Capítulo 25- ¡El señor Kim es súper molón!
Jin's pov
La luz del sol colándose por las aperturas de las cortinas me sacó de mi maravilloso sueño.
Después de estar en la azotea, Nam y yo hicimos exactamente lo acordado y no paramos hasta muy tarde, de todos modos no habría problema pues hoy era domingo y podíamos descansar todo lo que quisiéramos.
Aún acostado, y con los ojos entrecerrados, una sonrisa comenzó a formarse en mi boca debido a los recuerdos, y por tanto estiré mi mano para tocar a quien era la parte más importante de los mismos. Sin embargo, una expresión de total confusión se posó en mi cara al descubrir que el otro lado de la cama estaba vacío.
Después de unos segundos reaccioné, y sin más me levanté, me puse unos calzoncillos que encontré en el armario y justo así, semidesnudo y medio dormido, salí por la puerta de la habitación.
El sonido de su voz proveniente de la sala me indicó su paradero, y por tanto avancé hasta allá.
Una vez llegué, comencé a estirarme aún con los ojos medio pegados y le dije:
- Simio, ¿se puede saber por qué me has dejado so- No pude terminar, pues cuando fijé la vista en el sofá me llevé una enorme sorpresa:
¡Habían dos Namjoon!
Justo ahí en la sala de estar estaban sentados dos morenos, de cabello gris, y adorables hoyuelos mirándome fijamente. Parpadeé un par de veces para confirmar que eran dos y yo no estaba loco.
Y confirmé mi sospecha, sin embargo, a pesar de ser parecidos, no eran exactamente iguales, pues uno de los dos era muchísimo más mayor.
Santa. Puta. Mierda.
En cuanto le reconocí abrí los ojos desmesuradamente. Ahí, justo frente a mí estaban el simio y su padre, y yo estaba en una casa que no era mía, recién levantado y para rematar con sólo unos bóxers sobre mi cuerpo.
- Yo... - Me quedé sin palabras y tras dar una risita nerviosa, regresé como alma que lleva el diablo a la habitación.
Estoy seguro de que fueron solo unos pocos segundos, pero para mí todo pasó en una jodida cámara lenta.
Una vez entré me deslicé por la pared y me quedé sentado procesando lo que acababa de pasar. La vergüenza invadió todo mi ser.
Con mi cara totalmente roja comencé a vestirme y en lo que lo hacía la puerta se abrió dejando entrar a mi moreno con una expresión burlona.
- Vaya princesa, que buena forma de presentarte ante el suegro - Dijo sonriendo en grande y cruzándose de brazos, apoyándose sobre la superficie que antes había abierto.
- Ja ja, que chistoso - Expresé sarcástico - A ver cómo mierda salgo ahora. Si es que soy tonto - Comenté saltando a modo de berrinche sobre mi lugar y desquitándome con una pobre camiseta amarilla, la cual estrujé a mi gusto.
- Tranqui princesa, no pasa nada, tú solo ve, y ya está, no tenéis ni que presentaros, si ya os conocéis.
- ¡Por eso mismo idiota! ¿Qué va a pensar de mí? - Pregunté totalmente histérico.
- Pues que tienes un cuerpazo - Se encogió de hombros y yo le lancé la camiseta antes mencionada.
- Hablo en serio gilipollas, seguro que cree que soy un desvergonzado y que-
- Vamos Jin, no exageres - Me interrumpió - Seguro que se pone súper feliz de saber que eres mi novio.
- ¿Y cómo estás tan seguro de eso? - Inquirí desconfiado.
- Pues porque le caes bien, y eres la primera persona a la que voy a presentarle, de hecho, serás la única a la que he podido presentar, porque nunca he estado en relaciones formales hasta ahora - Me lanzó un beso.
- Igual, seguro se ríe de mí por el numerito de antes.
- Bueno eso no puedo negártelo, es parte de nuestra familia - Los dos sonreímos, yo ya más tranquilo - Así que vamos, déjate de tonterías y ponte algo anda - Asentí y me puse unos pantalones de chándal, junto a una camiseta negra. Me tendió la mano y la tomé.
