Capítulo 44- ¡No discutáis por favor!
Nam's pov
Estuve toda la noche dándole vueltas a lo de la propuesta de Jin.
Mi cabeza era un jodido lío. Por una parte quería no hacer nada, y respetar su decisión de rechazar el trabajo, pues de esa forma él se quedaría a mi lado, y mi parte egoísta quería que así fuera. Porque yo había llegado a quererle tanto, que sabía que una vez no estuviera conmigo, algo dentro de mí se iría al traste.
Pero precisamente por esto, porque estaba jodidamente enamorado de él, como todo un idiota, era que no podía permitir que las cosas fueran de esa forma.
Por primera vez en mi vida pude comprobar eso que dicen que cuando amas a alguien pones por delante su bienestar antes que el tuyo propio.
Como su novio, yo era el primero que tenía que apoyarle, que animarle a seguir adelante, no lo contrario, y eso era justo lo que estaba pasando: mi chico era un pájaro enjaulado y su celda era nada más y nada menos que yo mismo.
Apenas pude dormir, solo le miraba a un lado de la cama, descansando pacífimente, haciendo que mi corazón doliera.
Si se iba, no podría ver más escenas como esta, no podría verle sonreír, ni molestarle, ni besarle, ni tendría que comer más zanahorias... Joder, me comería todas las putas zanahorias del mundo con tal de que todo esto se resolviera de una forma que fuera beneficiosa para los dos.
Sin embargo, tristemente así es la vida. A veces tenemos que sacrificar algunas cosas para conseguir otras mejores.
Por tanto, con la determinación de que lo que iba a hacer valdría la pena, me levanté en la mañana incluso antes de que él despertara, y después de darle un beso en la mejilla, salí del departamento.
Lo primero era comprobar que la propuesta siguiera en pie, pues según Jaebum esto había ocurrido hacía una semana.
Así que fui inmediatamente a Winter Spices. Era muy temprano, y aún no había abierto, pero ya el personal del turno de día se encontraba acomodándolo todo.
- ¡Hyung! - En cuanto vi a Tae Il le llamé.
- ¿Nam? - Me miró con sorpresa - ¿Qué haces aquí a las - Comprobó la hora en su reloj de muñeca - 8:30 de la mañana?
- Hyung, es una historia larga, pero necesito tu ayuda. ¿Tú sabes quién es el crítico que vino hace una semana a ver a Jin?
- ¿Un crítico? - Frunció el ceño y colocó una mano en su barbilla en modo pensativo - ¡Oh! Sí, creo que te refieres al señor Park Jan Kwon. Él había venido hace dos meses y un poco más, y se pasó el domingo anterior a verle.
- Genial, ¿tienes alguna forma de contactarle o algo? - Pregunté esperanzado, pero mi esperanza fue disipándose cuando le vi comenzar a negar con la cabeza.
- Lo lamento Nam. ¿Pero por qué no le preguntas a tu padre? Él tal vez sepa algo...
- Gracias Hyung, eso mismo haré.
Y como alma que lleva el diablo, salí disparado del restaurante hasta casa de papá.
Una vez estuve frente a la puerta, entré sin siquiera tocar, y le vi desayunando con Soo Ha.
- ¿Namjoon? ¿Qué haces aquí a esta hora?
- Padre, necesito un favor... Buenos días Soo.
- Buenos días, cariño - Mi madrastra me dio una sonrisa amistosa.
- ¿Qué favor?
- ¿Tú por casualidad tienes alguna forma de contactar a un tal Park Jan Kwon?
- ¿Kwon? ¿Para qué quieres tú hablar con él? - Preguntó alzando una ceja.
- Papá, es una historia complicada, luego te explico, pero por favor necesito su número para que-
- Namjoon, no voy a darte nada hasta que me digas qué sucede - Frenó mi discurso, usando ese tono que demostraba que aunque le insistiera mil veces no iba a cambiar de opinión, así que resignado, terminé asintiendo.
- Vale. La cosa es sobre Jin...
- ¿Jin? ¿Qué pasa con él? ¿Os habéis vuelto a pelear?
- No exactamente... A ver cómo te explico... - Me senté a su lado en la mesa, y cerré los ojos, meditando por unos segundos las que serían mis próximas palabras - Lo que pasa es que este señor, le ha hecho una propuesta de trabajo a la princesa.
