Capítulo 7- Aquí Agente Tata. Cambio.
Jin's pov
Las clases ya habían terminado, y yo estaba mochila en hombro, caminando hacia la entrada dispuesto a esperar a los chicos, cuando sonó el tono de notificación de mi móvil.
TaeTae🐯
Aquí agente Tata. Cambio 2:02 pm
Me quedé totalmente descolocado, joder, había pasado tanto tiempo junto a Tae que probablemente ya debiese estar acostumbrado a sus locuras, pero es que cada día conseguía sorprenderme más.
Qué mierda Tae? 2:02 pm ✅✅
Hyung!! Tenemos que hablar en clave 2:03 pm
Rodé mis ojos y le seguí la corriente.
Aquí Agente RJ. Cambio 2:03 pm ✅✅
Por qué RJ? Cambio. 2:03 pm
No lo sé, se me ha ocurrido, ahora puedes decirme qué pasa? 2:03 pm ✅✅
No has dicho cambio. Cambio 2:03 pm
Rodé los ojos... Otra vez...
Cambio. 2:03 pm✅✅
Ahora dime. Cambio. 2:03 pm✅✅
Ah sí sí, nos hemos adelantado y estamos en la cafetería que está al doblar, ven rápido. Cambio 2:04 pm
Vale, en 10 minutos estoy ahí. Cambio
2:04 pm ✅✅
Guardé el móvil, salí por la puerta de la facultad, y al alzar la vista...
Mierda.
Igual y hoy si era mi día de mala suerte.
Nuevamente ahí estaba el moreno, con ropa distinta a la de esta mañana, manos en los bolsillos, y recostado a una de las columnas con esa expresión socarrona, la cual se intensificó si era posible cuando me vio, por lo que se despegó para venir en mi dirección sonriente.
- ¡Jin!
- ¿Qué mierda haces tú aquí otra vez? - Pregunté con una mezcla de asombro, enfado, incredulidad, asco y vete tú a saber qué más.
- Pues he venido a verte, evidentemente - Contestó encogiéndose de hombros, sin borrar esa sonrisa burlona - ¿Te apetece ir a tomar algo?
- ¡¡No!! ¿Cuántas veces voy a tener que decirlo? Déjame en paz, pesado.
- Realmente eres precioso cuando estás enfadado Jin... Y muy divertido - Ignoró completamente lo que acababa de decir, y al igual que esta mañana, me revolvió el pelo, haciendo que mi molestia aumentara con creces, por lo que gruñí, y en un momento de frustración, le golpeé el pecho.
Pero vamos, fue un golpecito, tampoco iba a hacer una escena en la entrada.
- He dicho que no. ¡Ya déjame en paz!
- ¿Pero por qué no? - Hizo un berrinche cual niño de tres años, dejando así de lado su pose de "no me importa nada" de antes, y viéndose sumamente adorable.
Yo... casi sonrío.
Casi.
- Porque eres un pervertido, un simio idiota y solo quieres follar este culito que Dios me ha dado - Mi voz salió infantil, acorde a su actitud.
- Ese culazo.
- ¿Ves lo que digo?
- Hombre, a lo mejor eso es lo que te he parecido, pero no puedes saber realmente, si no hemos hablado casi y lo único que has hecho cuando me ves es pelear - Se quejó rodando los ojos.
- ¡Claro, porque tu actitud me pone de los nervios! - Respondí indignado, pues definitivamente no entendía cómo podía ser tan desvergonzado.
- ¿Te pongo nervioso Jin? - Soltó con una sonrisa torcida en su cara, y no sé en que momento terminé acercándome a la columna en la que él antes estaba, pero el caso es que me encontraba acorralado entre esta y su cuerpo.
- Para.
- Contéstame. ¿Te pongo nervioso princesa? - Sus comisuras seguían alzadas de una forma que le daba un aspecto sumamente sexy, y por un momento, producto de mi enfado (y al calor que me estaba subiendo al tenerle tan cerca), quise besarle para borrar esa jodida expresión de su rostro.
De su bonito rostro.
Pero obviamente soy Kim Seokjin, y no lo hice.
- ¿Princesa?
- Eres como una, y estás evadiendo la pregunta - Cada vez sentía que su cuerpo se pegaba más al mío.
- Joder Namjoon, para, que las personas nos están viendo - Estaba nervioso, muy nervioso, y sonrojado por la escenita que dábamos.
- Vaya, eso quiere decir que si no hubieran personas, no tendría que parar... ¿No? - Preguntó alzando una ceja y poniéndome más histérico si era posible.
Y bueno... Ante la presión, el calor del momento, y esta batalla de "ceder o no ceder" que tenía lugar en mi mente, hice lo que pensé que en ese instante sería lo más adecuado.
Le di un cabezazo.
- ¿¡¿¡Ehh?!?!? ¿¿Pero estás tonto?? - Preguntó con desconcierto, pues por el impacto, los dos habíamos terminado en el suelo, sobándonos nuestras respectivas frentes.
- ¿Qué querías que hiciese eh? ¡Estabas a punto de follarme contra el muro!
