6. Una ayuda nunca viene mal
—¡Gracias! —agradeció Tigre con una sonrisa entremezclada con un poco de asombro a la heroína que había llegado para salvarlo.— Sé que me dijiste que no lo hiciera pero tuve que, por ti no creo que hubiera seguido en una pieza.
—¡Ok de nada! —contestó Nocturna no muy a gusto por la expresión de su rostro y el tono de su voz. Ella no era fan de que las personas le den las "gracias".
Ella le hizo una seña para que lo siguiera, luego con rapidez ambos se escondieron dentro de uno de las patrullas que habían sido colocadas de forma lateral por Carlos, allí ellos aprovecharon para conversar sobre su plan, a pesar de la gran ayuda de Nocturna, solo eran dos héroes contra cuatro villanos, tenían que planear muy bien las cosas o todo podría salir mal.
—¿Qué pasó con tu espada? —preguntó Nocturna mirando las manos vacías del héroe, además buscó con su mirada la espada— ¿Se rompió o te la quitaron?
—Nada de eso —contestó Alan girando su cabeza de izquierda a derecha— Nadie además de mí puede tocar la espada, y no lo digo porque yo la porte sino que realmente es así, de hecho si alguien que no sea yo llega a tocarla recibiría una descarga eléctrica, es una larga historia que si estás dispuesta a escucharla yo te la contaré con gusto y además mi espada es de un material muy resistente, por eso puedo asegurar que no se rompe tan fácilmente.
—¡Genial tienes una espada mágica y la pierdes! —dijo Nocturna de forma sarcástica.— Bueno debemos pensar rápido, ellos no tardarán en encontrarnos, el plan es así: yo los distraigo y tu vas por tu espada solo así podemos detenerlos, tu espada será de gran utilidad, yo con mi paraguas y tu con tu espada, sería un gran duo.
Tigre se quedó en silencio por un momento tratando de asimilar todo lo que le decía la heroína que apenas conocía.
—¿Eso es todo? —preguntó el héroe frunciendo el ceño y luego prosiguió a realizar otra pregunta— ¿Estás segura que puedes distraerlos tu sola?
—Estás aquí gracias a mí, así que claro que puedo hacerlo —respondió Nocturna con cierto tono de voz que denotaba molestia— Y segundo te digo el plan para que lo ejecutaras no para que me refutes si "eso es todo".
Tigre tan solo asintió, sabía que era mejor seguir con el plan de Nocturna, ella demostraba tener más experiencia cómo heroína, a diferencia de él, que apenas estaba empezando, y más aún con un inicio nada fácil, pero el siempre seguía firme y con mucha convicción.
Un fuerte ruido se escuchó muy cerca de la patrulla en dónde ellos estaban escondidos. El sonido provenía de otra patrulla que había sido aplastada por Carlos y Javier con su fuerza sobrehumana, eso solo indicaba que los villanos ya los estaban cazando.
—¡Esa es la señal! —exclamó Nocturna. Tigre salió de su escondite y se fue por el lado derecho mientras que Nocturna por el lado izquierdo como lo habían acordado ellos dos.
Y como lo esperaba Nocturna, Carlos y Javier fueron por Tigre mientras que Zatu y Camelia empezaron a perseguirla.
La mujer de la máscara de geisha lanzaba sus agujas, Nocturna llevaba su muy útil paraguas en su espalda para protegerse la cabeza, en las noticias ya había observado a los villanos, ya sabía que la asiática usaba sus agujas para pelear. Unos segundos después se detuvo y se colocó de frente para encarar a sus dos enemigos.
Ella sonrió y rápidamente lanzó una soga con un gancho en un extremo de la misma, con el cuál esperaba alejar un poco a sus enemigos, Camelia dio varios saltos para atrás, además de que se agachó para esquivar el gancho de la soga, mientras que Zatu no tuvo problema alguno porque usó su intagiblidad con su cuerpo de humo, de todos los cuatro el enemigo más difícil a vencer, era Zatu sin lugar a dudas.
Por otro lado Tigre era perseguido por los dos hexahumanos de gran tamaño, sin embargo no pudo ser alcanzado por ellos dos, no era tan rápidos contra la gran velocidad y agilidad que él héroe tenía, él héroe estaba confiado hasta que en un descuido estuvo a punto de ser alcanzado por Javier, que era el que menos había peleado de los cuatro villanos, él héroe estaba casándose de a poco pero no se podía rendir, así que saltó y se agachó unas cuantas veces para detenerse luego, pero se detuvo porque ya tenía la espada en sus manos.