- ¿Una propuesta? - Asentí.
- Le ha ofrecido convertirse en el chef principal de un restaurante que pretende abrir - Papá abrió muchísimo los ojos.
- Pero eso es jodidamente increíble, Namjoon. Es muy difícil que un cocinero tan joven tenga una propuesta así, y Jin ni siquiera hace un año de haberse graduado... ¡Oh claro! Por eso Kwon me preguntó aquella vez por él...
- Exacto, eso mismo le he dicho yo. Le vendría genial, es una persona malditamente talentosa como para quedarse toda su vida de segundón.
- ¿Y cuál es el problema entonces?
- Pues el problema es que lo ha rechazado - Papá hizo una mueca de desconcierto.
- ¿Eh? ¿Por qué?
- Pues porque el trabajo es en Francia... - Su expresión se fue suavizando poco a poco.
- Vaya... Supongo que tiene sentido.
- ¿Sentido? - Cuestioné con incredulidad - Papá, no tiene ningún jodido sentido, no cuando le están ofreciendo el trabajo de sus sueños, en un país que es un puto referente de la gastronomía internacional e incluso le garantizaran unas prácticas en diferentes puntos culinarios. Rechazarlo es como si un cantante se negara a presentarse en los premios Grammy.
- Namjoon, yo entiendo a qué te refieres, pero Jin tiene todo aquí, su familia, sus amigos. Estás tú, cariño.
- Papá, ni su familia ni sus amigos dejarán de serlo si él se va, además, podrá venir a verlos en vacaciones o qué se yo.
- ¿Y tú? Porque es evidente que no podréis mantener una relación así... ¿Qué piensas hacer? ¿Irte a Francia?
- Yo no puedo ir a Francia... - Murmuré tristemente - Ni siquiera trabajo, tampoco me he graduado, definitivamente sería un jodido estorbo. Eso no es una opción.
- ¿Y entonces?
- Entonces nada, papá. Yo no puedo ser quien detenga a Jin. Su carrera, su vida, es muchísimo más importante que yo... Tal vez algún día se canse de mí, y se arrepienta por no haber aceptado cuando tuvo la oportunidad.
- Namjoon, no puedes vivir a base de suposiciones. Tal vez pase lo que dices, pero puede que no... No lo sabemos a ciencia cierta, hijo.
- Por eso mismo, papá, Jin no puede rechazar una ofertaza así teniendo en mente que ya vendrán otras, porque como tú bien has dicho, no podemos vivir suponiendo.
Nos quedamos en silencio unos segundos, y él se mantuvo mirándome fijamente, pensativo, para luego, una vez decidió romper el silencio, decir:
- ¿Y tú?
- ¿Eh?
- Solo me has hablado de lo que es mejor para Jin, de lo beneficioso que será esto para él, de que no puedes ser un estorbo... ¿Pero tú? ¿Qué es lo mejor para ti, Namjoon?
Ante sus palabras me quedé ido, no sabía qué responder, porque definitivamente yo no estaba actuando con lo que sería mejor para mí en mente, ya que si lo hacía, sabía que no le permitiría irse. Para mí lo mejor era estar a su lado.
- Papá... - Él suspiró.
- Namjoon, hijo, yo entiendo lo que estás tratando de hacer, pero a veces está bien pensar en uno mismo... ¿No te parece que igual lo mejor es aceptar la decisión que ha tomado Seokjin?
Estuve un rato analizando lo que acababa de comentar, y mi cabeza estaba incluso más confusa que antes.
Era una lucha interna entre lo que quería hacer y lo que debía hacer, y en otros momentos de mi vida, hubiese puesto por delante definitivamente lo que fuera de mi preferencia. Sin embargo, después de conocer a mi princesa, su bienestar estaba por delante, así que luego de mi debate mental, nuevamente llegué a la conclusión de que lo mejor sería que él accediera.
Ya me las apañaría de alguna forma, en ese instante solo tenía que resolver su problema, los míos los analizaría más adelante.
- Papá, a mí me da igual si yo la paso mal, si lloro, si le extraño. Me da igual todo eso si sé que la razón de ello es que mi princesa esté siendo feliz - Y lo decía jodidamente en serio, si Jin estaba bien, entonces de alguna forma lo estaría yo también.
