2. Un nuevo héroe en la ciudad
Mientras Alan estaba en la habitación del hospital, su novia Karla había salido un momento. Caminó por los pasillos, estaba muy triste tanto así que mientras subía por las escaleras no aguantó más y se sentó a llorar.
Su teléfono vibró, secó sus lágrimas. Sacó el celular de sus bolsillos y contestó inmediatamente.
—Hola, ¿quién es? —preguntó Karla tratando de disimular su tristeza cambiando su tono de voz.
—Karla, Soy Saúl.
—Lo siento Karla no he podido llamarte porque últimamente acá en Guayaquil la señal está fallando... ¿Para qué me llamabas que pasó?...lamentó no haber podido estar en la conmemoración de Alan...—decía de forma veloz Saúl, el policía oriundo de Quito. Sin embargo fue interrumpido por Karla.
—Lamentó decirte...esto.... Saúl...pero Alan...Alan...está...—exclamaba entre sollozos Karla.
—¿Qué pasó con Alan?...Karla tranquilízate... ¿Dime que pasó con él?...—inquirió Saúl angustiado por querer saber que había pasado con su amigo de varios años.
Karla sollozaba y sollozaba sin parar, hasta que finalmente le contó lo que pasaba.
—Alan...Alan está en coma.
La noticia fue tan dura para Saúl y eso se evidenció claramente cuándo de sus ojos caían pequeñas gotas de lágrimas.
—¿Qué?... ¿Có...cómo pasó? —dijo entre balbuceos Saúl aún incrédulo ante tal noticia.
Él seguía preguntando, pero Karla no respondía, él solo podía escuchar algunas palabras pero estás no eran claras debido a la señal que estaba interfiriendo, la voz de Karla se escuchaba entrecortada.
Hasta que de repente la señal se cortó por completo pero el problema no era en la ciudad Quito, el problema de la interferencia tenía su origen en el malecón de la cuidad Guayaquil.
Karla guardó su teléfono, se levantó y subió por las escaleras hasta llegar al piso en dónde tenían a su novio internado.
Pasó un tiempo prudente en donde Karla estuvo intentando nuevamente volver a llamar sin embargo no lo consiguió.
Mientras caminaba por los pasillos vio algo que le llamó la atención.
Todas las personas que estaban en la sala de espera tenían su vista fija a un televisor que estaba instalado en la pared, muchos estaban asombrados con lo que en las noticias se mostraba.
"Hombre con súperpoderes asesinó a grupo de policías, solo uno quedó vivo", fue lo que leyó en los titulares.
—Dios protegenos de todo lo que está pasando —dijo en voz baja, alzó su mirada y luego juntó sus manos para rezar.
Todo el hospital se remeció repentinamente, muchos pacientes se asustaron, algunos otros murieron porque al ser hipertensos aquél susto acabó con sus vidas.
No sabía si todo esto se trataba de un sueño o no pero de lo que si estaba seguro Alan, era que lo que sucedía era un milagro.
El no pasó tanto tiempo en coma, sin embargo durante ese lapso a penas podía escuchar lo que su familia y su novia le decían, a pesar de que ellos se acercaban a su oído.
Pocos segundos después de que la espada se clavo en su pecho de forma magica, él pasó de estar acostado a estar sentado en la camilla, lo primero que hizo al despertar fue observar con detenimiento todo a su alrededor.
Miró con sorpresa cómo tenía conectado muchos cables a su cuerpo especificamente en su tórax y también por sus costillas. Su mirada llegó hasta el catéter de su mano derecha que conectaba con uno de las soluciones salinas que estaban suspendidas sobre un porta sueros.
Además pudo observar como al frente estaba un televisor que nunca fue encendido.
Sintió un fuerte dolor que cabeza tanto así que tuvo que llevar sus manos a dicha parte de su cuerpo para intentar apaciguar el dolor.
De repente una extraña luz emergió y al mismo tiempo su dolor de cabeza cesó.
—¿Qué es eso? —preguntó inmediatamente con su voz algo seca.