—¡Te tengo! —gritó Javier saltando directo hacía el héroe que estaba de espaldas, pensaba clavarle las garras pero no resultó ser así debido a que Tigre se giró para defenderse, usó su espada para cortar las garras de la mano derecha del villano.
Javier gritó muy fuerte a pesar de que no fue algo tan grande porque solo sus garras fueron cortadas más no sus dedos. Carlos prosiguió a atacar al héroe, quién trató de golpearlo con el mango de la espada Sellyeta, Carlos sabía que tenía que ser cuidadoso y no tocar la espada porque sería fatal para él.
De repente Camelia iba corriendo hacia los dos hexahumanos.
—¡Es hora de irnos! —gritaba a lo lejos para que Carlos y Javier la pudieran escuchar— ¡Retirada!
El héroe se distrajo por los gritos que la mujer asiática emitía, solo así Carlos pudo arañar su pecho, el hexahumano aprovechó, era en ese momento o nunca, tenía que hacerlo después de los varios encuentros entre los dos.
—¡Te salvaste por ahora! —mencionó Carlos antes de retirarse— Pero te aseguro que en la próxima no será así.
Zatu estaba por llegar también.
—Tenemos que irnos, los policías ya están en camino con muchos refuerzos —comentó Zatu cuándo ya había llegado hasta dónde su equipo se encontraba, miró con frialdad al héroe, Tigre también lo miró a los ojos.
Nocturna lo persiguió, al ver que él héroe estaba en el suelo herido lanzó una soga que se enredó en el tobillo de Alan, y luego lo jaló para alejarlo de los villanos.
Una vez que comprobó que Tigre estaba lo suficientemente lejos de los villanos, procedió a lanzarles una bomba de humo, luego lanzó un par de bombas, casi todos pudieron escapar y salir ilesos, a excepción de Carlos que recibió las bombas muy de cerca, además de que nadie lo ayudó a escapar, Camelia quiso hacerlo, ella dudó por un momento pero desistió, a Javier poco le importó al igual que Zatu, ellos solo querían escapar de una vez por todas.
Cuándo el humo se esparció, tan solo se pudo ver el cuerpo sin vida de Carlos con muchas heridas debido a las bombas, drásticamente volvió a su forma humana, en dónde las heridas se hicieron más notorias y por ende más graves, ya no había salvación para él, sus signos vitales estaban ya ausentes.
Después de eso Nocturna revisaba el cuerpo de Tigre para comprobar que no tuviera más heridas de gravedad que acompañaran a la que tenía en el pecho, estuvo tanteando por sus piernas y en los brazos, además de la cabeza.
—¿Qué pasó? —preguntó el héroe con un tono que demostraba que le dolía la herida— Por cierto...si me vas a tocar tengo que decirte que tengo novia.
Nocturna se detuvo ni bien terminó de escuchar a Tigre.
—Ok entonces ¿prefieres morirte a que te revise si tienes más heridas? —inquirió ella con tono molesto— Pensaba llevarte a un lugar seguro para curarte pero creo que te dejaré aquí para que los policías te lleven al hospital, ¿no te parece una mejor idea?
Nocturna se levantó.
—No, espera —exclamó Alan— No puedo ir al hospital y mucho menos puedo dejar que los policías sepan quién soy, mejor llevame a mi guarida por favor, yo te guiaré.
La puerta trasera de la casa de Alan sonaba, Karla corrió lo más rápido que pudo para abrirla, cuándo la abrió se asustó un poco de ver a Nocturna frente a frente, no se le pasó por la mente tener que conocerla en persona, en ese momento quedó muy sorprendida.
—¡Hola! —dijo Nocturna mientras ayudaba a Alan a caminar, él héroe llevaba el brazo derecho sobre el hombro izquierdo de la heroína, a pesar de estar agotado y herido aún podía caminar— Tu debes ser su novia y seguro no tengo que presentarme porque ya me conociste, salí en las noticias salvándolo a él, pero ahora lo que necesitamos es poner a tu novio en una mesa o algo amplio para que se pueda recostar y esté mucho más cómodo.
—Claro —contestó Karla un poco insegura y a la vez nerviosa pero a pesar de eso ella actuó de forma rápida y así quitó varias cosas de una mesa que estaba cerca de dónde se encontraban los tres, quitó floreros, manteles y dos canastas. Entre las dos mujeres colocaron bocarriba a Tigre en la mesa, aunque claro Alan también ayudó a que ellas dos no se esforzaran tanto, él no quería causar muchos problemas a su novia, suficiente tenía ella con la nueva faceta de Alan.
Nocturna le dio indicaciones a Karla, le pidió una serie de materiales para curar a Alan. Karla no tardó tanto en juntar los materiales, los cuáles eran en su mayoría alcohol cetilico, algodones, gasas, sueros fisiológicos entre otras cosas más, con la cuál la heroína pensaba usar para ayudar a Alan.