Salimos juntos, yo estaba medio escondido detrás suyo pues a pesar de ya haberme calmado un poco, aún me encontraba avergonzado. Comenzó a reír y le golpeé en el brazo.
- Papá, te presento a Jin. Jin, te presento a papá - Y una vez más le golpeé para acto seguido susurrarle un "idiota".
- Ya sé quién es, Namjoon... ¿O debería decirte simio? - Comentó su padre para luego comenzar a descojonarse los dos a la vez. Si es que eran igualitos.
Yo estaba rojo como un tomate y no sabía a dónde mirar, solo quería que la tierra me tragase y me expulsase en Alaska.
Una vez pararon de reír, decidí que era el momento para ofrecer una disculpa.
- Yo... Emm, bueno yo, lo siento mucho, por lo de antes digo - Murmuré tímidamente realizando una reverencia.
- Descuida chico, no pasa nada - Hizo un gesto desdeñoso con las manos para restarle importancia - Aunque si te soy sincero no esperaba conocer al novio de mi hijo así, pero como tampoco esperaba que algún día me presentase a una pareja, pues mejor esto que nada - Se encogió de hombros y me dio una sonrisa tranquilizadora.
- Muchas gracias... Supongo.
- Lo digo de verdad, si hasta llegué a pensar que era asexual.
- ¡Pero si te dije que era gay! - Esta vez fue Nam el que intervino.
- Ya, pero yo pensé que habías tenido sexo y no te había gustado y por tanto habías decidido optar por la castidad o algo - El simio y yo nos quedamos mirándole fijamente, con cara de "¿Estás bien?", pues lo que acababa de decir no tenía ningún tipo de sentido - ¿Qué?
- Papá, a veces me preocupas.
- Bueno, ya, dejadme. ¿Y bien? ¿Cuánto lleváis juntos?
- Poco más de una semana.
- ¿Tanto? - Abrió mucho los ojos mirándome, luego desvío su mirada hacia su hijo, y se puso una mano en la boca, cerrando los ojos en una fingida expresión de orgullo - Mi bebé ya está grande - Yo reí por lo bajo y Namjoon rodó los ojos - Y bueno Jin, cariño, dime... ¿Qué mierda le viste a mi hijo? - Preguntó con el tono más natural del mundo.
- Pues no lo sé la verdad - Respondí de igual forma.
- ¡Eh! ¡Que sigo aquí! - Los dos reímos y yo le pasé una mano por el cabello. Simiojoon se sentó en un asiento individual, y me arrastró junto a él, sentándome sobre sus muslos y apoyando su barbilla en mi hombro izquierdo - ¿No tenías algo que hacer en el restaurante papá? - Inquirió pidiéndole indirectamente que se marchase.
- ¡Oh! ¡Es verdad! - Nam sonrió - Pero tranquilo, puedo dejarlo para mañana - Jin Hoo se encogió de hombros nuevamente y la expresión de mi chico se tornó de desesperanza total. Yo por mi parte solo les miraba divertido - Por cierto hijo, ¿por qué no bajas a buscar los álbumes de cuando eras pequeño? A Jin seguro que le encantaría verte. ¿Verdad que sí Jin? - Dijo giñándome un ojo.
- ¿Qué? Ni de coñ-
- Me encantaría - Le interrumpí ofreciendo una sonrisa cómplice. No sabía qué quería hablar él conmigo, pero tenía que ser algo importante si quería que estuviésemos a solas. Namjoon pasó su vista de su padre a mí un par de veces, para terminar fijándola en este y entrecerrar los ojos, apuntándole con un dedo.
- No sé qué mierda estás tramando, pero como hagas o digas algo que espante a mi princesa mientras no esté... - Y dicho esto en tono amenazante, me hizo levantar para salir a buscar lo ya mencionado por su padre, no sin antes darme un beso en la frente.
Una vez la puerta se cerró a sus espaldas, su padre decidió reiniciar la conversación.
- Vaya... Sí que le tienes enganchado.
- Supongo... - Contesté algo sonrojado.