- Oh hombre, tengo muchos fetiches, pero que la gente me mire no es uno de ellos, y créeme, ganas no me faltaban. Por cierto... Tus orejas están rojas.
- ¡Eso es por la vergüenza que me has hecho pasar con todo este numerito! - Chillé totalmente a la defensiva y apartando la vista.
En parte tenía razón, pero el hecho de haber estado tan cerca, era el principal causante de mi tonalidad rojiza.
- ¿Numerito? Numerito el que estamos haciendo ahora. Por si no te has dado cuenta, los dos estamos en el suelo, gritando, y frotando nuestras respectivas frentes, que además, están rojas.
Y en ese momento, caí en que todo lo que decía era cierto, y que la gente nos miraban con caras de "¿quiénes son estos locos, y por qué se tocan la cabeza en el suelo?"
Entonces, y supongo que por lo absurdo de la discusión, dejé escapar una pequeña risa, tan pequeña que para cualquiera hubiese pasado desapercibida.
- ¡¡Eso!! - Gritó el simio y me hizo dar un respingo en mi lugar.
- ¿Qué te pasa ahora loco?
- ¡Eso! ¡Hazlo otra vez!
- ¿Golpearte en la cabeza? ¿Es uno de los fetiches esos que has mencionado antes? - Pregunté con aire divertido, porque la situación me había terminado hasta pareciendo graciosa.
- No princesa - Rodó los ojos - Sonríe otra vez - Y toda la diversión se esfumó, y en esta ocasión no fueron solo las orejas, todo mi rostro se puso totalmente rojo - ¡Pero hombre hazlo!
- ¿Para qué quieres que sonría?
- Pues porque te ves precioso.
Ahí sí me golpeó. Estoy seguro de que estaba del color del zumo de fresa que Taehyung lanzó en la camiseta de Hoseok.
Y por eso, hice lo que mejor se le da a Kim Seokjin.
- Vete a la mierda. Me marcho - Y dicho esto, me levanté con el objetivo ir a encontrarme con los niños, pero el simio me tomó por el brazo (lo cual al parecer se había convertido en costumbre), impidiendo así poner en marcha mi plan.
- Hey Jin, no te enfades. Estábamos pasándola bien.
- Tienes toda la razón hombre, estar en la entrada de mi escuela haciendo cosas raras es mi idea perfecta de pasarla bien - Obviamente estaba siendo sarcástico, y el hecho de que rodara los ojos fue evidencia de ello.
Aunque a decir verdad, no estaba totalmente en desacuerdo con sus palabra. A ver, tampoco era un fiestón, pero como os he dicho antes, la situación era tan absurda, que me terminó pareciendo graciosa.
- Joder princesa, de verdad que eres divertido.
- ¡Que dejes de llamarme princesa idiota! Y suéltame, me marcho y no vuelvas a buscarme, voy a denunciarte por acoso - Y luego de apuntarle con el dedo, entrecerrando mis ojos, me zafé de su agarre, sacudí el polvo de mi ropa, y con la cabeza bien alta, me fui caminando hacia la dichosa cafetería.
Al llegar busqué con la vista a mis hijos, pero me llevé una extraña sorpresa al notar que junto a ellos en una mesa, estaban Hoseok, y el chico tan majo este... Yoongi.
El pelirrojo hablaba animadamente con Tae, mientras que Jimin charlaba/acosaba al peliblanco, quien portaba una mueca de incomodidad absoluta.
Y bueno, Jungkookie... Jungkookie tenía a su móvil.
Me acerqué a la mesa.
- ¡Hyungggg! ¡Llegas 20 minutos tarde! - Gruñó Tae, haciendo un puchero de inconformidad.
-Ya, perdona por eso, hubieron complicaciones - Solté, pensando en cierta muralla humana con cabello gris - No sabía que vosotros venderíais - Esta vez le hablé directamente a Hoseok.
- Sí, bueno... Es que me he topado a Tae a la salida y me dijo que viniese con él, pero ya yo había cuadrado con unos amigos, y como no quería quedar mal con ninguno, pues aquí estamos - Sonrió un tanto apenado - Espero que no te moleste...
- Hombre claro que no, no es molestia - Dije encogiéndome de hombros, para seguidamente sentarme a un lado de mi hermano, de espaldas a la puerta - ¿Ya habéis pedido algo?
- Esperábamos a que llegaras - Mi pregunta fue contestada por Jimin, quien no me había hecho ni caso desde que había entrado, pero al parecer ya se había cansado de que el pálido le ignorara olímpicamente.
Después de hacer nuestros pedidos y charlar un ratito, me di cuenta de un detalle que me había pasado totalmente desapercibido cuando llegué.
- ¿Por qué sobra una silla?
- Lamento llegar tarde - Una 7ma voz se hizo presente, y no tuve que voltearme para saber de quién se trataba.
Apoyé los codos en la mesa y puse mis manos en mi rostro.
-Tierra trágame.
Bueno, y aquí esta el séptimo capítulo, espero que os haya gustado. A partir de ahora empieza el salseo de verdad y tal, un beso😘
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top