Las dos mujeres curaron y limpiaron la herida del héroe, gastaron varias gasas, además de que la heroína se colocó guantes para no infectarle las heridas, luego de unos minutos él les agradeció a las dos por el gran gesto de ayudarlo.
—¡Bonita casa! —dijo Nocturna quién estaba sentada en uno de los muebles cambiando de canales una y otra vez esperando que salieran noticias sobre robos u otras acciones criminales pero no fue así, tan solo en los noticieros pasaban vídeos de lo sucedido en la agencia de policías y una que otras noticias internacionales y nacionales.— ¿Así que eres el policía que quisieron matar hace más de un mes?, eso si que no lo vi venir, me tomó de sorpresa, porque no lo esperaba, pensé que serías alguien desconocido.
—¿Alguien desconocido cómo quién? —Alan preguntó.
—Cómo yo por ejemplo —respondió Nocturna arqueando una de sus cejas mientras que al mismo tiempo sonreía.
—¡Sí es él! —contestó Karla mirando a la heroína que en ningún momento dejó de quitarse el antifaz. Alan ni Karla le preguntaron la razón por la cuál no llegó a quitarselo.
Alan y Karla le estuvieron contando todo lo que pasó, y de cómo Alan sobrevivió y se convirtió en un héroe.
—¡Increíble historia! —mencionó Nocturna—De hecho eso explica muchas cosas, yo no soy de aquí pero estoy en una misión muy importante para mí y llegué hasta acá pensando que tú muerte estaba relacionada pero no es así, sin embargo si conseguí algunas pistas que te pueden servir para que des con el paradero de quiénes trataron de matarte.
—¿En serio? —preguntó incrédulo Alan quién ya se sentía mejor, estaba sentado sin su máscara y sin camisa, solo las heridas de su pecho estaban cubiertas.— ¿Y qué fue lo que encontraste?
Nocturna se levantó y de su pequeña mochila sacó unos cuantos papeles.
—Reuní información —la heroína se acercó a Alan para entregarle los papeles— En dónde descubrí que quiénes te intentaron matar eran policías corruptos que estaban aliados con unos criminales que no solo trafican drogas y armas sino que también trafican una especie de sustancia química capaz de otorgar súper habilidades a las personas, yo detuve un intercambio de armas y esa sustancia pero aún así la mujer de la máscara de geisha que también estaba involucrada escapó llevándose consigo algunas muestras de ambas cosas. Así que estoy segura que los cuatro con los que peleamos hoy también tienen algo que ver con el intento de tu asesinato.
—Es por eso que esos dos hombres tienen un aspecto extraño —agregó Karla— Por eso el qué murió pasó de tener esa apariencia tan fea a tener una apariencia normal, eso explica muchas cosas.
—Probablemente sea eso —dijo Nocturna.
—Y probablemente el otro también use esa sustancia —comentó Alan— Por eso puede transformar su cuerpo en humo haciéndose intangible. Además creo que los criminales que atrapé un día antes de ser condecorado también tienen una conexión con ellos y con los policías que trataron de matarme ese día, que fueron dos policías en conjunto con dos criminales.
—Pero no les podemos sacar información —Karla presionó el botón "mute" del control remoto para silenciar el televisor.— Ellos ya están muertos.
Alan quedó mirando hacía arriba llevando sus dedos a su barbilla como si tratara de recordar algo de suma importancia.
—Creo que aún podemos sacar información —habló finalmente Alan— El que se hace como humo dijo que los policías iban a llegar, ¿cómo es posible que ellos tengan conocimiento de eso?
—Hay uno o más policías que están relacionados con ellos —agregó Nocturna chasqueando sus dedos— Hay que descubrir quién o quiénes son, solo así se podrá saber sobre su verdadero objetivo.
—Yo puedo hacerlo solo necesito entrar a la página que usamos los policías, es la única forma de dar con los criminales y así descubrir que es lo que traman —mencionó Alan intentando buscar su laptop con su mirada mientras seguía sentado en la mesa.
—Pero eso puedes hacerlo después, primero tienes que descansar —le aconsejó Karla, ella se acercó a su novio para luego besarlo, tenía que calmarlo de alguna forma u otra, ya que vio que él quería seguir investigando en vez de descansar.
—Ejem, yo ya me tengo que ir —dijo Nocturna para no sentirse más incómoda con el momento.
—¿Tan pronto? —preguntó Karla.
—¿No nos vas ayudar con el resto? —Alan la miró fijamente a los ojos. También trató de no hablar en mal tono, esperaba que la heroína se quedara, él sabía que ella sería una buena compañera.