- Jin, cariño, a partir de ahora voy a hablar seriamente - Dijo tornando su expresión en una centrada - Yo sé que eres un buen chico, de hecho, me agradas tanto que estoy súper feliz de que estés con Namjoon. Pero quiero estar seguro de que esto que tenéis es algo de verdad y no para pasar el rato por-
- Es real - Le corté - Por lo menos yo voy en serio, y creo que él también - El señor Kim suspiró.
- Mi hijo es un chico frágil Jin. Sé que él siempre va de duro por ahí, pero la verdad es que no la ha tenido fácil y cuando tan solo era un adolescente pasó por algo que no debió haber experimentado. Es un tema complicado, y no te lo contaré porque no debo ser yo quien lo haga pe-
- Siento interrumpir otra vez, de verdad, pero si usted... Si usted se refiere a lo de su madre, yo... Yo ya lo sé... Él me lo ha contado todo... - Contesté intentando no ser brusco, pues sabía que esto era un tema sumamente delicado para esta familia.
- ¿Todo? - Preguntó con incredulidad y los ojos muy abiertos. Yo simplemente asentí - ¿Y qué piensas?
- ¿Yo? Pues no sé, me siento mal por él, por vosotros en general, pero eso no influye en que me guste más o menos, a mí me gusta él y ya está - Me encogí de hombros y se quedó mirándome en silencio. Estuvo así lo que me pareció una eternidad y comencé a ponerme nervioso - Yo... Lo siento si esto no es la respuesta que quería pero- Me callé abruptamente porque él se abalanzó sobre mí y me envolvió en un gran abrazo de oso.
- Gracias Jin, de verdad... - Comentó en voz grave, aún manteniendo el abrazo.
- No es nada... Aunque no sepa bien qué he hecho para que me agradezca... - Se separó y me miró con la típica expresión que ponen los padres cuando están conmovidos y satisfechos con sus hijos.
- Cuida mucho a mi muchacho Jin... - Yo asentí tímidamente, algo desentendido a decir verdad. Las cosas se estaban tornando complejas, no llevaba ni siquiera dos semanas con Namjoon y ya se sentía como si llevásemos dos años. Estaba abrumado, pero lejos de querer huir, solo quería estar con mi simio, abrazarle fuerte y pasar el día juntos viendo algo y charlando de lo más estúpido que se nos ocurriese, porque como bien le dije a su padre antes, yo le quería a él y punto.
- Papá, he traído algunos, pero me he dejado el de mi cumpleaños número 7 porque ni de coña voy a dejar que Jin me vea usando esa camisa de lunares tan horrorosa que... ¿Qué pasa? - Namjoon recién entraba por la puerta hablando y se quedó totalmente desconcertado al ver nuestras expresiones.
- No pasa nada cariño, pero ya igual lo dejamos para otro día, al final resulta que sí tengo que hacer lo del restaurante hoy - Dijo su padre refiriéndose a él y luego volteó en mi dirección - Diría que fue un placer conocerte pero ya tuve ese gusto hace más de un mes - Los dos sonreímos un poco - Os dejo - Y diciendo emprendió su camino y se retiró de la casa.
- ¿Qué ha pasado?
- Nada, solo estábamos hablando - Él alzó una ceja, sin creerse nada.
- Ya. ¿Y de qué hablabais?
- Pues de lo adorable que te veías en tu cumpleaños número 7 con una camisa de lunares, tu padre estaba muy entusiasmado con mostrármela.
- Pues por encima de mi cadáver te voy a mostrar eso, seguro que me dejas si me- Y esta vez le callé poniendo mis labios directamente sobre los suyos y enganchándome a su cuerpo como si fuera un koala.
No tenía que venir su padre a pedirme que le cuidara, eso yo ya estaba muy dispuesto a hacerlo.
Capitulillo nuevo, este no es la gran cosa, pero a veces capítulos como estos son necesarios. En el próximo pretendo que Nam conozca a la familia de Jin, y ya dentro de muy poco aparecerá alguien que venga a complicar las cosas porque un poco de drama al año no hace daño.
Nos leemos y un besazo 😘😘
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