—Tú eres el elegido —escuchó decir de una voz que resono por todo el cuarto.
Alan miró por todos los rincones posibles del cuarto en el que se encontraba aunque no dio con el dueño de esa extraña.
Nuevamente su atención fue hacia la luz que empezaba a brillar con más intensidad.
—Tú eres el elejido —dijo una vez más la extraña voz— Tú de entre todos los guerreros de este planeta fuiste elegido.
"Esto me está empezando a asustar", dijo en su mente Alan.
—¿Elejido para qué? —cuestionó Alan incrédulo con lo que escuchaba.
La luz brilló con mucha más intensidad que las veces anteriores cegandole la visión. Inmediatamente Alan empezó a ver un sinnúmero de imágenes y a su vez escuchaba esa misma voz hablando.
"La espada y la garra son dos artefactos mágicos y únicos con un creador desconocido, estos artefactos otorgan habilidades superiores a quién las posea sin embargo cualquiera no puede poseer dichas habilidades ya que el guerrero es elejido únicamente por los artefactos quién quiere obtener esos poderes por su cuenta no podrá hacerlo solo el elejido es capaz de hacerse con estos poderes, solo quién sea digno podrá obtener los poderes de la Garra de la bestia y la espada Sellyeta".
—¿Y yo por qué fui elejido? —recriminó Alan después de observar todas esas imágenes.
—Porque éstos artefactos escogen al guerrero que vive en un planeta lleno de oscuridad, lleno de peligros, lleno de tanta maldad y lo escogen para que el salve su mundo de la inminente devastación.
—¿Aceptas tu destino noble guerrero?
Sabía que eso implicaría algo muy grande para él, pero tenía la convicción de hacer un buen papel debido a que hacía algo similar en su trabajo cómo policía, lo meditó por un momento hasta que luego terminó aceptando dicha responsabilidad.
Alan tenía un nuevo plan y ese era seguir haciendo justicia pero ya no más cómo un policía sino cómo un héroe, su meta era vencer el mal teniendo una nueva identidad, sabía que si continuaba siendo un policía sus familiares morirían en cualquiera momento a manos de sus enemigos, de los enemigos de Alan Garcés, pero eso no pasaría con su nueva identidad.
—Acepto —dijo sin inmutarse.
Cuándo terminó de hablar sintió una extraña energía recorrer por cada rincón de su cuerpo.
—¿Qué es esto? —preguntó mirando su brazos y piernas que brillaban— Me siento diferente, más fuerte, más ágil...
"Desde ahora la garra de la bestia te ha otorgado las habilidades y destrezas de la bestia que aquí en la tierra se le conoce como tigre, esta bestia es el icono de todos los guerreros dignos cómo tú, los poderes de esta bestia han trascendido por varios rincones del vasto universo que existe, ha recibido varios nombres pero en tu mundo es conocido cómo tigre, desde ahora tú eres uno con la bestia, desde ahora tu también eres Tigre."
Su cuerpo dejó de brillar volviendo a su estado normal, sus orejas se movieron mientras que sus tímpanos le empezaron a doler, podía escuchar con claridad lo que hablaban todas las personas en los pasillos, en los demás cuartos, en el ascensor, en las escaleras, escuchaba el sonido de muchas personas caminando.
Sus tímpanos empezaron a dolerle más cuándo escuchó el sonido de la puerta de su cuarto abrirse.
—Mi amor estás despierto —fue lo único que dijo Karla al ver a su amado cuándo entró.
Rápidamente corrió a abrazarlo, ella lloraba muy fuerte. El llanto de ella solo le provocaba más dolor a sus tímpanos, tanto así que dejó de abrazarla para usar sus manos y taparse sus oídos.
—Creí que te perdería... —exclamó Karla un poco más calmada secando sus lágrimas. Al observar el comportamiento de su novio, ella tomó dos algodones que encontró cerca en una mesa y se los colocó en los oídos de su amado.
—Gracias... —agradeció Alan más calmado.
