Capítulo 34- ¡No me lo puedo creer! ¡Edmundo ha vuelto!
Jin's pov
Después de haber hablado con Namjoon en el ascensor, había vuelto al trabajo. Y él también estaba aquí, sentado como un perrito obediente que espera a su amo.
Juro que casi podía ver cómo movía la colita.
Francamente verle junto a Dong Sun me había descolocado totalmente, más cuando me había dicho que no quedarían. Comencé a imaginar todo tipo de cosas, sobre todo cuando evidentemente ninguno de los dos esperaba encontrarme.
Pero si él decía que había una explicación, entonces le creería y esperaría a que me la diera en casa. Porque yo le quería y por tanto debía confiar en él.
Así que, dejando de lado todos los pensamientos relacionados con esa criatura del demonio, me concentré en preparar correctamente la langosta que tenía delante. Y vaya que lo hice, pues ni siquiera me enteré de que Tae Il me llamaba.
- Jin.
- ...
- Jin
- ...
- ¡Jin! - Salí de mi mundo de crustáceos y después de parpadear un par de veces, le presté atención - Necesito hablar contigo un instante.
- ¿Pasa algo?
- No te preocupes, no es nada malo.
- Vale, ¿qué sucede?
- Esta noche viene un crítico gastronómico a cenar. Sé que se supone que tu turno acaba a las 6, pero pretendemos recomendarle tu postre y me gustaría que te quedases, para que lo prepararas tú directamente.
- Pero... ¿No podéis vosotros? Quiero decir, tenéis la receta, incluso Youngjae sabe hacerla, y a él le toca el turno de noche - Dije intentando escaquearme, pues tenía un asunto importante que tratar con el simio y si me quedaba hasta muy tarde tendría que dejarlo para mañana.
- Pero nadie lo hace tan bien como tú, de verdad, créeme que si no te considerase necesario no te lo pediría, además, si te quedas puedes librar mañana, descuida, no es como si te fuese a hacer trabajar horas extras.
- No sé...
- Porfis -Unió las palmas de sus manos e hizo un puchero, y como sabéis, mi corazón era/es débil, más si se trataba de una persona como el tatuado que había sido un amor conmigo desde que llegué a este lugar, así que después de suspirar, le di una sonrisa y asentí - ¡Genial! Seguro que le encantará el dulce, creo que es de lo mejor que tenemos ahora mismo en la carta.
- Pero si apenas lo incorporamos ayer...
- Pero es jodidamente bueno -Se encogió de hombros - Bueno, te dejo ¿vale? Voy a seguir en lo mío. Muchas gracias, de verdad.
Una vez hizo lo dicho, dejé por un momento lo que estaba cocinando y me acerqué hasta el peligris.
- Namjoon - Nada más verme llegar, su expresión se tornó reluciente - Esta noche viene un crítico y voy a quedarme hasta tarde, quieren que le haga el postre. Lo siento...
- No pasa nada, me quedaré hasta que termines - Dio una sonrisa tranquila.
- ¿Eh? ¿Por qué? ¿No tienes nada que hacer? - Alcé una ceja.
- Me apetece quedarme contigo - Contestó encogiéndose de hombros y yo crucé mis brazos.
- Namjoon, ya te he dicho que no estoy molesto, no tienes que hacer esto para hacerme sentir mejor, solo vete y ya está, mañana hablamos con más calma, voy a tener todo el día libre.
- ¿En serio? Genial, entonces salgamos a alguna parte. Podemos ir al cine o no sé. Yo faltaré a la escuela, y así nos pasamos todo el día juntos - Abrió sus piernas, y me tomó de las caderas situándome entre estas y acercándome más a él, todo esto sonriendo en grande, e ignorando todo lo que le había dicho antes.
- Namjoon, estoy hablando en serio, no tie-
- Princesa, voy a quedarme y ya está - Me interrumpió - Quiero estar contigo, de hecho, yo pretendía pasarme por aquí antes de encontrarte, así que no le des muchas vueltas.
- Ya, pero eso era cuando me tenía que quedar hasta las 6, ahora estaré aquí hasta que cerremos, así que no seas tonto y vete a casa, anda - Hablé posando mis antebrazos sobre sus hombros.
