Capítulo 15: Lo siento, pero no puedo

Unos segundos después, el reloj de la iglesia del puelo dió las cuatro.

- Príncipe Philip- rápidamente hice una reverencia-, ¿cómo es que estás aquí?

- ¿Qué tanta formalidad?- preguntó con ternura, mientras me alzaba la barbilla-. Soy tu amigo, ¿no?

Me ruboricé y fui incapaz de mirarle a los ojos. Philip decidió tomar la palabra.

- ¿Me harías un favor?

- ¡Por supuesto! Tú me has salvado la vida, ¿cómo podría negarme?- contesté mirándole a los ojos.- ¿De qué se trata?

- Quiero que vengas conmigo.

- ¿Adónde?-pregunté confusa.

- A un lugar donde nadie nos encuentre.

- No comprendo.

- Vamos a escaparnos.- me susurró al oído.

Me eché hacia atrás, sobresaltada por la repentina petición.

- ¿Para qué quieres escaparte? ¿ Y qué pasa con la princesa Brittany?

- Mi padre ha decidido la fecha de la boda. Antes de que acabe el verano, tendré que casarme con ella.- se lamentó.

- Pero es tu prometida, sabías que este momento llegaría...

Yo también lo sabía, aún así, lo veía como algo lejano y me tomó por sorpresa la repentina decisión.

- ¿No te importa que me case con ella?- insistió el príncipe.

Aparté la mirada y luego le dí la espalda.

- Se trata de lo que es mejor para dos países. Sería egoísta pensar en uno mismo ante esta situación- concluí.

- Está bien-suspiró él-, volveré y me responsabilizaré de mi reino. Voy a casarme con ella. Pero, contéstame a una pregunta. Sólo esta y ya.

Me volví para escucharle.

- ¿Qué soy yo para tí?

- Mi rescatador. Y siento una gran admiración hacia tí.

- ¿Admiración?¿Nada más?- se desilusionó.

- ¿Qué más podría haber?- me encogí de hombros.

- Claro, ¿qué más podría haber?- esbozó una sonrisa triste-. Perdona por preguntarte esto. Por cierto, mi prometida aún aguarda tu regreso.

Dicho aquéllo, se despidió y se marchó sin decir nada más. Bruno, que había estado observando en silencio, vino y me ofreció sus brazos para que pudiera desahogarme. Dejé que me abrazara mientras sollozaba sin poder detener las lágrimas.

- Eres muy fuerte por poder dejar marchar a la persona que más te importa por el bien de la princesa y ambos países- me consoló.

- No, Bruno, soy tan cobarde que ni siquiera puedo decir lo que realmente siento y encima tan débil que no puedo parar de llorar...- me lamenté.

- Llorar no es de débiles, sólo demuestra que tienes sentimientos, que no estás hecha de piedra.

El llanto se fue atenuando al oír aquéllas palabras. Bruno era una persona increíble. Le miré y ví que me sonreía.

- Venga, volvamos al palacio.

- No quiero- protesté.

Bruno me cogió en brazos y me llevó al coche tirado por caballos.

- Lo siento, yo no acepto noes cuando me propongo algo.

Capítulo escrito por FlightOfFantasy

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