- Imagino que quieras localizar a Kwon para ver si la oferta sigue en pie - Asentí - ¿Estás seguro de esto, Namjoon? - Volvió a preguntar, para tener seguridad, y nuevamente afirmé, ya estaba decidido, ya no habría vuelta atrás.
Luego de nuestra plática, papá contactó con el famoso hombre, y este nos dijo que mi chico todavía tenía chance hasta dentro de una semana para cambiar de opinión, por tanto, la primera fase de mi plan ya estaba completa, ahora solo me quedaba hacer que el pelinegro aceptara.
Estuve un rato más en casa de papá, y a eso de las 10 o algo así, volví a mi piso.
En cuanto abrí la puerta, me encontré con el ceño fruncido de Jin, quien estaba sentado en la sala de estar.
- Hey... - Murmuré, ligeramente intimidado, pues parecía molesto.
- Hey - Respondió a mi saludo fuertemente - ¿Dónde estabas?
- He bajado a casa de papá un momento...
- Uhmm - Estuvimos en una especie de silencio tenso unos segundos, mirándonos fijamente, yo ni siquiera me había sentado.
Tenía que sacar el tema del trabajo, pero no sabía cómo, así que tras debatirlo conmigo mismo, terminé suspirando y decidiendo no andarme por las ramas.
- Jin, necesito hablar contigo.
- ¿Has desayunado? - Se puso de pie, ignorando completamente lo que le acababa de decir.
- No, no, lo he hecho, pero escúchame, con respec-
- Genial, he preparado algo - Su expresión seguía pareciendo enfadada, y después de interrumpirme, emprendió camino a la cocina, y yo le seguí de cerca - He preparado tortitas, me han salido de muerte - Comentó de espaldas a mí, frente a la encimera.
- Jin, de verd-
- ¿Las prefieres con miel o con jarabe de fresa?
- Con jarabe están bien, pero ahora escúchame, no me quedé conforme con lo que hablamos aye-
- ¿Te sirvo 5 o 6?
- ¡JINNN! - Grité, exasperado por su actitud, evidentemente estaba evadiendo el tema. Él pegó un respingo en su lugar, y se volteó en mi dirección, quedando frente a mí y cruzándose de brazos.
- ¿Qué mierda te pasa?
- Eso debería preguntarte yo a ti - Mi mandíbula se tensó - No actúes como un niño pequeño, ya eres un adulto.
- ¿Y se puede saber a qué viene todo esto?
- Pues a que estás evitando hablar de lo de anoche.
- Namjoon... - Cerró los ojos y se frotó las sienes con sus dedos - Ya no hay más nada que hablar, así que déjalo.
- Tal vez tú no tengas más nada que decir al respecto, pero yo sí. Así que escúchame por una puta vez en tu vida - Él alzó las cejas y sonrió de medio lado.
- Vale - Subió sus manos, mostrando sus palmas - Te escucho.
- Tienes que aceptar.
- ¿Eso es todo?
- Cállate, y déjame terminar - Dije con fortaleza y él rodó los ojos - Jin, de verdad, esto en algo jodidamente importante para ti, no seas idiota, no mandes todo a la mierda. No sabes si en un futuro se te presente algo tan grande como esto, tú-
- Mira Namjoon, lo que me estás diciendo ahora, es justamente lo que dijiste antes, y mi respuesta sigue siendo la misma. Me da igual, no voy a ir.
- ¿Por qué tienes que ser tan jodidamente cabezota? - Comenté con frustración, mi chico podía ser malditamente obstinado si se lo proponía.
Me miró con cara de haber visto un muerto.
- ¿Y a ti qué mierda te pasa? ¿Por qué cojones estás molesto por eso cuando el trabajo me lo han ofrecido a mí? ¡Es mi maldito problema, soy yo el que decide si ir o no!
- ¡No es solo tu problema!
- ¿Ah no?
- ¡Deja de serlo cuando la razón de que lo rechaces soy yo! - Los dos estábamos rojos de tanto gritar. Jin y yo apenas discutíamos, pero ambos teníamos un carácter fuerte, por lo que cuando lo hacíamos era complicado llegar rápidamente a un acuerdo, básicamente porque nos costaba ceder. Sin embargo, no tenía caso que nos tratáramos así, por lo que decidí bajar el tono, y respirar profundamente, para una vez estuve más calmado, continuar - Princesa, yo de verdad que entiendo todo lo que te pasa, pero eso no es excusa... Yo solo quiero lo mejor para ti, Jin - Me acerqué a él, y comencé a pasar una mano por su mejilla.