- Por lo menos déjame quedarme hasta esa hora - Soltó poniendo un intento de expresión adorable y yo sonreí, para acto seguido asentir y darle un pequeño beso.
- Me voy, que tengo que seguir.
Como bien dijo, estuvo ahí hasta las 6, pero a pesar de lo acordado, no se marchó por voluntad propia, sino que tuve que prácticamente echarle.
Unas horas más tarde vino el famoso causante de mi permanecia y como comentó Tae Il, le sugirieron el postre.
Me esmeré todo lo que pude, para que saliera perfecto, quería que no hubiese ningún problema, pues habían confiado en mí para esto, y no podía ser el causante de una mala crítica.
- Jin, el cliente quiere hablar contigo - Avisó Jaebum entrando en cocinas.
- ¿Conmigo? - En ese momento me asusté, juro que pensé que le había cagado totalmente y que el tío quería verme para decirme que se había comido una bazofia y sabría Dios qué cosas más.
- Ha dicho que quiere conocer al chef del último plato, así que evidentemente eres tú. Vamos, está esperando.
Y con las piernas temblorosas salí detrás del chico del mullet, y le acompañé hasta la mesa donde se encontraba el sujeto. Era un hombre de unos cincuenta y tantos años, llevaba una barba corta ligeramente canosa, y vestía camisa negra con pantalones caqui.
- Un gusto, Kim Seokjin - Hice una reverencia.
- ¿Tú eres la persona que hizo el platillo de cerezas? - ¡Ay madre! ¡Que no le ha gustado! Su tono de voz salió tan fuerte y brusco que mis manos comenzaron a sudar y me puse más histérico de lo que ya estaba.
- Exacto... - Murmuré temeroso. Estuvo unos instantes en silencio, observándome fijamente, analizándome, y yo sentí que me hacía más y más pequeño con cada segundo que pasaba bajo su mirada.
Acto seguido se puso de pie y ahí sí me volví loco. Ya le veía yo tomando un vaso de agua y lanzándomelo en la cara, como siempre pasa en los dramas. Igual era un poco exagerado, pero ya sabéis que yo siempre me montaba este tipo de películas en mi cabeza.
Sin embargo, y por causa de todas las idioteces que estaba pensando, lo que hizo a continuación me tomó totalmente desprevenido.
Una vez estuvo frente a mí inclinó su cuerpo, poniendo sus manos a los lados y formando un perfecto ángulo de 90°. Abrí los ojos enormemente, no entendía qué estaba pasando, y por tanto no sabía que decir, así que me quedé como un tonto.
Cuando se levantó extendió su mano, para que la apretara y aún sin entender bien por qué, lo hice.
- Ha sido sublime - Comentó asintiendo con la cabeza, con expresión orgullosa - Juro que nunca, en todos mis años de catador había probado algo como esto. El menú en general ha estado fantástico, pero sin duda el postre ha quedado redondo.
- Yo... Mu-uch-ii-simas gr-aacia-s - Respondí entrecortado, pues me encontraba nervioso, eufórico, orgulloso y miles de cosas más que no sabría explicar.
- Yo no suelo dar una opinión de la comida hasta que escribo la reseña, pero no he podido contenerme. Además, me he llevado una grata sorpresa. No me esperaba que fuese un chef tan joven. ¿Cuántos años tienes?
- Casi 25... - Esta vez quien abrió mucho los ojos fue él.
- Vaya... Te espera un buen futuro chico... Mi nombre es Park Jan Kwon. Ha sido un gusto.
- El gusto ha sido mío, muchísimas gracias, de verdad - Y sonreí en grande. Para mí suponía un subidón total que personas tan importantes reconocieran mi trabajo. Me hacía ganar mucha confianza, y sentir que de verdad esto era lo mío.
Él también sonrió.
- Ya has dicho eso antes, no tienes que seguir agradeciendo, de hecho no hay nada que agradecer, tú tienes todo el mérito. Puedes decirle a tus compañeros que daré una buena opinión de este lugar.
