Capítulo 25: ¿Admiración?
Eran alrededor de las seis de la tarde del mismo día del incendio en el palacio. Recuperé la conciencia y lo primero que vi fue el rostro de Philip. Tenía una extraña sensación en los labios pero decidí no darle importancia. Estaba tan confusa que no entendía nada de lo que estaba sucediendo.
Había mucho ajetreo a mi alrededor y el príncipe, Bruno y los reyes se agruparon a mi alrededor haciéndome un montón de preguntas. Un rato más tarde, todo se tranquilizó y me dí cuenta de que habían apagado el incendio.
Nadie se había dado cuenta de que la princesa Brittany no estaba. De pronto, alguien encontró su corona cerca de uno de los lugares donde el fuego había sido más intenso. La buscaron por todas partes y como no aparecía, al final la dieron por muerta.
Nadie era capaz de consolarme, ni tan siquiera los reyes, que decidieron adoptarme y hacerme hija suya, pues no podían asimilar la pérdida y yo era lo más cercano que tenían a un ser querido. Philip nunca se mostró triste ni tampoco dijo nada sobre la princesa, al igual que Bruno y su hermana. Parecía como si supieran algo que yo no.
Pasaban las semanas y yo estaba ajena a todo lo que ocurría a mi alrededor. Un día, sin embargo, Philip volvió a visitarnos con sus padres porque al parecer tenían asuntos de gobierno que discutir con mis nuevos padres.
Philip me llevó a un paseo por el bosque a pesar de que yo no quería saber nada de nadie.
- ¿Por cuánto tiempo piensas seguir así? Date cuenta de que sólo tienes una vida y no puedes malgastarla de esta forma. Tienes que tratar de ser feliz por aquéllos que no lo han conseguido.- dijo Philip.
- Tienes razón, lo sé, pero necesito tiempo...
- Cindy, ahora que Brittany ya no está, ya no tienes excusas. Dime por qué sigues rechazándome.
- Ya te dije, yo lo que siento es admiración...
- ¿Qué soy yo para tí?- volvió a preguntar.
- Eres mi señor...futuro rey de Francia...
- ¿Y le eres fiel a tu señor?
- Por supuesto.
- ¿Entonces no irás en contra de mi voluntad?
- No...- hice una reverencia.
- En ese caso te tomaré por esposa, ¿alguna objeción?- dijo serio.
- No...
Philip me llevó ante sus padres y se las arregló para salirse con la suya. Inglaterra y Francia volverían a estar unidas, aunque de una forma que nadie esperaba. No obstante, nadie tuvo quejas y me aceptaron como futura reina. Los tiempos empezarían a cambiar, a menos que alguien interviniera voviendo a imponer la tradición y tuviéramos que abandonar el trono, pero aquéllo no era probable.
Varias veces el príncipe volvió a preguntarme qué sentía por él y mi respuesta era siempre la misma: "te admiro". Ésa era mi forma de expresar mis sentimientos, puesto que no conocía otra forma. No sabía que se llamaba amor. Creí que esa palabra solamente podría atribuírse a mi princesa, puesto que ella le amaba tanto y había sufrido mucho por él, sólo ella era digna de la palabra amor.
El día anterior a la boda, el príncipe quiso darme una sorpresa de bodas:
- Brittany...está viva.
Entré en estado de shock. No sabía si alegrarme o espantarme.
- ¿Está viva? No puedo casarme contigo si eso es cierto.- eché a correr.
- ¿Pero qué dices...?- se sorprendió cogiéndome de la mano.
- ¡No voy a traicionarla! Lo siento, no puedo hacerle esto.
Antes de que Philip dijera otra cosa, alguien apareció para entregarle una carta. Cuando la cogió aproveché para escapar.
Me choqué con Bruno, que me retuvo.
- ¿Qué sucede?
- La princesa está viva, no puedo casarme con Philip...
- No seas tonta, aunque ella le quiera, él nunca lo hizo, y conocerte a tí fue como una esperanza para él de librarse del matrimonio por conveniencia. Él no se casaría con ella por nada del mundo aunque tú le dejes.
- Pero...- tropecé y me caí, tirando a Bruno abajo también.
- Así que ésta era la verdadera razón por la que no querías casarte conmigo, ¿verdad? ¡Habérmelo dicho! - se enfadó el príncipe al vernos en esa postura.- Yo ya me rindo- añadió tirando una carta al suelo.
Se marchó dolorido y cuando cogimos la carta vimos que era la que le había enviado la princesa hace mucho tiempo y que se perdió por el camino. La carta en la que le contaba que Bruno y yo éramos novios.
Viéndole marchar, sentí por primera vez el verdadero dolor de perderle y me arrepentí por decir que no quería casarme. En realidad, sí que quería. Lo deseaba y viendo al paso al que había estado de conseguirlo y no supe valorarlo...Igual se debió sentir la princesa...Me dí cuenta de que, admiración no era una palabra correcta para describir mis sentimientos.
Intenté hablar con el príncipe, pero no quiso escucharme. Canceló la boda y volvió a su país. Había metido la pata hasta el fondo.
Capítulo escrito por FlightOfFantasy
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top