Llegaron esos nueve meses y ya Cindy había dado a luz, yo estaba triste por la muerte de Philip pero ahora no podía dar marcha atrás, no podía dejar mi venganza a medias, llamé a un policía y él vino.
- Hola agente, veo que usted es muy fuerte, pues tienes muchos músculos bien tonificados-. Dije con voz seductora.
- Bueno, se hace lo que se puede con el aspecto físico-. Añadió orgulloso.
- Y usted lo puede todo-. Dije sin quitar ese tono de voz.
Cuando no se dio cuenta lo empujé contra los barrotes de la celda donde me encontraba y le clavé a la altura del corazón el tacón de mi zapato, pues era largo y fino, lo caval para matar a alguien, le quité las llaves de mi celda, abrí la puerta y le quité la pistola que llevaba consigo.
Escapé de la cárcel y me dirijí a Palacio dónde mis padres tenían a Cindy, pues ella no mancharía su reputación porque era inocente, imputada, pero libre de cargos, Cindy se encontraba en su habitación amamantando a su hijo, cuando terminó entré por la ventana, pues una cosa que me enseñó James fue trepar hasta por donde crees que no puedes, Cindy se asustó.
- Tranquila Cindy, no dolerá-. Susurré mientras le apuntaba con la pistola.
- ¿Qué haces empuñando esa pistola?- Preguntó muy asustada.
- Tú y yo tenemos una cuenta pendiente, ¿recuerdas?- Dije en un tono burlón.
- Creí que tu corazón se había ablandecido, pero me equivoque.
- Siempre te equivocas, Cindy.
- Déjame antes que me despida de mi hijo-. Dijo con lágrimas en lo ojos.
- No tengo tiempo para despedidas, odio las despedidas, tú misma lo sabes-. Añadí volviendo a empuñar la pistola.
- No, por favor-. Un disparo resonó por toda la celda.
No era yo quien disparé, me toqué el vientre y de éste brotaba sangre, era yo quién recibí ese disparo, caí al suelo de rodillas, no quería mirar hacia atrás para ver quién era el que disparó, la verdad, no me importaba, luego caí entera al suelo, veía borroso, mis párpados se notaban cansados, esa vista distorsionada se volvió negro y en ese instante comprendí que la muerte me acechaba, por fin me reuniría con Philip, mi amado prometido.
- Bruno, ya despierta-. Eso fue lo primero que escuché al poder abrir los ojos, estaba aturdida.
- Lo siento princesa Britanny, mi intención no era matarla, sino reducirla, espero que no me lo tenga en cuenta-. Dijo apenado.
- No pasa nada, Bruno-. Fue todo lo que articulé a decir, ya que era casi no podía hablar.
- Espero que algún día me perdones y que la gente te perdone por todos tus crímenes cometidos-. Cindy, ya estaba haciendo acto de presencia con esas palabras.
- El juicio se aproxima, me enviarán directamente a la guillotina, no hay nada ni nadie que me salve de mi próximo futuro-. Dije recordando a Philip.
- Lo último que se pierde es la fe, sólo tienes que descansar para poder recuperarte-. Dijo acariciándome el pelo.
Me dejó a solas y me dormí tranquila, pero no quería pensar en mis crímenes, sólo quería pensar en Philip, mi dulce amado.
Capítulo escrito por Swiftie5sos13
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