Llegué a casa a eso de las 12:05, suponía que Namjoon ya estaría durmiendo pero una vez entré, le vi sentado en el sofá del salón.
- Hey...
- Oh, princesa, ya has llegado - Sonrió en grande cuando me vio.
- Pensé que ya estarías durmiendo... - La verdad no me apetecía verle justo en ese instante, porque si lo hacía iba a querer hablar de lo de Dong Sun, y ya era tarde, estaba cansado y me había pasado algo genial, por tanto no quería arruinar mi felicidad escuchando algo que tal vez me sentara mal, no en ese momento.
Y él debió haber notado que no tenía muchos ánimos, pues una vez que vio mi expresión, suspiró.
- Jin, tenemos que hablar, yo te debo una explicación.
- Namjoon, mañana, hagámoslo mañana...
- Ya es mañana, son más de las 12... - Estuvimos en silencio unos instantes - Princesa, por favor, sé que estas cansado y todo, pero de verdad, no puedo quedarme así, estoy ansioso por aclarar las cosas desde esta tarde.
- Vale, bien, entonces hagámoslo - Hablé alto y claro, con decisión, y determinación renovada. Si hacía unos segundos no quería hablar, ahora quería acabar con esto de una maldita vez. Me senté en un asiento individual, justo al lado de donde él estaba sentado - Venga, habla.
- A ver, primero que todo, lo que te dije esta mañana es verdad, no quedé con él. Se apareció en la escuela y me dijo que - Hizo una mueca como si lo que fuese a decir a continuación fuera una incoherencia - Literalmente, buscó en google la dirección de alguna facultad cercana a mi casa donde se estudiara mi carrera, y eso me pareció lo más acosador del mundo - Levanté una ceja, pues me costaba creerme eso - Sé que parece increíble, pero Yoongi también estaba ahí, así que si quieres pregúntale, estoy diciendo la verdad. De hecho, esta mañana al llegar estuvimos hablando, y me contó cosas de Dong Sun que yo no sabía.
- ¿Qué tipo de cosas?
- Me contó que se llevaban mal, que era un hipócrita y que estaba obsesionado conmigo antes, pero yo no tenía ni puta idea de nada de esto, pensé que todos se llevaban bien.
- Cuando dices que estaba obsesionado contigo, ¿te refieres a que le gustabas? - Él me miró dudoso y estuvo sin hablar unos segundos, pero al final terminó asintiendo.
- Yo en esa época no lo sabía, pero ayer cuando salimos me confesó que sí, pero me dijo que todo era pasado, y bueno, hoy mi amigo me confirmó que era cierto, lo de que le gustaba digo.
- Lo sabía, sabía que ese tío quería algo. ¿Y se puede saber por qué cojones ayer cuando te pregunté no me lo dijiste?
- Pues porque sabía que te pondrías mal.
- ¿¿Y cómo quieres que me ponga entonces?? - Casi grité, pero no pude evitarlo, la situación me estaba superando - Lo siento, no debí haber hablado tan alto... - Él suspiró y tomó mis manos.
- Princesa, lo siento yo, debí habértelo dicho pero es que no quería que te preocupases, de hecho, por eso mismo decidí que no quería pasar más tiempo a solas con él, ni siquiera me esperaba que se apareciese hoy, de verdad, te repito, si quieres pregúntale a Yoongi, le dije todo esto en la mañana.
- ¿Por qué veníais caminando tan juntos...? - Murmuré.
- Ni siquiera yo tengo idea cariño, estábamos normal y de repente se me tiró encima y justo cuando iba a apartarle apareciste tú y me lié totalmente - Me lo comentó todo en un tono que me pareció tan sincero y mirándome tan profundamente, que no tardó mucho en convencerme. Quería creerle, quería que todo lo que estaba diciendo fuera verdad - Princesa, yo sé que todo puede parecer absurdo, pero es lo que pasó, no hice nada con él, y si aún yo le gustara da igual porque no es mutuo, a mí me gustas tú - Subió su mano a mi mejilla y comenzó a acariciarla.
