Capítulo 20- Mucho cuidado con los martillos Hyung

Jin's pov

- Y por eso es que mi perro es más guay que el tuyo.

- Yo no tengo perro, idiota.

- Bueno, da igual, si lo tuvieras, seguro que el mío sería más bonito - Jimin rodó los ojos ante el comentario de Taehyung.

Estábamos los cuatro de camino a la escuela y los tres menores iban charlando mientras yo le escribía a Namjoon.

- Hyung, ¿qué haces? - Preguntó mi hermano al verme con el móvil en lugar de participar en su conversación.

- Hablando con Namjoon. Me ha enviado un vídeo de cómo le han rapado la cabeza a un amigo suyo por perder una apuesta - Respondí aún sin quitar la vista del teléfono, y con la clásica sonrisa tonta que me salía sola cada vez que hablaba de algo que tuviera que ver con el moreno.

- Vaya, vaya, si al final yo tenía razón. Estás coladito por él - Esta vez fue el más bajo del grupo quien intervino.

- No estoy coladito por nadie - Repetí imitando su tono de voz - Solo estamos pues, ya sabéis, en lo nuestro... - Me encogí de hombros.

- Ya claro, y por eso te pasas el día hablando de él y sonriendo como idiota - Sus palabras eran tan ciertas, que no pude negarlas.

- Bueno, igual sí me gusta un poquillo, pero normal.

- Dime la verdad. ¿Ya lo habéis hecho? - Preguntó Kook.

- Aún no - Rodé los ojos, Jungkook me preguntaba constantemente acerca de mi vida sexual.

Habían pasado unos días desde lo sucedido en la rueda de la fortuna, pero no lo habíamos repetido, así como tampoco habíamos llegado más allá.

- No me creo que no hayáis hecho nada, si te has quedado un montón de veces en su casa - Y tenía razón, últimamente estaba más en casa de Namjoon que en la mía, pero es que de verdad me gustaba pasar tiempo con él, y también quedaba mucho más cerca de la universidad y el restaurante.

- Pues creételo, y no seas pesado, me preguntas todos los días.

- Pero es que el pobre hombre me da lástima - Contestó frunciendo el ceño - Es genial contigo, siempre está detrás de ti, te complace en todo y está buenísimo. ¿Qué más quieres de la vida hyung? - Preguntó con frustración, y yo reí ligeramente.

- Eso, eso, ten cuidado no te pase lo que le pasó a una prima mía - Comentó Tae, que hasta el momento no había participado en nuestra charla.

- ¿Qué le pasó a tu prima? - Cuestionó con curiosidad Jimin.

Yo ya me imaginaba qué iba a decir. Seguramente su familiar había pasado por una situación similar a la mía y él hiciera referencia a que si seguía así, el peligris se iba a cansar y se marcharía, pues aunque me quisiera mucho, no iba a estar toda la vida esperando a que yo le abriese las piernas.

- Pues que estaba con un martillo tratando de poner un clavo en la pared para colgar un marco, y se golpeó en el dedo. Tuvieron que llamar a urgencias porque comenzó a sangrar - Pues al parecer lo que Tae iba a decir no tenía nada que ver con lo que yo me esperaba.

- ¿Y qué cojones tiene que ver eso con lo de Jin y Namjoon? - Preguntó el de cabello salmón, exasperado por la actitud del castaño.

- Ah, pues nada - Negó con la cabeza. Los tres rodamos los ojos a la vez. Decidimos ignorarle y no decir palabra al respecto.

- Pero ahora en serio Hyung, ya lleváis casi dos meses. ¿Qué más te hace falta? - Y la verdad era que no necesitaba nada más, pues a mí me había quedado claro que el simio me tenía afecto, y evidentemente, era mutuo, así que respondí a la pregunta de Kookie sonriendo en grande y negando con la cabeza:

- Nada, absolutamente nada más.

En el restaurante todo iba bien. Ya nos habíamos acostumbrado al lugar y nos llevábamos genial con todos, incluyendo el padre de Namjoon, que bastante seguido pasaba a ver cómo iba nuestro rendimiento y nos preguntaba si estábamos a gusto. Y en cada ocasión respondíamos que sí, porque era la puta verdad. Trabajar aquí había sido mucho mejor de lo que esperábamos. Nosotros pensábamos que el ambiente dentro iba a ser tenso, pues un lugar como este, que servía a tantas personas, y de tanto prestigio, debía dar la talla. Pero estábamos totalmente equivocados. Todos eran súper divertidos, y amables con nosotros, siempre nos rectificaban pacientemente si nos equivocábamos o nos felicitaban en grande por hacerlo bien. Incluso nos habíamos hecho amigos de los camareros, y en el caso de Youngjae, más que amigo de uno en específico. Hace una semana el castaño y Jaebum habían comenzado a salir oficialmente y yo estaba muy feliz por ellos.

