Me estaba despidiendo de Philip y vi a lo lejos a unos hombres musculosos y fuertes cogiendo del cuello a Cindy y ella estaba intentando deshacer la fuerza de aquel hombre dándole puñetazos en la mano y en el brazo pero sus fuerzas eran inútiles ya que él no la soltaba.

Yo me quedé sin reaccionar pues nunca me he encontrado en esa situación.

Lo primero que hice fue mirar a Philip y él estaba bajándose del barco con su espada en mano pero lo detuve.

- ¿Dónde vas? ¿Estás loco?- Pregunté con tono de voz desesperado-. Si vas a socorrerla te matarán asique deja que mande a mis guardaespaldas-. Dije con el mismo tono de voz que antes.

- No, debo ir a socorrerla-. Dijo gritando.

- ¿Quiéres que te maten?- Pregunté.

- Esos tipos me quieren a mí, ella es sólo una anzuelo-. Dijo con el mismo tono de voz.

- Tú mismo lo has dicho, Cindy es un anzuelo y tu estás cayendo como un ratón en una trampa con queso, salvo que tú eres el ratón, esos hombres la trampa y Cindy el queso, asique deja que vaya algunos de mis guardaespaldas-. Dije en tono seco y enfadado, no quería que lo mataran.

- ¡Qué no!- Me dijo en un tono serio y brusco y se fue a salvar a Cindy.

- Por favor, Bruno, ve a vigilar a Philip y si está en peligro no dudes en intervenir-. Dije con preocupación.

- Lo haré princesa-. Dijo muestras hacía una reverencia y se fue corriendo.

- Espero que no lo maten-. Susurré para mí misma como si fuera una lamentación por dejarlo marchar.

Me dirijí a Palacio a esperar si Philip venía sano y salvo de aquella batalla.

En mi habitación estaba rezándole a Dios para que volviera sin ningún rasguño y que no me lo entregara muerto, estaba muy preocupada igual cuando mi padre fue a la guerra y yo le rezaba a Dios para que no le pasara nada y a día de hoy está conmigo.

Estaba dormida cuando oí a un carruaje venir, miré por la ventana y era el carrueja de Philip.

Corrí escaleras abajo hasta llegar a la entrada, la primera en apearse del carruaje fue Cindy, seguida de Philip que estaba sandrando del costado y luego se apeó Bruno.

Corrí al lado de Philip lo más rápido que pude y le miré la herida-. Da gracias que no sea profunda porque sino ya te hubieses desangrado-. Le dije inspeccionando la herida detenidamente y con cuidado.

- Sí, bueno, lo importante es que Cindy está bien-. Dijo con orgullo.

- ¡No! Lo más importante eres tú y te estás desagrando-. Miré a Bruno-. Vaya cara de susto que traes, ni que hubiese visto un fantasma-. Dije mirándole.

- No princesa, estoy estupendamente-. Mintió.

- Bueno, lleva al príncipe a su correspondiente habitación, Bruno, yo misma lo cuidaré-. Dije con decisión.

- Princesa, ¿puedo cuidarle yo? Es lo menos que puedo hacer por salvarme-. Dijo con un poco de vergüenza.

- Yo soy su prometida y yo lo cuidaré y no quiero ningún impedimento-. Dije mirándola con desprecio.

Nos dirijimos a la habitación de Philip y allí le pude curar la herida con quejidos por parte de él porque le dolía la curación, sí, esa noche dormí con él para asegurarme de que la herida no se infectara.

Capítulo escrito por swiftie5sos13