- Yo... Te creo... - Y una vez dicho esto, rodeé su cuello con mis antebrazos y me acerqué a besarle. Quería saborearle, sentirle y dejar de lado toda esta mierda. En muy poco tiempo ese hombre se había convertido en un dolor en el culo, y no estaba dispuesto a permitir que mi relación con Namjoon se viniese abajo por su culpa.
- ¿Entonces me perdonas? - Hizo un mohín.
- ¿Qué se supone que tengo que perdonar idiota? - Le sonreí en grande y él me correspondió - Por cierto, ha pasado algo súper guay hoy.
- Oh verdad, que iba el crítico ese. ¿Qué tal ha ido?
- El hombre pidió que saliera, y en ese momento me puse de los nervios, ya sabes que yo soy así súper dramático - Comenzó a reír bajito - Pero cuando llegué me hizo una reverencia y me dijo que mi postre era de lo mejor que había probado en sus años de profesión - Anuncié súper feliz - Y ya ahí casi me da un infarto.
- Joder princesa, de verdad que eres genial... - Murmuré como si fuera algo absoluto, como si no hubiera duda de eso y yo me sonrojé ligeramente, aún no me acostumbraba a los halagos de Namjoon, y no estaba seguro de si algún día lo haría - Apuesto que le diste las gracias mil veces - afirmó burlón y me pareció súper divertido, pues exactamente eso fue lo que pasó.
- Que bien me conoces.
- Y ahora para celebrar... ¡Vamos a ducharnos! - Y diciendo esto se puso de pie y me cargó como un saco de patatas, haciendo que el camino hasta el baño estuviese lleno de pataleos míos y risas suyas.
- ¡Veamos esa de ahí!
- ¿Quieres ver una película romántica?
- Hoseok me ha dicho que está genial.
- Sois unos cursis...
Al final Namjoon hizo lo que dijo, y a pesar de mis intentos, no fue a la universidad, pues según él, quería pasar todo el día conmigo, y por eso mismo ahora estábamos en el cine.
Después de nuestra plática, estuvimos teniendo sexo de "reconciliación", aunque técnicamente no nos hubiésemos peleado. El caso es que estuvimos dándole al tema desde la ducha hasta las tantas de la madrugada y ahora estábamos mucho mejor.
Después de comprar palomitas, refrescos y todo lo que por ley se necesita en el cine, entramos a ver la peli en la que el peligris había insistido.
Y justo como yo esperaba, resultó ser una de esas películas súper melosas, donde sale purpurina y corazones en cada escena. Me estaba aburriendo enormemente, y por el contrario el simio estaba absorto en lo que se transmitía en la pantalla. Con todo su aspecto de tipo rudo, nadie diría que podía fascinarse tanto con una comedia romántica.
Y luego decía que yo era el raro por ver mi querida novela, de la cual iban a empezar a emitir una nueva temporada, por cierto: "Corazón herido: La venganza de Edmundo". Solo de ver el título ya sabía yo que iba a ser una joyita.
Pero bueno, el caso es que, básicamente, al no tener ningún tipo de interés en lo que se proyectaba enfrente de mí y como nos habían mandado a apagar los móviles, tuve que pensar en hacer algo que pudiera proporcionarme un mínimo de entretenimiento.
Y sonreí maliciosamente al encontrar una solución perfecta.
De toda la vida de Dios, el cine ha sido considerado como uno de los lugares clásicos para las parejas enrollarse, así que opté por mantener viva las viejas tradiciones.
Comencé a ejecutar mi nuevo plan retirando el bote de palomitas que se encontraba sobre los muslos de Namjoon, y posé mi mano en uno de ellos, para seguidamente comenzar a subir suave y seductoramente, hasta llegar a esa zona donde el sol no daba. Una vez ahí comencé a apretar ligeramente.
- ¿Princesa qué estás haciendo? - Preguntó desconcertado, apartando la vista de la pantalla.
- Namjoonie... Me aburro, hagamos algo más divertido.
- No puedo creer que nos hayan expulsado.
- Ay por Dios, no te quejes, bien que lo estabas disfrutando.
- ¡Ese no es el tema, el tema es que ahora no podré saber si Jennie recupera el amor de Kai!