Ahora estábamos en nuestro horario de descanso y, como de costumbre, lo pasábamos en la sala de estar. Luego de un rato de estar hablando me soltó:

- Jin, ¿qué tal van las cosas con Namjoon?

- Bien, supongo...

- ¿Ya habéis formalizado?

- Aún no... - Susurré tímido, pues me daba un poco de vergüenza hablarle de esto precisamente a él, que recientemente había iniciado una relación estable, y llevaba menos tiempo conociendo a su pareja de lo que llevaba yo de conocer al simio.

- ¿Y a qué esperáis?

- Bueno, no lo sé la verdad, supongo que a que se den las cosas.

- Pero vamos a ver, ¿él no quiere?

- Sí quiere.

- ¿Y entonces cuál es el problema? Porque es evidente que tú estas loco por él - Era la segunda vez en el día que me sacaban este tema de conversación. El objetivo de todo esto era que él me demostrara que iba en serio conmigo, y evidentemente yo tendría que ponérsela difícil, pero estaba comenzando a pensar que igual me había pasado. De todos modos, yo ya estaba claro de que antes del fin de semana, acabaría con esto de una puta vez - O yo estoy líado, y veo cosas donde no las hay.

- La verdad es que no hay problema, a mí me gusta y yo le gusto.

- ¿Entonces?

- Pues nada - Me paré abruptamente y di un golpe en la mesa con las palmas de mis manos - ¿Sabes qué? Esta noche voy a ir a donde Namjoon y le voy pedir que sea mi novio de una maldita vez.

- Así se habla hombre - Me dio una enorme sonrisa. La puerta de la sala se abrió, dejando entrar a un chico de cabello rubio y expresión angelical.

- Es genial que ya te hayas decidido y todo eso Jin, pero ya es hora de que regreséis a la cocina - Comentó Tae Il, alzando las comisuras. Yo me puse rojo como un tomate, pues él había oído todo lo que había dicho, así que simplemente asentí y, junto al castaño, volví a trabajar.

Estuve pensando mucho tiempo en cómo iba a hacer con Namjoon, pues tampoco quería llegar ahí y decirle "Simio, quiero salir contigo, vamos a follar".

Nop, definitivamente no podía decirle eso.

Un millón de ideas pasaron por mi cabeza, pero todas eran muy cursis o muy vastas, así que terminé suspirando y llegando a la conclusión de que haría lo que saliese en el momento.

Tan concentrado estaba en mis pensamientos, que no me di cuenta de que la olla que estaba llenando de agua ya había llegado al máximo y estaba derramando el líquido dentro del fregadero.

- Jin, cariño, ¿estás bien?

- ¿Eh? -  Mi burbuja explotó, pues uno de los superiores me miraba interrogante y me señaló con sus ojos a la cazuela que tenía en mis manos. Cuando me di cuenta de lo que estaba haciendo, cerré rápidamente la llave. - Sí, sí, lo siento, solo estoy un poco ido - Sonreí apenado, y él correspondió a mi gesto con una expresión tranquilizadora.

- Bueno, genial, yo venía a buscarte porque el señor Kim quiere hablar contigo - Abrí los ojos enormemente.

- ¿El señor Kim? ¿Conmigo? ¿Por qué?

- No lo sé, solo me ha dicho que os llamase, y que os dijera que fueseis a su despacho - Contestó encogiéndose de hombros y yo asentí, para acto seguido ir hasta donde Youngjae que me miraba con una expresión desconcertada, que probablemente coincidía con la mía.

Salimos de la cocina y fuimos hacia donde se nos había indicado.

- ¿Tú qué crees que quiera?

- Pues, espero que no sea echarnos.

Los dos estábamos muy nerviosos, así que después de unos instantes de intentar calmarnos y respirar profundo, tocamos la puerta suavemente.

- Pasad - Soltó una voz desde dentro, y nosotros cumplimos con lo dicho por la misma. Ahí estaba el padre de Namjoon, sentado tras su escritorio y con papeles de lo que parecían ser cuentas o algo así.
Nos sonrió en cuanto nos vio, y luego hizo un gesto con la mano para que tomásemos asientos frente a él.

- Hola chicos. ¿Cómo va eso?

- Muy bien, señor, gracias por preguntar - Murmuré tímidamente.