- ¿Y tú crees que lo mejor para mí es estar a miles de kilómetros? - Susurró, dejando de lado su enfado. Yo le descrucé los brazos y luego le atraje hacia mí, para abrazarle.
- Lo que yo creo es que lo mejor para ti es estar entre los fogones, y que la gente vaya un jodido restaurante para comer la comida de "Kim Seokjin" - Él me correspondió, subió sus brazos, juntando sus manos en mi baja espalada.
- ¿Por eso te has ido esta mañana? - Habló tan bajito que apenas pude oírle.
- ¿Eh?
- Que si porque estás enfadado te fuiste temprano esta mañana - Comentó con su cara hundida en mi pecho, y mi corazón se estrujó un poquito.
- Jin... - Empecé a acariciar su cabello - Yo no estoy molesto contigo, cariño.
Estuvimos en esa posición unos minutos, yo sin dejar de hacerle mimos, dándole besitos en la coronilla de vez en cuando, y él sin soltarme, en absoluto silencio, pensando sobre todo lo que estaba sucediendo.
- Nam...
- Uhmm.
- Yo... - Alzó la vista, y me miró con ojos de cachorrito - Lo siento, pero sigo sin querer ir...
- ¿Entonces estás diciendo que no va a ir a currar a Francia por ti?
- Exactamente.
- ¿Y cuál es el problema?
Ahora mismo estaba en casa de Yoongi. Después de nuestra discusión/plática, no habíamos vuelto a sacar el tema, pero evidentemente yo no me iba a quedar así.
Por tanto, una vez él se marchó a trabajar, vine a hablar con mis amigos, en busca de ayuda.
- Pues justamente ese es el problema. Por mi culpa va a perder una oportunidad increíble.
- Namjoon - Esta vez intervino Hoseok - No es por tu culpa, él único que tiene la culpa es él, y ni siquiera es eso, a lo que me refiero es que él es libre de irse o quedarse, no es como si tú se lo prohibieses o algo, tío.
- Hoseok, dime la verdad... ¿Tú piensas que él no quiere ir? - Incliné mi cabeza. Mi pregunta salió en tono obvio, porque yo ya sabía la respuesta, solo quería hacérsela ver.
- Bueno...
- Evidentemente sí quiere, pero no lo hará porque estoy yo como un jodido grano en el culo.
- Creo que te equivocas Namjoon - Añadió el pálido, quien nuevamente se había teñido, y ahora tenía el cabello rubio - Si Jin prefiere quedarse es porque para él eso es más importante. Piénsalo, no lo está haciendo por lástima, sino porque de verdad cree que estar aquí es lo que le conviene, estar contigo.
- ¿Y crees que no lo he considerado, Yoon? - Mi mirada se enfocó en el suelo y mi voz salió triste - Pero el problema es que eso es lo que él piensa ahora. ¿Y en el futuro? ¿Y si un día deja de estar enamorado de mí y se arrepiente? - Comencé a negar suavemente con la cabeza - No, no puedo permitir que eso pase.
- ¿Y qué pretendes hacer entonces? - Cuestionó el pelirrojo - Porque si él no quiere ir... ¿Vas a meterle en una maleta y mandarlo a Francia?
- Por eso mismo estoy aquí, gilipollas, para que me ayudéis a resolver esto.
Pasamos la tarde dándole vueltas y vueltas, y la verdad que no se me ocurría nada que fuera efectivo.
Todas las ideas que pasaban por mi cabeza eran jodidamente absurdas, y las que no, evidentemente no funcionarían. Tenía que ser algo que provocara un cambio radical en la princesa, en otras palabras, algo que le hiciera querer alejarse de mí. Así que luego de analizar y analizar las posibles opciones, me di cuenta que la respuesta siempre estuvo delante de mis ojos.
- Dong Sun.
¡Hola!
¿Cómo estáis?
Capítulo nuevo, espero que os guste.
Un besazo y en un ratito subo otro 😘😘😘😘😘
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