—Te tengo que contar algo loco pero primero tenemos que hacer algo... —dijo Alan mirando fijamente a su amada.
Alan había ideado un plan que esperaba que funcionara, su plan consistía en salir del hospital y hospedarse en su casa, sabía que si sus enemigos se enteraban de que seguía vivo tratarían de acabar no solo con él sino con sus seres queridos.
Con ayuda de Karla pudieron falsificar documentos para un supuesto traslado de Alan, la idea era hacer creer a todos que la situación de él se complicó, por lo tanto tuvieron que trasladarlo a un hospital más especializado.
Gracias a Karla pudo salir del hospital sin ser descubierto, lo malo es que a medida que escapaba un par de veces estuvo a punto de vomitarse puesto que al igual que su sentido del oído su sentido del olfato se había aumentado, por lo tanto llegó a oler a una serie de cosas apestosas y otras no tanto.
Tuvo que cubrirse sus fosas nasales con su mano derecha.
Mientras viajaban a su casa, Alan le contaba todo lo sucedido, sin embargo Karla no le creyó al principio, puesto que tampoco estuvo del todo de acuerdo en sacarlo del hospital a escondidas, Alan tuvo que hacer uso de sus nuevas habilidades para que su amada le creyera, lo primero que hizo fue escuchar a una pareja que peleaba a lo lejos en pleno centro.
Él le contó que peleaban porque el novio de la relación le había sido infiel y la mujer no quería saber más de él, para corroborar eso Karla manejó cerca de la pareja y efectivamente se trataba de lo que Alan le decía puesto que ella pudo escuchar como la mujer le recriminaba al hombre muchas cosas y antes de irse le dijo "Vete a la mierda, siempre me decías que solo era una amiga".
Aunque claro eso no fue suficiente para que Karla creyera la fantástica historia que Alan le contó.
Cuándo llegaron a su casa, Alan probó una vez más sus habilidades, se dirigió hacia su mini gimnasio, estando ahí golpeó un par de veces uno de sus sacos de boxeo y para finalizar le propinó una patada que hizo que el saco se desprendiera de su arnés y saliera volando hasta impactar con una de las paredes de la casa, la pared tambaleó.
Karla estaba sorprendida y fue ahí cuándo finalmente creyó todo lo que su novio le decía.
—Entiendo, nadie debe saber esto —comentó Karla mientras Alan sobaba sus orejas— ¿Pero usar un traje y máscara no es algo similar a ser un policía?
—No amor —contestó Alan— Cómo policía todos sabían de mi identidad pero si me disfrazo y uso máscara solo seré reconocido así, nadie sabrá que soy yo, nadie sabrá que soy Alan Garcés y por lo tanto nadie te lastimará a ti o a mis padres.
Para Karla ni mucho menos para Alan fue algo fácil de asimilar, para el ex policía sería una responsabilidad enorme y por supuesto sabía que nuevamente su vida estaría en riesgo, pero ya no sería el mismo, con sus nuevas habilidades podía hacer la diferencia.
Estuvo cerca de un mes, entrenando arduamente para mejorar sus habilidades, comenzó con lo más difícil lo cuál era aprender a controlar sus sentidos desarrollados, primero por el sentido del oído, el cuál controló con ayuda de Karla, con el paso de los días pudo enfocar los diferentes sonidos para así no verse afectados sus tímpanos.
Con este sentido aprendió a localizar a las personas, incluso salvó a Karla de caerse de las escaleras cuándo ella gritó, él corrió y dando un salto pudo caminar por las paredes por escasos segundos hasta levantar sus manos y así sostenerse con sus brazos del ventilador, que para su suerte estaba apagado, hasta que finalmente la atrapó.
Luego prosiguió con el sentido del olfato, con dicho sentido pudo distinguir entre las personas y así llegar a la dirección exacta de dicha persona.
Después continúo con su tercer y último sentido desarrollado, el sentido de la vista, con el cuál lograba ver personas u objetos a gran distancia, aunque con cierto límite, puesto que no poseía una visión de rayos láser sino una visión similar a la de un ojo de halcón.