- De verdad que sois súper educados - Sonrió aún más grande, dejando a la vista esos hoyuelos similares a los de su hijo - Y por lo que he oído, y por supuesto probado, también sois muy buenos cocineros. Quitad esas caras hombre, que no os voy a hacer nada, de hecho, quiero proponeros una cosa. La hermana de mi esposa va a casarse la semana próxima, y nosotros vamos a regalarle todo el servicio, me refiero al menú y eso, no sé si me entendéis - Asentimos, prestándole atención - Muy bien, el caso es que he estado hablando con Tae y nos pareció buena idea proponeros trabajar en esto - El castaño y yo abrimos los ojos enormemente - No pongáis esa expresión, tampoco sería la gran cosa, estaríais a cargo de Tae Il, pero nos ha parecido que sería una buena oportunidad para que os familiarisaseis con la profesión. En el mundo culinario se hace de todo, desde llevar restaurantes hasta abastecer eventos.

- Pero señor, ¿no cree que hay muchos más capacitados para esto que nosotros? Quiero decir... No es que no queramos, es que... ¿Y si fallamos? Tenemos cero experiencia - Expresé, y Youngjae apoyó mi planteamiento asintiendo con la cabeza. Lo que decía tenía todo el sentido del mundo. Me parecía un poco kamikaze enviar a dos becarios a cocinar para una boda, teniendo a un montón de profesionales entre los que escoger.

- Sois demasiado humildes chicos. No haría nada que considerase que podría enviar al traste el servicio, así que si os estoy proponiendo esto es porque os creo plenamente capaces y el chef principal de este lugar coincide totalmente conmigo. Además, esto sería un puntazo a vuestro favor en el rendimiento escolar - Mierda, no había pensado en eso. Cumplir con esto que nos estaba ofreciendo nos vendría genial para la nota de fin de curso, siempre y cuando saliese bien, claro está - No tenéis que responderme ahora, tranquilos, pero para mañana necesitaré que me digáis lo que habéis decidido, y si la respuesta es no, no pasa nada.

- Muchísimas gracias por tenernos en cuenta, de verdad, mañana le diremos - Después de las palabras de Youngjae, nos pusimos de pie, y luego de hacer una reverencia, salimos del lugar y volvimos al área de cocinado.

Estuve dándole vueltas el resto de la tarde su propuesta. Me hacía muchísima ilusión poder participar, pero no estaba seguro de dar la talla, no tenía esa confianza en mí mismo que me hiciese decir: "Joder Jin, tú puedes".

Tenía miedo de arriesgarme y cagarla.

Cuando terminamos con el horario establecido, cumplimos con nuestra clásica rutina de despedirnos y tomar nuestras cosas para luego marcharnos.

Y ahí, en el callejón, estaba mi simio esperándome recostado al muro y con las manos en los bolsillos, como ya se había hecho costumbre. En cuanto me vio, sonrió en grande y yo me lancé encima de él para abrazarle. Me enganché de su cuello y subí las piernas, quedando encima de él como un koala.

- Vaya princesa, estás cariñosa hoy - Contestó divertido, a la par que correspondía mi abrazo y trataba de mantener el equilibrio.

- Es que te he extrañado mucho - Comenté separándome ligeramente de su cuerpo, aún sin soltarme y mirándole a los ojos a la vez que hacía un puchero.

Y lo que decía era totalmente cierto.

Le había echado mucho de menos. Tanto hablar de él hoy me hizo querer verle incluso más de lo que normalmente me apetecía, y después de todo lo de la boda y tal, tenía ganas de hablar con él y que me ayudase a tomar una decisión, que aclarase mis ideas como usualmente sucedía cuando charlábamos.

- Jin, ¿estás bien? ¿Te has dado un golpe en la cabeza o algo? - Inquirió  con expresión de desconcierto total debido a mi comportamiento repentino y extremadamente cariñoso. Yo hice una mueca.

- De verdad que uno no puede ni intentar ser romántico.

- Perdona, perdona, pero es que esto no se ve todos los días - Él volvió a sonreír, para acto seguido besarme en los labios y yo correspondí a su gesto, sonriendo sobre el beso.

- Namjoonie... - Dije con voz melosa.

- Dime - Comentó alzando una ceja.

- ¿Puedo quedarme en tu casa esta noche?

- Claro que puedes.

- Genial - Y volví a besarle largo y tendido.

Esa noche acabaría de una vez por todas con este castigo que yo mismo me había impuesto.

Bueno en el próximo salseo puro y duro.

Este capítulo es un pokito kajghjahsg, pero no he tenido tiempo de escribir hoy, perdonadme.

Un besazo y cuidaos mucho 😘😘😘

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top