—No, ya te ayudé lo suficiente —contestó Nocturna luego hizo una breve pausa— El resto ya lo puedes hacer tú, solo descansa como dice tu novia y ademas ya tienes un problema menos del que preocuparte porque uno de los grandotes murió, y ya has peleado con el resto, eso será suficiente para armar un buen plan aunque no tan bueno como los que yo planeo.
Ella río un poco al terminar de decir sus últimas palabras.
—Pero serías de gran ayuda para nosotros —Karla insistióen que la heroína se quedara.
—¡Lo siento! —Nocturna cerró su pequeña mochila— Yo también tengo una misión muy importante y la debo cumplir, lamento no poder quedarme pero esta misión como vuelvo a recalcar es muy importante para mí, solo llegué hasta aquí por las pistas erróneas que encontré con el intento de tu asesinato, yo volveré una ves que termine mi misión y no sé cuanto dure para ser sincera.
Alan y Karla asintieron al mismo tiempo, ellos la comprendieron, ella se mostraba muy decidida a irse, ellos notaron como la misión de Nocturna parecía ser algo personal.
—Lástima hubiera sido de gran ayuda una heroína cómo tú —mencionó Karla.
—Pero podemos estar en contacto —dijo Nocturna, ella le entregó a Karla un pequeño trozo de papel en dónde estaba escrito su número telefónico.— Y por cierto no soy la única heroína que existe, también está el ahora muy famoso héroe Fénix, además la SDCA tiene una serie de agentes que son cómo héroes, hasta yo trabajé ahí, solo es una sugerencia.
La heroína del paraguas estaba por marcharse cuándo algunas preguntas formuladas por parte de Alan la detuvieron.
—¿Por qué no te quitaste tu antifaz? —fue lo que Alan preguntó, ya no aguantaba más hacerle la pregunta y tenía que hacerlo antes de que ella se fuera— ¿No confías en nosotros?
—Para ser sincera no del todo —ella sonrió— De hecho te doy un consejo: Nunca lleves a tu casa a alguien que apenas conoces y mucho menos si es alguien que tiene experiencia en pelear con gente muy peligrosa, nunca sabrás si tú o tú familia podrían estar seguros, recuerda que tu novia está esperando un bebé tuyo, no me gustaría que les pasara algo.
Antes de que Alan emitiera otras palabras ella se marchó, no podía perder más tiempo.
—Es un buen consejo —dijo Karla sonriendo, ella agarró el control remoto y acto seguido subió el volumen del televisor— Me cae bien.
—A mi también —agregó Alan esbozando una sonrisa, miró a su novia y luego la expresión de su rostro cambió cuándo se percató que ella se sobaba el vientre, su cara desbordada una mezcla de felicidad y ternura.
Al día siguiente Alan ya se encontraba un poco más recuperado, la herida de su pecho ya no le dolía tanto, inclusive se despertó temprano en la mañana para seguir entrenando. Su rutina consistió en primera instancia en aumentar su resistencia física, luego se dedicó en entrenar un poco más su manejo de la espada, él ya sabía usar espadas gracias a que su mejor Saúl le había enseñando en sus ratos libres.
Saúl era su maestro, Alan esperaba poder superarlo algún día, por eso decidió seguir mejorando sus tácticas con la espada, lo malo para él era que ya tenía posibilidad de entrenar con su mejor amigo, porque debía mantener oculta su identidad secreta, solo Karla y Nocturna lo sabían.
—¿Ya estás entrenando tan temprano? —preguntó Karla quién llevaba poco tiempo despierta, ella ya no pudo dormir porque escuchó varios ruidos provenientes del mini gimnasio que tenía en su casa.— Deberías estar descansando.
—No hay tiempo para eso —contestó Alan un poco agitado, cuándo le respondió no detuvo su entrenamiento, todo lo contrario seguía blandiendo la espada Sellyeta en el aire.— Debo mejorar, Nocturna ya no estará para ayudarme y tampoco creo que hubieran más héroes por aquí cerca a excepción de mí.
—Pero si sigues así en tus próximos enfrentamientos estarás cansado —mencionó Karla de brazos cruzados.
—No creo que... —Alan no terminó de hablar porque tuvo una sensación extraña en la mano con la que sostenía su espada.
La espada comenzó a brillar con más intensidad que nunca, inclusive Alan pudo sentir que su mano derecha estaba calentándose de forma muy extraña. Él se percató que la espada estaba más pesada de lo normal, tanto así que tuvo que sostenerla con su otra mano.
—¿Qué está pasando? —preguntó Alan temiendo lo peor.
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