó. Momentos después, Clara fue jalaba por una mano que tomaba su cabello. Harry la levantó contra su pecho, empujando en ella lentamente pero aún así logrando un ángulo profundo. Sus labios atacaron su expuesto cuello, y mantuvo su mano en el agarre de su cabello antes de forzar el encuentro de sus bocas justo en el momento en que ambos se corrieron. Harry se corrió dentro de ella, llenándola de su caliente líquido y Clara se apretó contra él. No le fue difícil a la lengua de Harry dominarla ya que ella apenas lo estaba besando de vuelta, se sentía muy débil y atontada luego del orgasmo. Su cuerpo cayó contra su sólido y cubierto pecho, haciendo que Harry envolviera sus brazos alrededor de su cintura, sosteniéndola.

"Dios," Clara se sentía nublada y embriagada. Sintió como el miembro de Harry se deslizó fuera de ella luego de haberse ablandado después de minutos. Podía sentir a su corazón latir, logrando sentir eso y nada más que eso, nada más parecía lograr llegar a sus sentidos.

Harry suspiró a través de sus fosas nasales mientras dejaba caer su cuerpo con delicadeza. Su cuerpo se encontraba flácido entre sus brazos y la esencia de sexo y sudor que radiaba de sus cuerpos penetraba en el aire de la habitación. Él lo inhaló, le encantaba. Luego, sin pensarlo demasiado, se acostó junto a ella, pasando su brazo por debajo de su espalda, sosteniéndola. La última vez la estaba empujando fuera de su cercanía, sin embargo, esta vez era todo lo contrario. La estaba atrayendo hacia él para mantenerla cerca.

La cosa era que, Harry temía que llegase el inevitable momento donde la droga del orgasmo acabase su efecto y su mente volviera a la realidad. Tenerla cerca de su cuerpo lo mantenía distraído; trató de enfocarse en sus pechos, sus labios o en la gota de sudor que bajaba por su mejilla. No se permitió pensar en otra cosa que no fuese en esta chica que apenas podía mantener los ojos abiertos.

     +

"Can't keep my hands to myself...I mean I could but why would I want to?"

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top