- ¿Eso es lo que te preocupa? ¡Nos han vetado del cine imbécil!
- ¿Y de quién ha sido la culpa? Que yo sepa eres tú al que le ha dado por chupármela en plena función.
- ¿¡¿Pero como puedes ser tan malagradecido?!? ¡Bien que me aguantabas la cabeza y decías "Sí Jinnie, cariño, justo así"!
Como probablemente ya habréis podido descubrir, después de que las cosas se tornaran más calientes, uno de seguridad se interpuso en nuestros planes y nos pilló en acción, así que básicamente nos botaron y nos añadieron a la lista de personas no gratas en el local.
Y por eso ahora manteníamos una discusión absurda, en lo que caminábamos tomados de las manos.
- Bueno, ¿qué querías que hiciera?
- Bien pudiste haberme parado - Le dije en tono muy obvio.
- Soy un hombre débil, déjame - Reí por lo bajo, pues su excusa era la más barata que había oído.
- ¿Qué hacemos ahora?
- ¿Te apetece ir a comer pizza?
- Genial, me muero de hambre.
- Siempre tienes hambre princesa - Sonrió y con la mano libre me pellizcó en la mejilla. Yo me encogí de hombros, no iba a negar su afirmación, porque era verdad, siempre estaba famélico.
Una vez llegamos a la pizzería e hicimos los pedidos, comenzamos a charlar tranquilamente.
- Si tuvieras que elegir entre quedarte ciego, o casarte con un hombre llenos de granos por todo, y cuando digo todo, me refiero a literalmente todo el cuerpo... ¿Qué elegirías?
- Namjoon, ¿a qué viene semejante pregunta estúpida?
- Pues no lo sé, venga responde - Me miraba expectante por mi respuesta.
- Pues... Supongo que casarme - Hizo cara de asco.
- ¿Cómo puedes elegir eso princesa? ¿Has pensado en que tendrías que follártelo?
- ¿Y tú qué? ¿Preferirías quedarte ciego?
- Evidentemente - Contestó como si fuera lo más lógico del mundo.
- ¿Ah sí? ¿Entonces si yo estuviera lleno de granos me dejarías? - Pregunté fingiendo estar ofendido, pero obviamente lo hacía para molestarle.
- ¿Qué? Pues no, no se vale, no es igual.
- ¿Cómo que no? Lo has dejado muy claro Namjoon - Yo seguía muy metido en mi papel de víctima y él abrió enormemente los ojos.
- ¡No princesa, si eres tú no! ¡Yo estaría contigo aún si estuvieses lleno de granos!
- ¿Y si me quedara calvo?
- También, por supuesto.
- ¿Y si me pusiera gordo?
- También, también.
- ¿Y si perdiera todas mis extremidades y solo me quedaran el torso y la cabeza? - Cuestioné divertido.
- Pues también Jin, y para de decir esas cosas, me da miedito - Se sacudió como si tuviera escalofríos y yo empecé a reír. Me estiré un poco por encima de la mesa para acercarme más a él y acto seguido junté nuestros labios, para dar inicio a un beso, que él correspondió inmediatamente.
Unos segundos después de separarnos, llegó el camarero con nuestros pedidos, y no iba por ni por mi segundo trozo cuando divisé a una figura totalmente desagradable a lo lejos, provocando que me atragantara.
- ¿Princesa estás bien? - Cuestionó Namjoon dándome golpecitos en la espalda y tendiéndome un vaso de agua. Pretendía decirle qué pasaba, pero no hizo falta, porque el causante de mi espanto se fue acercando poco a poco hasta estar justo frente a nosotros.
- Vaya chicos, que sorpresa - Y el maldito Dong Sun sonrió enormemente.
Pinche Dong Sun apareciéndose en todas partes😂😂
Bueno, nuevo capítulo, espero que os guste.
Por cierto, tened presente al crítico pues va a ser un personaje importante para el desarrollo de esta historia.
Un besazo y cuidaos mucho, y ya sabéis, el cine es solo para ver películas 😂😂😂😂😘😘😘😘
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