Cuándo aprendió a controlar sus sentidos desarrollados prosiguió con sus nuevas habilidades de combate, que eran su gran agilidad además de su fuerza y velocidad superiores a la de un humano normal.
Así mismo su resistencia era elevada, no se cansaba tan rápido.
Con ayuda de su mini gimnasio aprendió y reforzó técnicas de pelea a mano, mejoró su masa muscular con varios ejercicios, hasta llegó a dañar varios sacos de boxeo.
Durante el transcurso de todo el mes que pasó entrenando, casi no salía de su casa, debía permanecer en las sombras hasta que se encargara de quiénes quisieron matarlo.
A ninguna persona le comentó algo sobre sus habilidades o sobre su nueva identidad de héroe, solamente a su amada Karla, ni siquiera a sus padres o a su mejor amigo, Saúl.
Pero no solo se dedicó a entrenar, también se dedicó a hacerse un traje especial, con ayuda de internet, pudieron crear un traje con una tela resistente, los colores que usó fueron el amarillo y el negro, además se creó una mascara que emulaba el rostro de un tigre, pero sin duda la parte más difícil y costosa sobre todo fue diseñar una especie de guantes resistentes capaces de guardar y sacar garras de metal similares a un tigre, solo que mucho más grandes.
Cuándo terminó de diseñar su traje y de entrenar había pasado un mes completo.
La delincuencia estaba peor que antes, desde que dejó de ser policía los ladrones, traficantes y demás maleantes estaban aumentando sus actos criminales por toda la ciudad.
Una patrulla pasó a toda prisa muy cerca de la casa de Alan, Karla buscó de forma rápida el control remoto, una vez prendido el televisor inmediatamente colocó un canal de noticias locales.
"Un numeroso grupo de antisociales está robando mucho dinero de uno de los bancos más grandes de la ciudad", era lo que decía en los titulares.
—Creo que es el momento —mencionó Alan totalmente decidido de mostrarse al mundo cómo un héroe, cómo Tigre.
—¿Estás seguro? —preguntó Karla con un rostro lleno de preocupación.
—Totalmente —contestó él. Sin esperar más tiempo se dirigió hacía un closet especial que tenía en dónde guardaba su traje y la espada Sellyeta.
No tardó en colocarse su traje, guardó la espada Sellyeta en un mango de espada que se había comprado.
—Cuidate amor —dijo Karla, ella caminó hacía él, le dio un tierno beso en sus labios.
—Lo haré mi amor no te preocupes —respondió Alan sonriendo nerviosamente, trataba de esconder sus nervios con su sonrisa.
Salió por la parte trasera de su casa, se aseguró de que nadie lo viera, aunque como era de noche eso le hacía las cosas más fáciles.
Detrás de unos arbustos tenía escondida una moto la cuál pensaba usar cada vez que existiera una emergencia, él se aseguró de quitarle la placa y la pintó por todos los rincones de negro.
Prendió la moto y se marchó.
Tigre llegó al lugar de los hechos, no sin antes esconder su moto. Caminó hasta llegar a los exteriores del banco, saludó a todos los presentes, incluidos policías y prensa.
Tuvo que cambiar su tono de voz para no ser descubierto por sus ex colegas.
—Yo me encargo —mencionó antes de dirigirse hacia la entrada del banco.
—¿Y tú quién eres? —preguntó uno de los policías— Alto ahí o te disparo, nadie tiene permitido entrar y menos alguien disfrazado, si entras serás tomado como un criminal también.
El policía que le habló apuntó su arma hacia la espalda del héroe.
Al héroe eso no le importó, caminó, sabía que no dispararía, por trabajar juntos en el pasado, ya conocía el accionar de dicho policía.
—Tranquilos todos —empezó a hablar— Yo entraré primero y cuándo vean la señal ustedes podrán entrar, antes no.
—No nos va a dar órdenes un tipejo disfrazado cómo tú—mencionó otro policía.
—No son órdenes...
Al terminar de hablar, empezó a correr, desenfundó su espada Sellyeta para luego destruir una de las puertas de vidrio del banco.
—Está loco con una espada no podrá contra tremendo vidrio —exclamó uno de los policías que miraban la escena sin hacer nada para detener a los criminales, puesto que estaban advertidos de que si un policía entraba ellos matarían a inocentes.
Un segundo después de que Tigre impactara el vidrio, este se rompió en muchos pedazos.
Cuatro de los antisociales se sorprendieron, Tigre aprovechó eso para desestabilizarlos, a uno lo golpeó en la cara dejándolo soñado, a otro lo hizo caer propinandole una patada en el tobillo para terminar dándole un puñete en la cara, los dos más que intentaron defenderse fueron derrotados cuándo Tigre dio un salto para luego darles una patada al mismo tiempo.
Los civiles que estaban asustados aprovecharon el momento para alejarse y para esconderse, sin embargo uno de los criminales que parecía ser el líder disparó al techo haciendo que todos se asustaran.
—Silencio si alguien más se mueve lo mato, ningún payaso con una máscara de tigre va a venir a intimidarme —exclamó el ladrón que parecía ser el líder— Ustedes vayan a matarlo, usen sus armas será más fácil.
Cinco criminales dieron unos cuántos pasos y al estar a tres metros del héroe empezaron a disparar, Tigre avisó a los civiles que se agacharan y se cubrieran sus cabezas.
El héroe usó su espada para desviar unas cuántas balas pero al ser muchas tuvo que lanzarse a un lado, se escondió por una mesa, sin embargo los criminales no dejaron de disparar hasta que el líder les dijo que se detuvieran y fueran a revisar si lo mataron o no.
Tigre aprovechó eso para levantar la mesa de madera y lanzarla, la mesa cayó sobre tres ladrones.
Los otros dos dispararon hasta que de repente las luces se apagaron.
Con la poca visibilidad, el héroe aprovechó y derrotó a los criminales restantes, uno a uno fueron desestabilizados fácilmente, puesto que él podría ver en la oscuridad por sus sentidos aumentados, en menos de un minuto los venció.
—¿Dónde estás gatito? —preguntó el líder gritando.
—Acá —dijo Tigre apareciendo repentinamente detrás de él, el héroe no le dio tiempo de responder al criminal, ya que le propinó una patada giratoria que lo mandó a volar hasta caer en unas sillas, luego lo sostuvo por la espalda y lo lanzó por la puerta de vidrio que había quedado destrozada.
Ese último accionar del héroe fue la señal, los policías entraron rápidamente con sus armas preparadas pero para su sorpresa todos los delincuentes ya estaban derrotados, tan solo tuvieron que colocarle las esposas para luego llevarlos a la cárcel.
Los policías buscaron a Tigre sin embargo no lo encontraron, las personas dentro del banco estaban felices por haber sido salvadados por un héroe.
—Se nos escapó —exclamó molesto uno de los policías mirando por todos lados.
—Pero él no es malo, él nos salvo —dijo una mujer mirando al policía.
"Hoy en la ciudad se suscitó un evento que llamó mucho la atención, un banco que había sido tomado por dieciséis antisociales fue salvado por un hombre disfrazado que portaba una espada, el hombre ya es famoso en redes sociales, civiles que estuvieron presentes en el lugar de los hechos manifestaron que se sintieron seguros al ser salvados por el nuevo héroe que se hace llamar Tigre.", era lo que decía un presentador de noticias.
De repente el televisor que transmitía la noticia fue apagado.
—Así que un nuevo héroe... —decía un hombre que portaba un chaleco grueso mientras bebía vodka— Es una buena carnada para probar nuestra nueva mercancía.
—¿Piensa usar la droga? —preguntó la mujer de rasgos asiáticos que estaba sentada alado de él.
—Sí ya es hora....
Hice el diseño de Alan con su traje, así es como yo me lo imagino (no pude hacerle la mascara, eso estaba difícil)
¿Les gustó el diseño?
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